Capítulo 43

─ El Congreso nos cerró las puertas en la cara. ─ Dijo Jin.

Las orejitas de Hoseok se agacharon haciendo a todos saber lo triste que estaba por la noticia, ésto no quería decir que las protestas terminaran. En todos lados las personas le enviaban mensajes de apoyo y esperanza, entonces por qué la gente del congreso se oponía de tal forma.

Esa misma tarde les había explicado que alguien adentro estaba trabajando contra ellos, esto quería decir que algún ministro se oponía firmemente a recibirlos y tal vez éste era el motivo. Por supuesto que ellos no les dejarían saber el nombre de tal personaje. Ésto complicaba todas las cosas.

Una pequeña queja salió de la boca de Hoseok poniendo a todos en alerta. Jungkook se acercó y tomó la mano del pequeño y sonrojado Omega.

─ No finjas que estás bien. ─ Le dijo tomándolo de la cintura para llevarlo de regreso a su habitación en el hospital. Había salido para estár en la pequeña reunión que hacían para hablar de qué hacer ahora.

─ Pero quiero estar en la reunión. ─ Dijo con un poco de dificultad mientras jadeaba. ─ Es importante para mí.

─ Lo sé pequeño pero debes cuidarte aún más, son meses peligrosos. Ya escuchaste a Taehyung. ─ Él pequeño Omega peliblanco no pudo más que asentir.

Hoseok ya estaba a sólo días de comenzar el tercer mes de su embarazo de cachorros gemelos, por lo que el doctor Taehyung les explicó que el tercer y cuarto mes eran los meses más peligrosos para ellos, serían el obstáculo más grande.

El pequeño Omega se dejó cargar sin reprochar más porque si se estaba sintiendo un poco mal. Jungkook lo miró con una pequeña sonrisa, amaba a su pequeño Omega, y lo amaba aún más por luchar tanto por sus cachorros. Tal vez aún no había logrado conseguir las leyes que su pequeño Omega necesitaba, pero al menos hasta ahora había logrado conseguir que él pudiera tener a sus cachorros con un tratamiento correcto y todas las cosas que necesitara.

También otro Omega defectuoso había escuchado respecto al hospital y se había internado hace unos cuantos días atrás, según escuchó habían venido desde muy lejos y el Omega tenía casi lo mismo que Hoseok de embarazo. Se sentía orgulloso de que su Hoseok estuviera cambiando el mundo, aunque fuera un poco.

Entraron a la habitación y Jungkook recostó a Hoseok en la camilla, ayudándolo a conectarse a los monitores sólo para asegurarse de que todo siguiera normal. Después de tantos días, ambos sabían hacer aquello. Se quedaron en silencio un rato, sólo vigilando que todo saliera bien en los monitos y cuando fue así suspiraron con alivio.

─ No estés triste. ─ Le dijo entonces Jungkook jalando las orejitas hacia arriba. ─ Pensaremos en algo, mucha gente nos apoya y la redacción de las leyes ya está terminada.

El pequeño asintió sentándose en la camilla.

─ No quería decirlo en el grupo, pero, ¿Recuerdas el ministro que nos ha estado invitando a hablar con él? ─ Preguntó Hoseok un poco más tranquilo. ─ ¿Qué opinas de sí reunirnos con él?

─ El ministro que hasta te escribió por las redes sociales. ─ El peliblanco asintió.

─ Si dicen que no los dejan entrar por un ministro, tal vez nos dejen entrar por otro ministro. ─ Jungkook pensó en aquello.

─ Pero el quiere que tú vayas, no sé si sea buena idea que salgas del hospital. ─ Jungkook suspiró y se sentó a la par de Hoseok tomando su mano. ─ No creo que sea seguro.

─ Todos han hecho algo por ésto y yo... sólo muy poco, tal vez ésto sea algo que deba hacer. ─ Hoseok lo miró a los ojos y Jungkook sostuvo la respiración, tal vez nunca se acostumbraría a esos profundos ojos azules.

Eran los hermosos ojos de un lobo blanco.

─ Lo pensaré, por favor... déjame pensarlo. ─ Le respondió Jungkook y luego tomó sus manos acariciando sus almohadillas cafes. ─ ¿Cómo te sientes?

Hoseok se sorprendió por el cambio de tema, lo pensó un poco y se concentró en escuchar los latidos de sus cachorros. Se escuchaban mucho más claros ahora y el Omega simplemente no podía ignorar la diferencia en los latidos. Suspiró, Taehyung le había dicho que eso no quería decir que uno de ellos estuviera mal, que los exámenes mostraban que ambos pequeños estaban bien.

─ Me siento bien y ellos... se escuchan bien. ─ Dijo.

Por supuesto que comenzando los tres meses, a Hoseok a penas y se le notaba un bulto en el abdomen bajo donde se supone estarían los cachorros, pero debido a que el cuerpo del pequeño Omega peliblanco no era normal, los cachorros estaban en realidad un poco más arriba que eso. Taehyung tenía problemas para hacer ultrasonidos cervicales debido a ellos, pero siendo como él era nunca se rendía, y esperaba positivamente que ambos cachorros bajaran de su escondite a medida crecieran. Si no sucedía así, estaba todo listo para el plan B: Cesárea.

