Amigos


¿Feliz? Sí­, se podrí­a decir, tení­a una buena carrera, amigos excelentes, padres amorosos y un...novio muy atento y amable, por lo que se podí­a decir que si era feliz.

No negara que en principio se asustó un poco al sostener una relación con alguien de su mismo sexo, la verdad incluso le daba un poco de pena y vergüenza, pero logro acéptalo y superar sus temores gracias al apoyo de sus amigos y su no muy querido amigo. Je, aun no entendí­a como es que Zaphiri le podía dar tan buenos consejos, siempre se sentí­a mejor después de hablar con el bicho, más tranquilo, seguro y protegido, el moreno representaba eso en si vida.

-¿A dónde vas?

-tengo algo que hacer, nos vemos.

-pe...no desayunaste

-¡No tengo tiempo!

El bicho salió corriendo; esto era extraño, nuevamente salí­a un sábado por la mañana, completamente arreglado.

-¿tendrá a alguien?

La idea le provocó una ligera punzada, por alguna razón no le gustaba la idea de que Zaphiri le prestase atención a alguien más.

-esto...es tonto

Termino de desayunar y fue a cambiarse, tení­a una cita con Itia y no querí­a hacer más líos su cabeza.

***…***…

-¡ah, estoy exhausto! ¿Cuánto más durara?

-Ya sabes que el consejo se reúne todos los sábados de este mes...uno más y ya.

-¡me alegro! ¡Odio levantarme temprano!

-¡yo también!

-¡Llorones!

Nuevamente se encontraba desayu-comiendo con sus viejos en ese bohemio restauante.

-y....¿Cómo llevas lo de Krest?

La pregunta le tomo desprevenido, ocasionando una mirada de confusión en su rostro.

-¿lommm....de.... Kregmmmst?

Los cangrejos se sorprendieron mucho al enterarse de la relación del cubo y la báscula...¿Qué diablos paso ahí­?

-Primero, no hables con la boca llena y en segunda...ya sabes...su relación.

Bufo molesto al entender a donde iba el asunto...¿porqué no le dejaban en paz?

-Zaphiri...solo nos preocupas hijo

-¡ha! Ya hombre, estoy bien, Krest solo es un buen amigo, nada más, no voy a hacer una tonta escena de drama, no me cortare las venas o hare un Iticidio solo porque no me correspondió, ¡Eso es estúpido! no se preocupen, ya les dije que es pasajero.

Le restó importancia y continúo devorando su filete. Por su parte los gemelos le veí­an preocupados...¿dijo amigo?

-y ¿Cómo esta Aeras, todo bien en Italia?

La cara de Sage se transformó, tomando una mirada triste llena de preocupación y angustia. Cosa que asusto a sus compañeros.

-¿Qué ocurre Sage?

-viejo

-...

-Hermano ¿paso algo malo?

-¿Aeras está bien?

Pero Sage no respondía, lo que preocupo mucho a los chicos que se temí­an lo peor, más la respuesta los sorprendería. El mayor les miro con ojos grandes y acuosos.

-Aeras...mi niño...mi bebe...

-¿Qué paso?

-¿Esta bien?

-mi nene...¡Se va a casar!...¡Buaaaaaaaaa, mi nene!

-...

-....

La noticia les congelo, Hakurei abrí­a y cerraba la boca sin decir palabras, por su parte Zaphiri se quedó con el tenedor arriba y con la boca abierta y grandes ojos.

-espera....¿Aeras se va a Casar?

-¡Siiii!

-no inventes. Ese maldito, no me dijo nada, y hable con él el martes

-Increí­ble

-¡Mi bebe!

-Ja,ja,ja

La carcajada por parte del bicho no se hizo esperar, el moreno se reí­a a pata suelta mientas Hakurei palmeaba la espalda de su desconsolado hermano.

-ya era hora, pensé que ese escuincle no saldrí­a, felicidades hermano.

-¡Noooo!

-Dios, esto hay que celebrarlo ¡Mesero una botella de Wiski!

***…***…

-¿vecino nuevo?

-mju, le estoy ayudando a subir sus cosas.

El cubo observo como su novio cargaba un par de cajas y subí­a las escaleras, dudo un poco pero al final decidió ayudarle.

-¿por qué nunca sirve tu elevador?

-ni idea, debe ser una maldición o algo así­, je.

Por fortuna para los chichos Itia viví­a en el segundo piso, por lo que no tuvieron que subir mucho, el nuevo inquilino se encontraba en el departamento de enfrente.

-Gateguard ¿Dónde pongo esto?

-en la esquina, por favor

Frente a ellos apareció un chico, de cabello rojo y corto, con un porte frio y sereno, muy parecido al de Krest. Sus ojos no tardaron en escanear a cubo, que dejo la caja en el suelo y se presentó.

