Capítulo 44
─ ¿En serio? ─ Preguntó Hoseok emocionado.
Jungkook le había dado la noticia cuando apenas había despertado. Su Alfa asintió y entonces Hoseok escuchó sus latidos y los de los cachorros acelerarse, estaba demasiado feliz y debía calmarse para que sus cachorros se calmaran.
Rió suavemente mientras respiraba calmandose.
Jungkook acariciaba su espalda con una sonrisa en su rostro, Hoseok le había contado sobre las reacciones de los cachorros y ahora cada vez que lo miraba calmandose de aquella manera se imaginaba que sería porque los cachorritos habían reaccionado con él.
─ ¿Debería ponerme en contacto con él? O dejarás a Jin hacer la cita. ─ Preguntó.
Jungkook recordó el gran plan que habían armado y respondió tranquilamente.
─ Será Jin, en realidad él ya se ha ido a confirmar la cita. Taehyung dijo que entre antes mejor, ya que ahora pareces estar en tu mejor forma con el tratamiento. ─ Hoseok asintió, luego se sonrojó.
─ Quiero ir al baño. ─ Le dijo a Jungkook, el Alfa rió internamente ayudando a bajarse de la camilla.
Y es que hace varios días Hoseok se había caído intentando bajar sólo ya que esta camilla era alta, por lo que Taehyung le dijo que no volviera a bajarse sólo y aquello avergonzaba mucho al pequeño Omega.
Vió a Hoseok caminar hacia el baño tranquilamente y entonces suspiró.
─ Te escuché. ─ Le dijo el Omega divertido desde el baño. ─ Suspiras mucho.
─ No es como si intentara ocultarlo. ─ Dijo un avergonzado Alfa.
Un mensaje llegó al celular de Jungkook en ese momento siendo Jin avisando que el ministro quería la cita ese mismo día, lo antes posible. Salió de la habitación, aquello no le había gustado para nada. Tenía un sentimiento extraño ahora que le formaba un nudo en su garganta, ¿Estaba poniendo en peligro a Hoseok?
─ ¿Amor? ─ Escuchó, así que sacudió el sentimiento de su sistema y volvió a entrar con una media sonrisa.
─ La cita será hoy. ─ Le dijo a Hoseok quien también se sorprendió por aquello. ─ En... unas cuantas horas.
─ Entonces debería bañarme. ─ Dijo el peliblanco intentando ocultar sus crecientes nervios, definitivamente no esperaba que fuera tan pronto, pero tenía algo de sentido ya que el ministro tenía casi dos meses intentando reunirse con ellos.
Jungkook asintió y caminó a tocar el botón para llamar a algún enfermero que ayudara a Hoseok. Éste no tardó en aparecer, Jungkook tenía que irse cuando otras personas tocaban a Hoseok, esto es porque su instinto posesivo y protector estaba surgiendo con el embarazo del pequeño Omega y a veces no se sentía seguro poder controlarse.
Regresó unos cuantos minutos después para ayudar a su pequeño a secar su cabello con cuidado, ya algunas veces le había calentado mucho las orejas provocando que Hoseok se pusiera gruñón y empurrado por varias horas. Aunque tampoco era que le molestaba tener a su adorable Omega gruñón y empurrado, simplemente le parecía aún más adorable.
Todos se reunieron en el hospital y ellos ya estaban listos. Taehyung había rompido un récord preparando la ambulancia para el Omega bajo su cuidado y lo ayudó a entrar y colocarse todo lo que debía llevar para asegurarse de seguir estable.
Carros atrás los seguían los demás, incluso el Señor Jeon y su futuro Omega iban varios carros atrás. Los ojos del pequeño Omega se llenaron de lágrimas al ver cuántas personas habían frente al congreso apoyandolo, él se había imaginado un pequeño grupo con pancartas, pero no era un pequeño grupo, era realmente un gran grupo de personas, tantas que tapaban por completo toda la entrada al edificio y llegaban hasta el otro lado de la calle, casi bloqueando la pasada.
Les abrieron camino hacia la entrada como si se tratara de una celebridad y, cuando él pequeño Omega salió de la ambulancia sosteniendo la mano de Jungkook, recibió muchos gritos de apoyo. Le habían dolido sus orejitas por el fuerte sonido de los gritos pero no le importaba, sonrió intentando contener las lágrimas, no quería que pensaran que era débil, aunque con las hormonas del embarazo era un poco difícil no sentirse sentimental.
Llegaron a las puertas de entrada y éstas se abrieron para ellos dos, por suerte habían colocado las camaritas en ambos desde el hospital, por lo que no tuvieron que hacer más.
Hoseok mentiría si dijera que sabía cuánto habían caminado para llegar hasta las oficinas de aquel ministro, al parecer era lo suficientemente poderoso como para tener su propia ala en todo el palacio del congreso.
