Para ser ilegal, sí que estás buena
Bakugou estaba dispuesto a liderar a los inútiles de su equipo y destruir a los guardias del laberinto usando su habilidad más poderosa:
La adorabilidad.
[...]
La montaña en la estaba la estatua a la que debían colocar un huevo, se hallaba cruzando el laberinto cuya entrada vigilaban una decena de hombres musculosos.
Bakugou era indicado; solo él podía derrotarlos utilizando una poderosa habilidad.
—¡Eh, bastardos! —exclamó posicionándose al frente de ellos y mirándoles con el ceño fruncido.
La niña con mochila no pasó desapercibida, pero los hombres, cuando quisieron acercarse, se vieron embelesados por tal belleza y múltiples pensamientos ilegales pasaron por su mente.
—¡Ahora, Todoroki-kun! —se pudo oír la voz de Izuku.
A continuación, la decena de señores fueron atravesados por flechas y derrotados en pocos segundos.
—¡Genial! —exclamó Denki acercándose a Katsuki junto a Kirishima, Midoriya y Shouto.
—¡Ha sido bastante fácil! ¡Buena, Bakugou, Todoroki! —comentó el asesino pelirrojo.
—Ahora… tenemos que atravesar este laberinto —siguió Izuku no muy convencido.
Solo había una entrada que llevaba a un pasadizo rodeado de altos arbustos que arruinaban la visión.
Ninguno sabía qué tan difícil sería salir del laberinto, pero algo estaba claro; no tenían que separarse.
De lo contrario, a saber si podrían volver a verse.
—Antes de todo… quiero probar una cosa —siguió Midoriya mientras sacaba su larga y gruesa espada.
Se acercó al primer arbusto que vio e intentó cortarlo, pero fue en vano.
Aquellas plantas eran como hologramas físicos imposibles de atravesar o destruir.
Básicamente, no tenían otra opción que buscar una salida entrando en el laberinto.
—¡ESTO ES FÁCIL, MIERDA! —intervino Katsuki sacando su mapa.
Pero, para su sorpresa, aquel objeto se había vuelto negro por completo.
Una vez pisaban dentro del laberinto, la ubicación que proporcionaba el mapa se veía anulada.
—¿Pero qué mierda es esta…?
—Por lo visto, tendremos que cruzarlo —comentó Kirishima pasando una mano por su nuca.
—¡Chicos! Pase lo que pase… ¡No debemos separarnos! —aplicó el guerrero con ciertos nervios.
Y, así, juntos, entraron al laberinto y fueron atravesando los diferentes pasillos que veían, dudando qué camino elegir cada vez que veían una esquina con dos posibles salidas.
—¿Cuánto tiempo vamos a estar así…? —inquirió Kaminari empezando a aburrirse de estar en silencio y caminando sin rumbo.
—¡Tranquilo, seguro que ya falta poco! —animó Kirishima con una sonrisa.
Pero el tiempo pasaba y pasaba… y no hallaban ninguna salida.
El laberinto, poco a poco, estaba empezando a desesperarles.
Sin poder ver nada más excepto altos arbustos y estrechos caminos, algunos comenzaron a sentir cierto temor.
—Midoriya —llamó Todoroki deteniéndose con terror en sus ojos.
Kirishima, Kaminari e Izuku se giraron para ver a la arquera de cabello bicolor y notaron que estaba un poco rara.
—¿Qué ocurre…?
—Bakugou ha desaparecido —respondió comenzando a sudar.
—¡¿Qué?! ¡¿Kacchan se ha perdido?! —exclamó horrorizado y comenzando a preocuparse.
—No sé en qué momento… pero cuando me giré, ya no estaba —siguió Shouto sintiendo angustia.
[...]
Mientras tanto, cierta niña con mochila se hallaba caminando sin rumbo por el laberinto y maldiciendo en voz baja.
—Malditos bastardos… —murmuró con el ceño fruncido—. Se han perdido…
—¡Hola!
Una voz por detrás hizo que Katsuki se girase rápidamente.
—¡Hola, soy Chucky! ¿Quieres jugar?
Un muñeco pelirrojo, con tirantes y un cuchillo en mano se encontraba mirando a Bakugou detenidamente.
—Ah… solo es un puto muñeco —maldijo chasqueando la lengua y dándose la vuelta para seguir su camino.
Pero de repente sintió unos veloces pasos detrás de sí y volvió a darse la vuelta…
Aunque fue demasiado tarde.
Aquel muñeco se le había abalanzado y le había atravesado el estómago con el cuchillo mientras le miraba con odio y una sádica sonrisa.
—Adiós, putita —comentó Chucky mientras estrujaba más fuerte el arma y Bakugou comenzaba a desaparecer en cuadraditos, perdiendo una vida de las dos que le quedaba.
[...]
—¡Kacchan!
—¡Bakugou!
—¡¿Dónde te has metido?!
Kirishima, Kaminari, Todoroki y Midoriya se hallaban dando gritos tratando de localizar a Katsuki, pero no funcionaba.
Habían perdido por completo su rastro.
—¿Y ahora qué hacemos…? —inquirió Denki después de suspirar.
Pero, de repente, un característico ruido proveniente de atrás hizo que los cuatro jóvenes se girasen.
Un hombre con una máscara blanca y una motosierra en la mano se encontraba mirándoles.
—No me jodas… —murmuró Kaminari con una sonrisa nerviosa—. Es Jason.
—Creo que deberíamos huir —comentó Shouto con serenidad al ver cómo aquel señor se iba acercando.
Y eso hicieron.
Sin mirar atrás, siguieron a Denki por donde corría sin rumbo y aterrados al sentir cada vez más cerca el ruido de la motosierra.
—¡Ahora que lo pienso! —exclamaba Kaminari al recordar cierto detalle—. ¡En el cartel de la entrada me pareció leer “Laberinto del terror”!
—¡E-Eso explica muchas cosas! —respondió Izuku.
[...]
A Katsuki solo le quedaba una vida y, ahora, había caído nuevamente del cielo y se volvía a encontrar frente a frente con Chucky.
—Hola de nuevo, perra —comentó el muñeco mientras movía su preciado cuchillo.
—¡¿QUÉ ME HAS DICHO?!
Bakugou tenía que controlar la situación.
Aquel muñeco era demasiado rápido, así que solo había una única alternativa.
—¡Hola y adiós! —finalizó Chucky corriendo frenéticamente hacia Katsuki para apuñalarle otra vez más.
Pero, sorpresivamente, el muñeco se detuvo cuando la niña con mochila le dirigió una fija mirada con el ceño fruncido.
—Ah, mierda —comentó al saber que Bakugou estaba usando una de sus habilidades—. Para ser ilegal, sí que estás buena. Te haría mil hijos en este mismo instante.
—¡MUÉRETE, MIERDA!
La adorabilidad de Katsuki servía para todo tipo de situaciones.
—Y, ahora… —siguió la niña amargada, acercándosele y quitándole el cuchillo—. Dime dónde está la puta salida.
[...]
Siempre quise escribir un crossover como este—
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top