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| C A P Í T U L O #3 |
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Immortal Centuries [Monsters Book #1]
P A R T E U N O.
CAPÍTULO 3.
S E N T I M I E N T O S.
Los pasillos eran extensos, y sus pisadas hacían eco, uno tétrico y perturbador. El sitio era enorme, como un palacio antiguo, con la diferencia de que éste estaba notablemente mejor cuidado.
Solamente seguía al chico delante suyo, lo seguía con precaución y temor de perderse en aquel lugar. Pasaron por tantos pasillos hasta toparse con escaleras en caracol, tuvo que soportar el dolor en sus músculos para subir por aquellas extensas escaleras; cuando por fin llegaron a la que parecía ser la habitación del chico alado delante suyo.
—Te quedarás en mi habitación, al menos por el tiempo en el que te deberás quedar —habló el chico antes de abrir la puerta y dejar expuesto lo que en esta había.
Igualmente era enorme, con suelo de algún derivado de la madera, ya fino y reluciente, una alfombra color vino que hacía juego con las blancas paredes, que estaban adornadas con cuadros antiguos que distinguió como artistas famosos o reconocidos personajes de la historia, y una sola pintura del chico; lo analizó más de cerca. El chico rubio yacía parado un poco de lado, vistiendo formalmente, pantalones negros, una camisa del mismo color y un saco azul marino que lucía de una tela suave al tacto con unos adornos dorados; sus manos se encontraban en los bolsillos del pantalón; su rostro lucía serio e incluso hasta enojado, pero a primera vista era inexpresivo, el ceño estaba levemente fruncido mostrando seriedad, sus labios firmemente apretados y cerrados, y sus ojos reflejaban algo más que claro, desesperación; y lo que más resaltaba de la pintura eran sus alas, que estaban levemente levantadas dejando ver lo enormes y hermosas que eran. Un cuadro tan artístico pero misterioso.
—¿Te quedarás observando mi belleza o vendrás conmigo? —preguntó con un tono neutro, pero dejando claro que se estaba burlando.
El mortal reaccionó y se volteó a verlo, encontrándoselo mirándole con una ceja arqueada; estaba seguro que fue en burla. Se acercó algo avergonzado a su posición.
—Bien, ésta será tu habitación en lo que te quedas aquí, dormirás en la cama —informó el rubio señalando la cama matrimonial.
La miró, era lo suficientemente grande para ambos. Aunque, una vez lo pensó bien se dio cuenta que probablemente el rubio estaba insinuando que dormirían juntos. Volvió su vista al rubio que seguía mirándolo.
—¿D-dormirás c-conmigo? —preguntó temeroso de la respuesta.
El rubio soltó un suspiro en forma de risa. Le había echo gracia la insinuación que había tomado el mortal.
—Nunca dije que compartíamos habitación para empezar, Jung. —recalcó entre una mezcla de burla y fastidio—. Yo dormiré en otra habitación, tú dormirás aquí.
Y se encaminó a la puerta listo para salir, pero justamente al poner su mano en el pomo de la puerta se detuvo; miró por sobre su hombro al humano que aún le veía.
—Si necesitas algo... estoy en la habitación del frente —y abrió la puerta para cerrarla al salir.
El humano siguió observando la habitación completamente, admirando nuevamente ciertas cosas que ya había visto solamente que ahora lo admiraba. La habitación tenía un toque urbano pero también moderno, era sencillo pero bien decorado. Tomaba a juego con toda la mansión en sí. Era lindo.
Se acercó a la cama, dispuesto a tomar una siesta, aún estaba cansado y estaba algo mareado por tanto cambio en esa última semana. Al recostarse en el colchón se encontró a su opinión el paraíso, era tan suave y a una temperatura aceptable, se hundía junto a su cuerpo de una manera lenta y reconfortante, una textura sumamente suave. Por instinto cerró sus párpados sumiéndose en la oscuridad y suspiró satisfecho del colchón. Dispuesto a dormirse se acomodó mejor hasta que abrieron la puerta de golpe asustándolo a él y a sus ganas de dormirse.
—¡Taehyung tengo que...! Oh —se detuvo repentinamente al encontrar al peli-naranja sentado en la cama mirándole sorprendido—, lo siento, no sabía que estabas aquí, ¿eres el humano, cierto? —preguntó curioso el castaño, su curiosidad era enorme.
