Capítulo 5

Era un día oscuro ya que la temporada de invierno había llegado y Hoseok estaba esperando a que los empleados de aquella empresa abandonaran el edificio para poder entrar y comenzar con su trabajo. Suspiró cuando las primeras gotas de agua cayeron en su cabello rojizo mientras esperaba hasta que finalmente era su turno de trabajar.

Entró al edificio notando que ya solamente estaban los empleados que comúnmente se quedaban y que ya le conocían; y aunque los primeros días algunos le habían tenido miedo, con el pasar del tiempo le fueron ignorando, después de todo no hay razón para tenerle miedo a un Omega tan pequeño como él.

Sacudió sus orejitas para que el agua que se había acumulado en su pelaje blanco cayera lejos y luego se dirigió directo a trabajar. Agradecía que sus almohadillas le fueran útiles para labores de limpieza, ya que le protegían de recibir chimones u otros golpes. Pero siempre que terminaba de limpiar al final del día se sentía demasiado cansado y él sabía que aquello no era normal.

Su problema era que su pequeño cuerpo defectuoso era débil, no era como los otros lobos que iban creciendo y haciéndose más fuertes. Él continuaba siendo casi como un niño, excepto por algunas facciones, pero incluso su rostro aún se miraba muy joven y aunque Namjoon y sus padres le aseguraban que era un Omega hermoso a él le costaba creerlo.

Más que todo por el disgusto que muchos Alfas mostraban a sus orejas, aunque siempre se recordaba que en una ocasión Yoongi le dijo que le hubiera gustado tener unas orejitas así, le parecían sexys. Hoseok rió con el recuerdo.

Continuó limpiando hasta llegar al piso donde se encontraba la oficina del señor Jeon, se sentía cansado así por un instante se recostó en la pared del pasillo para intentar recuperar el aliento cuando comenzó a escuchar que dentro de aquella oficina había una gran pelea.

Sí, sus orejas continuaban funcionando a la perfección, tanto que a veces le era difícil no metichar. A veces a su alrededor pasaban cosas muy interesantes y él, al vivir escondido prácticamente para evitar conflictos, a veces se refugiaba escuchando sobre la vida de los demás para no aburrirse.

Mientras Hoseok paraba mas sus orejitas y ladeaba un poco la cabeza para escuchar mejor lo que sucedía, dentro de aquella oficina un padre le gritaba furiosamente a su hijo playboy.

─ ¡Puta madres! ¡¿Hasta cuando seguirás acostándote con cualquiera?! ¡¿Cómo pudiste meterte con mi secretaria?!

─ Era bonita. ─ Le respondió su hijo encogiéndose de hombros.

─ ¡Pero este es un lugar de trabajo! ¡Por tu culpa la tuve que despedir! ─ Dijo frustrado el Señor Jeon. ─ ¡¿Sabes lo que cuesta encontrar secretarios o secretarias que trabajen así?! ¡Tú heredarás esta empresa! ¡No puedes ir por ahí acostándote con tus empleados!

─ Pero fue solamente tu secretaria. ─ Se defendió éste.

─ No, no es sólo mi secretaria, ¡Ya te has acostado como con mil Omegas y no estoy exagerando!

Hoseok que se encontraba escuchando aquella conversación se sonrojó un poco.

¿Mil Omegas? Eso tiene que ser un récord...

─ ¿Qué es lo que quieres? ─ Preguntó el Señor Jeon desesperado con la actitud de su hijo, ya hasta tenía una terrible reputación, y así nunca encontraría el o la Omega adecuada para él cuando quisiera asentar cabeza.

─ Sólo quiero buen sexo. ─ Respondió éste. ─ Sin compromiso, ¿Lo entiendes? Cuando te acuestas con uno sólo estos desarrollan sentimientos hacia tí o viceversa y eso me da asco.

¿Asco?

Hoseok pensó que aquello había sido una palabra muy fea para referirse al amor, es cierto, a él también le habían roto el corazón, pero no podría decir que pensar en enamorarse de alguien le daba asco... simplemente le daba miedo ser rechazado otra vez.

─ Te encontraré a alguien. ─ Dijo el Señor Jeon con una nota de esperanza en su voz.

─ ¿Qué? ─ Preguntó el hijo.

─ Sí, te encontraré a alguien con quien te puedas acostar sin compromiso.

─ No quiero que me traigas una puta. ─ Le dijo el chico molesto.

─ No, voy a pensarlo bien y tendrás a alguien con quien desahogarte. ─ Le dijo el señor Jeon.

─No entiendo por qué te importa tanto.

─ ¿Qué tal si dejas embarazado a otro Omega? ─ Preguntó el señor Jeon.

¿Otro?

─ Te dije que él abortó porque quiso. ─ Se defendió el chico.

