06º








Kim Seok Jin salió ese mismo día, una hora después de haber hablado con el líder de grupo. Su sangre helada provocó que su cuerpo temblara, estaba asustado, embriagado entre la sensación existencial de adrenalina que comenzaba a brotar de su cuerpo conforme sus pasos se dirigían a su hogar.

Había hablado lo suficiente con su superior, dejando en claro los términos y condiciones que implicaría todo el proceso. Tenía que mantener en evidencia todo lo que hacía en su día, permanecería siendo monitoreado las veinticuatro horas del día, hasta esperar la aparición de Kim NamJoon en su hogar.

Estuvo completamente en desacuerdo, tener que exhibir la privacidad de su vida fuera del trabajo, siendo vigilado durante las horas que se suponía eran su libertad, iba en contra de sus propios derechos, sin embargo, incluso él sabía que no podía reprochar. Cerró la puerta de su casa a sus espaldas. El olor característico de su hogar invadió sus fosas nasales, de pronto se sintió exhausto, sabía que no había cuidado sus horas de sueño de manera adecuada.

Aventó su maletín hacia el sofá y colgó su bata blanca en el pechero. Estaba exhausto y lo principal que deseaba en ese momento era reponer las horas de sueño que había perdido lo últimos días. De algún modo Jimin tenía razón, permanecer asustado y constantemente influenciado por los nervios que le hacían una mala jugada no era sano para él.

Necesitaba seguir al pie de la letra cada una de las ordenes que le habían dado, su trabajo estaba en juego y no sólo eso, su vida también. No sabía qué era lo que debía decir o hacer, porque las amenazas de NamJoon surtían el mismo efecto en él, que las amenazas del líder de laboratorio.

SeokJin era alguien fácil de manipular, era un chico frágil, pero si había una ventaja que él mismo reconocía por sobre todos sus defectos e inseguridades, era que sabía cómo enfrentar los problemas a su propio ritmo.

Caminó hacia su habitación, aprovecharía su mes de suspensión laborar para poder hacer todas las cosas que necesitaba, por supuesto, aun siguiendo en pie con el plan establecido por su superior. Se recostó en la cama, el techo blanco de su habitación provocando que sus pensamientos despertaran ante la oportunidad de su mente en blanco.

¿Por qué había tanta controversia girando en torno a Kim NamJoon?

Había escuchado un millón de veces lo amenazante y peligroso que era aquel hombre, era consciente absolutamente de sus cualidades que dejaban en desventaja a la humanidad. Sin embargo, su sentido amante de teorías e hipótesis le hicieron viajar a una conclusión; sí realmente NamJoon desease hacer daño, destruir de cualquier forma al mundo, ya lo habría hecho.

¿Entonces por qué razón había tanta insistencia en capturarlo antes de la evolución de su décima etapa?

Dejó de pensar en ello y cerró los ojos, quedando profundamente dormido.



(...)



Una corriente invadió su cuerpo cuando sintió el ardor en sus muñecas. Abrió los ojos cuando el dolor le caló hasta los huesos, el olor a menta y madera que desprendía aquel hombre, quien le miraba fijamente. Sus pupilas dilatadas y su iris oscuro apenas perceptible, su pecho subió y bajó rápidamente cuando sintió su aliento cerca de su rostro.

Su cabello azulado brillaba en contraste con la luz del sol, pero entonces, entre el entrecejo que fruncía NamJoon y la forma en que su mandíbula se contraía, sus manos frías sosteniendo sus muñecas en el colchón de su cama y con sus ojos pardos observándole fijamente, Kim SeokJin pasó saliva completamente nervioso.

Parecía agitado, completamente fuera de su razón. Tenía cierta sombra en sus ojos, algo que le envolvía y le perturbaba, pero por la forma en que le sostenía, por el modo en que su piel ardía ante su tacto y la extraña sensación magnética que el cuerpo de NamJoon desprendía sobre él, sabía que estaba acabado.

Los ojos oscuros de Kim NamJoon recorrieron el rostro perplejo de Jin, su rostro acercándose a él con cautela, pero sin perder ese toque de locura que su mirada trasmitía, provocando que Jin se estremeciese. Parecía un maniático, un chico descabellado en busca de su presa; le observaba con enfermedad, con los ojos tan abiertos que por un momento pudo asegurar que saldrían de sus órbitas. SeokJin tembló cuando una de sus manos le liberó la muñeca y viajó desde su antebrazo hasta llegar a su rostro.

Los dedos de NamJoon acariciaron su mejilla, un recorrido suave en su piel que por un momento parecía amenazante. Sin embargo, no se movió. El miedo permaneció intacto, obligándole a mantenerse quieto, evitando así hacer enfurecer al chico frente a él.

He estado observándote, SeokJin— Los ojos de NamJoon siguieron en todo momento el recorrido que su dedo índice hacía sobre el rostro de Jin— Y he esperado con ansias escuchar que por fin has dejado el laboratorio.

