Te prometo.

Hola chicas, perdón por tardar en actualizar, pero es que estaba picada con el anime ese de las celulitas😄, increíble todo lo que uno aprende en una caricatura 😆, aunque aún me duele la muerte de la célula del cáncer 😭, sé que tenía que morir pero como duele😭.

Bueno de una vez les anuncio que este fic ya está por acabar, así que espero les guste el final, muchas gracias por el apoyo que le dieron, sus comentarios y estrellitas, se los agradezco de 💖.

PD. Tiene lemon.

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-Zaphiri rápido, quiero ver la galería de los Uffizi

Era tan tierno y divertido ver a Krest correr de un lado a otro, como un pequeño en juguetería, Zaphiri se lo había raptado esa mañana, entro sigilosamente a su habitación y cuál mercenario lo secuestro, el chico en principio se asustó al ser levantado abruptamente de la cama, pero su corazón se calmó al ver a su bicho... cargandole cual saco de papas hasta su auto.

-¿que haces?😮
-te estoy raptando, hoy tendremos una cita.
-cita 😳
-mju, y no quiero que nadie nos moleste😡

Salieron a las cinco de la mañana, el bicho ya tenía una pequeña maleta lista, dejo su presiosa carga en el asiento y se apresuró a entrar, antes de que se dieran cuenta y de nuevo no pudiese pasar el día con su niño.

Al llegar a Florencia se hospedaron en un lujoso hotel, ya que el moreno no tenía planeado regresar ese día.

-y bien ¿Que es lo que quieres hacer?
-¿Eh?
-¿a donde quieres ir? Hoy te voy a consentir y haremos lo que quieras.
-¡¿encerio?!

Los ojos del menor se iluminaron, estaba en una de las ciudades más hermosas del mundo y lo iba a aprovechar.

Comenzaron con un tranquilo y rico desayuno en la plaza de la Signoria, platicando de cosas tribales, con alguna broma de parte del moreno que hacía reír a su cubo de forma despreocupada. Solo con él Krest se atrevía a reír de forma abierta, mostrando sus blancas perlas que tenía por dientes, ni siquiera con sus padres era tan abierto.

Se fueron a conocer el palazzo Vecchio, tomados de la mano, caminando cual pareja de enamorados. Krest no tardaba en señalar todos los monumentos históricos y narrarle a su bicho la vida de éstos.

Fue un día encantador, aunque Zaphiri terminó con un dolor de pies y es que eso de andar de un lado a otro era muy cansado, aun no entendía como es que su novio tenía tanta energía.

-¿te gusto el paseo?
-¡Sí! ¡Fue increíble!

Llegaron al hotel, pero antes de subir el bicho fue a hablar con uno de los empleados, parece que era algo bueno ya que regreso sonriendo.

-saldremos a cenar.
-eh...si, claro.

Krest camino al ascensor pero su bicho no le seguía.

-¿que pasa?
-es sorpresa, te veré en el restaurante.
-¿que?
-no te preocupes, ya todo está listo, cuando termines de cambiarte bajas, el chófer te llevará.
-pero...
-te veré ahí amor.

Le dió un rápido beso y se alejó, dejando confundido a su novio.

-¿Sube?

El botones sonrió y señaló el elevador, a Krest solo le quedó asentir, en ocaciones su bicho era una caja de sorpresas.

Al llegar a la habitación se encontró con un bonito traje sastre en color negro, el cual le quedó como guante, con una camisa vino que hacía juego con el pañuelo,una corbata de seda negra que era adornada por un pequeño crucifijo de oro blanco, no le gustaban los sacos, por lo que solo se puso el chaleco, también había zapatos y una gran cantidad de fragancias para escoger, así como una tarjeta blanca donde el bicho le dejo instrucciones para ir a su cena.

Se dió una ducha rápida y procedió a cambiarse, peino con cuidado su cabello de manera que su rostro no estuviera tan cubierto, como siempre lo estaba, incluso se atrevió a aplicar una mascarilla transparente a sus pestañas y labios, quería lucir perfecto para su bicho, está demás decir que lo logró ocacionando un pequeño sonrojo en el botones y el chófer que le llevó al restaurante.

Era un restaurante hermoso, de una arquitectura renacentista digna de la época Médici.

- buenas noches.
- buenas noches señor, tiene reservado.
- eh...si, (sacándo la tarjetita) a nombre del señor Antares.
-mju....si, aquí está, por favor pase, su novio aún no llega.

