Prólogo
Renuncia de derechos, ninguno de los personajes utilizados aquí son de mi propiedad.
¿Cómo podría explicar exactamente la razón por la que decidí ir a está preparatoria?
Cuando era todavía un niño, ocasionalmente participaba en torneos, de alguna manera siempre fui un prodigio en todo lo que tuviera que ver con aptitudes físicas.
Había encontrado sin problemas mi lugar en el mundo. ¿Alguien a escuchado ese tipo de palabras? No entiendo como las personas no pueden decidir exactamente que tipo de persona quieren ser en un futuro, quiero decir, dedícate a algo que te guste y entonces no importa lo que suceda, seguramente serás pleno por el resto de tu vida.
Hasta ahora, ¿No es ese un pensamiento irracional y estúpido? Fue a la conclusión que llegue cuando perdí a mis padres y quedé en las manos de mi abuelito. Después de todo, nunca considere todos los demás aspectos que podían interferir en el plan de mi vida perfecto, una muerte, una decepción amorosa, una lesión. Podían ser todo tipo de situaciones que cambiaran mi punto de vista.
Lo había aprendido de la peor manera posible, aquellos días habían sido pesados y fue entonces cuando los recuerdos del ayer llegaron a mi mente.
Siempre me habían apoyado, estaban contentos con mi felicidad, pero aparentemente había que tomar importancia a otro tipo de cosas, los estudios y la vida académica, que para ese entonces yo era un desastre; rara vez aprobaba.
Y ahí me pregunte. ¿Podré encontrar la felicidad buscando lo que ellos anhelaban para mí? ¿Es mejor seguir mi sueños antes que hacerlos sentir orgullosos por algo que siempre quisieron de mi?
De igual manera nunca lo sabré, pero seguro que sentire algo si es que por lo menos lo intento.
Fue así como con una recomendación de mi abuelito, logré entrar aquí, la Escuela Metropolitana de Educación Avanzada.
[...]
Empezando con el pie izquierdo el primer día de clases. El calendario marcaba el mes de Abril, hoy serie el día donde se conmemoraba la ceremonia de entrada y desgraciadamente me quedé dormido, me apresure entonces lo más que pude pero no logré llegar al autobús a tiempo.
Fue entonces cuando tuve que ponerme manos a la obra e ir personalmente en bicicleta, por supuesto que no sería un recorrido específicamente corto pero para alguien como yo tampoco era la gran cosa.
Llegue justo tiempo al parecer, vi el autobús estacionado y del mismo había salido unos cuántos jóvenes con el mismo uniforme que yo, todos ellos iban a la misma preparatoria y de alguna manera eso me motivo.
"Noté que me observaste en el autobús. ¿Tienes algo que decirme?"
"No es nada, solo que pensé que al igual que yo, no estabas dispuesta a dar tu asiento a la anciana. Estaba interesado."
"Si, si, no quise darle mi asiento. ¿Hay algo de malo con eso?"
"Creí que al igual que yo. No te gustaría meterte en problemas."
A lo lejos había escuchado la conversación entre dos alumnos estáticos entre los demás que caminaban a su alrededor, una joven de cabello negro con una mirada aterradora y un joven de cabello rojo con una mirada serena, no sabría decir si estaba sucumbiendo ante la agresividad de la chica o simplemente le daba igual.
"No me compares contigo. Es cuestión de ideales, yo no cedí mi asiento porque simplemente no me interesaba darlo, no tenía ningún significado."
Continúe acercándome hacia ambos y aparentemente mis intenciones de hablar con ellos fueron muy fuertes, apenas di unos cuantos pasos y me miraron casi al mismo tiempo.
"¿Y tú? ¿Tienes algún problema?"
Sus palabras fueron secas y frías, ella realmente no tenía intención de ser amable y lo podía notar fácilmente. Tanto su expresión como su postura, era como si estuviera en una pelea donde constantemente atacaba sin importar que.
"¿Qué? No, no. Yo solo..." No sabía que decir, estaba algo nervioso y era extraño, probablemente la mirada de esta chica era de las cosas más poderosas que me he encontrado en toda la vida.
"Muy bien. Si es así, me voy."
