abstinencia
Abstinencia. Es una renuncia voluntaria de complacer un deseo o un apetito de ciertas actividades corporales que se experimentan extensamente como placenteras. Una renuncia a algo que te hace "sentir felíz". Puede ser temporalmente parcial o total.
La abstinencia en el alcoholismo suele venir acompañada de una serie de síntomas que al alcohólico logra superar con mucho trabajo y apoyo.
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La boda se había pospuesto hasta el siguiente mes, Aeras deseaba primero ayudar a su hermano con todo el asunto de Andreas, por suerte su novia estuvo de acuerdo, aunque Zaphiri se sentía muy mal por ello.
El moreno tuvo que contarles a los demás lo que había ocurrido hace años, como era de esperar Calvera y Sage no tardaron en reprenderlo. Se llegó a la conclusión de que esa parte era mejor guardarla en secreto, secreto familiar, después de todo la chica se encontraba bien y no pasó a mayores.
Huexuda y el arquero se habían encargado de que Zaphiri no fuese a dar a la cárcel, aunque si tuvo un pequeño arresto domiciliario por una semana y se comprometió a ir al juzgado a firmar cada mes mientras se llevaba acabó la investigación.
Cómo castigo le prohibieron ir al hospital y...y...En la intimidad de su hogar Krest lo obligó a jurarle que dejaría el alcohol.
Una parte buena salió de todo este caos, el hecho de que ahora tenía a su pequeño solo para él.
Cuando se despertó al día siguiente se encontró con la grata sorpresa de tener al castaño entre sus brazos, ya antes habían dormido juntos pero en esta ocasión era diferente, de una forma muy poco romántica, típico de el, se habían confesado, sabía que Krest lo quería, se lo había dicho y, lo más importante, se lo demostró de una forma excepcional, otra persona lo habría votado con el problema pero Krest no, lo apoyo y contuvo como solo alguien que te ama puede hacerlo.
Si bien , aún así, le costó trabajo pedirle una oportunidad para ser su pareja, la respuesta lo dejo satisfecho, un cálido beso y un te quiero fue lo necesario para hacerlo feliz. Y así como Krest lo hacía feliz él también deseaba hacerlo feliz a él, por lo que no dudo en aceptar dejar el alcohol...que tan difícil podría ser?.
Pasar unos dos o tres días sin beber ya lo había hecho, aunque al cuarto siempre acababa al grado de una congestión alcohólica.
Estaban de vacaciones, por lo que la escuela no sería un distractor, tampoco podía ir al hospital por lo que decidió hacerle algunas reparaciones a la casa, así mataría el tiempo libre.
-que...Que hacen?!
Sus ojos casi se salen de la impresión al ver a sus viejos y novio vaciando sus gavetas.
Sage y Hakurei ayudaban al cubo a vaciar la casa de toda bebida alcohólica, Krest empacada las botellas en cajas, cajas que los gemelos llevaba a su auto.
-nos deshacemos del alcohol, es todo.
-Queee!!!!!!
Su corazón casi se detiene al oír la noticia, miró con horror la cara de su novio.
-pe-pero, po-porque?!!!
-porque? Lo prometiste Zaphiri! Prometiste que dejarías de beber, ya lo olvidaste?!
-no, no, lo prometí y lo voy a cumplir...pero...porque carajos se llevan a mis bebés?!!!
-es en serio?!
-Woahooo! Un Cheval -Blanc Bordeaux, fuiiiiiu!...mmm, creo que brindaremos con esto en la boda de mi niño.
-Sage mira! Un vodka Diva Premium...y uno Baltique!!!...ya tenemos para la reunión del Sábado.
-haaa no, eso sí que no.
El bicho camino hasta ellos y le arrebató a sus preciadas hijas.
-ni de broma dejo que una bola de ancianos decrépitos se tomen a mis bebés.
-Oye! Cómo que Decrépitos.
