Capítulo 56

─ No puedo mostrarle ésto a Hoseok. ─ Le dijo Jungkook a Jin.

Jin lo volteó a ver, sus ojos desaprobando el comentario.

─ ¿Le guardarás el secreto? ─ Dijo acusador.

─ Hoseok es feliz... y tengo que proteger a mi familia. ─ Le explicó Jungkook. ─ Sabíamos que las cosas no iban a cambiar de la noche a la mañana, mágicamente...

Jin le miró con un poco de pesar, sabía que el Alfa tenía razón, era imposible cambiar a todo el mundo rápidamente. Aún no estaba seguro de la decisión de Jungkook sobre ocultar aquello de su pareja, pero por lo menos podía decir que lo entendía.

─ ¿Entonces qué haremos con ésta amenaza? ─ Preguntó Jin sosteniendo la carta anónima que había aparecido en el edificio de la fundación.

─ Pedir más seguridad es todo lo que podemos hacer. ─ Le dijo Jungkook.

Pronto sería su boda con Hoseok y el pequeño Omega peliblanco estaba muy emocionado, habían comprado los trajesitos más adorables para sus cachorritos; Y hasta Doña Chuna se había comprado sus galas para ese día. No podía dejar que el su pequeño Omega se pusiera nervioso por una amenaza que probablemente sólo venía de un grupo de personas que aún no superaban el hecho de que ahora debían respetar y aceptar a los lobos defectuosos.

Estaba seguro que no era una mafia, era demasiado principiante la forma en la que habían dejado la amenaza en el lugar; Pero Jungkook tampoco descartaba que la mafia que trafica Omegas y Alfas defectuosos estén enojados con ellos, después de todos los comenzaron a cazar uno por uno desde que las leyes fueron aprobadas.

Suspiró pensando en cómo colocar seguridad sin alarmar al Omega, tal vez podría inventarle algunas otras excusas...

─ Jungkook... ─ Lo llamó Jin, sacandolo de sus pensamientos. ─ Creo que embaracé a la secretaria. ─ Le confesó algo sonrojado y con una sonrisa nerviosa.

─ ¡¿Qué?! ¡Suputamadre! ¡Con que así se siente que embaracen a un empleado de tu compañía! ─ Dijo Jungkook arrepentido por haberse metido con la secretaria de su padre, ahora sabía lo que su pobre padre había sentido y ésto que él no embarazo a la Omega.

─ Sí... bueno... fue un accidente. ─ Le dijo Jin intentando calmar al Alfa.

─ Claro, obviamente ella iba caminando, resbaló y cayó en tu pene. ─ Le dijo Jungkook cruzandose de brazos.

Jin rió con el obvio desagrado de su colega.

─ Me refiero a accidente con los anticonceptivos. ─ Le dijo tranquilamente al menor.

─ Mierda... y entonces, ¿Qué harás? ─ Le preguntó Jungkook. ─ Aún no la has marcado ni nada.

─ Ella... no quiere. ─ Le dijo Jin. ─ Dijo que se iría.

Jungkook asintió pensando en aquello, entendía la suerte del Alfa, después de todo ya le había pasado una vez que una de sus parejas abortara por no querer estár con él.

─ Se irá y me dejará al cachorro... ─ Terminó de decir Jin entre un suspiro.

Los ojos de Jungkook se abrieron con sorpresa.

─ Le pregunté si entonces quería abortar, y me dijo que no pero que ella no cuidaría al cachorro, que si yo no lo quería entonces ella lo dejaría en un orfanato. ─ Jungkook éstaba en shock, la chica no parecía ser del tipo que tomaba esas decisiones.

─ ¿Acaso la violaste? ─ Le preguntó Jungkook demasiado confundido por las decisiones de la secretaria.

El Alfa negó con la cabeza.

─ Lo hicimos varias veces, incluso ella llegaba a mi apartamento. ─ Le confesó.─ Pero supongo que no soy el Alfa que busca.

Jungkook asintió, sintiéndose algo mal con lo que estaba sucediendo. Ya sólo quería llegar a su casa y tomar a su hermoso Omega entre sus brazos, pero también deseaba que algún día Jin encontrara a alguien.

─ No me mires así, estoy bien. ─ Le dijo el Alfa mayor. ─ Estoy feliz de tener un cachorrito.

─ Sabes que si necesitas ayuda sólo debes decirmelo. ─ Le ofreció Jungkook.

Jin asintió con media sonrisa en su rostro.

─ Creo que también necesitaré aumentar la seguridad para mi nueva familia.

Jungkook asintió.

Concluyeron las actividades de ese día que había comenzado con ese sabor amargo por culpa de las personas que no apoyaban su buena causa. Jungkook se dirigió rápidamente a su casa, no podía esperar para estár junto a Hoseok y que la calidez del pequeño enrollara su preocupado corazón.

Se bajó del carro intentando no deslizarse en el camino congelado por la lluvia helado de la mañana y pronto se encontró en la puerta de su casa. Desde afuera escuchó la risa de Hoseok y Doña Chuna. A veces parecían comadres chismeando, pero eso le gustaba.