Llegaron y para entrar tuvieron que atravesar una segunda puerta de entrada, el lugar estaba resguardado por Alfas, no eran betas... y ver a tantos Alfas puso a Jungkook en alerta. Fueron escoltados a lo que parecía ser una sala de espera donde les pidieron tomar asiento.
Ambos se sentían incómodos ya que el lugar era tan lujoso que hasta su aroma era lujoso. Hoseok bajó sus orejitas al sentirse tan vigilado pero Jungkook le apretó la mano y le mostró una pequeña sonrisa. Hoseok vió claramente cómo los labios de su Alfa temblaban suavemente, demostrandole que él también estaba nervioso, por lo que intentó calmarse para ayudar también a Jungkook.
─ El ministro lo recibirá ahora. ─ Habló una voz femenina desde lejos.
Ambos se pusieron de pie.
─ Pero le gustaría hablar a solar con el Omega. ─ Dijo la voz femenina.
Hosok y Jungkook se miraron a los ojos unos segundos, el peliblanco soltó suavemente la mano de su Alfa, sentía sus piernas temblar. Jungkook quería tomar a Hoseok y salir corriendo de ahí, pero algo lo estaba alertando. De pronto la posición de aquellos Alfas tan cerca de la puerta de salida le hacía creer que no se irían de ahí hasta tener aquella reunión.
─ Estaré bien. ─ Le dijo Hoseok y él asintió.
El pequeño Omega caminó hacia la enorme puerta, la abrió y entró dándose cuenta que en el interior habían aún más Alfas. Dos de ellos se pararon frente a la puerta bloqueando su salida. El llevó instintivamente su mano a su vientre, sentía el fuerte deseo de hacer algo para proteger a sus cachorros. Caminó hacia adelante y se sentó en un sillón ya que así le indicó uno de los Alfas.
Afuera Jungkook miraba ansiosamente cómo dos Alfas se paraban frente a la puerta donde Hoseok había entrado, mordió su labio concentrándose en los sentimientos que Hoseok transmitía a través del vínculo: Miedo... era todo lo que podía sentir.
Hoseok dió un pequeño salto cuando sintió una segunda puerta abrirse y entonces a través de ésta entró un Alfa, seguido por dos Alfas más.
Como si hiciera falta tanta protección por un pequeño Omega como él.
Entonces se quedó en shock al ver bien qué hacían esos dos Alfas. En sus manos tenían correas y esas correas estaban conectadas a alguien. Trás uno de los Alfas venía un hermoso pequeño Omega defectuoso y tras el segundo Alfa venía un pequeño Alfa defectuoso. El hombre del frente le mostró una sonrisa escalofriante provocando que Hoseok se levantara e intentara huir hacia la puerta.
─ Hola, Hoseok. ─ No podrás irte hasta que acabe nuestra reunión.
Un Alfa lo tomó del brazo regresandolo a la fuerza al sillón y haciendo que se sentara. El ministro caminó hasta los sillones y se sentó frente a él.
─ Escuché que quieres leyes para proteger a los Omegas defectuosos, es muy lindo de tu parte, pero no creo que sea posible. ─ Le dije el Alfa.
─ Si es posible. ─ Respondió Hoseok sobresaltandose un poco.
─ Es imposible. Yo no lo permitiré, quería que lo supieras. ─ Hoseok desvió su mirada hacia los dos pequeños y luego hacia el ministro. ─ ¿Quieres comprarlos? ─ Preguntó.
─ ¿Usted... los está vendiendo? ─ Preguntó con miedo, se odió a sí mismo por no poder evitar liberar su aroma a miedo.
─ Así es, es mi segundo trabajo. ─ Confesó el ministro.
Hoseok sintió sus labios temblar y presiono sus almohadillas en sus manos, estaba frente a la persona que siempre había temido estár. El Alfa se levantó rápidamente tomándolo de la cintura. Hoseok luchó pero era imposible, el Alfa lo tenía en su regazo con poco esfuerzo, maldijo en bajo por estar sobre el tipo.
─ Suelteme. ─ Le dijo. ─ ¡No me toque con sus asquerosas manos! ¡Maldito!
Su respiración se había acelerado al igual que sus latidos y los de sus cachorros.
─ ¿Tienes miedo? ─ preguntó el hombre.
─ ¡Suelteme! ─ Hoseok comenzó a golpearlo y entonces el Alfa llevó su mano al punto Omega de Hoseok provocando que éste jadeara sumisamente en respuesta. ─ No...
─ ¿Crees que no conozco tus puntos débiles? ─ Hoseok cerró sus ojos jadeando y sin poder controlarse, sus brazos cayeron a sus lados y mostró su cuello al Alfa.
El Alfa llevó su otra mano ahora al vientre del Omega y acarició en círculos provocando un ronroneo en Hoseok.