-ZAPHIRI, dame esas botellas!
-pero Krest, mi Diva me costó 700,000 💶...y 1 millón de 💶 mi Baltique.
-Queee?!!!!
Esto tenía que ser una jodida broma, quién en su sano juicio...esa...esas botellas, costaban más de todo lo que se había gastado en su vida!!!!
-no me....
-olvídenlo viejos, mis hijas se quedan!
-no, tienes que obedecer!
El moreno comenzó a forcejear con sus padrinos, la caja se tambaleaba de un lado a otro, por su parte Krest solamente les veía. Pues que carajos tenía en la cabeza para hacer semejante gasto?! Por unos minutos estuvo tentado a dejar que se quedará con las botellas pero...No! Tenía que ser firme si quería ayudarlo.
-Zaphiri ya basta, deja que se las lleven!
-pero... Krest.
-solo las van a guardar.
-ahhhhh, no podemos tomar un traguito!
Tomo las manos del bicho y lo obligó a salir de la sala llevándole a su habitación, le costó mucho trabajo mantenerlo ahí, el bicho hacia de todo para escapar e ir al rescate de sus preciadas botellas.
-krest...por favor!
-no Zaphiri, me lo prometiste.
-pero, esas botellas son muy caras...que se lleven las baratas, eso no me molesta!
-todas! Barato o caro, todo se va!
-pe... pero, te juro que esas no me las voy a tomar...
-todos Zaphiri, tengo que estar seguro.
-pe...pero...
Lo tumbó en la cama y se abrazo a él, poniendo su mejor cara de cachorro.
-solo las guardarán, cuando estés mejor las regresan.
-pero...estoy bien, no he bebido nada en dos días.
-y quiero que sigas así... Zaphiri, hazlo por mí, por favor.
Maldito escuincle chantagista, se mordió los labios al ver como los ojos del menor se aguaban, Krest se aferró a su pecho restregando su cabeza cual gatito, mientras le suplicaba.
-tsk! Está bien...pero después me regresas a mis niñas.
-las vas a beber?
-claro que No!...sería un desperdicio.
- lo prometes?
-ah!...si, lo prometo.
Feliz le dió un beso.
-espera aquí hasta que termine, de acuerdo.
-tsk! Ya qué.
Krest bajó a terminar con su labor. El pobre bicho tuvo que poner seguro a la puerta para no ir tras esa bola de rufianes que se llevaban gran parte de su vida. Para distraerse decidió viajar en la red, vería algunos hoteles y sitios de interés para llevar a pasear a su niño cuando llegaran a Italia, después de todo estaría una semana ahí.
Por desgracia los síntomas comenzaron a aparecer poco a poco.
Ver su gaveta y refri desprovistos de líquido no le gustaba. Tenía sed por lavar las ventanas y decidió ir por algo de tomar, esto tenía que ser una broma, Krest lo había vaciado todo, absolutamente todo, la sala, cocina, biblioteca, su cuarto... incluso sus escondites, como carajos los encontró?!
Molesto se sirvió un poco de agua, tsk! Se iba a oxidar.
De acuerdo, solo era por unos días, después seguro Krest lo dejaría tomar algo, ni modo que en la boda de su amigo brindará con agua.
Al siguientes día se levantó de un humor peor, incluso se sentía enfermo, le dolía la cabeza y la garganta la tenía reseca.
-aqui tienes...
-no tengo hambre.
-pero, ya es tarde...come...por favor.
Maldito escuincle manipulador, pico un poco el desayuno; un huevo frito en pan tostado, un poco de arroz blanco y...un vaso de jugó? Esto tenía que ser una broma.
-oye...no tienes café?
-...no, la cafetera se descompuso, lo siento
-me lleva...tsk! Voy a la ferretería por algo.
