Capítulo 16
https://youtu.be/einn_UJgGGM
Me apego al pecho de Tae-hyung mientras me sigue guiando al ritmo de la música a través de toda la sala. Una de sus manos me sujeta por la cintura y la otra me agarra suavemente la mano. El hecho de bailar durante las noches ya se ha hecho una costumbre, aunque eso, literalmente, significa que él me lleva y yo escondo mi cabeza en su cuello porque me siento avergonzada de no saber bailar.
Stand by Me de Ben E. King se acerca al coro y me hace girar sobre mí misma, para abrazarme por atrás y seguir bailando al ritmo calmado. Bajo la mirada hacia el suelo al darme cuenta de que busca verme el rostro.
— So, darlin', darlin', stand by me —canturrea suavemente en mi oído con su voz profunda—, oh, stand by me.
Una de sus manos me suelta y me toma del mentón para levantarme la cabeza. Sus ojos penetrantes me miran desde arriba con una oscuridad que no sé descifrar y de pronto siento que comienzo a ponerme nerviosa, pero no puedo dejar de observarlo, a pesar de sentir que las mejillas se me empiezan a poner rojas.
Me apega más a su cuerpo y siento su pecho duro contra mi espalda, y su pelvis queda en mi espalda baja. Sus ojos me recorren el rostro hasta quedarse en mis labios y me quedo sin aliento.
— Moon —susurra con voz ronca—, me traes loco.
Vuelve a girarme y quedamos frente a frente, mis manos se apoyan en su pecho para evitar perder el equilibrio y siento cómo el calor que emana su cuerpo traspasa la tela de la camiseta que trae puesta. Me remojo los labios y cierro los ojos al ver que comienza a acercar su rostro a mí. Nuestros labios se unen y pienso que todo será lento, pero inmediatamente mete su lengua dentro de mi boca y me sujeta con fuerza por la cintura. Un jadeo se escapa de mis labios y arrugo la tela de su ropa en mis puños.
La canción sigue sonando mientras nuestras bocas se devoran y es lo único que se puede escuchar en la habitación aparte de nuestros labios succionando el del otro.
Tae-hyung pone sus manos en mi nuca y me acerca más a su cuerpo, y tengo que ponerme de puntas para seguir con el beso. De pronto sus manos bajan hasta la parte trasera de mis muslos y me levanta, sin romper el beso, para llevarme al sofá, donde se sienta y me deja a horcajadas sobre él.
Sus manos se mantienen en mis muslos, apretando, a veces suavemente y a veces con fuerza, y ya sintiéndome atrapada en su cuerpo, comienzo a meter mis dedos en su cabello y a darle ligeros tirones que logran sacarle un jadeo. Casi por inercia, comienzo a mover las caderas cuando siento que su miembro comienza a ponerse duro justo debajo de mí, y sus manos van a ayudarme con el movimiento, sujetándome con fuerza de las caderas. Sus dedos se clavan tan fuerte en mí que estoy segura de que mañana dolerá y tendré marcas, pero no me importa en absoluto.
— Tengo algo que decirte. —susurra sobre mis labios.
Ambos soltamos un gemido por el roce de nuestros sexos y me aferro a su cuello para comenzar a chupar su labio inferior con rudeza.
— Moon... —susurra nuevamente.
Me alejo ligeramente y pego nuestras frentes, deteniendo los movimientos de mis caderas y manteniendo los ojos cerrados.
— Luego. —le pido.
Termina asintiendo con la cabeza y no demora en volver a devorarme la boca. Sus manos comienzan a recorrerme de arriba hacia abajo al mismo tiempo que las mías buscan el borde de su camiseta para finalmente poder encontrarme con su piel ardiente. Me estruja el trasero cuando las yemas de mis dedos le acarician el abdomen.
Entonces me pongo de pie, ante sus ojos oscuros y mejillas sonrosadas por la calentura, y tomo el borde de mi propia camiseta para tirarla hacia arriba, dejando al descubierto el hecho de que hoy no me puse sujetador porque no tenía planeado salir de casa. Tae-hyung me recorre el torso con sus ojos intensos y una pequeña sonrisa se forma en sus labios, lo que me incita a continuar y comienzo a bajar mis pantalones deportivos, que resbalan fácilmente por mis piernas hacia el suelo.