─ Los Omegas defectuosos son tan fáciles de complacer. ─ Sus lágrimas comenzaron a caer por no poder controlarse. ─ Qué lástima que un Omega como tu ya esté marcado, eres tan especial y único, no siempre se encuentran Omegas defectuosos con ojos de lobo.
─ M-Maldito... ─ Fue todo lo que pudo decir.
Jungkook afuera estaba completamente confundido, se había levantado cuando sintió a Hoseok entrar en pánico, pero de repente su Omega estaba completamente tranquilo, pero aún sentía algo demasiado extraño a través del vínculo y no sabía que era.
─ Te traje aquí para que hiciéramos un trato. ─ Le dijo el ministro.
Hoseok abrió sus ojos con dificultad, odiandose, odiando su cuerpo por reaccionar a esa persona tan desagradable. El Maldito Alfa se deleitaba con la visión del pequeño Omega peliblanco, ¿Cuanto le habrían pagado de haber logrado poner sus manos primero en aquel Omega? Se lamentaba por no haberlo encontrado antes y venderlo.
─ Yo no haría un trato con usted, ¡ah! ─ El Alfa rió ante el pequeño gemido.
─ Pero si aún no lo has escuchado. ─ Le dijo, Hoseok mordió su labio, no quería volver a gemir, su marca dolía, le dolía demasiado. ─ Retirate.
El ministro le mostró de nuevo aquella sonrisa escalofriante haciéndolo temblar.
─ Tu abandonas las campañas y la ridícula idea de hacer leyes para los Omegas defectuosos y yo te dejo tener tus cachorros, ¿No parece un buen arreglo?
Hoseok miró al Alfa con miedo, acababa de amenazarlo, volteó a ver al pequeño Omega que temblaba y al pequeño Alfa.
─ ¿Te gusta ese pequeño Alfa? Los Alfas son más caros, son más difíciles de conseguir.
El peliblanco miró con odio al hombre frente a él mientras agradecía internamente que Jimin nunca cayera en las manos de el maldito Alfa. Cerró sus ojos, ¿De verdad podía abandonar a quien sabe cuantos Omegas y Alfas defectuosos en las manos ese maldito Alfa? Ese Alfa que estaba controlando su cuerpo a su antojo...
─ No. ─ Le dijo mirándolo a los ojos mientras temblaba. ─ No dejaré la campaña y usted se va a hundir.
El Alfa rió ante la respuesta del pequeño Omega pero también se llenó de enojo.
─ Vas a arrepentirte. ─Le susurró al oído mientras comenzaba a presionar fuertemente en su vientre.
Hoseok gritó por él dolor.
─ Golpeenlo. ─ Ordenó lanzándolo al piso y levantándose caminó hacia la segunda puerta y se fue.
Los Alfas se acercaron a Hoseok y lo golpearon asegurándose de que aquellos golpes no fueran visibles. Jungkook se lanzó sobre los Alfas fuera de la habitación y después de luchar se convirtió en lobo para poder pelear con más fuerza contra aquellos Alfas. Ésto lo retuvieron hasta que las puertas se abrieron por desde el otro lado.
Jungkook entró corriendo y al ver a Hoseok en el piso regresó a su forma humana. En la habitación sólo estaban ya el pequeño Omega y Alfa defectuoso, amarrados a unas barras mientras temblaban mirando al Omega peliblanco.
─ ¡Hoseok! ─ Gritó Jungkook mientras se acercaba, lo tomó en sus brazos y salió corriendo. En la entrada la secretaria lo detuvo ofreciendole ropa.
Jungkook se negó e intentó salir pero los Alfas bloquearon la salida. Maldijo mientras recostaba a Jungkook en un asiento y se vestía lo más rápido. Tomó al Omega y salió corriendo, tenía que llegar hasta Taehyung.
El ministro ya tenía la historia lista, el Omega se había desmayado por culpa del embarazo durante la reunión y el que Hoseok perdiera a sus cachorros no le haría sorpresa a nadie pues al fin y al cabo era un Omega defectuosos.
Cuando Jungkook llegó afuera esa era la historia que todos conocían.
Entró a la ambulancia y quitó la ropa, Taehyung cubrió su boca pero rápidamente reaccionó conectando a Hoseok.
El pequeño Omega abrió los ojos con dificultad mirando que se movían rápidamente a su alrededor y algo confundido, pero escuchando los latidos de sus cachorros.
Seguían vivos. Sus cachorros estaban bien.
Respiró suavemente, no podía lograr saber que sucedía, estaba confundido, pero quería calmar a sus pequeños. Respiró suavemente hasta que los latidos volvieron a la normalidad. Sentía dolor mucho dolor, pero no podía dejar de concentrarse en sus cachorritos.
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