-Un gusto, Krest Sadalssud, soy el novio de Itia.

-hola, Gateguard Sheratan*, un gusto

 Para molestia del cubo, paso toda la tarde subiendo y bajando escalones, los planes que tenían de ir al cine y comer se vinieron abajo, eran las cinco cuando terminaron y el cubo estaba exhausto.

-aquí­ tenes.

-¡gracias!

Tomo el té que el pelirrojo le ofrecí­a

-entonces...¿eres enfermero?

-mju, entro a trabajar el próximo mes en el hospital que está en el centro ¿lo conoces?

-sí­, es uno de los más importantes en la ciudad.
-un conocido me consiguió trabajo ahí­, estoy ansioso por empezar.

-qué envidia, yo deseo trabajar en ese hospital, pero aún falta un año para recibirme... te vez muy joven ¿Qué edad tienes?

-20...pero es normal, ser enfermero no es lo mismo que doctor, lleva menos tiempo.

-aun así­ es una carrera exigente.

-como todas.

Gateguard le caí­a bien, eran parecidos, listo, amable, serio y centrado, tal vez algo retraí­do y tímido...si, eran parecidos.

-lamento haber arruinado su tarde.

-no te preocupes, no teníamos planes.

-m...ju...

La respuesta le molesto un poco al cubo, pero lo disimulo muy bien...igual que el enfado cuando Itia le invito a cenar con ellos.

Cuando llego a su casa apenas eran las ocho, se sorprendió al ver a Zaphiri ahí. El moreno se encontraba en la sala hablando por teléfono en... italiano? Sin hacer ruido fue a la cocina y se tomó una cerveza, no creí­a que le molestara después de todo siempre le incita a beber con él y dejar de quejarse. Podí­a escuchar las risas del mayor, parecí­a muy entretenido y ... feliz. Por alguna razón esto le molesto ¿con quién estaría hablando? ¿Se tratara de la persona que ve cada sábado? ¿Será su pareja?

La curiosidad le carcomía, querí­a saber que sucedí­a con su compañero, pero le daba miedo el preguntar. Pasaron un par de minutos y las risas cesaron, Zaphiri seguí­a hablando, pero su timbre habí­a disminuido y se escuchaba algo opaco. La curiosidad le gano y termino por asomarse desde el marco.

El bicho se encontraba sentado en el sillón, mantenía el celular en su oído, pero su mirada estaba acuosa. Krest se quedó parado en la puerta, sin saber si entrar o no, pasaron cinco minutos y el bicho colgó. Alcanzo a ver como limpiaba las lágrimas que querí­an brotar de sus ojos.

-Za...Zaphiri.

La suave voz de Krest lo aleto, sacudió su cabeza antes de girar...con una sonrisa en el rostro.

-Hola duende ¿Qué tal tu cita?

-bi...bien.

El cambio de humor le molesto, detestaba cuando el bicho fingía sus emociones, como si nada malo pasara, eso era tan...injusto. Porque no confiaba en él y le decía lo que ocurría. él siempre le expresaba todas sus dudas y miedos pero Zaphiri...parece que nunca le vería como su amigo.

-Estas hecho un desastre ¿pues que hiciste niño malo?

Una mirada picara y una sonrisa de oreja a oreja se plasmaron en la cara del moreno, mientras se acercaba a su niño y le revolvía el cabello.

-cargue cajas.

-¿eh?

No tardo en contarle todo lo ocurrido esa tarde, mientras se sentaban en el sillón y Zaphiri le daba un ligero masaje en la espalda.

-ahu...duele.

-no seas llorón.

-¡blulll!

-je, bebe...entonces, ese chico ¿Cómo es?

-bueno, es alto, casi como tú, tiene el pelo rojo, es enfermero, va a trabajar en el hospital del centro....es amigable y muy listo, me cayo...bien.

-mmm... y ¿conoce a Itia desde cuándo?

-pues...se acaban de conocer

-¿enserio?

-mju

-y...Itia se ofreció a ayudar...solo así­

-si...ya sabes cómo es, es muy amable y atento.

-si...lo es.

Nota mental, hablar con esa estúpida balanza. No le agrado mucho al idea de que el menso ese fuera tan servicial, ni que dejase plantado al cubo, pero...Itia no era una mala person...nah...tal vez solo estaba exagerando por sus celos.

-¿mejor?

-mju.

Se recostó en el brazo del sillón, mientras Krest lo hací­a en su pecho, no tardo en rodear al pequeño, acariciando su cabello, por alguna razón eso le relajaba, pasaron un buen rato disfrutando la mutua compañí­a hasta que el cubo decidió salir de sus dudas. Tenía que dar un paso si deseaba que fuesen amigos.