El peli-naranja asintió algo dudoso a la pregunta echa por el pequeño joven que si lucía demasiado joven, con una carita de bebé y de inocencia.
—Oh, grandioso, nunca he visto un humano de cerca —dijo acercándose curioso pero con cautela para ver al humano aún sentado en la cama—. Mi omma siempre me contó historias horribles de ellos, poniéndolos como bestias sin corazón pero... —decía embobado mientras tocaba sin pudor el rostro del humano y su cuerpo, mera curiosidad y asombro— no luces amenazante. ¿Seguro que eres humano? —preguntó dudoso pues el humano no lucía como uno.
—S-Si, lo soy —afirmó seguro pero aterrado por la cercanía del jovencito.
—Wow... —susurró maravillado por la apariencia tan parecida a la suya del mortal delante de él.
—Ammm... podrías.. podrías... —dijo incómodo el humano alejándose del jovencito que comenzaba a olerlo, dedujo que sería un lobo pues solía hacer muecas.
El joven se alejó y le miró de manera inocente.
—A lo que vine, ¿sabes dónde está mi tío? —el humano le miró incrédulo, sin comprender—. Perdón, Taehyung, ¿sabes dónde está? —preguntó aumentando su inocencia.
El jovencito tenía maneras peculiares para conseguir desde lo más sencillo hasta lo más difícil. Siempre lograba lo que quería.
El humano señaló la puerta que aún se encontraba abierta señalando otra puerta del mismo color al otro lado del pasillo. El jovencito miró el lugar y sonrió.
—¡Gracias! Ehh —dudó pues no sabía su nombre.
—Hoseok —pronunció de una.
—Oh, ¡Gracias Hoseok hyung! —mencionó feliz y sonriendo se dirigió a la puerta de al frente.
Al estar solo el humano suspiró cansado. Definitivamente necesitaba descansar.
Su mirada vagaba en todo el patio que podía ver, mirando como todos los seres hacían su vida en felicidad, riendo felices al ser otro día normal en su común vida. Su mirada se apagó a la preocupación al pensar que aquella tranquilidad podía acabar si algo salía mal. La visita del humano había sido repentina y posiblemente se le esté buscando en estos instantes, y tenía el temor de que su paz fuese acabada. Le preocupaba mi todos los que habitaban ahí.
—¡Hyung! —gritó repentinamente un joven castaño entrando la puerta como siempre sin tocar.
A pesar de la muy repentina entrada el rubio no movió ni un músculo. El castañito bufó molesto.
Algo que entre ellos dos había era una competencia. El menor siempre intentaba asustar o provocar alguna otra reacción al rubio, lo que sea, miedo, pánico, enojo, felicidad, tristeza... lo que sea, pues siempre le veía serio y ya le aburría esa actitud de su hyung, por ello se propuso un día hacerlo cambiar; además de que secretamente se sentía sentimentalmente atraído por él.
Y al rubio no se le escapaba nada, hacía tiempo atrás gracias a sus habilidades descubrió que podía leer los sentimientos de los demás, ya sean inmortales o mortales, podía leerlos. Y sabía perfectamente que el pequeño licántropo castaño se sentía sentimentalmente atraído por su persona. Por supuesto que tenía más habilidades aparte de esa.
—Park JungKook —saludó el rubio sin despegar su vista de la ventana.
—Hyung vine a buscarlo porque omma necesita hablar con usted —dijo señalando el pasillo en una referencia a la dirección—. Dice que es urgente —volvió a hablar al notar que el mayor no se movía de su lugar.
—Iré yendo JungKook. Tu madre ya sabe que debe de esperarme —dijo neutro.
—Pero hyung... —insistió el castañito haciendo ligeros pucheros.
—Park JungKook —la amenaza se notaba en su voz. El también tenía límites en emociones, fuertes principalmente.
El castañito suspiró rendido.
—De acuerdo. Pero no tarde —y salió corriendo a donde su "madre".
Mientras que el rubio aún mirando por última vez a su gente siendo feliz y viviendo sus vidas como cualquier ser humano, intentando recordar este momento para futuros momentos; por si la guerra daba lugar e inicio recordaría esta vista que solía tener, cuando la tranquilidad y paz reinaban.
En un intento de valor salió de la habitación dirigiéndose a donde su mejor amigo y casi hermano.
—¿Me necesitabas, Jimin? —preguntó firme entrando a la habitación posicionándose a unos cuantos pasos del peli-rosa.