El chico que anteriormente fue el participé principal de la conversación suspiro deliberadamente. Supongo que lo entendía.
"No parece ser muy agradable. ¿Crees que haya tenido un mal día?"
"Pues no lo sé, pero no creo que sea razón suficiente como para responder a una simple opinión de esa manera." Contrario a las palabras agresivas, sus gestos continuaron tranquilos y su tono continuo siendo sereno.
Ahí apareció una pausa y decidí que era el momento perfecto para presentarme.
"¡Mucho gusto! Mi nombre es Son Goku."
"Soy Ayanokouji Kiyotaka, encantado de conocerte."
Como esperaba, no todos terminan siendo tan malhumorados, aunque en específico él me daba una aura de pacifismo extremo que terminaba siendo extraña. No quiero divagar demasiado porque apenas inicio y lo que no quiero hacer es decaer, si termino cediendo a estos pensamientos extraños entonces lo más probable es que termine en un abismo obscuro.
Este mundo es muy grande, nunca está mal conocer a gente nueva con actitudes completamente distintas que nunca antes hayas visto, pero a lo que me refiero es que me termina pareciendo alguien curioso, alguien que realmente no te encontrarías seguido.
Hay muchos estereotipos de gente, pero casi todos los que encuentras son los mismos de siempre, tal vez estaba juzgando mal a Ayanokouji y solo era la primera impresión, luego desecharia esta idea extraña sobre él y me daría cuenta de que es alguna especie de Otaku fanático de personajes de dos dimensiones donde la mayoría son femeninos y por consecuencia apenas a tenido contacto con otras personas siendo la causa de que actúe así de raro.
Pensándolo bien, eso termine siendo aún más tétrico.
Ambos nos dirigimos a la aula de clases, honestamente evite decir algo, no sentía que querer crear una conversación con él llevaría a algo bueno, más bien acabaríamos incomodando al otro sin querer, así que simplemente me limitaría hasta llegar al salón de clases.
Por cierto, no muy lejos de nosotros estaba la chica que hace momentos evitó entablar una conversación conmigo; por lo menos así lo veo. De alguna manera esto se vuelve incómodo sin que quiera que lo sea.
Pensaré en algo más... ¿La ceremonia transcurrirá con normalidad? Quiero decir, tampoco espero algo asombroso. Es lo mismo de siempre, un recibimiento en el que todo el plantel trata de verse amable para que vayas motivado a clases.
Claro que toda esa motivación se va a la basura cuando estás a mitad de año y las cosas acaban siendo una pesadilla interminable.
Incluso siento que mi estómago se empieza a revolver de solo pensarlo, entonces será mejor dejar de divagar en las complicaciones del futuro y centrarse en el presente. No desistiria a esto por nada del mundo.
Sea bueno o malo, Ayanokouji termino siendo de la misma clase que yo, la 1-D para ser específicos. No estoy muy seguro de cómo se decide a que clase irás, después de todo existen la C, B y A.
El salón estaba prácticamente vacío, apenas había estudiantes dentro y al parecer ya empezaron a crear amistades, no es como que me moleste, solamente que tendría que apresurarme a hacerlas yo también.
Siendo sinceros, nunca me cuesta hacer amigos por lo que no es una prioridad ahora mismo.
"¿Debemos elegir los asientos nosotros o hay algo que nos diga donde sentarnos?" Pregunté pero no obtuve una respuesta inmediata, fue hasta que Ayanokouji se acerco a un asiento posicionado en la esquina del salón cuando respondió.
"Hay una placa que dice los nombres de los estudiantes. Entonces debemos sentarnos como diga en cada una." Dijo y luego de eso, se sento en el mismo asiento al que hace segundos se acerco, justo después de hacerlo, se fijo en la placa del asiento frente a él.
"Este asiento tiene tu nombre. Al parecer tenemos algo de suerte."
Sus palabras nuevamente reflejaban una emoción determinada pero su rostro combinado a su tono de voz contrastaban algo completamente distinto, si Ayanokouji sería un compañero al cual recurriré constantemente, deberé aprender a leerlo.
No será difícil, ¿Verdad?
