Capítulo 51

Jungkook entró corriendo al hospital, ya se había tardado demasiado y es que no podía escoger un anillo para su Omega, así que al final terminó escogiendo uno de oro blanco para combinar con su cabello y ojos azules. Sólo esperaba que le dijera que sí porque no podría resistir el dolor del rechazo.

Su lobo no había parado de presionarlo desde que se dió cuenta que aún faltaba un paso para hacer a Hoseok totalmente suyo. No podía creer que aún a su edad le costaba tanto controlar a su tonto lobo.

Cuando iba cerca de la habitación dejó de correr y se arregló para continuar caminando disimuladamente, como si no hubiera estado corriendo todo ese tiempo. Abrió la puerta de la habitación y se encontró a Hoseok acostado, con el celular en las manos, escribiendo quien sabe qué a gran velocidad.

Una de sus orejitas se movió en su dirección y luego esos bellos ojos azules por fin se posaron en él. El peliblanco le sonrió y se sentó en la camilla para recibirlo.

─ ¿Chateas con Yoongi? ─ Preguntó acercándose.

El Alfa ya estaba sintiendo los nervios de lo que iba a hacer, sus manos comenzaron a sudar y eso que allí dentro hacía demasiado frío.

─ Sí. ─ Le dijo Hoseok. ─ Le estaba contando cómo me di cuenta que Taehyung está embarazado.

Jungkook se atoró y tuvo que levantar las manos para que el trago de saliva pasara bien por su garganta.

─ ¡¿Qué Taehyung qué?! ─ Preguntó.

─ Está embarazado. ─ Le dijo Hoseok. ─ Y por lo suave de sus latidos estoy seguro que a penas tiene unos días.

─ Vaya, te has hecho un experto. ─ Jungkook se sentó a su lado.

El peliblanco comenzó a reír suavemente recordando de nuevo el suceso, mientras que Jungkook metió su mano dentro de su bolsillo para sentir el anillo, ¿Estaría mal pedirle al Omega que se casara con él en un hospital? ¿No debería haber preparado algo más romántico con flores?

Escuchó de nuevo la suave risa del pequeño Omega.

Hoseok merecía el mundo, eso nadie lo negaba. Había pasado por demasiado, y él tenía planeadas tantas cosas que le quería entregar al Omega: Una casa, una familia, los estudios que desee, ayudar a todos los Omegas y Alfas defectuoso... ¿Más cachorros? Todo dependía de qué deseaba Hoseok.

Respiró profundo y ésto llamó la atención del peliblanco, que no pasó el sonido del respiro desapercibido.

─ ¿Sucede algo? ─ Preguntó Hoseok empujando un poco al Alfa hasta que ambos estuvieron acostados en la camilla.

─ Hoseok, ¿Eres feliz conmigo? ─ Preguntó Jungkook, el peliblanco mordió su labio ante la pregunta.

─ Soy... más que feliz... Agh, lamento ser tan cursi. ─ Dijo Hoseok llevando sus manos a su rostro para tapar su sonrojo, pero siempre olvidaba sus orejitas traviesas. ─ ¿Tú eres feliz conmigo? Yo te he dado tan poco en comparación a lo que tú has hecho por mí.

─ Tú existencia es suficiente. ─Le dijo su Alfa rápidamente. ─ Soy demasiado feliz contigo.

Ambos se sonrieron.

Jungkook volvió a respirar profundo y entonces decidido sacó el anillo de su bolsillo.

Hoseok siguió el anillo con su mirada, sin entender que pasaba, por qué él no tenía ni idea de que significaba un anillo así. Sus adorados padres nunca le habían explicado aquella tradición de pedir la mano de un Omega con un anillo. Por lo que su única reacción fue decir:

─ Que bonito anillo.

Jungkook parpadeó varias veces sin comprender la reacción del Omega. Se sentó para mirarlo y Hoseok también se sentó en la camilla.

─ ¿Es para mí? ─ Preguntó el pequeño tranquilamente.

Jungkook se aclaró la garganta.

─ Bueno sí... es para tí... pero, ¿No sabes que es? ─ Le preguntó.

Hoseok entrecerró los ojos fijándose bien en los detalles del anillo para ver si se había perdido de algo.

─ Es un anillo de oro blanco.─ Respondió satisfecho con su hallazgo.

El Alfa comenzó a reír provocando que Hoseok se volviera a sonrojar y agachara sus orejitas.

─ No te burles. ─ Reclamó Hoseok empurrando la cara.

─ Lo siento, lo siento. ─ Dijo Jungkook respirando profundo para calmar la risa. ─ Es que estaba tan nervioso por sacar el anillo y tú no sabes lo que es.

Hoseok se quedó a la expectativa.

¿Qué había puesto nervioso a su Alfa?

─ Es un anillo de compromiso. ─ Le explicó Jungkook.

El Alfa se puso de pie, tomó al pequeño Omega de la cintura y lo cargó hasta dejarlo de pie en el piso. Luego el se arrodilló frente al peliblanco. Sintió su labio inferior temblar así que lo mordió.

Hoseok aún estaba algo confundido intentando pensar fuerte a qué se refería Jungkook.

Su Alfa tomó su mano y le dió un suave beso, entonces se separó y lo miró directo a sus ojos.

─ Jung Hoseok. ─ Dijo sintiendo sus piernas temblar.

Por favor, que diga que sí...

Hoseok lo miró preguntándose qué era lo que iba a decir.

─ Jung Hoseok... ─ Dijo esta vez con voz más grave.

Taehyung entonces cerró la puerta lentamente, intentando no interrumpir a la pareja que parecía no haberse dado cuenta que él había estado ahí. Podía volver después, no había problema. Dió un pequeño saltito de emoción porque había reconocido la escena, el Alfa le pediría a el pequeño Omega que se casara con él. Pero algo debía aceptar, extrañaría a esa parejita y encontrarlos siempre en los momentos menos indicados.

─ Jung Hoseok...

─ ¿Cuántas veces más dirás mi nombre? ─ Le preguntó el pequeño Alfa riendo mientras tapaba su boca con su mano libre.

El Alfa se sonrojó y volvió a aclarar su garganta. Cerró sus ojos con fuerza.

─ ¡Hoseok, casate conmigo! ─ Gritó y luego abrió un ojo para espiar la reacción del pequeño Omega.

Hoseok tomó un respiro y luego se quedó como en las nubes, procesando lo que acababa de decir su Alfa.

¿Casarse?

¡Jungkook quería casarse con él!

─ ¡Sí! ─ Gritó y saltó sobre el Alfa.

─ ¡Los cachorros, Hoseok! ─ Gritó Jungkook atrapandolo a medio vuelo con mucho cuidado.

─ Lo siento... ─ Dijo el peliblanco sonrojándose. ─ Pero si quiero casarme contigo.

El Alfa sonrió y lo volvió a sentar en la camilla, luego tomó de nuevo su mano derecha y colocó aquel anillo en su dedo. Había quedado perfecto, Hoseok observó el anillo con sus brillantes ojos azules. Sus orejitas estaban levantaditas, era demasiado, estaba demasiado feliz.

Las lágrimas comenzaron a caer.

─ ¡Gracias Jungkook! ─ Gritó. ─ ¡Gracias por amarme!

El pequeño Omega no podía contenerse y Jungkook lo abrazó fuertemente sintiendo que él también se desbordaba.

─ Gracias a ti, mi pequeño Omega. ─ Le susurró en el oído. ─ Gracias por la segunda oportunidad que me diste.

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