Jin pasó saliva completamente nervioso y tan pronto como recordó lo que había sucedido, se obligó a sí mismo a vagar en otros pensamientos, a mantenerse ajeno al recuerdo porque sabía perfectamente que ni siquiera en su propia cabeza tenía privacidad cuando de Kim NamJoon se trataba. Su mente divagó en todo aquello que le posibilitaba el perderse en todo lo que fuese paralelo a la cuestión.

Tomó un par de largas respiraciones, manteniendo así su ritmo cardíaco estable para poder responder sin balbucear.

Lo he hecho— Su voz salió como un hilo— Estoy fuera tal como me lo has pedido.

Una cálida sonrisa se plasmó en los gruesos labios del peliazul, pero eso no disminuyó el nivel de amenaza que influenciaba en Jin.

¿Quién me asegura que no estas mintiendo?— Su voz ronca llegó hasta los oídos de Jin.

De pronto ya no estaba esa leve sonrisa que anteriormente había mostrado, sus ojos oscurecieron, su mirada penetrante fija sobre el rostro de Jin. Sólo fue capaz de sentir el preciso momento en el que su rostro estuvo más cerca, su respiración marcada y constante chocando contra el rostro del pelirosa.

Hubo un frío que le caló hasta los huesos, pero incluso en la forma en que sus propias acciones le hacían sonar contradictorio, Jin se dio cuenta de que, lejos de estar asustado por el hombre que se encontraba sobre él, estaba completamente deleitado.

Era la extraña sensación de peligro que le obligaba a sentirse excitado, como si todo aquello que pudiese lastimarle le incitara a cometer la peor de sus locuras.

No me atrevería a hacerlo.

Y hubo un gran silencio, NamJoon pasó su lengua por sus labios y la mirada se perdió en el brillo que tomaron después de que les humedeciera.

¿Por qué siento que estas mintiéndome?

Jin negó bruscamente, completamente atemorizado.

No, no me atrevería— Aseguró completamente desesperado— Jamás lo haría...

Y justo antes de que pudiese decir algo más para defenderse, el rostro de Kim NamJoon terminó con la distancia. Sus labios rosaron y los ojos de Jin se abrieron con sorpresa. Pasó saliva cuando la lengua de NamJoon contorneó sus labios y su aliento mentolado llegó como una cálida brisa a su rostro.

Su temperatura subió, no sabía que tan asustado estaba, pero de lo que estaba seguro, era que en ningún momento pensó seriamente en detenerle.

Voy a confiar en que no lo hará.

Y una sonrisa fue lo que recibió, antes de que NamJoon estampara con brusquedad sus labios sobre los de SeokJin. Una corriente eléctrica invadió su cuerpo, se estremeció bajo el cuerpo del peliazul, sus manos formando puños cuando le sostuvo fuertemente de las muñecas. Un movimiento constante que de pronto le excitó, un gruñido proveniente de NamJoon se escuchó segundos después, mientras un suspiro involuntario escapaba de la boca de Jin cuando la lengua del peliazul se introdujo sin autorización a su cavidad bucal.

Y de un momento a otro, entre el éxtasis del momento, entre la presente necesidad y deseo que crecía en el interior de ambos; Jin sólo pudo preguntarse en qué momento cedió a hacer esa clase de locura, besar al chico que le amenazaba a muerte, quien le tenía vigilado la mayor parte del tiempo y gracias a quien estuvo a punto de perder su empleo y justo después, justo cuando comenzó a perder la razón, un dolor punzante apareció en su labio inferior.

Gritó, los dientes de NamJoon atraparon el labio inferior de Jin fuertemente, sus pies comenzaron a patalear y sintió su carne viva ardiendo y doliendo cuando después de la presión su labio se vio obligado a reventar.

NamJoon se alejó, observando la forma en que la boca de Jin sangraba y ese mismo líquido rojo bajaba por su barbilla; los gemidos de dolor de Jin saliendo consecutivos y la forma en que se retorcía bajo el con dolor.

Me aseguraré de que mantengas la boca cerrada, Jinnie...







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Hace poco vi un comentario, creo que fue ayer o antier, realmente no lo recuerdo; peeeero ya pasó un mes desde la última vez que actualicé este fanfic. 

Tenía alrededor de 500 palabras escritas desde hace más de quince días, pero lo había olvidado por completo, así que cuando vi el borrador de este capítulo lo recordé xdxdxd, así que me puse a escribir un poco más. 

En fin, lamento mucho eso, he estado distraída por obvias razones, pero ya sólo me queda lo que resta de esta semana y la otra y por fin saldré de vacaciones, jshgkgsjkals. Estoy concentrándome en no reprobar ninguna materia (en este caso inglés porque es la única en la que voy baja) para evitar un recursamiento y tomar mis respectivos dos meses de vacaciones. Lo cual sería fantástico porque así la espera valdría la pena y las recompensaría con actualizaciones seguidas porque tendría tiempo libre de sobra:3

Espero que voten y comenten, no se olviden de seguirme; eso me hace feliz♥

Las amo, nenas♥

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