Todo estaba calculado, incluso o que sucedería si los cachorros se venían antes, o si sucedía algo con el cuerpo de Hoseok, pero Taehyung le explicó que debía luchar por lo menos hasta los siete meses. Si eran seis meses también habría un poco de esperanza, pero no tanta como si lograra llegar a los seis.

Hoseok suspiró y Jungkook, notando la preocupación en su rostro y en sus orejitas, comenzó a acariciar suavemente sus cabellos blancos.

─ Lo estás haciendo bien. ─ Le dijo. ─ Todo está bien.

Jungkook liberó su aroma para poder tranquilizarlo mejor y Hoseok se acercó a él recostandose en su pecho y olfateandolo sin pena. Jungkook llevó su mano al punto Omega del peliblanco y éste jadeo sobre la piel de su cuello, ya que olfateando había llegado hasta ese punto.

Hoseok se derritió en los brazos de su Alfa, amaba el sentimiento, a veces le preocupaba ser tan vulnerable... pero sabía que podía confiar completamente en Jungkook. Continuó olfateando suavemente mientras Jungkook lo acariciaba hasta que se quedó dormido.

Jungkook lo recostó de nuevo, se quitó su camisa y la dejó con él, riéndose un poco cuando el Omega entre sueños la abrazó. Salió así para poder seguir en la reunión y nadie le dijo nada por su pecho desnudo.

─ ¿Se les ha ocurrido algo? ─ Les preguntó a todos sentándose otra vez en su lugar.

Todos negaron

─ Solamente esperar que las protestas ayuden con el tiempo. ─ Le dijo Namjoon.

─ Hay algo. ─ Les dijo Jungkook. ─ Pero aún no he decidido nada al respecto.

Todos pusieron su atención en él.

─ Un ministro ha estado insistiendo en que nos reunamos con él, Hoseok y yo. Pero siempre insiste más por conocer a Hoseok. ─ Le dijo. ─ Hoseok me dijo que si un ministro nos cerró las puertas, tal vez otro ministro las abra para nosotros, pero me da miedo que salga del hospital.

─ Podría salir, pero tendríamos que asegurarnos que esté estable todo el tiempo. ─ Explicó Taehyung. ─Incluso podríamos llegar tan lejos como para llevarlo en una ambulancia.

Jungkook asintió pensando en aquello, pero aún así no le gustaba mucho.

─ Podriamos grabarlo todo. ─ Dijo Yoongi. ─ Si no confías en el ministro porque te parece extraño, podríamos grabar todo, sólo por si acaso.

Namjoon miró a su Omega con una sonrisa, a él le gustaba esa idea.

─ Yo creo que aunque confíes en el ministro, siempre deberíamos grabarlo, ¿Qué tal si le hace alguna promesa a Hoseok y después se anda queriendo retractar? ─ Agregó a la idea de su pelinegro.

Todos asintieron. Jungkook se sentía más tranquilo al ver que los demás pensaban también en la seguridad de Hoseok y le ayudaban a ver mejores opciones. También sabía que Hoseok estaría feliz de ayudar, y su visita a las oficinas del congreso alentaría a los protestantes, sin mencionar que probablemente saldría en las noticias.

Cuando la reunión terminó, regresó a la habitación de su Omega y acostándose a su lado en la camilla se giró para poder verlo. Llevó su mano hacia él acariciando su piel caliente y dibujando cuidadosamente las hermosas facciones del peliblanco. Suspiró mordiendo su labio porque Hoseok era tan hermoso que no podía creer a veces que fuera su Omega. Pensó que se había acostumbrado a la belleza del pequeño antes, cuando su cabello era rojo y sus ojos de un hermoso marrón, pero ahora que tenía cabello blanco con tonos platinados y unos ojos azules tan hermosos y que resaltaba tanto su belleza como un lobo Omega, no sabía si algún día podría acostumbrarse.

Básicamente, aunque no lo había admitido, tenía miedo de dejar salir a su hermoso Omega, era demasiado hermoso. Pero no podía admitir aquello, le daba vergüenza que Hoseok supiera cuan estúpidamente enamorado estaba de su belleza. Tampoco quería que el Omega pensara que eso era lo que más le importaba, porque no era así, simplemente él no podía evitar suspirar cuando podía apreciarlo y adorarlo de tal manera.

Deslizó su mano hasta poder acariciar una de sus orejitas que se encontraban recostadas sobre su cabeza evitando que el pequeño escuchar sonidos muy fuertes. Se acercó a ésta inclinándose un poco sobre Hoseok.

Entonces acercando sus labios, susurró:

─ Te amo, no sabes cuanto.

Hoseok simplemente se removió un poco, estaba profundamente dormido, ahora con el embarazo no se despertaba tan fácilmente. Jungkook se regresó a su puesto sonriendo, no pudo dejar de ver a su Omega hasta que se quedó dormido.

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