Mientras acomodaba la silla en la que me sentaría, Ayanokouji soltó un suspiro cansado, parecido al mismo que dio cuando aquella chica pelinegra se marchó, dado al caso me gire y me di cuenta de que la susodicha chica estaba en nuestro salón.
"Que ingrata coincidencia."
"Lo mismo digo. El simple hecho de verte me hace suspirar."
Había escuchado que suspirar por alguien era una especie de sensación de amor por otra persona, hay una frase en específico que siempre dicen, pero una punzada me decía que esta no era parte de esa especie de suspiro.
Como si alguien grabará esto, la chica se sentó al lado de Ayanokouji con cara de pocos amigos (siempre la tiene) pero ahora parecía más propensa a charlar.
"¿Tú también?" Dijo ella refiriéndose a mi, al parecer termine embarcado y apenas le había podido dirigir la palabra una vez; ni siquiera pude acabar de hablar en esa ocasión porque se marchó.
"¿Horikita Suzune?" Dije dando un vistazo a la placa que tenía su banca.
"¿Es necesario que examines sitios los cuales pertenecen a otros?"
Me miro con mayor agudeza cuando por curioso quise ver su nombre, siendo francos me sentí avergonzado porque me fue como ser regañado y eso me recordó a cuando mi madre lo hacía, era una sensación nostálgica y desagradable. De cualquier manera la observé y seguido de ello rasque mi nuca queriendo quitar el sudor frío que se había acumulado en la misma. Es una especie de hábito que tengo cada vez que siento presión.
"N-No solo tenía curiosidad."
"¿No puedes contener tus ganas de ir de fisgón? Me desagradan las personas que son así."
"¿Es necesario ser tan hostil? Después de todo los tres estamos al lado, sería mejor que nos lleváramos bien." Argumente tratando de calmarla pero es que simplemente era una tarea cada vez más tediosa, estaba a punto de darme por vencido.
"Ya que nosotros ahora sabemos tu nombre, sería de mala educación no decir el nuestro, ¿No es así? Soy Ayanokouji Kiyotaka."
"No porque estemos al lado significa que debamos llevarnos bien." Ignorando completamente a Ayanokouji, respondió a mi pobre inquirir.
Nunca había conocido a una mujer así, comúnmente me pasaba que los hombres eran los que me trataban de maneras desagradables, según mis padres y conocidos de aquellos momentos era por envidia. No entendía exactamente porque sentirían envidia de alguien como yo, sin quedarme con esa incógnita, pregunté porque me tendrían envidia.
Básicamente tengo suerte con las mujeres; irónicamente no me interesa lo romántico. Prefiero pasar el tiempo solo y nunca a pasado por mi cabeza tener una relación amorosa o tener 'eso'. Recuerdo que mis padres interpretaron mal mi pensar y tuvieron una charla conmigo, creyeron que tiraba para el mismo bando pero una vez aclaré la situación dijeron que estaba bien, que si había algo más aparte de eso, ellos lo entendían.
Me estoy perdiendo en mis pensamientos.
"¿Entonces nos vas a ignorar y ya?"
"Gustosamente. Si."
Puso su mochila en la mesa y empezó a sacar parte de sus útiles, mire a Ayanokouji que realmente no parecía afectado, en un momento dado nuestras miradas se cruzaron. Sentí que ambos estábamos pensando lo mismo, "¿De verdad está pasando esto?"
"¿Vienes sola a la escuela? ¿O tu amiga está en otra clase?" Pregunto Ayanokouji.
"¿Acaso no fue demasiada obvia mi indirecta al ignorar tu presentación? También odio a las personas que insisten demasiado."
"Si te estoy molestando puedes callarme."
Ayanokouji y Horikita empezaron a tener una especie de duelo, uno en el que Ayanokouji intentaba penetrar la armadura antisocial de Horikita mientras ella respondía de la manera más fría y descortés que alguna vez haya escuchado, aunque cada respuesta que uno daba me parecía de cierta manera ingeniosa.
A simple vista se podría notar que ambos son académicamente buenos, tal vez me estoy precipitando demasiado diciendo esto, después de todo lo estoy diciendo en base a como se expresan. Aún así, tengo un fuerte presentimiento de que no estoy equivocado.