-ne...Zaphiri.

-mmm

-hace un rato...¿Con quién hablabas?

La pregunta le sorprendió, en especial por el cierto deje de enojo que escucho en la voz del menor, que se había hecho un ovillo en su pecho. Sonrió divertido, pero no dudo en contestar.

-Aeras.

-¿Aeras?

-mju, es un viejo amigo mío...el hijo de Sage.

-¿De verdad?

La respuesta le obligo a levantar la cabeza para ver a su compañero.

-sí, no lo conoces porque vive en Italia.

-Woahoo.

-Lo llame para felicitarlo, se casa en Septiembre.

-ya veo.

-Lo conozco desde que éramos niños, es muy simpático y amable, te caerí­a bien.

-y ...¿Por qué esta en Italia?

-bueno, sus padres se divorciaron cuando tenía 17, él se fue con su madre, que era italiana. Nos comunicamos una o dos veces por semana...aun somos amigos, muy buenos.

-ah...que...bien.

El chico bajo la cabeza y se acomodó de nuevo en el pecho de su amigo, la respuesta le dolió.

-oye...Krest.

-mmm

-yo...¿quieres ir conmigo a la boda?

-¿qué?

Krest intento levantar la cabeza para verle pero Zaphiri no lo dejo, lo abrazo con fuerza, pero sin lastimarlo. El bicho estaba sonrojado, se sentía como un imbécil por pedirle eso a su amigo, en especial porque el tenia novio y...

-qui...¿quieres que te acompañe?

-bu...bueno, sí­.

No sabí­a si lo que escuchaba era el corazón de Zaphiri o el suyo, pero uno de los dos latí­a frenéticamente...o tal vez los dos.

-pe...pero, no tengo pasaporte.

-faltan unos meses, podemos tramitarlo...si quieres.

Medito por unos segundos antes de responder, mientras apretaba con fuerza la camisa de su compañero.

-si...me gustarí­a.

La sonrisa en la cara del bicho no tení­a precio, inconscientemente abrazo con más fuerza a su pequeño, que se restregaba cual gatito.

-pe...pero, no se italiano.

-no te preocupes, yo te enseño.

-...sí­....

- te encantara Italia, es hermosa.

-¿ya has estado ahí­?

-mju, voy con Sage a visitar a Aeras cada fin de año.

-oye ¿no se molestaran si voy?

-para nada, Sage te quiere y Aeras desea conocerte

-¿a mí­?

-mju, le he hablado de ti.

-Qué?

-bueno, me pregunto por mis amigos y...tu eres mi mejor amigo así­ que...¿No te importa verdad?

En esta ocasión el chico si se levantó, mirando con ilusión al moreno.

-¿so...somos amigos?

Pregunto esperanzado

-claro... tú eres mi mejor amigo duende.

Con cariño acaricio las mejillas del cubo, que sonreía ampliamente.

-o...¿acaso no eres mi amigo?

-¡claro que sí­! ¡Eres mi mejor amigo bicho tonto!

Emocionado de arrojo a sus brazos, rodeando su cuello, al fin lo había logrado.

Permanecieron un buen rato así­, hasta la hora de acostarse.

-bueno, vamos a descansar.

El moreno esperaba que su amigo se parara... pero Krest no lo hací­a.

-me duele todo...llévame cargando.

-olví­dalo, camina.

-¡no quiero!

Krest se abrazó con más fuerza a su persona refunfuñando que no querí­a caminar. Pasaron un buen rato en esa discusión infantil, Krest solo tení­a esos desplantes infantiles con él, al final el bicho accedió, como siempre.

-lei è un bambino viziato

-¿Qué? ¿Qué me dijiste?

-ja,ja, averí­gualo.

-¿era italiano?...¡dime!

-no

-¡Dime!

-que no.

-¡Zaphiri!

Subió las escaleras con su cubo en brazos, tal vez jamás tendrí­a una relación con él, pero se conformarí­a con esa amistad.

*****…..*****…..*****…..*****…..

Chicas y chicos hola ¿Cómo están?

Lamento mucho no haber actualizado antes pero...verán, esta porquerí­a (entiéndase mi lap) está fallando mucho... ¡la verdad ya chafio! T-T Me borro unos archivos, los avances de varios fics y el mendigo teclado ya no sirve, me está costando un ovario escribir. Por tal motivo tardare un rato en actualiza, en lo que la arreglan. Les subí este cap. porque ya estaba listo y logre salvarlo. Me disculpo por las molestias, en cuanto la arreglen les prometo actualizar todas las historias.

Cuí­dense mucho y los leo en un par de d­ías...espero TToTT.


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