Había de admitir que aquel color le sentaba de maravilla, además que aparentaba inocencia, cuando la mayor parte no lo era.
—Ese respeto, Kim —le reprochó el peli-rosa mirándole fijamente.
—No tengo que tenerlo cuando tú estás más que enojado y me llamas por mi apellido; además yo también lo hago sólo que con tu nombre únicamente —recordó el rubio sin cambiar su gesto.
—Y cuando el momento es sumamente serio nos llamamos por nuestros apellidos —finalizó el recordatorio el peli-rosa—. Como sea, necesito hablarte acerca de tu responsabilidad con el mortal que encontré en la entrada.
El rubio rodó los ojos frustrado y fastidiado. Estaba arto que dudaran de él y su responsabilidad que llegara a tener con el humano; siempre sucedía algo parecido. Pero también era su culpa pues casi nunca participaba igual por su desconfianza de los demás, haciéndolo mejor no entrometerse en esos temas, aunque eso implicara ser catalogado como un sin corazón. Cuando lo hacía dudaban de él, y cuando no participaba le insistían apoyándolo que lo haría bien. No lograba entenderlos.
—Vuelvo a repetirte Jimin, estaré bien. Cuidaré de él, como ya dije es mi responsabilidad —recordó aflojando sus gestos.
Un talento que el mayor poseía era ese. El peli-rosa transmitía un Aura de paz, podía hacer a cualquiera caer bajo sus inocentes apariencias y distraerte de tus objetivos; aunque ese era en modo de defensa personal, para estos casos solía utilizarlo pero solamente para apaciguar el pesado o incómodo ambiente.
—Taehyung... no me gustó que tomaras tú esa responsabilidad; confío en ti pero no en él —relajó su rostro mirándole ahora con una muy notoria preocupación—. Sabes de la capacidad de la humanidad al proponerse cosas que están seguros de lograr —y dio en el talón de Aquiles del menor.
El rubio cerró sus ojos y contuvo levemente su respiración, agachó su cabeza apuntando a otra dirección. Odiaba recordar su pasado, lo que tuvo que soportar por su madre y su nula cercanía con otro como él a temprana edad, se le había privado de salir y había odiado aquello, pues no hacía más que mirar las estrellas y perderse en el pensamiento o esperar recostado en su cama a que la comida llegara. Su único entretenimiento durante aquel tiempo era solamente... dormir, comer y seguir aburriéndose. Como cualquier humano lo haría sin el famoso aparato llamado módem y lo que éste proporciona, lo que los mortales conocían como la gloria total, internet.
Los cuales solamente los... los limitan en conocimientos.
—Jimin, Hoseok no es así, su mirada y rostro hablan por él, no refleja nada de maldad o sentimientos indeseados. —sentenció algo ya desperado por irse—. Pero te aseguraré algo.
El mayor le miró atento.
—Si notó alguna señal de amenaza por su parte no dudaré por ponerlo en su lugar como a cualquier humano se merece —caminó en dirección a la puerta y antes de salir miró por sobre su hombro—, la muerte.
Y sus pasos se desvanecieron en el pasillo a medida que se alejaba.
Créditos a la imagen utilizada para el cuadro: -dxstxr
Muchas gracias, está precioso. 😍💜
Hola k aze? Bv okya
...........
Bueno, aquí el final de la maratón.
Ahora... lo que más temía decir... las actualizaciones 0_0
Las que ya me siguen por otras historias y han estado en actualiza... de echo ninguna de las actuales las he terminado :v, bueno el chiste es que ya saben que soy medio floja con esto de actualizar cierto día |:|
Peeerooooo, he pensado en que.. tal vez, sólo tal vez, actualice cada miércoles; quien sabe, por eso digo qué tal vez. No prometo nada. Porque promesas yo no cumplo.... bueno sólo ésta, de actualizar con maratón hoy, sólo pa' que no me peguen con la chancla ;–;
Con la chancla no ShocoShips con la chancla no.
Bien, pues.... esperen al miércoles. Actualización cada miércoles, a ver si lo cumplo.
Ya no c que más decir ;–;
Aquí me despido, le corro que sino chancla, y ahí nos vemos.
Les deseo una linda mañana, tarde o noche, sea cual sea el horario en el que estén leyendo esto.
Se despide su autora:
YoungMi17.
Aquí lo dejo. Adiós.
PD: ven que no les miento con que hasta mi teclado se sabe mi despedida! \•<•/ namanez
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