La respiración acelerada de Khaleesi chocaba mi cuello. No era incómodo para mí. Me encantaba que se escondiera ahí y respirara.
Su cercanía me permitía olfatear el aroma distintivo de su champú y sentir las acaricias al exhalar contra mi piel.
Pasé suavemente mi mano por su cabello, para tranquilizarla un poco, y conseguí que saliera de su escondite. Okey, puede que me pasara con el beso. Y puede, que cada vez se me hiciera más difícil aguantar los deseos carnales hacia ella. Pero tienen que entenderme, ese vestido no dejaba fuera de la imaginación nada. El escote en su espalda llegaba justo a la gloria y las piernas se le veían más apetitosas que de costumbre.

- Te deseo, Khaleesi.

Sus ojitos marrones reflejaron la incomodidad que sentía. El sonrojo de su cara la vergüenza que poseía. Y la relamida en su labio, que había surgido la idea por su mente.

- No digas esas cosas, pervertido.

- Está bien. Me callaré, pero volveré a hablar justo en el momento que te presente como mi novia a mi padre.

En el exacto momento en que mi mano se entrelazó con la suya, y caminamos hacia la puerta, sabía perfectamente lo que me esperaba.

Busqué con la vista entre todos los invitados para ver si hallaba a mi figura paterna. Khaleesi estaba bien tensa, admirando minuciosamente los alrededores. Su mirada era tímida e inquieta. Le di un pequeño apretón en la mano para transmitirle confianza.

- Tranquila.

Las personas a mí alrededor eran completamente ignorantes de que yo era el hijo del anfitrión de la fiesta. Y la verdad es que es mejor así, no tenía que importarme absolutamente nada que me vieran.
Localice a al matrimonio Choi cerca de la mesa bufet, hablando con unos invitados que se marcharon casi al mismo tiempo en que Bizcochito y yo llegamos hasta ellos.

Mi padre notó al instante mi compañía gracias a las cabezas de tamaño que le llevo. Su mirada recayó en Khaleesi, la chica que se encogía cada vez más con la sola juzgadora mirada de Eunsang.

- ¿Qué significa esto, Yeonjun? – Su mirada severa podía acobardar a cualquiera, pero a mí no – No me dijiste que traerías visitas.

- No es una visita, amor – Habló la zorra por primera vez – Esta sería la segunda vez en que “esa” entra a esta casa junto a Yeonjun.

Y como era de esperarse de mi padre – El hombre que escucha a todos antes que a su propio hijo – Se volteó directamente hacia la rubia. Porque para él, su explicación valía más que la mía.

- ¿Qué quieres decir?

- Encontré a Yeonjun y a nuestra vecina hace unas semanas en su habitación. Y no parecían justamente llevar una conversación.

El rostro estirado de mi padre era algo que en otras circunstancias me haría carcajear plácidamente. Sin embargo, me mantuve lo más inexpresable posible hasta que su conversación terminara, y algo me decía que acabaría muy pronto.

- Yeonjun… – Aseveró.

- Es mi pareja – Le solté con toda la madures que no sabía que existía en mí – Quería presentarte a mi novia.

- ¿Tu novia? – Ironizó la bruja caníbal de Hansel y Gretel.

- Yeonjun, vamos a mi despacho. Tenemos que habar en privado – Decretó en mayor.

- Yeonjun… - Me susurró una temerosa Khaleesi.

- Tranquila, Bizcochito, regreso pronto – Le proporcioné un beso en la frente.         
  

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- ¿Qué significa esto, Yeonjun? – Volvió a preguntar nomas entrar a su despacho - ¿Cómo se te ocurre traer a esa chica a mi casa? ¿Acaso no piensas en las consecuencias que traería para el negocio?

- ¿Ya puedo hablar? – Inquirí bufando.

- Sí, quiero que me expliques cómo se te ocurre traer a esa chica a esta casa.

- Te dije que para presentarte a mi novia.

- ¡No juegues con mi paciencia, Yeonjun! ¿Quieres que te vuelva a golpear como ayer?

Y tenía que sacar ese tema tan estúpido.

- ¡No estoy jugando con tu paciencia, te estoy diciendo la verdad! – Me exasperé igualmente a él.

- ¿Te pondrás así por una chica cualquiera?

- ¡No es una chica cualquiera, es la chica que me gusta!

- Hijo… - Su mirada se suavizo.

Era la primera vez que me llamaba así en largos años. Y mucho más tiempo precisamente de esa forma tan sentimental. 

- No espero que lo entiendas. Solo espero que no interfieras.

Salí de ese lugar. Arrastrando a Khaleesi de la mano desde que la encontré sola en donde misma la había dejado. Me siguió en silencio y a pasos rápidos hasta mi moto. Se subió con solo indicárselo y habló cuando el silencio al fin debía de romperse.

- ¿Fue tu padre, no? Él que te golpeó – El tono que utilizó era tranquilo, suave e dulce.

Ella estaba a mis espaldas, no la podía ni mirar a la cara al responderle eso. Pero igual lo hice.

- Sí.

Sin previo aviso me abrazó desde atrás, transmitiéndome una paz que desconocía ¿Me gustaba Khaleesi? ¿Realmente necesitaba una cita para confirmarlo? La respuesta siempre estuvo enfrente de mis ojos. Pero era tan ciego que la había ignorado. Y ya no iba a ser así de cabeza dura. Me esforzaría al máximo para demostrarle lo mucho que me gusta. 
   

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Plis dejen de olvidar botar por la historia😿