28
La puerta de mi habitación fue abierta mientras leía Boulevard de Flor.M Salvador. Este era uno de mis libros favoritos. Me encantaba la pureza que transmitía el amor de los protagonistas y como, a pesar de ser perfectamente imperfectos, estaban hechos el uno para el otro ¿Además quién en su santo juicio no le gustaba llorar con el trágico final?
- ¿Estas llorando de nuevo por ese libro? – Inquirió con sutileza y un poco de burla mi hermano.
Limpié las lágrimas que salían sin importar cuantas veces releyera este libro – Siempre lloraba cuando Luke moría y Hasley quedaba hecha pedazos –, le sonreí a mi hermano porque reconocía ese tono bajo en su voz.
- ¿Cómo te sientes? – Se acercó a mí y me quitó las gafas con delicadeza.
- Bien.
Jungkook sonrió con afecto, se sentó en mi cama y me hizo tomar asiento a su lado.
Al estar uno frente al otro, el castaño descansó su cabeza en mi regazo. Mi hermano tenía unas horribles ojeras en sus ojos, no dude en que estuvo toda la noche trabajando inhumanamente. Había veces que me contaba que sus superiores eran unos insufribles y se aprovechaban de los de más bajo rango para inflarlos de trabajo.
- ¿Y tú cómo te sientes?
- Terrible – Fue su respuesta – Pero no por la guardia nocturna.
- ¿Entonces?
- Te debo una disculpa, Khaly. Ayer me porté como un estúpido y ni hablar de que ni me disculpe de lo que te hice pasar aquel día en la heladería.
- Oppa…
- Hay veces que creo que estas curada y hay veces que me doy cuenta que no lo estas. Aquel día en la heladería alegué que ya estabas curada y podías afrontar todo. Me equivoqué, y te hice pasar por un mal día. Así que pensé que tenías que ir más lento. Por eso cuando ayer me pediste salir, además de los celos, volví a fundamentar que era mejor que te tomaras un tiempo. Volví a errar. Lo que debí hacer era permitirte salir con ese chico. Quizás no vi antes que tú te estabas forzando al máximo en curar todos tus traumas. No percibí que en realidad, yo no puedo decidir tu tiempo para sanar. Tú sola llevas un tiempo que limite que está bien.
- Oppa yo sé que estas asustado por verme rendirme. Pero estoy bien. Y todo es gracias a ti. Sin ti no hubiera podido llegar hasta aquí – Le acaricié el cabello.
- Solo quiero que sepas que pase lo que pase, voy a aceptar el tiempo que pongas.
- Eres el mejor hermano del mundo – Lo abracé mientras me flexionaba – ¿Qué te parece un día de hermanos? Hace ya un tiempo que no lo tenemos.
- ¡Genial! – Se levantó repentinamente de mi regazo – Voy a mi habitación a cambiarme y regreso por ti.
Cuando Jungkook salió corriendo por la salida, sonreí. Mi hermano era un chico tan dedicado a mí que no me atrevería a dudar su futuro como padre. Había veces que me entristecía pensar el tiempo que no se daba a sí mismo. Jungkook cuando no estaba trabajando, estaba cuidando a mi abuela o a mí.
Yo quería cuidarlo, reducir su peso, pero siempre terminaba siendo más peso para Jungkook. Inquiría cuándo estaría curada completamente y podría ayudarlo.
Jungkook estaba perdiendo toda su juventud tan rápidamente como la arena colándose por unas palmas abiertas. Y yo no podía hacer nada. Me siento tan impotente por ello que tuve limpiar una lágrima escurridiza que recorrió mi mejilla.
El agua caliente humedeció todo mi cuerpo en el segundo baño que me di en el día. Relajé mis músculos tensados en las piernas. Joder, aún me duele caminar ¿Cómo se me ocurre un día de hermanos así? Luego me vestí con unos pantalones mezclilla y un suéter de lana rojo, que iba a juego con el brillo labial que apliqué. Mi cabello quedó con un par de trenzas iguales a las boxeadoras y terminé el conjunto con unos conversé rojos.
Mi hermano entró a mi habitación y me hizo sonreír por su oufit. Parecía que habíamos compartido la misma neurona.
Nos habíamos colocado el mismo suéter y parecíamos vestir ropa de pareja. Sus pies calzaban unas zapatillas rojas y sus piernas un pantalón roto en las rodillas que se ajustaba bastante bien en sus trabajadas piernas. El cabello le era una maraña de pelo que solo a los lindos le podía quedar tan bien como a él.
- Te ves hermosa.
- Tú también.
- ¿Nos vamos? – Inquirí acercándome a su anatomía.
- ¡Let's go! – Chilló envolviendo mi brazo con su codo.
Entré risas subimos a su auto. El prendió la radio y una canción de Jason Derulo y BTS nos dio la bienvenida. Canturreamos la melodía pegajosa por todo el camino hasta el parque de diversiones.
♡♡♡
- Eso estuvo de locos – Movió su cabeza en círculos – ¡No pienso volverme a subir en una montaña rusa después de comer pizza!
- ¡Es tu culpa! – Lo señalé con mi índice – Solo a ti se te ocurre algo así. Creo que mi pizza va a salir en cualquier momento.
- No es mi culpa. Nadie te obligó a subir conmigo.
- ¡Es una tarde de hermanos! Está claro que teníamos que subir juntos – Lo miré entrecerrando los ojos – Además dijiste que me ibas a llamar pequeño saltamontes enfrente de Yeonjun si no lo hacía ¡No quiero que me llamas así enfrente de mí pareja! – Chillé en queja.
De inmediato me di cuanta de lo extremadamente extraño que sonaba decir que Yeonjun y yo teníamos una relación. Parecía que seguía siendo ayer cuando el chico se mofaba de mí y me hacía la vida imposible por cuenta a sus ideales lujuriosos.
