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Una mala decisión dependiendo del tamaño y rango que posee, se te grava. Una mala decisión no la podemos cambiar, ni editar y mucho menos borrar. Esa decisión se queda para siempre contigo. Te transforma. Te cambia. Te hiere. Y te… ahoga.

Nos preguntamos qué pasaría si no la hubiéramos tomado. Cómo serían las cosas. Y cuales serían las nuevas consecuencias… No obstante, el resultado sigue siendo la misma herida en ti. El mismo sufrimiento. El mismo dolor. Y las mismas huellas...

Al final del día acabamos con un mal sabor de boca, una opresión en nuestro pecho y un nudo en la garganta.

Me encantaría poder mandar un saludo y un beso a cada personita que está viva. Porque respirar, seguir vivos y la vida, ya son bastante difícil para añadir cargos de conciencia.
Vale, llorar es bueno e liberante, pero no es bueno seguir llorando por la misma cosa una y otra vez sin poder siquiera terminar respirando aliviada.

El dolor que yo siento por mi mala acción definitivamente se grabara en mí por la eternidad. No importará ni que mi órgano palpitante se detenga, ni que mi cuerpo se vuelva polvo…
Siempre me perseguirá. 

Ahí, en el fondo de la piscina, cuando estoy viviendo mi mayor miedo e mi mayor pesadilla despierta con muchísima fuerza. Me desequilibra la realidad...

Una Khaleesi que ya está más muerta que yo... – Y yo soy la Khaleesi que ahora mismo gobierna todo su cuerpo pero con unos años más – Está ignorante de que su travesura mientras se alejaba de la orilla con una tabla de Surf hacía el agua.

Las olas estaban oscuras e inquietantes ese día más que nunca. El cielo estaba nublado, el día gris y el sol no hizo acto de presencia esa tarde. Todo iba de acuerdo a los acontecimientos de ese día. Era como si la naturaleza supiera desde el inicio que iba a ocurrir una desgracia. Todo poseía un aura fúnebre que la castaña no había notado.

Según lo que habían anunciado por la radio se avecinaba una fuerte tormenta. Pero esa Khaleesi solo pensaba en darle una sorpresa a su madre y demostrarle lo bien que surfeaba.
Lo tenía todo planeado. La madre estaba por llegar del trabajo y la vería domando a una ola magnífica.

Pero cuando la menor Jeon entró al agua y montó en la ola, una fuerte corriente la arrastró, tumbándola de la tabla.
La chica solo luchó sin cesar por mantenerse a flote a pesar de lo fuerte que era. Y para más de su infortunio descubrió que se estaba agotando muy rápido.

Pataleo y grito por ayuda. La madre la vio y con todo el horror del mundo debido al miedo de perder a su hija, se lanzó a buscarla.
Llegó hasta ella y juntas buscaron la manera de acercarse a la orilla.

Pero la fuerte corriente las volvió a llevar. No podían ya superarla. No les quedaban las fuerzas suficientes para ello y ya era demasiado tarde.

- Te amo, Khaly.

La mujer con las pocas fuerzas que le quedaban impulsó a Khaleesi para sacarla y que se salvará, condenándose a ella misma a la muerte...

- ¡Mamá!

.
.
.

No supe ni en qué momento me sacaron del agua. Pero ahí estaba yo, llorando sin parar de rodillas al suelo, mientras mi pecho comenzaba a doler.

El aire me empezó a faltar y todos los pensamientos de que era mi fin recorriendo todo mi cuerpo. Mis manos se posaron en el lugar donde se encuentra mi corazón y estrujaron la ropa empapada.

Sin embargo, a pesar de haber sufrido tantos ataques de pánico, este era mucho peor y... No me quedaba ninguna fuerza para combatirlo.

Estaba hecha mil pedazos.

Justo cuando creí que todo estaba perdido – Yo estaba perdida – Lixue me comenzó a ayudar.

- Ey, ey, mirarme bonita – Me miró con dulzura – Respira conmigo – Expresó con el mismo sentimiento que mi hermano cuando me ayudaba a superarlos. Y en esos segundos, Lixue se me volvió una hermana mayor para mí, justo como Jungkook – Hazlo conmigo, por favor – Susurró tan reconfortante que me animó a seguirla – Todo está bien, yo estoy aquí.