El rubor no tardó en cubrir sus mejillas por el comentario. El comenzal le llevo hasta la zona Vip, a una "pequeña" terraza que incluso contaba con una fuente.

Krest se quedó embelesado con el lugar, se podía apreciar toda la ciudad desde ese balcón, había una hermosa mesa de cristal en el centro, en una especie de zócalo el cual era adornado con una gran cantidad de flores blancas.

El recepcionista le llevo hasta su asiento donde ya le aguardaba un mesero para tomar su orden.

- buenas noches señor, desea algún aperitivo en lo que esperamos.

Le extendió la carta para que escogiera pero estaba muy nervioso como para comer por lo que declinó, jamás había estado en un lugar tan elegante, comenzó a jugar con los cubiertos de plata mirando cada minuto la entrada, esperando a Zaphiri, era muy raro que el llegará tarde y...¡hay a quien carajo quería engañar, Zaphiri siempre llegaba tarde a las citas! Y si no le creen pregunten en el hospital, él siempre tenía que levantarlo con la ayuda de un roceador, decidió admirar el paisaje en lo que el bicho llegaba, de verdad Florencia era un lugar muy hermoso, se podía apreciar el zócalo de la ciudad y algunos museos, las calles empedradas brillaban como ríos bañados por la luna,  una vista privilegiada y esa pequeña brisa que refrescaba la noche era agradable.

-¿te gusta la vista?

Pegó un brinco al sentir como era rodeado por la cintura, un ligero cosquilleo recorrió su columna cuando el bicho beso su cuello.

-mmm, manzanas, que rico amor.

Algo absurdo y estúpido pero, de entre todas las colonias la que más le había gustado era una que olia a manzana, la fruta preferida de su bicho, por lo que no dudo en ponerse un poco.

-porque tardaste ta...

Pero la pregunta murió en su boca al girar y ver a su novio...y es que el canijo se veía muy sexi.

Zaphiri se había puesto un traje gris, casi blanco, con una camisa negra y una corbata Oxford, se veía muy bien, pero no era todo, el moreno se había peinado...¡Si, se peino! Todo su cabello rebelde se encontraba peinado para atrás, con la ayuda de gel, por lo que se podía apreciar su rostro de Dios griego a la perfección, esos pómulos amplios, esa fuerte barbilla, sus ojos tan negros como la noche, simplemente se veía exquisito.

-Za...phiri..

El rubor no tardó en cubrir las mejillas de su novio, ocasionando una risita en el más alto, parece que había valido la pena esa hora frente al espejo, aunque Krest se veía también exquisito, ese chaleco se señia perfectamente a su pequeña cintura y el pantalón lucia sus delegadas piernas y...por Dios sus ojos parecían brillar. Decidió pasar a comer antes de que terminara por hacer algo indesente en la terraza.

Fue una cena muy agradable, y sofisticada, platillos exquisitos acompañados con la música de un violinista para ambientar el lugar. Krest estaba encantado, incluso le pidió a Zaphiri bailar al compás de tan bello instrumento. Cuando la cena terminó se quedaron un rato más, ya que el bicho lo había reservado toda la noche. En ese momento se encontraban sentados en la fuente, devorándose a besos, el mayor lo tenía sentado en sus piernas, apresando su fina cintura mientras una de sus manos recorría esas perfectas piernas. Krest estaba aferrado a su cuello  mientras  se deleitaba acariciando esos firmes pómulos.

-¿Te gustó la cena amor?
-¡Me encantó! Este lugar es bellísimo.
-me alegro, me costó un poco decidir.

Un poco...el canijo se había pasado tres noches sin dormir y es que no se le ocurrió nada a parte de ir por un helado y yá, por fortuna tuvo la ayuda de un grupo loco de féminas que le aconsejó, que si no...abrían terminado en un negocio de comida rápida.

Ya iba a ser media noche y era momento de regresar...pero tenía que armarse de valor y hacerlo ahora.

-espera un poco.

Dejo a Krest junto a la fuente y fue por algo a su sacó, el cubo se congelo al verlo regresar con una pequeña cajita blanca en las manos.

-¡¿Zaphiri?!

-Krest yo...ah...

Como buen amante se hincó frente a su cubo, el cual comenzaba a sentir como su corazón palpitaba con fuerza y sus tripas comenzaban a alocarse. Tomo con cuidado su mano y le coloco un hermoso anillo, que tenía un pequeño diamante  azulado en forma de copo de nieve en el centro.

-Krest Sadalssu, te pido por favor que aceptes ser mi esposo.

-Za...phiri...