Abrió la puerta saludando.

─ ¡Amor! ─ Le gritó Hoseok feliz. ─ ¡Pasé todas mis clases!

Jungkook le sonrió.

─ ¿Deberíamos salir a celebrar? ─ le preguntó con una sonrisa.

Amaba que ahora podía llevar a Hoseok a cualquier restaurante que deseara.

El Omega peliblanco asintió, pero no pudo evitar notar que Jungkook estaba algo raro.

─ ¿Pasó algo? ─ Le preguntó.

─ Si, hasta yo sé que algo anda mal con esa cara de muerto que se trae. ─ Comentó Doña Chuna desde la sala.

Jungkook suspiró.

─ Jin dejó embarazada a la secreta...

─ ¡Lo sabía! ─ Gritó Hoseok, el Alfa lo miró alzando las cejas. ─ Quiero decir... el día que brindamos cuando me despedí de ella tengo un leve recuerdo de haber escuchado a un cachorrito en ella, o varios... tanto así no estoy seguro. ─ Dijo cubriendo su rostro.

─ Es uno. ─ Dijo Jungkook. ─ El problema es que no lo quiere y planea dejárselo sólo a Jin.

Hoseok levantó sus orejitas con sorpresa.

─ ¿Ella no quiere a Jin? ─ Preguntó y luego agachó sus orejitas deprimiendose por el Alfa.

─ Probablemente ella no lo mereciera. ─ Le dijo Jungkook. ─ Sólo no queda esperar a que Jin encuentre a alguien que de verdad lo quiera.

Hoseok asintió pero no estaba muy feliz con aquello y es que Jin los había apoyado tanto que no podía creer que no hubiera encontrado a nadie aún. El deseaba que el Alfa fuera feliz.

Suspiró y luego recordó algo que debía decirle a Jungkook.

─ Me llamó Kai. ─ Le dijo. ─ Dice que él y su hermano vendrán a estudiar aquí.

─ Sí, el ministro quiere que Kai se una a la fundación también. Sólo que no sabía que se vendrían tan temprano... ─ Terminó de comentar Jungkook finalmente entrando a la casa con Hoseok entre brazos.

─ Sí... lo que quería decirte es que entonces los invité a la boda. ─ Jungkook sonrió.

─ Me extrañaría si no lo hubieras hecho.

Hoseok le sonrió mostrando los dientes y luego se removió para que el Alfa lo soltara. Ambos subieron a su habitación y se recostaron en la cama.

─ ¿Seguro que sólo eso te pasa? ─ Le preguntó el peliblanco acurrucandose más cerca del su Alfa.

─ Seguro. ─ Le dijo Jungkook.

Hoseok frunció los labios, tal vez sólo él había recibido amenazas ese día, le habían llegado unos mensajes extraños a través de las redes sociales, pero si a Jungkook no le había pasado nada entonces probablemente aquello no fuera algo de lo que debía preocuparse.

¿No?

Pero la experiencia le había enseñado mucho más al pequeño Omega por lo que separándose un poco miró a su Alfa a los ojos.

─ Me llegaron... unas amenazas. ─ Le dijo. ─ Por las redes.

Jungkook se sentó de golpe en la cama.

─ ¿Qué? ¿Que decían? ─ Preguntó el Alfa.

─ Cosas extrañas... que ellos nos detendrían, que la fundación nunca iba a funcionar... ─ Hoseok suspiró y sus orejitas se agacharon.

─ No quería decírtelo pero... a mi también me amenazaron. ─ Le dijo Jungkook. ─ Creo que deberíamos aumentar la seguridad.

El Omega asintió.

─ Sí pero... no quiero que crean que pueden intimidarnos. ─ Le dijo el Omega. ─ Creo que deberíamos iniciar otra campaña, pero no sé exactamente cómo.

Jungkook pensó en aquello.

Se volvió a recostar pensando jalando a Hoseok hacia su cuerpo y suspirando.

─ Parece que no pueden aceptar que somos iguales. ─ Le dijo Jungkook. ─ ¿Por qué no pueden ver que tu eres un lobo así como todos los demás lobos?

─ Supongo que o es fácil... no es fácil aceptar algo que va en contra de lo que te han dicho siempre. ─ Le dijo Hoseok abrazándolo un poco más fuerte.

─ ¿Qué tal si hacemos eso? Que tal si hacemos una campaña que les enseñe que todos los lobos somos iguales y que por eso no debe haber discriminación. ─ Las orejitas de Hoseok se levantaron con la idea.

─ ¿Crees que funcione? ─ Preguntó.

─ Podemos intentar. ─ Respondió Jungkook.

Se levantó y tomó su celular para contarle a Jin la idea y el Alfa estaba fascinado con ella. Tanto así que al día siguiente ya habían comenzado a contactar diferentes noticieros y periódicos para hacerles saber de la nueva campaña de la fundación: "Todos los Lobos somos Iguales."

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