Unos cuantos minutos transcurrieron y a la aula entro un chico esbelto de cabello rubio, al instante de cruzar la puerta empezó a exclamar cosas peculiares pero ciertamente parecían derrochar a la clase.
Rápidamente los pocos alumnos que había se alejaron del asiento del chico, él estaba unas dos filas alejado de nosotros, sin embargo lograba ver su placa... Koenji, viéndolo desde aquí parece alguien extremadamente fuerte, después de todo tiene el cuerpo muy ancho y es bastante alto, ese tipo de físicos son muy destructivos, a comparación del mío que es delgado y marcado.
Eso me hace pensar, ¿Podría derrotarlo en una pelea? Aquello despertaba mi ambición, claramente tendría que deshacerme de ella porque no era el momento adecuado para esas cosas.
"Es el del autobús." Murmuró Ayanokouji.
"¿Lo conocen?"
"Hizo un espectáculo en el autobús. Parece que no gano buena fama después de todo, aunque si me lo preguntarán, hubiera estado de su lado."
Agrego lo último pero como no estaba presente no lo entendí del todo, tampoco estaba seguro de que tan buena idea sería preguntar lo que hizo porque empezaba a sentirme cansado, hablar de problemas y cosas así solo harían que me diera más sueño.
Suerte que este primer día tenemos la ceremonia de entrada, lo más probable es que pueda tomar una siesta para recomponerme e ir a estudiar con todas las ganas del mundo (en realidad ya me quiero ir a mi casa)
Los siguientes minutos fueron unos en silencio, apenas podía oír lo que los demás conversaban, Koenji que al parecer armó un alboroto en el autobús permanecía haciéndose un mantenimiento de uñas, Horikita se puso a leer y Ayanokouji miraba la ventana.
El salón empezó a llenarse de gente y llegó el punto en el que todos los asientos estaban ocupados, casi al momento de llegar el último alumno, la campana de inicio sonó y segundos después apareció una mujer en traje que llevaba una expresión dura al salón.
Parecía inusualmente joven, llevaba una coleta, su cabello era castaño y de alguna manera podía sentir algo peculiar proveniente de la misma, no podría decir exactamente qué.
"Buenos días estudiantes. Me presento, mi nombre es Sae Chabashira y estoy a cargo de la clase 'D' este año, la escuela no cambie de clases cada año, así que seré su profesora durante los siguientes tres años, espero que nos conozcamos bien en ese lapso de tiempo. Ahora, antes de que pasemos a la ceremonia de entrada, les pasaré los folletos con el reglamento de esta institución."
Con una voz firme, desembarcando su aura autoritaria paso por cada una de las filas y otorgo a cada alumno a la cabeza las mismas la cantidad justa para que pudieran pasar los folletos restantes a los de atrás. Eventualmente llegaron dos a mí y uno de ellos iba para Ayanokouji.
Una vez se lo pase, decidí empezar a leer pero conforme avanzaba, menos entendía y más flojera sentía.
Básicamente no podremos salir de las instalaciones de la escuela, no eran pequeñas por supuesto, había dormitorios y sitios donde podríamos realizar todo tipo de actividades una vez acabarán las clases, como si viviéramos en una especie pueblo.
Había algo sobre un sistema S, en realidad no lo entendí bien y lo releí unas cuantas veces antes de que Chabashira volviera a hablar.
"Pasaré a entregar sus tarjetas de identificación, con estas podrán comprar cualquier cosa que haya en la escuela. Estas tienen 100,000 puntos, cada punto equivale a 1 Yen. A inicios de mes estos puntos se volverán a entregar, cualquier otra explicación es innecesaria."
Aún no termine de entender totalmente y la aula había entrado en gritos de emoción descomunales, la cantidad que daban por mes era increíblemente grande, con eso podría hacer demasiadas cosas, pero seguía sin fiarme de lo que pasaba.
De alguna manera percibo esto como si fuera un trabajo, tal vez está escuela forma a los estudiantes de esa manera. Perciben el estudio como un trabajo en el cual necesariamente deben hacerlo bien para recibir el cheque de final de mes.
En ese caso. ¿Habría alguna sanción si es que no hacemos algo? Incluso yo sé que esto es un sinsentido, podría no hacer nada y estar recibiendo dinero sin parar.