─ ¡Claro! Porque tu te sigues tirando a cualquiera, el pobre chico prefirió abortar antes de tenerte como pareja, ¿No sabes que todos saben sobre tí y tu horrible reputación? Necesitas calmarte o nunca tendrás una pareja.

Hoseok pensó que él no sabía sobre la reputación del chico, es más, ni siquiera estaba seguro de haber escuchado algo sobre el hijo del señor Jeon en todo el tiempo que llevaba trabajando. Tal vez sería un típico chico rico que creía que podía tener lo que quería, eso no le sorpŕendería, y probablemente si pudiera tener lo que quería.

Por lo que había escuchaba se daba cuenta que el chico era un Alfa y para que se acostara con tantos Omegas concluyó que no sería un Alfa feo. Si fuera feo no tendría tantas parejas para acostarse. Probablemente en una de esas aventuras hubo un error en sus cálculos y la pareja quedó embarazada, pero al ver que el tipo seguía acostándose con un sin fin de personas, decidió abortar.

Una historia muy triste en su opinión... él que no podía tener cachorros, se sentía mal de pensar que otro Omega hubiera matado a un cachorrito que crecía en su vientre. Muy mal.

Decidió que era mejor no seguir escuchando aquel drama familiar así que continuó con su limpieza, y ya que la oficina del Señor Jeon estaba ocupada mejor continuó por otro lado, pensando que la limpiaría hasta el día siguiente.

Jungkook salió muy molesto de aquella oficina golpeando todo lo que se encontraba, su padre acababa de prohibirle acostarse con otro Omega hasta que él "encontrara una solución viable".

Viejo estúpido...

Pensó Jungkook, pero lastimosamente debía hacer caso ya que le había amenazado, se detuvo un rato en el pasillo y respiró profundamente, entonces sintió un aroma conocido. Un olor suave de Omega, aquel aroma había hecho que su lobo se relajara de la molestia que sentía. Volteo a ver a todos lados pero no encontró a nadie, probablemente había sido algún Omega que había llegado a aquella oficina.

Intentó seguir el aroma que parecía pasearse por todo el lugar, como si el Omega se hubiera restregado por todas partes. Claro que Jungkook no sabía que el Omega que buscaba había estado limpiando cada esquina. Siguió el aroma hasta llegar de nuevo al lobby de la oficina de su padre, sintiéndose un poco más fuerte.

─ ¿Volviste? ─ Preguntó su padre sacando un brinco de susto. ─ ¿Quieres seguir peleando?

Jungkook negó con la cabeza y sonrojandose un poco, decidió correr el riesgo y preguntar.

─ ¿Por qué huele tanto a un Omega? ─ Su padre lo miró confundido, él no sentía olor a Omega en aquel lugar, pero si su hijo lo sentía era porque probablemente si olía a Omega.

Así que cerró los ojos y después de un rato reconoció aquel aroma mezclado con producto de limpieza.

─ Es el Omega que limpia la compañía. ─ Le dijo a su hijo que parecía extrañamente interesado.

El señor Jeon no lo culpaba, él también se había interesado un poco en aquel extraño hijo del Señor Jung. Nunca en su vida había visto a un defectuoso, aquello era sumamente extraño y se compadecía de la mala suerte del chico.

Había leído que muchos Omegas defectuosos terminaban siendo raptados y vendidos como esclavos sexuales. "Irónico", fue lo que pensó cuando leyó aquello en un artículo no muy famoso sobre la injusticia hacia los defectuosos en la sociedad, claro si uno lo pensaba bien, un omega defectuoso era lo peor que existía, pero para un enfermo sexual era la gloria.

─ Huele bien... ─ Dijo Jungkook sonrojandose un poco más.

─ Ni se te ocurra Jungkook. ─ Le advirtió su padre.

El chico encogió los hombros y se fue aún molesto, mientras que el señor Jeon seguía pensando en aquel artículo.

Los Omegas defectuosos, a diferencia de un Omega normal, tenían su celo una vez al mes, era muy seguido y a parte de eso eran estériles lo que significaba que no quedarían preñados, eso por una parte, y por otra nadie les defendía, no tenían derechos.

Esto es lo que él había aprendido después de investigar sobre los defectuosos cuando el señor Jung le habló de su hijo.

Cuando conoció a aquel Omega, a él le pareció sumamente adorable, era pequeño con una cabellera roja y unas orejitas que resaltaban. No encontraba el porqué la sociedad les tenía miedo y mucho menos asco o disgusto. El chico era risueño, probablemente había pasado muchas cosas malas, así que sin pensarlo mucho y con ánimos de ayudar a su buen empleado le contrató.

No se arrepentía porque el Omega era muy trabajador.