Estira una mano hacia mí para que la tome a la vez que atrapa su labio inferior entre sus dientes, y me deja de pie entre sus piernas. Se incorpora y, sin dejar de mirarme, se acerca lentamente hasta la piel de mis costillas que comienza a erizarse al sentir su aliento caliente. Comienza a repartir besos húmedos por mi estómago a la vez que sus manos buscan el borde de mi ropa interior, pero sólo se queda jugueteando con el elástico, enviándome corrientes eléctricas que hacen que los músculos del vientre se me contraigan.
Meto mis dedos entre su cabello y tiro de él cuando comienza a desesperarme, provocando que finalmente termine por tirar de la tela hacia abajo. El aire frío impacta con mi entrepierna húmeda, pero inmediatamente siento unos dedos calientes recorrerme, quedándose a acariciar mi clítoris y provocándome pequeños gemidos.
Lo tomo por los hombros y lo empujo suavemente hacia atrás para que nuevamente quede apoyado en el respaldo del sofá. Antes de que pueda hacer cualquier cosa, comienza a desabrocharse el pantalón y se lo baja hasta la mitad de los muslos, arrastrando también su ropa interior y dejando libre la gran erección que escondía debajo de la ropa, que no tarda en comenzar a acariciar mientras recorre mi cuerpo con sus ojos. Vuelvo a acercarme y me siento sobre él, con las piernas a cada lado de sus caderas, y su miembro se resbala fácilmente dentro de mí cuando lo pone justo en mi entrada.
Ambos soltamos un gemido cuando está completamente adentro y cierro fuertemente los ojos cuando comienza a mover sus caderas de arriba hacia abajo con rudeza, y debo afirmarme de sus hombros para que mi cuerpo no se sacuda tanto.
https://youtu.be/CqAIy_q3QfU
De pronto la canción termina y Feeling Good de Michael Bublé comienza a sonar, haciéndome sentir algo totalmente indescriptible al escuchar su voz al inicio de la canción, algo que me recorre el cuerpo y me eriza la piel, como si el simple hecho de que esté sonando me hiciera sentir sensual. Cuando comienza el instrumental presiono a Tae-hyung aún más contra el respaldo del sofá, provocando que deje de mover sus caderas y simplemente me mire un poco impresionado. Me remojo los labios y me echo ligeramente hacia atrás, apoyando mis manos sobre sus rodillas, para comenzar a moverme yo, con el ritmo que a mí se me apetece, un ritmo parecido al de la canción.
Cierro los ojos cuando comienza a gemir por lo bajo y a pasar sus manos por mi torso, pechos y cintura, regalándome aquella sensación de quemazón que siempre logra con el puro tacto. La otra mano la apoya en mi cadera, enterrando sus dedos con fuerza. Tiro mi cabeza hacia atrás, sintiéndome embriagada por todas las sensaciones. Su miembro entrando y saliendo de mí, las caricias sobre mis pechos, el dolor en mi cadera y el conocido cosquilleo que comienza a formarse en mi vientre.
— Tae-hyung. —susurro en un jadeo, sintiéndome todavía hechizada por las notas musicales.
El agarre en mi cadera se hace aún más fuerte y gimo de dolor.
Nuestros cuerpos chocando, nuestras respiraciones aceleradas y sus ojos observándome atentos, como si estuviera cazando una presa indefensa, pero lejos de sentirme de esa manera, me siento poderosa tomando las riendas de la situación. Me gusta que me observe como si estuviese muriendo de hambre y yo fuese el último trozo de carne en el planeta.
— Me encanta que digas mi nombre. —responde y se acerca para comenzar a morder mi cuello sin cuidado— Dilo cuando te corras.
Sus palabras hacen que mis músculos se contraigan y ya se me hace imposible controlar los sonidos que salen de mi boca. Muevo aún más rápido mis caderas, sintiendo que el agradable cosquilleo en mi entrepierna comienza a hacerse aún más intenso y comienza a apoderarse de mí.
