Hay un grito cuando el impacto del vídeo en SeokJin le deja sorprendido y al mismo tiempo, malditamente atemorizado. La piel se le pone de gallina inmediatamente y por un momento, cuando la razón toma un camino diferente al que dan sus ordenes, es muy probable que esté a punto de desvanecer. 

Siente que conforme sus pulmones colapsan, impidiéndole el respirar de manera regular, le hará caer en un bloqueo mental. No es sólo el hecho de haberse enterado que todo este tiempo Gi Dong le había estado ocultando el origen de Kim NamJoon y todos los problemas que había causado, también influye la idea existencial de que tal vez descubrió más de lo que debía saber.

Mentalmente se siente exhausto, repentinamente pierde el hilo de las ideas porque la información es demasiada para procesar, considerando que el reloj marcaba las once de la noche.
Cierra la computadora y con exasperación lleva su cabello hacia atrás, bufa y por un momento siente que va a explotar. De nuevo el cansancio se propaga por su cuerpo y siente que un gran peso cae sobre su espalda. El impulso de gritar es retenido por la idea de que no quiere llamar la atención, porque incluso cuando la frustración es el factor que predomina entre todas las sensaciones que desató aquel vídeo, el miedo de que NamJoon pudiese haberle atrapado metiéndose en donde no debía, le hacía entrar en pánico.

(...)

La mañana siguiente, Park Jimin entra a casa de Seok Jin. Ahoga un grito cuando observa a su mejor amigo. Últimamente, incluso cuando había perdido la cuenta de los días, sabía que Kim Seok Jin parecía cada vez más cansado; las ojeras que yacían bajo sus ojos y decoraban terriblemente su rostro eran su principal llamativo en ese momento. Después se encontraban sus labios resecos y su cabello desordenado, lleno de residuos de los cuales dudaba y se cuestionaba el origen.
Al mismo tiempo sentía pena por él y Jimin realmente quería ayudarlo, porque no le parecía justo que su superior estuviese acabandose y desgastandose ante la presión que Dong ponía sobre él.

— Seok Jin, por dios— Exclamó horrorizado— No puedes seguir viviendo de este modo, eso no es sano... 

Pero Jin detiene el sermón.

— Kim NamJoon asesinó al padre de Gi Dong, es por eso que insiste tanto en su captura.

La mirada de Jin se pierde en alguna de las paredes de la sala, a esas alturas a perdido la poca coherencia que le quedaba y sólo puede pensar en su último descubrimiento.
Jimin en cambio, se bloquea al intentar procesar las palabras de Jin, quien ante su postura ida y sin sentido, le hace incapaz de poder concentrarse en sus palabras y digerirlas.

— Debes estar bromeando.

— No lo hago— Asegura Jin— Una broma no hace que una persona tenga más de una semana de insomnio. Una maldita broma no sería la causa de que cada día viva con miedo. Y no, Park Jimin, no estoy bromeando. Es más... jamás en mi vida había hablado más en serio.

Al pelinegro se le va el aliento. Preocupado por el estado de su mejor amigo y la sensación de impotencia que se propaga por todo su cuerpo, se da cuenta que poco a poco, la situación está acabando con la vida de Kim SeokJin. 

— ¿Cuál es tu base para afirmarlo?

Al rubio se le seca la garganta de inmediato y las palabras le son arrebatadas. Cuando el recuerdo de lo que sus ojos presenciaron se vuelve en el punto culminante que le deja helado, no sabe si puede ser capaz de decirlo así sin más. Pensar en qué parte debía liberar del peso se convirtió en una tarea difícil. Confiaba en Jimin como no lo hacía en nadie más, pero tenía miedo, miedo de que a base de lo que le dijera, también pudiese verse involucrado en todo el gran problema.

¿Y sí NamJoon decidía hacerle algo también a Park? Definitivamente eso era algo que no se perdonaría jamás.

— No puedo hablar, Jimin— Y Jin se convierte en un vaso de agua, lleno hasta el tope, mantiene el equilibrio para evitar derramar algo y así poder soportar la presión. No quería explotar, no quería involucrarlo— Y es por tu bien. 

Kim SeokJin no había decidido por voluntad adentrarse a esta tarea, si en un principio se mantuvo firme a la negación de la orden, ahora que las consecuencias amenazaban con su vida habría deseado no haber aceptado por las amenazas de Gi Dong. Después de todo, perder su empleo era menos significativo que perder la vida. 

— ¿A qué te refieres?— Jimin siente un nudo en su garganta que le impide el respirar. 

— Incluso en mi hogar no puedo sentirme a salvo— A Jin se le va la voz— Sé que en algún lugar está él, aquí o allá, sea donde sea, puede escucharme. Soy como una presa para él en proceso de análisis. Me observa y me asecha y cualquier cosa que yo pueda hacer o decir, puede usarlo en mi contra. 

Jimin no logra entenderlo del todo, pero sabe perfectamente, por el miedo que pasa como un sombra y apaga su mirada, que su mejor amigo habla en serio. Puede imaginarse lo que es estar en su lugar, la inseguridad de dar un paso fuera y sentir que hay alguien a tus espaldas o la sensación de no poder respirar con tranquilidad porque sabes que en cualquier momento alguien podría quitarte el aliento. Quizá era más horrible de lo que creía y es que en realidad no podía asumir su posición siendo un observador imparcial, alguien ajeno por completo al sentimiento desagradable de cargar con una amenaza y tener que retener cualquiera de sus decisiones para evitar lo inevitable. 

— ¿Qué hay de dejar realmente el proyecto?— Jimin intenta darle opciones— Realmente, Gi Dong no puede hacerte nada en caso de que decidas negarte a seguir en pie con sus ordenes. Eres una de los científicos más reconocidos, podrías encontrar otro lugar o incluso un mejor puesto. Ver amenazada tu vida y que Dong no le dé la importancia que te mereces hace que el bienestar de una persona se vea amenazado— Jimin eleva una ceja y Jin está en proceso de digerir sus palabras— Esto podría llevarse a un caso penal. 

SeokJin entiende lo que las palabras de Jimin pretenden aclarar, pero eso era algo que iba más allá de lo que podía suponer. No era como si no lo hubiese pensado antes, porque realmente había puesto sobre la mesa cada una de sus posibilidades, sin embargo, lo que le obligaba a permanecer atado a esa decisión, no era precisamente las amenazas de Gi Dong o perder su empleo. Sabía que si no detenía a Kim NamJoon, el mundo se vería amenazado.

Y si ese era el caso, prefería dar su vida, a ver todo lo que amaba siendo destruido. 

— Kim NamJoon es una amenaza para toda la humanidad, no sólo para mí— La seguridad con la que las apalabras de Jin salen, hacen que Jimin se estremezca— Si la décima etapa se desarrolla, él acabará con el mundo...

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