Esa es mi loli
Era una niña pequeña que llevaba una mochila… y que tenía el pelo y el rostro de Bakugou.
Katsuki se había convertido en una loli.
[...]
Kaminari no pudo contener la risa, Midoriya parecía aterrorizado y Todoroki se veía ilusionado.
—¡¿DE QUÉ MIERDAS TE RÍES?! —gritó Bakugou al ver cómo Denki no dejaba de descojonarse.
—K-Kacchan… tu cuerpo —comentó Izuku nervioso y señalando a su amigo de la infancia.
De repente Katsuki sintió cómo unas manos lo cargaban por la cintura; Todoroki le estaba alzando como si fuese un perrito.
—Oh —murmuró Shouto con un brillo de ilusión en sus ojos mientras contemplaba el nuevo aspecto de aquel rubio amargado.
—¡MUÉRETE BASTARDO! —gritaba Bakugou mientras se retorcía haciendo el esfuerzo en vano de soltarse; por algún motivo tenía la fuerza de una niña.
—Ya pasó, ya pasó —vacilaba Todoroki mientras acercaba a la loli hacia sus pechos.
“Siempre había querido probar esto.”
—¡SUÉLTAME O TE MATO! —seguía quejándose Katsuki con el rostro rojo al ser aprisionado por el par de melones de Shouto.
—Aún así… ¿por qué hemos acabado así? —trató Izuku de cambiar de tema mientras pensaba un porqué lógico a todo.
—No lo sé, ¡pero quiero volver a ser blanco! —se quejó Denki aún sin asimilar el nuevo color de su piel.
—Estamos dentro del videojuego —comentó Todoroki tranquilamente mientras jalaba suavemente de los mofletes a Bakugou.
—¡Eso es! —entró Midoriya en razón—. Todoroki-kun eligió la arquera y ahora es una, Kaminari-kun eligió al ilusionista y ahora tiene el aspecto de uno, Kacchan eligió a…
—¡Yo le elegí al soporte! —interrumpió el rubio morenazo con una sonrisa—. ¡Entonces por eso es una loli tsundere con mochila!
—¡HIJO DE PUTA! —reclamó Katsuki cada vez más histérico por tener tal cuerpo.
—Y por eso yo soy el caballero… —finalizó Izuku mientras se tocaba la barba y observaba la espada que llevaba en la espalda.
—¿Y qué deberíamos hacer? —inquirió Shouto mientras volvía a ahogar a Bakugou entre sus pechos.
—No estoy demasiado seguro, pero… —murmuró el de cabello verde todavía pensativo.
—¡Ah, es fácil! —interrumpió el alegre rubio restándole importancia a todo y mientras se alejaba de sus compañeros—. ¡Es solo un juego!
Estaban en una profunda selva con lianas y un río, al cual Denki comenzó a acercarse para luego dar la espalda.
—¡Los juegos son mi especialidad, así que dejádmelo a…
Pero Kaminari no pudo terminar de hablar al sentir un profundo dolor en el culo.
—¡K-Kaminari-kun! —exclamó Izuku horrorizado por lo que estaba sucediendo.
Básicamente un cocodrilo había salido del río y se había comido su culo, haciendo que poco a poco Denki comenzase a desaparecer en cuadraditos pequeños.
—Acabamos de empezar y ya mataron al negro —murmuró Shouto para sí.
Pero justo en ese momento se escuchó un agudo sonido y el rubio morenazo volvió a caer del cielo, esta vez aplastando a la loli.
—¡Es porque soy negro, ¿verdad?! —fue lo primero que dijo asustado y sin darse cuenta que estaba encima de Bakugou, el cual intentaba moverse pero no podía; y eso le enfadaba más.
—Kaminari —comentó Todoroki dirigiéndole una mirada un tanto terrorífica—. Esa es mi loli —sentenció para en apenas segundos y por instinto sacar una flecha, coger su arco y disparar hacia Kaminari, dándole en el pecho.
Y así, volvió a desvanecerse en cuadraditos y a reaparecer cayendo del cielo.
—¡C-Chicos, esperad! —exclamó Midoriya al haber estado pensando y darse cuenta de cierto detalle—. ¡Kaminari-kun, déjame ver tu muñeca! —siguió acercándosele para mirar en ella y ver que solo había un corazón pequeñito de color rojo.
Izuku miró su propio brazo y vio que habían tres corazones.
—¿Qué ocurre? —inquirió Denki, a lo que Izuku le respondió con solo mostrarle la comparación de ambos brazos.
Kaminari tardó poco tiempo en comprenderlo; después de todo, llevaba mucho tiempo jugando al Mario Bros.
—¡Espera, espera, espera! —retrocedió horrorizado para volver a mirarse el brazo—. ¡¿Me queda solo una vida?!
—Eso... parece —dijo Midoriya con una sonrisa nerviosa y mirando hacia otro lado.
—¿Qué? —inquirió Shouto al sentir cómo Denki le miraba.
—¡Me disparaste una flecha y perdí una vida por tu culpa! —señaló el rubio morenazo.
—Fue sin querer.
—¡YA ME HARTÉ DE ESTA MIERDA! —se quejó Katsuki dispuesto a largarse de aquel lugar.
—¡K-Kacchan, espera! —exclamó Izuku dispuesto a seguir a aquella loli mochilera.
Y dicho y hecho, a saber cómo, Bakugou atravesó el bosque exitosamente y llevó a todos a la salida de este sin perderse.
—¿Y ahora…? —inquirió Denki al ver la bonita pradera en la que estaban.
De repente cierto sonido les llamó la atención; un niño negrito con sombrero y mochila había salido del suelo y les observaba con una sonrisa.
—¡Bienvenidos a Mepika Ungüebo! —saludó el niño alegremente—. ¡Veo que sois los elegidos para salvar a Mepika de las manos del sucio Meago Lapaja!
La aventura tan solo acababa de empezar.
[...]
Edits vergas—
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