— ¡Oh, Tae-hyung! —suelto en un pequeño grito cuando finalmente me dejo ir.
Mi cuerpo se tensa y dejo de moverme por cuenta propia, y es Tae-hyung quien tiene que comenzar a mover sus propias caderas para poder alcanzar su liberación, que no tarda en llegar junto con el clímax de la canción, y siento que estoy viendo estrellas, la galaxia completa y, aún más, el universo completo.
Nuestros cuerpos pegajosos se quedan inmóviles por un momento, intentando recobrar el aliento, y cuando al fin soy capaz de moverme me tiro hacia adelante y escondo mi rostro en el cuello de Tae-hyung, que me rodea con sus brazos y me acaricia suavemente la espalda con las yemas de los dedos, haciendo dibujos invisibles sobre mi piel.
https://youtu.be/Skdt0snFwxg
Comienza a sonar Everybody hurts de R.E.M. en los parlantes, haciendo que el ambiente se relaje aún más, así que cierro mis ojos por un momento, dejándome embriagar por su perfume y su respiración que, poco a poco, comienza a regularizarse.
De pronto abro los ojos y me incorporo para ver el rostro de Tae-hyung, que me observa ligeramente adormilado, aunque sus mejillas todavía están rosadas y su cabello alborotado.
— ¿Qué era lo que querías decirme?
Suelta una pequeña risa y también se incorpora, acercándose a mí hasta que nuestras frentes quedan pegadas y nuestras respiraciones se entremezclan.
— ¿Sabes? —murmura con voz ronca, muy bajo, como si alguien más fuese a escucharnos— Últimamente me he dado cuenta de que me encanta estar contigo y de que realmente me alegro de que no te hayas marchado el otro día.
Paso mis manos por su cuello y le abrazo. Una sonrisa se dibuja en mis labios.
— También me alegro de no haberme marchado.
Tae-hyung niega con la cabeza.
— No me entiendes, Moon, yo... —suelta un suspiro y se aleja ligeramente para verme a los ojos. Los suyos me miran brillantes— No entiendes lo que pasa en mí cada vez que me miras, cada vez que ríes por algo que he dicho, o cuando simplemente estás a mi lado sin hacer nada en especial.
Trago saliva, sintiendo de repente un nudo en mi estómago, como si una bola de nervios se hubiese acumulado justo ahí.
— ¿Qué es lo que sientes? —pregunto.
— He estado pensándolo mucho últimamente, intentando ponerle un nombre a esta sensación tan hermosa. —se queda un momento en silencio— Quiero que todos mañana, en la boda de Yoon-gi hyung, sepan que estoy acompañado de la chica a la que amo.
— ¿Qué?
— Te amo, Moon. —repite, mirándome directo a los ojos.
Me quedo un momento en silencio, casi con la boca abierta, pues me esperaba prácticamente cualquier cosa, menos lo que acaba de decir. Sus ojos buscan una respuesta en los míos, así que trago saliva antes de comenzar a hablar.
— Tae-hyung, ¿no crees que es muy pronto...?
— No hay un tiempo establecido para el amor, Moon. —me interrumpe y vuelve a rodearme con sus brazos, por un momento me pierdo en sus ojos— Está bien si no te sientes de la misma manera, sólo quería que lo supieras. Estaré esperándote.
Pestañeo un par de veces y finalmente decido relajar mi cuerpo. Todavía considero que el tiempo 2que hemos pasado juntos no es el suficiente como para afirmar algo tan fuerte, pero quizás tiene razón y no hay un tiempo. Cierro los ojos y me acurruco sobre él cuando comienza a acariciar mi cabello.
— Te amo, Moon.
· · • • • ✤ • • • · ·
Intento estirar mi cuerpo con pereza antes de abrir los ojos, pero un peso sobre mi cuerpo me lo impide. Todavía con los ojos cerrados, una pequeña sonrisa se forma en mis labios y bajo mis manos hasta su espalda desnuda para acariciarlo suavemente con las yemas de los dedos. Tae-hyung está aferrado a mi cuerpo desnudo, como todas las mañanas, con sus brazos alrededor de mi cintura y sus piernas enredadas en las mías. Gruñe suavemente antes de acomodarse.