Otro motivo por el cual decidió contratarlo fue porque el señor Jung le había hablado de su miedo de que algo malo le fuera a suceder a su hijo. Quería que éste fuera independiente y pudiera hacer su propio dinero, pero el padre de ese Omega probablemente también sabía lo mismo que él había leído en aquel artículo. Por eso continuaba protegiendo a un hijo de 22 años, él no lo culpaba, si fuera su Jungkook él sería igual de protector.

Entonces al pensar nuevamente en su hijo y en aquel Omega defectuoso una vaga idea hizo click en su cabeza... después de todo a su hijo parecía haberle gustado mucho el aroma de aquel Omega, nunca le había visto sonrojarse antes. Y el chico era defectuoso, no podría quedar embarazado... pero no había forma de que él pudiera hablar con el señor Jung para pedirle algo de lo que el señor Jung estaba intentando proteger a su hijo, ¿O sí?

¿Qué tan lejos podía llegar él para salvar la reputación de su familia y la de su hijo?

─ He terminado la limpieza. ─ Dió un gran saltó cuando una voz lo sacó de su pensamiento, volteó a ver hacía abajo para ver justamente al Omega en el que estaba pensando.

Hoseok lo miró y sintió que aquel hombre le estaba viendo de forma extraña, de todas formas él ya solamente quería volver a casa para poder descansar de haber terminado de limpiar semejante compañía. Yoongi también le había hablado de unos nuevos supresores que eran más baratos y funcionaban bien, estaba pensando en pasar a buscar información de ellos.

Hoseok continuaba esperando que el hombre dijera algo.

─ ¿Señor?

─ Pequeño, ¿Ya tienes pareja? ─ Hoseok se sorprendió con la pregunta, pero pensó que tal vez le preguntaba ya que era un empleado y era importante para su jefe saber aquello, ¿No?

─ Aún no. ─ Respondió sintiéndose un poco avergonzado.

─ Está bien. ─ Le dijo el señor Jeon y luego se regresó a su oficina y cerró la puerta.

Hoseok se quedó de pie ahí algo confundido, ¿Podía irse a casa o no? Suspiró y decidió que aquello significaba que podía irse.

Antes de salir de aquel edificio se colocó un gorrito y unos guantes para poder ir a la tienda. No quería que nadie le estuviera señalando en el camino, mucho peor que el chico de la tienda se negara a atenderle por ser defectuoso. Comenzó a caminar hacia afuera y entonces lo vió.

Reconoció su aroma al instante en el que salió del edificio, y lo vio recostado en su carro mientras parecía esperar algo. El chico lo volteó a ver entonces él se giró bajando su gorro, intentando esconder su cabello rojo.

¿Por qué se tenía que encontrar con ese Alfa idiota que le había roto el corazón cuando era tan pequeño? ¿Y por qué los cielos habían bendecido a ese Alfa idiota y lo habían hecho guapisimo?

─ ¡Oye! ─ escuchó la voz del Alfa y sintió como éste se acercaba a él por lo que sin pensarlo dos veces comenzó a correr como loco.

Se volteó un poco sólo para darse cuenta que el idiota lo estaba siguiendo. Contuvo dos segundos la respiración al notar que se acercaba rápidamente.

Él era lento, y pequeño, y el Alfa ese parecía correr a la velocidad de la luz.

─ ¡Espera! ─Gritó el Alfa.

¡Mierda! ¡Mierda!

Comenzó a pensar Hoseok, hasta que vió su oportunidad de escapar en un cruce, la luz se estaba poniendo roja pero él igual pasó corriendo mientras los carros pitaban. Volteó a ver y suspiró aliviado cuando notó que él Alfa se quedó atrapado del otro lado, pero no se detuvo, continuó corriendo.

Jungkook se quedó pensando un rato, aquel Omega parecía se bajito como para estár trabajando en la empresa de su padre, ¿había su padre contratado a un menor? Pero no se había equivocado, el aroma de aquel Omega era el que había sentido allá adentro y sumado a ésto, le vió salir de aquel edificio.

Suspiró girándose para regresar a su carro, daba igual si no lo había atrapado hoy, porque el chico trabajaba ahí y podría regresar para intentar atraparlo mañana.

Su lobo se sentía emocionado, especialmente cuando vió al chico de gorro negro, sintió que su lobo casi se transformaba para ir tras él, pero eso hubiera sido todo un espectáculo y su padre lo habría matado, especialmente cuando le acababa de reclamar por estar con tantos omegas. Sólo faltaba sumarle haber perseguido uno en plena calle, transformado en lobo mientras el Omega intentaba huir por alguna razón que no comprendía.

Hoseok respiró aliviado al haber entrado a aquella tienda y ver que no había rastro de aquel chico. ¿Cómo lo había encontrado? ¿Por qué estaba ahí esperándolo? ¿Por qué lo había seguido?

Él no lo comprendía, así que se rindió y dejó de pensar en aquello y mejor fue hacía el chico de la tienda para preguntar por aquellos supresores, ya se acercaba la luna nueva de ese mes.

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