-yo...no te puedo prometer una felicidad eterna, por que tú y yo sabemos que eso no existe más que en los cuentos de hadas... posiblemente tengamos días malos, discusiones absurdas y otras peores, tú me conoces y sabes que...tengo Miles de defectos, algunos tan graves que me hacen aborrecer la vida...pero...pese a ello, deseo que me des una oportunidad para hacerte feliz. Lo que si te puedo prometer es que lucharé por protegerte, por cuidarte y darte todo lo que necesites, que me esforzaré día a día para mejorar y ser digno de ser tu esposo. Conoces mi pasado y sabes que no es el mejor,pero intento cambia y estoy seguro que contigo a mi lado el futuro sera superado. Te amo Krest y...sé que tú también me amas, por lo que te suplico me des la oportunidad de ser el amor de tu vida y aceptes pasar esta a mi lado.

El cubo estaba congelado (irónico 😂), su blanca piel se había bañado de un carmín que Zaphiri no creyó existía, las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos, intentaba hablar pero los nervios no se lo permitían, la emoción y adrenalina estaban al tope, se paró de golpe e intento expresarse pero su lengua se trabó y...

-¡Krest!

Zaphiri lo alcanzo a agarrar antes de que terminara empapado...y es que el cubo se había desmayado por la emoción, jamás imaginó que su novio le pidiese matrimonio...o almenos no tan pronto.

-aqui tiene señor.
-gracias.

El bicho le colocaba un paño húmedo en la frente, mientras uno de los meseros utilizaba unas sales para reanimarlo.

En cuanto el olor cítrico  golpeó sus fosas nasales, sus ojos no tardaron en abrirse y comenzar a toser como loco.

-¡Krest!

Zaphiri comenzó a revisarlo, preocupado.

Krest se giró a verlo, mientras el hormigueo en su nariz sesaba. No tardó en recordar lo dicho por su novio y colgarse de su cuello mientras gritaba eufóricamente.

-¡sí, sí, acepto casarme contigo Zaphiri!
-krest...mi amor, no me andes dando esos sustos.

Los meseros sonrieron más relajados, los felicitaron y salieron dejando a la pareja sola, ya estaban acostumbrados a esas escenas ya que varias parejas iban a ese restaurante para comprometerse, al menos este no se había desmayado tres veces, como el anterior frances pelirrojo de la semana pasada, que miren que a su prometido, casualmente un griego de cabello dorado, casi le da el infarto.

Al día siguiente salieron muy temprano para llegar a la boda de Aeras, ya que eran los padrinos de anillos y ni modo de faltar. Las chicas no tardaron en gritar como posesas cuando vieron la piedra en el digito del castaño. Sage y Jean Pier  se pusieron a llorar al ver como sus niños estaban creciendo mientras Catalina amenazaban a Zaphiri con un cuchillo jurando  castrarlo si llegaba a lastimar a su pequeño.

Fue una celebración doble que duró unos tres días. Una semana más conociendo Italia y finalmente regresaron a Grecia, para dar la noticia a sus amigos que no tardaron en armar otra fiesta para celebrar.

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Los chicos habían desidido que su boda fuera en la noche, en una de las isla siclidas, Santorini. El lugar parecía sacado de un cuento, las estructuras tan blancas como la nieve,con sus techos azules bañados por el rocío hacian una vista de postal.

Ahí, frente a un altar hecho con un arco de madera y decorado con rosas y lirios blancos, cortesía de Lugonis y Luco que se esforzaron para dejar ese acantilado hermoso, Zaphiri y Krest se juraron amor eterno, dispuestos a apoyarse y protegerse mutuamente por el resto de sus vidas.

El cubo no pudo estar más feliz cuando Zaphiri coloco el anillo de bodas en su mano, fue un milagro que no se desmayará nuevamente.

"prometo protegerte, amarte y cuidarte de ti todos los días de mi vida, en salud y enfermedad, en riqueza y pobreza. Luchar por hacer todos tus días uno mejor, que seas feliz a mi lado, que te sientas seguro, que logres alcanzar tus metas, que las alcancemos juntos, yo seré tu todo y tú serás el mío, por que apartir de ahora somos uno..."

-¿Me aceptas como esposo?

-¡Para toda la eternidad!

¿Fin?

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Y lamento decirles que se acabó
Los siento, los finales no se me dan muy bien.

....y dirán ¡Un momento! ¿Y el lemon?

Oh, es que ese viene en el siguiente capítulo acompañado por un epílogo, a si que nos leemos después 😝











Na, miento, pasemos a la acción suculentosa de este fic.😼

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