Un par de ojos hinchados me observan adormilados, pero felices.
— Buenos días. —susurra, pasándose la lengua por los labios secos.
Llevo mis caricias hasta su rostro, pasando por su hombro y mandíbula, y rozo mis dedos con sus labios ahora húmedos.
— Buenos días. —respondo.
Se queda un momento mirándome, en silencio, y de pronto sonríe. Se ve ligeramente cansado, aunque ayer no salimos tarde del rodaje, por lo que rápidamente estuvimos en casa. Los músculos de mi vientre se retuercen al recordar lo que hicimos anoche, mientras estábamos bailando, y todo lo que ocurrió después.
— Estás mirándome de esa manera que hace que se me ponga dura. —susurra con voz ronca, paseando sus ojos por mi rostro lentamente.
Me remojo los labios y levanto una ceja.
— ¿De qué hablas? —pregunto, divertida.
Suelta una pequeña risa y rápidamente se pone entre mis piernas. Abro ligeramente la boca para tomar aire profundo cuando siento su miembro rozar con mi entrepierna, notando que está poniéndose duro como recién dijo. Acerca su rostro a mí y cierro los ojos, lista para besarlo, pero se mete en mi cuello y comienza a darme pequeños mordiscos.
— Despertaste con ganas. —ronronea sobre mi piel.
Un suspiro se escapa de mis labios y mis manos van directo a su espalda para darle caricias. Mentiría si dijera que no tengo ganas de tener sexo, pero es que con Kim Tae-hyung siempre tengo ganas. Levanto levemente mis caderas y nuestros sexos impactan suavemente, provocando un ligero gemido de su parte.
— ¿Qué esperas? —pregunto.
Continúa besándome y dando mordiscos que cada vez se vuelven más bruscos. Una de sus manos va hacia mis pechos y me pellizca un pezón. Mi cuerpo comienza a arder como si alguien prendiera una antorcha en mi interior.
— ¿Qué hora es? —pregunta sin despegarse de mi piel— Hoy tenemos muchas cosas que hacer.
Giro mi cabeza el reloj que reposa sobre la mesa de noche para ver la hora.
— Las diez y media. —respondo en medio de un gemido.
De pronto, todas las sensaciones se cortan y Kim Tae-hyung ya no está sobre mí, sino que está al otro extremo de la cama, levantándose apresurado a la vez que alborota su cabello. Me quedo descolocada viendo la rapidez con la que se alejó de mí.
— Mierda, ya es tarde. —murmura para sí mismo.
Me siento sobre el colchón, mirando cómo se encamina hacia el baño.
— Podríamos hacerlo rápido. —sugiero— O quizás seguir en la ducha, o...
— No. —me corta y cierra la puerta del baño detrás de sí.
Me toma un par de segundos asimilar lo que acaba de pasar. Vuelvo a recostar mi cuerpo sobre el colchón y recojo mis piernas hasta quedar en posición fetal. Por alguna razón se me forma un nudo en la garganta y mis ojos se llenan de lágrimas que rápidamente limpio.
Y por un momento sólo siento mi corazón bombeando con fuerza contra mi pecho, como si quisiera salirse, y es tan fuerte que siento que me duele.
Trago saliva para hacer desaparecer el molesto nudo y termino por ponerme de pie para poner algo de ropa en el cuerpo. Me dirijo a la cocina para preparar algo de desayuno en lo que Tae-hyung sale de la ducha y cuando estoy sirviendo el segundo cuenco de la avena recién hecha lo veo aparecer.
Está vestido de manera casual. Su manera casual. Con pantalones de vestir cafés y una camisa blanca debajo de un chaleco tejido color beige. Se arregla el cabello mojado con los dedos a la vez que parece buscar algo por la sala.
— ¿Dónde las dejé? —murmura para sí mismo.