Chabashira volvió a hablar, en resumen los puntos podían acumularse cada inicio de mes en caso de que nos sobraran puntos del mes pasado, estos mismos se retirarían una vez salgamos de la escuela así que tampoco habría caso de aguardarlos para siempre, y corroboró nuevamente el hecho de que podíamos usarlos como quisiéramos cuando quisiéramos.
"Una vez dicho esto, parece que no hay dudas. Lleven una vida estudiantil buena."
Había todo tipo de comentarios positivos acerca de los acontecimientos, obviamente todos saltaban de alegría por el hecho de que la escuela fuera tan 'amable'. Al igual que yo se imaginaban una especie de infierno insoportable pero algo sigue sin dejarme tranquilo del todo.
"Que la escuela sea tan preferencial da algo de miedo."
Parecía que no era el único con estos pensamientos porque la reina de hielo (apodo que me acabo de inventar para Horikita) había dicho aquello, Ayanokouji parecía estar en las mismas.
"¡Vamos a una de las cafeterías a tomar un café!"
"¡Que buena idea~!"
"¿Qué vamos a hacer con tanto dinero?"
Algunos no controlaban lo alto que hablaban y eran claramente audibles, supongo que me sorprendía el hecho de que ya estaban pensando en gastar y no de ser cuidadosos, pero parece que no todos tienen este tipo de pensamientos, siendo honestos, si fuera un poco más descuidado yo también iría a comprarme todo un festín.
Lo haré, pero una vez descifre la verdad acerca de este método extraño.
Antes de que algunos se fueran del salón, un joven de aspecto formal alzó la mano y hablo, no quiero sonar como alguien que discrimina, simplemente parece tener buenos hábitos y no se ve como alguna especie de delincuente japonés.
"Se que están ansiosos por explorar la institución. Pero, ¿Les parecía presentarnos? Después de todo vamos a estar tres años juntos." Habló con un sutil todo se voz que sacó suspiros a varias de las chicas del salón. A esto me refería con el tipo de suspiros.
Supongamos que no sé exactamente qué voy a decir, tendré que examinar lo que los demás dicen porque no quiero sonar como un tonto diciendo que solo se pelear y ya.
Podría inventarme algo más interesante... ¿Por qué estoy preocupado por estas trivialidades? ¿Es por qué estoy muy centrado en no querer llevar una mala vida estudiantil aquí?
Es verdad... Nunca explique, porque elegí está preparatoria en específico.
Pero sigo pensando si realmente es bueno para mí perseguir los sueños y las ambiciones que mis padres tenían en vez de inclinarme por mis preferencias.
Otra vez este debate. Después de todo, aquellas desgracias siguen siendo mi culpa...
__________________________
Fin del prólogo.
¿Qué les pareció?
Ya alv todo, me voy a poner a sacar cualquier cosa que me haga ilusión escribir aunque sepa que luego voy a andar muriéndome porque no voy a querer actualizar nada teniendo veinte historias.
Un Goku en cote porque si, haber cómo sale esto, tengo unas cuantas ideas y pues aquí si tengo que pensar más para que no todo sea igual, como todo gira entorno a Ayanokouji hay que crear otras situaciones con Goku de por medio, en este capítulo como tal no siento que haya cambiado básicamente pero tampoco es como que realmente pueda haber hecho un cambio drástico.
Si alguien se pregunta que quien es mas vrgas, Ayanokouji o Goku, pues de todos el más pirinolas es Yamauchi.
No sé si voy a meter personajes de otras franquicias aquí, tendría que ser selectivo con quién voy a meter, igual meto a una vieja que está bien wey y pues la expulsan ekisde, voy a tratar de hacer todo como creo lo harían los personajes y no bajo mi favoritismo y lo que quiero que pase, me voy a ir por lo lógico (aquí iría la carita con lentes pero se ve bien sarro)
Igual no sé si a alguien le guste la idea, ¿Meto a algún personaje de otra franquicia aparte de cote?
Y si es así, ¿Cuál?
Ya no sé qué voy a hacer porque escribir se hace cada seis meses, ojalá mañana despierte con la cuenta bien borrada.
¡Sayonara!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top