epílogo.
Cuanto había pasado desde que se encontraron en la calle en esa noche lluviosa...veinte años, hace veinte años que habían iniciado con esa extraña no amistad que desembocó en amor y deseo.
Sus amigos aún no entendían como es que ese par se complementaba tan bien...y es que eran polos opuestos cual imanes.
Zaphiri se había vuelto más sociable y carismático, era muy amiguero y burlón, siempre con una sonrisa en su rostro, había dejado por completo la bebida, ni una sola gota de alcohol desde que se casó, siempre brindando con jugo de...manzana, el bicho había dejado la bebida para convertirse en un adicto a esa infantil bebida, siempre le veías con una botella de ese líquido, cosa que comenzaba a molestar a Krest ya que ahora tenía que cuidarlo para que no le diese diabetes por tanta azúcar.
Era el director general de una importante cadena de hospitales, aunque no por ello era el verdadero responsable, la verdad es que quien se encargaba de todos los trámites importantes y tomaba las desiciones más valiosas era su esposo... Krest.
Al igual que su amado también se había graduado de doctor, solo que Zaphiri era neurocirujano y el cardiólogo. El pequeño cubo se había vuelto más serio y algo gruñón, aunque con sus amigos y familiares seguía siendo el mismo, era quien se encargaba de las donaciones y la clínica de ayuda, siempre recto y firme con las desiciones, no se tentaba el corazón con nada y algunos en el hospital lo consideraban un tirano, un tirano justo e imparcial pero tirano a fin de cuentas.
Tal vez con las únicas personas que Krest se mostraba débil y blando era con Zaphiri y...sus hijos.
La feliz pareja se había vuelto padres de cinco hermosos moustros, cuatro niños, dos de ellos gemelitos, y una hermosa señorita, pero como no serlo con el esposo tan viril que se cargaba y es que no había día que no lo hicieran, aunque, también tenía que admitir que él se había vuelto tan sátiro como su bicho y es que adoraba tenerlo dentro, incluso la mayoría de las ocaciones era él el que propiciaba los juegos por lo que...ah...no era raro que estuviese esperando a su sexto hijo o hija.
-wack, odio las pastillas.
Muy a su pesar tomo el ácido fólico que tenía enfrente, era su segundo mes pero quería estar listo, ya se imaginaba la cara contradictoria cuando se lo dijese a Zaphiri, el bicho estaría encantado con la noticia...pero enojado con lo que esto acarreaba y es que la palabra abstinencia era una tortura para el escorpión mayor.
Una ligera sonrisa se formó en su rostro, sonrisa que no duró mucho ya que tenía que dar consulta, se colocó su bata y se fue a ejercer sus labores.
(Afuera en el pasillo de la clínica)
-¿Como que no está? ¡Busquenlo bien!
-¿Como pudieron perderlo?
-¡Tsk! Si nos hubiesen dejado ponerle una correa como les dijimos no tendríamos este problema.
-cierto, es su culpa.
Caín y Abel (10 años)intentaban defenderse de sus hermanos, Sonia, una hermosa chica peli rosa de 15 años les reprendia por haber perdido a su hermanito menor en lo que ella y Ecarlate, el mayor de la familia Antares con 17 años, iban por folletos sobre el cuidado personal, enfermedades venereas y del VIH, para repartirlos en el parque, ya que a los jóvenes les gustaba hacer labor social, por lo que iban al hospital de su padre por ellos, por desgracia en lo que recogían los boletos dejaron a él más pequeño de los Antares, Kardia de cuatro añitos, al cuidado de sus hermanos, que se distrajeron un poco mirando como uno de los internos de peleaba con una camilla, cosa que el menor aprovecho para escabullirme.
-¿niños que hacen aquí?
Pegaron un brinco al oír la voz de su padre acercándose, este venía platicando con Francisca, su amigo que se había graduado como oncólogo.
Los más pequeños no tardaron en esconderse tras Ecarlate, esto llamo la atención del mayor que comenzó a buscar a su bichito azul, la carcajada no tardó en brotar de sus bocas y es que no era la primera vez que Kardia se les escapaba.