Me quedo observándolo en silencio, juntando, por alguna razón, valor para hablarle.
— Preparé el desayuno. —logro decir.
Detiene su búsqueda y por primera vez repara que también estoy allí. Me mira de arriba hacia abajo y frunce ligeramente las cejas. Siento algo removerse dentro de mí al no saber qué es lo que ocurre.
— No comeré. —niega con la cabeza y siento como si me enterraran una daga en el corazón— ¿Por qué no estás lista todavía? Debemos salir. Pedí una hora en el salón de belleza para ti.
De repente parece haber recordado algo y camina rápidamente hacia la habitación. Cuando vuelve sostiene las llaves de su auto en la mano derecha. Entonces se queda parado, esperando a que yo haga o diga algo.
Trago saliva. Miro las llaves en su mano y luego el cuenco con avena que todavía humea de lo caliente, y siento que nuevamente se me acelera el corazón de manera dolorosa. Me rasco la nuca y me llevo el cabello atrás de la oreja en un intento de calmar mis propios nervios.
— ¿Y bien? —pregunta, como si estuviera perdiendo la paciencia.
— No iré. —susurro, pero sé que alcanza a escucharme.
Se queda un momento sin reaccionar y finalmente abre mucho sus ojos.
— Moon, tenemos un evento importante hoy, no puedes llegar así simplemente.
— No iré. —insisto, intentando que la voz no me salga temblorosa— Yo misma me peinaré y me maquillaré, no te preocupes.
— ¿Qué? —pregunta, como si no pudiera creérselo todavía— Moon, —comienza a hablar, pero su celular comienza a sonar, indicando una llamada entrante. Suelta un suspiro— luego hablamos, ¿sí?
Contesta la llamada a la vez que se pone en marcha. Escucho sus pasos alejarse y la puerta cerrarse.
Y yo me quedo en silencio, de pie en la cocina frente a un par de cuencos con avena que comienzan a enfriarse, y con un nuevo nudo en la garganta. Aprieto mis labios con fuerza, intentando no tener un colapso.
¿Acaso no podía darse cinco malditos minutos y comerse la mierda que le preparé?
Sin darme cuenta comienzo a respirar aceleradamente. Mi corazón martilla una vez más contra mi pecho y las ganas de llorar nuevamente se hacen presentes, pero esta vez no estoy dispuesta a retenerlas. Camino hasta el refrigerador y meto un par de cucharas en el congelador para así después poder deshinchar mis ojos con mayor facilidad. Tiro con rabia el contenido de los cuencos a la basura y emprendo camino hacia el baño.
· · • • • ✤ • • • · ·
El camino en auto se había vuelvo bastante incómodo. Ambos vestidos elegantemente y en silencio. Opté en un momento por sacar mi celular para revisar las redes sociales y así hacerlo un poco más llevadero, pero un mensaje en mi bandeja de entrada me había puesto increíblemente inquieta.
"¿Podemos vernos?"
Nuevamente Bae Seo-hyuk comenzaba a insistir, sin parecerle suficiente el hecho de que le haya dicho que no anteriormente. Miro el mensaje desde la barra de notificaciones y de pronto miro de soslayo a Tae-hyung, como si pudiera ver también la pantalla a pesar de estar conduciendo, así que bloqueo la pantalla y guardo el celular en mi bolso plateado metálico.
— Llegamos. —anuncia, hablando por primera vez en todo el viaje.
No respondo nada más que un asentimiento de cabeza. Y abro la puerta inmediatamente cuando Tae-hyung termina de aparcar el auto en el lugar designado, pero me detiene, sosteniendo con cuidado mi antebrazo.
— Moon, —susurra—¿todo bien?
Trago saliva y me giro lentamente hasta verle el rostro. Tiene otra vez su expresión impasible y me estremezco al no saber si responder con la verdad.
— Todo bien. —afirmo.
Asiente con la cabeza y levanta su otra mano, mostrando un anillo de plata con algo brillante que parece ser un diamante. Me quedo embobada mirando la joya, sin darme cuenta de que está esperando a que ponga mi mano. El anillo encaja perfectamente en mi dedo anular de la mano izquierda.