El castaño sonrió inocentemente en acuerdo a mis palabras, volteó buscando otra atracción en la que subir. Y soltó un chillido tipo fangirl al ver una atracción de tiro libre con arco... O al menos creí que era por el arco.
- ¡Stich! – Fue lo que soltó.
Volteé sobre mi eje para ver de lo que hablaba. Un peluche azúl colgaba entré los premios que podías ganar. Cierto, había olvidado mencionar que Jungkook es fanático a esos muñes... Y yo también.
Los dos compartimos una mirada competitiva que dejaba en evidencia que mataríamos por el peluche.
Corrimos hacía la atracción y a la par le pusimos de un tirón los billetes al dueño sobre la mesa.
- ¡Competiremos por el premio del peluche azul! – Le espetamos enérgicos.
El dueño nos entregó un arco a cada uno y explicó las reglas – Atinar tres flechas justo en el centro de los aros que se movían de arriba hacia abajo repetidas veces para dificultar nuestra puntería –.
La competencia empezó. Los dos éramos bastante buenos en los arcos, pero simplemente yo seguía siendo la mejor.
- ¡Siii! – Clamé emocionada con el premio en mis manos.
- ¡Hiciste trampa! – Reprochó cuando íbamos camino al auto.
- ¡No lo hice! Eres un mal perdedor, oppa.
- ¡No soy un mal perdedor! – Riñó.
Y entre peleas estúpidas entramos en el coche. Al final le regalé el dichoso peluche. Sinceramente era preferible que tuviera el peluche a que siguiera perreteando como un niño chiquito por un dulce.
- ¿A dónde iremos ahora? – Inquirí al ver como el camino que tomaba era el contrario de la casa de la abuela.
- Tenía planeado ir a saludar a uno de mis amigos que vino de Japón antes de decidir el día de hermanos ¿No te molesta?
- Claro que no, tonto.
Las chuches que habíamos comprado extras en el parque de atracciones fueron nuestro entretenimiento en el nuevo recorrido.
Tanto azúcar me llenó a tal punto que parecía un sapo inflado. Jungkook estaba igual que yo, solo que él lo sabía disimular mientras que yo era experta en quejarme de la falta de agua.
La nueva parada que nos recibió era un restaurante de clase media. No era tan hermoso como la heladería que alquiló Yeonjun, pero sí más lujoso, con una decoración bien acordé con los platillos y con un exquisito aroma a comida de buena calidad.
- Mira, Khaly, es ese de allí.
Aunque mi hermano señaló el lugar con su índice yo ni le presté atención. Mi vista estaba recaída en la parte de los autógrafos y fotos de famosos que habían comido aquí alguna vez ¡Cha Eunwoo, mi actor favorito tenía su firma ahí! Sino fuera porque mi hermano me arrastrará hacía la mesa que él decía, probablemente me abría robado la fotografía. Aún sentada, solo veía con ilusión la fotografía en la esquina.
- ¿Cuánto tiempo sin vernos, Min? – Saludo un afable e feliz Jungkook.
- Perdí la cuenta, Kook.
La voz tan masculina como segura me hizo ladear la cabeza y mirar al portador.
Quedé idiotizada con tal belleza y masculinidad a la vez. Me olvidé completamente de las ideas de ladrona que cruzaban mi mente como la "buena" fan que soy.
Un hermoso chico de cabello azabache se encontraba frente a mí. Los ojos los tenía pequeños y gatunos, mientras que su sonrisa era agradable. La tes le era paliducha y sus facciones finas ¡Era hermoso!
- ¿Cómo te ha ido todo este tiempo? Te he extrañado bastante – Mi hermano lo abrazó sonriendo dulcemente, pero el azabache casi que salé corriendo por la muestra de afecto ¿No le gustarán los abrazos o será el olor sudorífero de mi hermano lo que lo hizo muequear?
- Ya sabes como es mi tiempo – Contestó el muchacho nomas el abrazo terminó – ¿Y a ti? Veo que te buscaste una novia que soportará tu olor desagradable.
No me sorprendió para nada que creyera que éramos pareja. Todo el tiempo ocurre lo mismo y las personas desconocidas nos llaman novios. Y digamos que hoy vestidos así, no ayudaba a cambiar mucho la mentalidad de las personas.
- No es mi novia. Es mi hermana Khaleesi.
- ¡Oh, Khaleesi! – El azabache reparó su vista en mí con asombro – Eres igual a como te recordaba.
- Perdón, pero ¿nos conocemos? – Inquirí dubitativa.
- La verdad es que no – Admitió – Pero tu hermano se pasa la vida hablando de ti y es como si te conociera.
Por mi mente pasó los recuerdos de Jin, otro amigo de Jungkook – Ese chico me dijo exactamente lo mismo de mi hermano – ¿De verdad que hablaba tanto de mí?
- ¿En serio? – Pregunté mirando directamente a mi hermano.
- Sí, verás, no es que te quiera casar con ninguno de mis amigos. Ni que te quiera emparejar con uno de ellos... – Rascó su nariz, esa acción que hacia cuando mentía mirándome a los ojos. Y como yo conocía a la perfección, lo mire con los ojos entrecerrados – Solo estoy muy orgulloso de ti ¿Me entiendes, no? – Inquirió nervioso ¿Por qué mentía tan fatal? – ¿O le faltó algo a mi explicación?
- No, solo las neuronas – Soltó el azabache junto a una carcajada.
- ¡Yoongi! – Reprendió el castaño.
- De todas formas, es un gusto conocerte Khaleesi.
- Igualmente, Yoongi – Sonreí.
Extrañadamente algo me decía que a Yoongi lo vería más seguido en el futuro.
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