El moreno se levantó molesto y se encaminó a la calle. Krest le miró partir y soltó un suspiro. La bendita cafetera estaba bien pero, tenía que ayudarle a desintoxicarse y el café no era una buena opción, sabía que se enfadaría cuando se enterara pero tenía que arriesgarse. Tomo su chamarra y se apresuró a alcanzar a su novio.
Maldita sea, le dolía la cabeza y podía jurar que tenía temperatura, estaba sudando y sentía el cuerpo cansado, le iría a dar gripe.
-Zaphiri!!!
-tsk!...que haces aquí? No voy a comprar alcohol no te preocupes!
-eh?
La mirada y voz tan fría entristecieron al menor.
-lo...lo sé yo...yo solo quería acompañarte.
Que demonios le pasaba?! Porque trataba a Krest tan mal?!
-lo...lo siento, me duele la cabeza y...perdona.
-no importa...vamos.
El cubo lo tomo de la mano y eso lo tranquilizó un poco, parece que se había levantado de malas.
Caminaron hasta el establecimiento donde Zaphiri hizo otro berrinche, el hombre que atendía era mayor por lo que tardaba un poco en despachar. Krest logró controlarlo y se disculpó con el pobre anciano, mientras sacaba a su pareja del lugar.
-no tenías porque gritar.
-tsk! No es mi culpa...se tardaba una eternidad!!
-Zaphiri, ya es un anciano, no se puede mover tan fácil como tú o yo y...
-pues entonces que contraten a gente joven!!! El viejo debería estar en un asilo!
-Zaphiri!!!
La mirada molesta del cubo lo hizo recapacitar, que diablos le pasaba, el jamás le gritaba a los ancianos, Nunca! la verdad era a los únicos que les tenía pasiencia y...
-perdón yo...lo siento, es que me duele la cabeza y eso me puso de malas... perdón Krest...vamos a casa.
Dolor de cabeza, cambios de humor y pérdida de apetito, estos eran algunos síntomas de la abstinencia, los más leves. El cuerpo del moreno comenzaba a renegar la falta de alcohol en su sangre, Krest lo sabía muy bien, como sabía que aún faltaba lo peor y conociendo a Zaphiri explotaría en cualquier momento.
-tendre que decirle a Calvera que voy a faltar.
Susurro a la nada para salir corriendo tras su pareja.
Por desgracia los problemas comenzaban a aumentar, el moreno estaba irritable y todo, absolutamente todo le fastidiaba.
-carajo, por que diablos le echas suavizantes a mi ropa, huele horrible.
-...lo siento...dame, la lavo de nuevo.
-dejala así...voy a ver la tele.
-no vas a ce...
-no tengo hambre!
Tomo un gran respiro cuando lo vio salír, de momento lo dejaría, no quería tener más discusiones por ese día. Guardo la comida en el refrigerador, con suerte Zaphiri tendría hambre más tarde, ya que el alcohol baja los niveles de leptina, una hormona que controla la sensación de saciedad, y al dejarlo uno tiende a comer mas.
Se quedó un rato mirando a la nada, hablo con Calvera y le informo que no iría al hospital hasta que Zaphiri estuviera mejor. Los demás se habían ofrecido a ayudar pero Krest se negó, él era el que tenía que sacar eso adelante, se lo habían prometido la noche en que se declararon y no pensaba echarse para atrás...aunque la verdad se sentía muy mal, ni los primeros días cuando se mudó ahí discutieron tanto.
Eran las doce de la noche y Zaphiri aún no subia, podía escuchar el ruido del televisor. El cubo se encontraba leyendo sobre el alcoholismo y sus efectos.
El alcohol aumenta la dopamina, que está relacionada con el placer y la alegría.
Es normal que al dejarlo uno se sienta irritable y le cueste relacionarse con sus familiares, pareja y amigos.
-podria darle dulces....
El castaño no tardó en negar con la cabeza, al rato lo tendría que cuidar de la diabetes.
También era normal que uno sintiera mucha sed, después de todo beber desidrata porque es diurético.