— ¿Qué es esto? —pregunto, cayendo en la cuenta, y mi corazón se acelera violentamente.
Acuna mi mano entre las suyas, dándome un calor que me hace sentir un cosquilleo en el estómago.
— La prueba de mi amor. —responde, con una pequeña sonrisa en los labios— Te amo, Moon, no voy a dejar de repetirlo.
Una sonrisa se forma en mis labios y asiento con la cabeza frenéticamente. Entonces nos bajamos del auto y nos ponemos rumbo a la ceremonia.
El salón de eventos es bastante discreto. No es muy grande y no hay muchos invitados, me atrevería a decir que son solamente amigos y familiares. Tae-hyung me guía, sosteniéndome suavemente por los hombros, entre la multitud que se saluda alegremente hasta que llegamos a un grupo grande de hombres y mujeres que me tardo en notar que son el resto de los miembros, a excepción del novio, y sus acompañantes.
— ¡Tae-hyungie! —exclama Park Ji-min, que es el primero que nos ve.
Entonces todos se voltean a mirarnos y se produce un momento de silencio donde solo se miran entre sí, como si estuviesen muy incómodos. Hasta que Kim Nam-joon se acerca hacia mí con una cálida sonrisa para presentarse y siento los ojos asesinos de su acompañante sobre mí. ¿Es su novia? No tengo tiempo para pensarlo un poco más porque el resto inmediatamente se acerca para presentarse, o saludar como Jeon Jung-kook y Park Ji-min, que me regala una mirada de arriba hacia abajo que provoca que se me pongan las mejillas rosadas.
— Compraste el vestido que te dije. —apunta, señalando el vestido azul marino que llevo puesto.
Asiento con la cabeza y estoy a punto de responderle, pero la voz de Tae-hyung me interrumpe.
— ¿Qué?
Me giro a mirarlo y, por alguna razón, me quedo sin habla.
— Nos encontramos hace unos días en Gangnam —explica Ji-min rápidamente al ver que yo no digo nada—, y le di una sugerencia sobre el vestido.
Tae-hyung se queda en silencio. El resto de los miembros conversa entre sí y nadie parece notar el momento incómodo que se ha formado entre nosotros tres.
— Ah. —se limita a decir.
Quiero decirle algo, pero por los parlantes de la sala se anuncia que la ceremonia está a punto de comenzar, así que todo el mundo se pone en su lugar.
Inmediatamente aparece el novio, que atraviesa el corredor central para llegar hacia el frente, y cuando ve a los chicos hace una pequeña reverencia con la cabeza en manera de saludo. De pronto nuestros ojos se encuentran, no por más de un segundo, y su rostro cambia drásticamente de la felicidad a una expresión que no soy capaz de descifrar.
¿Por qué todo el mundo me mira raro?
Al cabo de unos pocos segundos comienza a sonar la marcha nupcial, indicando que la novia ya está caminando por el corredor. Todos nos ponemos de pie y, al igual que todos, me giro ligeramente hacia atrás para observarla, pero me llama la atención que Tae-hyung no se gira, así que me quedo mirándolo. Tomo su mano y estoy a punto de preguntarle de qué es lo que ocurre cuando la novia pasa frente a nosotros.
Y me quedo con la boca abierta.
Mis ojos se pasean entre ella y el rostro de Kim Tae-hyung, buscando algún tipo de respuesta, una señal. Cualquier cosa. Pero se limita a mirar hacia adelante, como si estuviera ajeno a todo lo que está ocurriendo.
Suelto su mano y la dejo a un lado de mi cuerpo al sentir que están temblando levemente. Ahora todo tiene sentido y no puedo sentirme más estúpida.
Pero ¿cómo podría haber sabido yo?
Miro discretamente hacia el otro lado y me doy cuenta de que el resto de los chicos me está observando con atención. Entonces aplano los labios y bajo la vista hacia el piso.
¿Qué opinan? ¿Qué va a pasar ahora? Jeje Les leo <3
-Nini
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