El aire volvió a mí y un fuerte sollozó escurrió mis labios. Me sentí aún más aliviada cuando la pelinegra me envolvió entre sus brazos.

- Shh, no llores – Acarició mi espalda con un tacto tan afable que lo sentí maternal – Te llevó a casa. ¿Sí?

Asentí un poco calmada.
Changbin llegó hacía nosotras con una toalla y Lixue me envolvió con ella mientras el muchacho me ayudaba a levantarme, pero se marchó al instante que la pelinegra le agradeciera por mí.
No puedo hablar. Las palabras se quedaban trabadas en mi garganta debido al fuerte trauma.

Vi como Yeonjun se acercaba después de lograr evadir a Jeongin y se intentaba acercar a mí.
Al estar frente a mí, sus ojos me miraron con el mismo sentimiento que hace un rato «Quería llegar hasta mí. Quería hablar. Quería ayudarme»...
....Pero justamente al que menos tenía ganas de ver era a él.
Estaba decepcionada ¿Cómo se me ocurrió poner tantas esperanzas en alguien? ¿Cómo fui tan tonta al creer que con él me ayudaría a superar mis traumas?

- Bizcochito, yo...

Me entraron ganas de salir corriendo cuando su mano sujetó uno de mis mechones de cabello.

Lixue percibió como el pelinegro se había acercado tanto a mí y me atrajo a ella.

- Yeonjun más te vale que te calles sino quieres probar mi puño enterrado en tu nariz – Le amenazó con notorio enfado.

- Pero... – Volvió a intentarse acercar.

- ¡La cagaste! – Gritó.

La mirada de resignación que soltaron las orbes del pelinegro me dejó un nudo en la garganta. Me entraron ganas de echarme a llorar aún más ¿Qué era lo que me quería decir? ¿Una disculpa?

- Quieta, me largo y ella se viene conmigo – Le espetó con un empujón.
  

♡♡♡

Lixue no callaba en todo el camino. Era más parlanchina que la cotorra de Olga. Aunque se lo agradecía. Su habladuría me hacía desconectar solo un poco de mis pensamientos.

- Oye, puedes contar conmigo. No dejaré que Yeonjun te haga daño otra vez, lo prometo – Me sonrió tiernamente al estar frente de la casa de la abuela y notar que se acababa el trayecto. Me dieron ganas de hablar para poderle agradecer, pero mi voz seguía atorada en mi garganta – No sé qué fue lo que te pasó pero cuando te vi tener un ataque de ansiedad me recordaste a mí y quise ayudarte. Lo siento...

Paré mi andar para verla directamente a los ojos.

La pelinegra parecía tan perfecta, tan genial y tan viva que nunca se me ocurrió pensar que ella sabía cómo se sentía esto.

- Tuve unos cuantos – Alzó los hombros con un poco de timidez – Son horribles. Ah, por cierto, soy Lixue pero puedes llamarme Lili, no me molestaría.

Terminando de hablar acarició mi cabello con gentileza ¿Por qué lo sentía tan maternal? Su tacto me recordaba al de mi madre, pero sobre todo a mi hermano.
Últimamente en este tiempo que he compartido con ella descubrí un lado tan empático que me recordaba a Jungkook. Ambos poseían un corazoncito de oro latiendo en sus pechos ¿Por qué lo noté? No cualquiera haría lo que ella hizo para ayudarme. Aún me parece increíble su ayuda.

Dicen por ahí que mientras más esperas algo de alguien, menos recibes, pero de quién menos esperas, es de quién más recibes...
Está noche lo había confirmado.

Lixue tocó la puerta y mi hermano abrió.
No quice que Jungkook viera mi estado ¿Lo decepcionaría? Él puso las esperanzas en mí pero yo acababa de joderla en grande ¿Por qué siempre lo echaba todo a perder? Todo. Así que lo empujé antes de que percibiera algo y corrí las escaleras de mi habitación.

Tenía la impresión que esa cuatro paredes se volverían mi nuevo chaleco antibalas nuevamente...

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Holis, espero que no hayan llorado como yo mientras escribía el capítulo😔
Me dio mucho sentimiento cuando lo escribí🤧

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