18

Callie

Después de que Devon me confesara sus sentimientos a los que yo correspondía, apenas nos separamos.

Cameron estaba bien y tras un refresco cargado de azúcar y algo para comer, yo también recuperé fuerzas.
Sin embargo, cuando Jake regresó de ver a su hijo y comprobar con sus propios ojos que no corría peligro, pidió hablar conmigo a solas un momento.

Asentí hacia Devon, quien parecía preocupado por lo que podría decirme,  y nos dejó para ir a llamar a su madre y preguntar cómo estaba Ashley.

Nos detuvimos frente a una máquina expendedora y esperé hasta que compró un café para él cuando yo me negué a tomar algo más.
Si lo que tenía que decirme era sobre lo que yo pensaba, prefería no tener nada en las manos. Solo me pondría más nerviosa.

Una vez en aquellas incómodas sillas de nuevo, bajó la mirada hacia su vaso, pero no hizo ademán de probarlo.

—Me llamaron hoy del laboratorio. Estaba allí cuando Devon me contactó para contarme lo ocurrido.

—De acuerdo.

Quería mostrarme tranquila. Sobre todo porque parecía que uno de los dos tenía que estarlo, y por como le temblaban a él las manos, supuse que debía ser yo.

—Eres mi hija, Callie.

Solo entonces nuestros ojos se encontraron.
Había lágrimas en los suyos, y tal y como se me estaba nublando la visión, también en los míos.

—¿Qué pasará ahora?

Arrojó el vaso a la papelera que tenía al lado y volvió todo su cuerpo hacia mí.

—No pasará nada que no quieras. Vamos a ir todo lo despacio que necesites porque ya me he perdido demasiados años a tu lado y lo último que quiero es alejarte de mí o de Cam.

—No lo haría. Yo...

Las palabras se quedaron atascadas en mi garganta, pero fui sincera con lo que trataba de decir.
Sí, nunca sentí que necesitara un padre, pero descubrir que lo tenía y que no me rechazaba fue lindo.
Y tenía un hermano. Uno que quería incluso antes de saber la relación que nos unía.

—Cameron enloquecerá cuando se entere. Pienso sinceramente que no le importaba el resultado. Para él, ya eras de la familia.

Las lágrimas finalmente corrieron por mis mejillas.

—Me sentía igual. No habría cambiado nada.

—Lo sé. Vi cómo erais juntos cuando nos conocimos. Espero que Devon esté listo para lo que viene. Está acostumbrado a tratar con Cameron como amigo, pero ahora tendrá que hacerlo como tu hermano.

Una risa inesperada escapó de mis labios porque sabía que tenía razón.

—Estamos juntos.

Y todavía no lo podía creer. Él era todo lo que no pensé que quería.

—¿Eso te hace feliz?

Nuestros ojos se encontraron de nuevo y sequé mis lágrimas antes de asentir.

—Nunca he sido más feliz.

—Bien. Porque no solo tendrá que preocuparse por Cameron siendo protector.

Entendí lo que dijo y lo que significaba.
Tenía un padre que me quería y no dudaría en actuar si alguien me dañara. Lo demostró al enfrentar a mi tío. No vaciló y no se detuvo hasta que me libró de su sombra.
Nunca podría agradecerle lo suficiente por eso.

—Gracias. Por todo.

Jake

Observé a mi hija sin poder evitar sonreír.
Me recordaba totalmente a su madre, aunque quizá era bastante más tranquila, pero Callie tenía el mismo efecto en mí que tuvo Alicia. Me calmaba.

Mientras ella me contaba acerca de los planes que tenía para el futuro, no pude evitar preguntarme qué hubiese pasado de haber buscado a su madre. La habría visto crecer y convertirse en la hermosa mujer que estaba frente a mí.

También habría amado a Alicia y llorado su muerte.

—Ella... Alicia, ¿está enterrada?—Pregunté cuando se detuvo un momento.

Una triste sonrisa curvó sus labios y asintió.

—Sí. Podría... Podríamos ir a visitarla si quieres. No he ido desde que me mudé, pero me gustaría llevarle flores a ella, a la abuela y contarles acerca de como me están yendo las cosas.

Era obvio que dudaba al contarme sobre eso y disfrazó la pregunta que realmente quería hacer. La respondí de todos modos.

—Me encantaría.

Sus hombros se hundieron aliviados como si temiese que fuera a negarme. Nunca lo haría.
Quería ir yo mismo para agradecer a ambas mujeres por haber criado a una chica tan increíble.

—Una vez que Cameron salga del hospital, planearemos ese viaje.

No mucho después de eso, ella se alejó para ir al cuarto de baño y yo me quedé allí cuando vi regresar a Devon.

—¿Todo bien con Ashley?

—Sí. Mamá dice que está durmiendo la siesta y me ha pedido que le diga a Cam que le espera un gran surtido de galletas cuando salga de aquí.

—Eso le hará recuperarse más rápido.

Ambos reímos porque, si había algo que le gustase a mi hijo, eran los dulces. Y más sí venían de la mano de Victoria.

—Escucha Devon, quería decirte algo antes de que Callie regrese.

—Ella es tu hija.

—¿Cómo...?

Le vi encogerse de hombros antes de centrar sus ojos en mí.

—No sé, supongo que fue todo esa aura de sobreprotector que desprendes. Y tengo una hija.

—Sí, pero es una bebé aún.

—Eso no quiere decir que no vaya a arrancarle la garganta a cualquier cabrón que la haga llorar.

—Entonces entiendes que tengo que hacer esto. Sé que forjar una relación con ella va a llevar tiempo. Nunca ha tenido una figura paterna en su vida y ya es adulta. No la necesita. Pero quiero estar allí para ella. Quiero ganarme ese papel.

—Lo sé.

—Bien, porque si derrama una sola lágrima por tu culpa, me va a dar igual quién fuera tu padre para mí.

No dijo nada, pero asintió. Eso tendría que valer.

Una vez que Callie regresó, nos dirigimos a la habitación de mi hijo. Él tenía que saber la verdad también.


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