casa


Capítulo 1

No es que fuese malo, o prohibido, solo extraño.

La verdad en su vida habían hablado, excepto por algún saludo cortes y ya, tampoco es que él fuese muy sociable, le costaba mucho hacer amigos... y mantenerles más. Aun no entendía cómo es que Itia y los demás le soportaban, pero lo agradecía.

Si bien acudían a la misma universidad y compartían algunas clases, no interactuaban...siendo honesto su compañero no interactuaba con nadie, incluso parecía alejarse a propósito de todos. Como si le molestara su presencia...

Tal vez por ello se sorprendió por lo que ocurrió esa noche.

***...***...***...

Llevaba viviendo en la capital un año, el primer año de su carrera en medicina. Provenía de una familia de clase media y era el primero de esta que acudía a la universidad, lo cual le llenaba de orgullo. Sobrevivía con lo que sus padres le enviaban, ya que sus gastos personales no eran excesivos y consiguió un hostal barato. Pero, desgraciadamente ese día se había enterado de que la dueña lo había vendido y planeaban tirar la pequeña posada, por lo que tendría que buscar un nuevo hogar...barato.

Parecía que la suerte no estaba a su favor y no logro conseguir nada, tenía planeado pedir posada a alguno de sus amigos más la pena termino por ganar y decidió dejarle como último recurso, aun contaba con dos días para desalojar.

-y ¿qué te pareció el nuevo maestro?

-es muy listo...y guapo.

El pelirrojo había susurrado lo último, pero su compañero logro escuchar, riendo en sus adentros... ¿guapo? de verdad su amigo necesitaba un par de lentes, el profesor era alguien mayor, prácticamente seria su padre.

-si tú lo dices, hablo burlón.

Krest continuo su marcha, dejando tras de sí a un sonrojado pelirrojo, tal vez le habría gustado su porte, de que el hombre era elegante no lo podía negar.

Llego la noche y decidió ir a casa, paso toda la tarde buscando un nuevo hogar pero... ¡todo estaba muy caro! Enorme fue su sorpresa al encontrar a los pocos inquilinos en la puerta, discutiendo con la dueña del negocio.

-¡no puede echarnos! usted dijo que tendríamos un par de días.

-lo lamento, pero el nuevo dueño quiere iniciar la construcción mañana temprano, así que tendrán que irse.

-pero ¡eso es injusto!

El chico escucho atento, esto estaba mal, ya era muy noche y...no tenía a donde ir.

No importo cuanto suplicaran, la dueña no se tentó el corazón y les hecho a la calle, sin importar la hora. Krest tomo sus pocas pertenencias, sus libros y una pequeña maleta, y se fue a la ciudad, tendría que gastar en un hotel para pasar la noche.

El chico estaba preocupado, ya era muy noche y las calles se veían muy peligrosas, la verdad es que nunca salía tan tarde, camino de un lado a otro,, pero nada, los dos Hoteles que encontró eran muy caros, en una noche perdería más de la mitad de su sustento. Soltó un suspiro y decidió ir donde su amigo Itia, sería una molestia pero no tenía a donde más ir.

Continuo caminando y se internó por un par de callejones, desgraciadamente el mayor vivía al otro lado de la ciudad, con suerte y llegaría en una hora y media y...

¡BRRRRMMMM!

Un fuerte estruendo ilumino el cielo, de la nada la lluvia se soltó, como si fuese una película Krest se sorprendió al ver como una cortina de agua se dirigía a él, en cuestión de segundos el chico termino empapado. Desesperado corrió a esconderse bajo una marquesina, mejor suerte no podría tener.

Los minutos pasaron y la lluvia solo parecía aumentar, al igual que los nervios del chico, esa zona no era muy segura que digamos, sujeto con fuerza su mochila y la maleta, a unos cuantos metros se encontraba un bar de mala muerte, vio salir a un par de tipos muy sospechosos, los cuales no parecía importarles mojarse, caminaban soltando risotadas y chocando entre sí. Esta escena le dio un poco de asco, no simpatizaba con los alcohólicos.

El frio aumento y la lluvia también, poco a poco su vista comenzó a nublarse, las ráfagas de viento se hacían presentes, contrabajo logro mirar su reloj, las 12:45 pm. Sus ojos comenzaban a cerrarse y el estómago rujía, ni hablar tendría que arriesgarse, más, correr bajo el aguacero y...

-¿Qué haces aquí?

una voz grave le asusto, al levantar la vista se encontró con una camisa azul empapada por el agua, dio un brinco al ver a uno de sus compañeros parado frente a él; un chico alto de 1,92, con cabello negro, pegado a su rostro, y mirada fiera.

Retrocedió instintivamente, nunca había hablado con él y... ¡grrr! Pero su estómago no tardo en presentarse, rompiendo el silencio incomodo que se hubiera formado. El chico se sorprendió un poco al ver una sonrisa de medio lado en la boca del moreno, sonrojado desvió la mirada, estaba por disculparse cuando unas carcajadas le interrumpieron.

-¡Tsk!

El mayor chasqueo la lengua al ver a un par de borrachines salir del bar, donde se encontraba hace nada, sus ojos viajaron a Krest y a la maleta de este. Los truenos aumentaron y la lluvia arrecio. Sin decir nada le arrebato la maleta y se hecho a andar.