Continuó leyendo por un rato hasta que escuchó los pasos del bicho. Desde hace días los dos dormían en la misma habitación.
-como te sientes.
Krest estuvo a punto de pararse para ir a recibirlo, Zaphiri se veía cansado y un poco... pálido. Pero el bicho no lo dejo, prácticamente corrió a la cama y le abrazo con fuerza.
-Zaphiri?!...
-lo siento, perdona soy un idiota, no quería gritarte y... perdón.
El bicho ocultaba su rostro en el cuello de su compañero, aferrándose a él con desesperación.
-esta bien, es normal que estés irritable...no importa.
Krest lo abrazó amoroso y comenzó a besar su cabeza, jugando con su cabello.
-me...cuesta trabajo, pensé que sería fácil pero...
-esta bien amor, no te preocupes...yo te ayudaré.
-pero... Krest...no tienes porqué cargar con esto yo.
- no empieces Zaphiri...estamos juntos te guste o no, no te voy a dejar solo...
-pero...y si me vuelvo más patán... o loco.
-mi amor, solo es parte de la desintoxicación, unos días más y regresas a ser mi bicho molesto de antes...todo saldrá bien.
-de verdad quieres pasar esto conmigo...tu...deberías estar con tus padres y...
-Zaphiri! Ya lo discutimos, yo no te voy a dejar...y tú no me vas a alejar, lo prometiste.
Se acostó a su lado y lo abrazó con fuerza, la verdad es que no podría hacer esto solo, jamás imagino que dejar de beber fuera tan difícil y...Dios! Ya había olvidado el porque había iniciado con ese horrible vicio, porque tenía tantos deseos de escapar de su realidad, de ese infierno que se había vuelto su casa.
Algo que nadie sabía es que la culpa lo atormentaba día y noche, que desde que vio a su familia muerta un vacío y remordimiento lo embargo, un sentimiento que solo el alcohol le había ayudado a olvidarlo pero que, ahora que intentaba dejarlo, resurgía con más fuerza.
El delirium tremen es una de las etapas de la abstinencia, alucinaciones que afectan al individuo.
Desgraciadamente Zaphiri comenzaba a sentirlas, desde hace unos días podía escuchar voces y...esta noche, cuando decidió ir a cenar lo que su novio había preparado para él, una de estas alucinaciones atacó.
Logró ver a su madre...su amada madre.
Estaba por ingresar a la cocina cuando un ruido lo detuvo, ahí, al pie de las escaleras estaba ella, vestida con el mismo traje azul que tanto le gustaba, con su cabello atado en una coleta y...y un enorme agujero en el pecho, manchada de sangre y mirándole con odio.
El corazón del chico se aceleró cuando la dama lo señaló con su dedo, mientras fruncía el seño.
Sabía que era imposible, que ella estaba muerta y...
Subió corriendo las escaleras hasta llegar a los brazos de Krest, tenía miedo, mucho.
La culpa y el arrepentimiento que jamás expresó comenzaba a pasar factura.
El francés le miraba dormir, Zaphiri se abrazaba con fuerza a él como un pequeño a su oso en una noche de tormenta, el mayor estaba sudando y valvuceaba cosas sin sentido, temblaba un poco y estaba algo frío, parece que tenía una pesadilla.
-tranquilo Zaphiri...calma...amor, estoy aquí...y no voy a dejarte.
Krest le abrazo con más fuerza intentando confortarlo, lo peor estaba por venir.
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Me disculpó por no actualizar antes, es que quería acabar un fic que tenía pendiente hace mucho tiempo.
Pero e regresado e intentaré ya no tardar tanto.
Ojalá les guste el capítulo.
Pobre Zaphiri, le costará mucho salir de esta, ya que aún tiene que hacer las paces consigo antes de seguir adelante.
Por fortuna cuenta con su lindo cubo que no lo dejará solo, aunque no la tendrá fácil.
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