-jajaja, lo volvieron a perder..
-....
-lo...lo siento papá, fue mi culpa yo...debí llevarlo conmigo...perdón.
Sonriendo despeinó el cabello de su preocupado hijo, mientras le hacía una señal a uno de vigilancia.
Código bicho fugitivo y todos en el hospital sabían que hacer, encontrar a Kardia antes de que Krest se diera cuánta y es que el cubo era muy sobreprotector con su bicho azul,pero era algo razonable ya que Kardia tenía un soplo en el corazón, y si bien se podía tratar con anticoagulantes, para evitar que sus vasos sanguíneos se obstruyeran, Krest no estaría conforme hasta que esté desapareciera del cuerpo de su hijito, ya que el cubo se había aterrado mucho cuando se dió cuenta, en especial porque Kardia había presentado un ataque de asma mientras lloraba y presionaba su pecho con fuerza, una escena que, aunque parezca absurdo, traumo a Krest y es que no es lo mismo atender a un extraño que a un hijo, por lo que el cubo tenía un cuidado estricto con la alimentación y actividades de su bebé, el cual según él en ese momento debería estar dormido en su camita, reposando de un día en el kinder....¡Y no perdido en ese hospital lleno de posibles infecciones!
Por lo que Zaphiri y los demás comenzaron a buscarle, abriendo disimuladamente los consultorios y salas de operaciones y es que ese nene era un verdadero ratón, se colaba hasta las paredes, en una ocacion había ido a parar a la morgue...¡Dentro de una de las gavetas donde guardan los cadáveres! Por lo que tenían que encontrarlo antes de que Krest se enterará y ardiera Troya.
(En un consultorio)
Gateguard estaba con la vena en la frente a punto de explotar y es que el llanto del mocoso ya lo tenía arto. Frente a él se encontraba un hombre rubio con sus dos hijos, un peli azul de once años y un pequeño regordete de cuatro años con cabello verde y lentes de fondo de botella que no dejaba de llorar y pedir a su mamá. El pequeño Degel se había levantado con sus mejillas inflamadas y un fuerte dolor de garganta, por lo que Milo le llevo corriendo al hospital, por desgracia su esposo Camus estaba de viaje de negocios por lo cual no estaba enterado.
-ya mi amor ya, en un momento vendrá el doctor y te hará sentir bien...calma.
-¡mami...mami!
-ya Degui, vas a estar bien.
Mystoria intentaba calmar a su hermanito, ya que el también comenzaba a hartarse del llanto. Mientras Gateguard estaba a punto de arrojarle un cómodo y ordenarle cerrar la boca, casi no le gustaban los niños y...¡¿Porque Itia quiso ser pediatra?! Gracias a Dios sus hijos, Atla y Dokho, eran muy tranquilos.
La puerta se habría de golpe y suspiró aliviado, en cuanto su esposo lo atendiera saldria rápido de ahí y...
Pero no fue la figura de Itia quien cruzó la puerta, la verdad es que tuvo que bajar la mirada hasta la mitad de esta para ver al "doctor".
Kardia se había apañado una bata de un carrito de limpieza y se la había colocado, claro que la arrastraba,mientras jugaba a ser un doctor cómo mami y Papi.
-ya llegué ¿Que tenemo?
Contuvo la carcajada al verlo, en especial cuando Degel le miró con miedo y pregunto a su Papi si ese era el doctor.
-no amor, debe ser un niño que se perdió y...
-una posible amigdalitis, doctor Antares.
Pero Gateguard estaba aburrido por lo que desidio seguir el juego, haber si así dejaba de ser tan llorón ese niño.
-¡Milalitis! Jim, entendo.
-¿Que? Disculpe enfermero.
-voy a revísale.
-si señor.
Gateguard le ayudo a subir a la silla que estaba frente a Degel, el pelirrojo le pasó el estetoscopio y el nene comenzó a escuchar su corazón, como había visto a sus padres y tíos hacerlo.