-¡apresúrate!

Krest se quedó en blanco al ver a su compañero, el chico salió disparado tras él para recuperar sus pertenencias pero Zaphiri era muy rápido... y tenía las piernas más largas. Le costó trabajo seguir el paso de este por lo cual al final el mayor tomo su mano y le arrastro por los callejones, caminaron un par de cuadras hasta llegar a una puerta ubicada a media cuadra, solo había esa, nada más.

Zaphiri abrió e introdujo al chico al interior, dando a un enorme jardín. De ahí corrieron hasta la entrada de la mansión.

El chico se sorprendió mucho al ver semejante lugar, la verdad jamás había ido por ahí, por lo que no savia que una casa tan grande como esa existiera.

-¡cof!...mmm, ay un baño al final del primer piso, será mejor que te duches o te vas a resfriar.

Zaphri cerró la puerta y se marchó tras decir esto, subiendo las escaleras pero del lado contrario a las indicaciones que le dijo, dejando al menor en el pasillo...solo.

Krest estaba confundido y no sabía qué hacer, empezó a temblar por lo que decidió obedecer, fue hasta el primer pasillo y de ahí directo al final, por un segundo se sintió en una de esas películas de terror que tanto le gustaban a Avenir, estaba por salir corriendo cuando llego a la conclusión de que era absurdo, su compañero no parecía asesino serial...pero por si las dudas atrancaría la puerta.

Dio con un amplio cuarto, algo sucio, y al final un baño en buen estado, se ducho y cambio en menos de diez minutos. El clima había empeorado y no era recomendable salir, se dirigió al pasillo y comenzó a llamar a su compañero, sabía que su apellido era Antares pero de su nombre no lo recordaba por lo que se sintió estúpido al ir gritando, camino un buen rato hasta llegar de nuevo a la entrada, esa casa de verdad era muy grande. Unos ruidos al final del pasillo captaron su atención, logro divisar una tenue luz amarilla por lo que se dirigió ahí...era la cocina.

El pelinegro se encontraba preparando un sándwich, mientras bebía una botella de coñac, ya estaba cambiado y seco.

-ho...hola...

Krest se acercó despacio pero Zaphiri no le prestó atención, solo giro para aventarle el plato a la barra.

-come.

El chico estaba por reclamar su forma tan descortés de dirigirse a las personas pero nuevamente su estómago se adelantó, por lo que tragándose la vergüenza acepto la comida.

Estaba borracho, de eso no había duda, bastaba ver como se movía y sostenía la cabeza, frotando sus parpados para calmar el dolor.

-puedes quedarte esta noche, la lluvia aumento y no encontraras ningún taxi que te lleve.

Salió de la cocina y Krest fue tras él, subieron las escaleras y Zaphiri abrió un armario, saco un par de mantas y se las entrego.

-arregla la cama y descansa, mañana hablamos.

De nuevo no dijo nada más, Krest iba a protestar pero la seña de guardar silencio lo detuvo, vio como el mayor se alejaba, sin dejar de beber...mmm...de verdad era raro.

***...***...***...

"una migraña es causada por una actividad cerebral anormal, los cuales desencadenan una serie de reacciones en el cuerpo, tales como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y sonidos fuertes, entre otros.

Esta puede ser hereditaria y se presenta con más frecuencia entre las mujeres que los hombres.

Algunas causas son:

La abstinencia de cafeína

Cambio hormonal en el periodo (en caso de la mujer)

Cambios en los patrones del sueño

Tomar alcohol

Entre otros"

Krest escuchaba atentamente a su profesor. El viejo Sage les mostraba una lámina en la cual se apreciaba las partes afectadas en el cerebro por un ataque de migraña. El último comentario le recordó a Zaphiri...su nuevo casero.

Al día siguiente el chico le había contado lo ocurrido con su antiguo dormitorio, por lo cual este le propuso dejarle vivir en su casa, esa enorme mansión, tan grande y majestuosa...pero descuidada. Le cobraba una renta parecida a la de su antigua "casa" y le permitía entrar y salir a la hora que deseaba, el trato no le pareció mal por lo que acepto.

La verdad es que Zaphiri casi nunca se encontraba en la casa, asistía a la universidad y después se perdía hasta entrada la noche, llegando siempre ebrio. Por un momento creyó que tendían problemas por ello pero, el moreno llegaba y se encerraba en su habitación, sin molestarle, por lo que le dejo pasar, si quería destrozar su hígado adelante, a él no le importaba.

Terminaron las clases y se entretuvo un rato molestando a su amigo Lugonis, burlándose por la mirada tan boba con la que veía a su maestro, comió con Avenir e Itia y fue e la biblioteca por unos libros y de ahí a su nuevo hogar; se había enamorado del pequeño jardín que se encontraba en la parte trasera, con una fuente, por alguna razón ese lugar no se encontraba en tan mal estado, al parecer Zaphiri si lo cuidaba, saco sus cosas y comenzó a estudiar, cuando terminara le escribiría una carta a sus padres para informarles de su nuevo cambio de domicilio.

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 no termino ningún fic y ya les traje esta nueva historia.

Siguiendo la línea de ScorpioxAcuario se me ocurrió emparejar a estos dos....solo para ver que sale, ojala y les guste el resultado.


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