-jum...epila.
-¿eh?
-que respires.
Por desgracia el nene aún no hablaba muy bien por lo que tenía que hacerla de traductor.
-ave boca.
Le metió todo el abate lengua hasta dentro mientras sus ojitos inspeccionan.
-oigan enfermero, no debería llamar a seguridad y preguntar a quien se le perdió.
-oh, no se preocupe señor, el doctor Antares es toda una eminencia en este hospital.
-que?!
-que opina doctor, se ve muy mal.
Una sonrisa interna se formó en el carnero, conocía el diagnóstico favorito del pequeño.
Kardia llevo sus manos a su mentón, pensando en una posible cura, soltó un suspiro y hablo.
-voy a opelal.
-¡¿Queeeee?!
-operar...si, me parece bien, pediré una sala.
-no hay tiempo¡ Lo destlipo aquí!
😨😨😨
-si señor, prepararé todo.😈
Jajajaja, almenos había dejado de llorar.
Cuando Itia entro se encontró con una escena muy graciosa, Milo cargaba a su pequeño mientras pedía una segunda opinión, Degel volvía a llorar y Mystoria se preguntaba a qué escuela había ido ese pequeño, tenía que ser un verdadero genio para ya ser doctor, si era más joven que Dogui Hauser. Por su parte Gateguard sacaba los instrumentos mientras Kardia intentaba remangarse la bata para lavar sus manos.
-¡ejem! Doctor...Antares, todo bien.
Casi todos le decían así, ya que sabían que al nene le gustaba que le llamarán como a sus padres.
-¡No! ¡Milalitis! ¡Voy opelal!
-¿Que?
-amigdalitis, doctor.
-ah...en...le importa si hecho un vistazo.
Itia se acerco hasta el pequeño y comenzó a revisarlo, pues no estaba tan alejado el diagnóstico, pero tampoco había que ser drástico, primero probar con medicina y si no...pues ni hablar la operación.
-yo creo que con unas pastillas y un par de jarabes estará bien... porque no probamos con eso.
¡Ah!😩😩
La cara de desepcion en ambos era muy graciosa.
-Ecarlate.
La balanza llamo a su sobrino, ahora entendía porque iba de un lado a otro mirando en los consultorios. Degel suspiró aliviado cuando ese enfermero pelirrojo se llevó a su doctor, aunque al final este también lo amenazó con operación si la medicina no hacía efecto.
Por desgracia Krest si se dió cuenta, ya que Caín se asomó donde él daba consulta llamando a su hermano, por lo que no tardó en salir corriendo mientras Luco, el otro cardiólogo, ingresaba muy campante para terminar la consulta.
-ya no va a dejarnos ir al cine este sábado.😢😢
-sin caricaturas😭😭
Salió de ahí directamente a su casa, para cuidar a su pequeño, seguido por su séquito de hijos que ya sentían la regañisa que les esperaba.
-entonces...si se arma lo de la partida de poker en la morgue.
Se atrevió a preguntar ilias mientras se acercaba a su jefe, sin Krest ahí era más fácil sin el temor a ser cachados.
Zaphiri solo suspiró, sabía que si con esto no llegaba temprano a casa le iría muy mal con su cubo, que de irresponsable no lo bajaría, a parte de mandarlo a dormir al sillón, por lo que mejor no tentar a su suerte.
-ah...háganlo ustedes, yo tengo que salir temprano.
Desganado regreso a su trabajo, ese hijo suyo, aún no entendía porque nadie apoyaba su idea de ponerle una correa.
(Ahora sí)
Fin.
*****//////*****//////
Y se acabó, muchas gracias por su apoyo durante esta loca aventura, gracias por sus estrellitas y comentarios, los cuales me motivaron para seguir la historia.
Ojalá les gustará el final.
Como agradecimiento les dejo una pequeña imagen de estos dos, ojalá les guste.
Nos leemos después en alguna nueva historia, ya sea de esta pareja o de Mystoria y Ecarlate, casi no hay mucho de ellos y estoy pensando explotarles....
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