Boys don't cry

—Entonces, ¿vamos?—preguntó Adeline. Yo la miré dudoso.

—No lo creo, ya quedé con los chicos—puse una mueca—Además, ¿ir a ver una obra de teatro?—cuestioné. Ella asintió, cansada.

—De acuerdo, diviértete. Yo iré con una amiga.

Sabía que algo andaba mal, ella se mostraba seria, incluso enojada. Seguramente lo estaba porque no quería ir a la obra, pero ella sabía que a mi no me gustaba, no lo disfrutaba.

—¿Algo anda mal?—pregunté mientras me sentaba en el sofá de mi departamento y ella entraba al baño, supongo que a arreglarse. Soltó un suspiro y no me contestó.

—¿Es porque no quiero ir? Sabes que no me gustan esas cosas—me levanté y fui hasta donde ella estaba.

—¿Y todas las veces que yo hice algo solo porque a ti te gustaba? Nunca haz hecho nada por mí—se cruzó de brazos dejando su brocha de maquillaje en el lavabo.

—Dame un respiro, claro que lo he hecho—regresé al sofá, harto de sus peticiones ridículas.

—No Isaac, no es cierto. Y la vez en nuestra primera cita hace dos años, no cuenta—tomó la mascarilla y la aplicó en sus largas pestañas, destacando mucho más sus bellos y grandes ojos.

Estaba siendo injusta, obvio hacía cosas con ella que le gustaran. Creo.

—Solo olvídalo, nos vemos mañana—musitó saliendo del baño y tomando su bolsa.

—¿No te quedas a dormir?—pregunté confundido. Ella casi siempre lo hacía.

—No.

¿No pensaba decir algo más? ¿Poner alguna excusa? Bien, no la molestaré.

—Ok—sonreí ligeramente—Adiós.

Ella abrió la puerta, me vio y entreabrió sus labios, queriendo decir algo, pero se mostró retractada y salió del lugar.

En fin, fui con los chicos al club, tenía planeado pasármela bien con mis amigos, olvidarme de las malditas responsabilidades por un momento.

Las luces me cegaban y la música penetraba todo mi cuerpo, sintiendo los beats hasta en mi pecho.

Obviamente, tenía ganas de tomar y emborracharme con lo que fuera, y el costo no me importaba en ese momento.

Mis amigos y yo empezamos con shots, después yo continué con cerveza. Supe que me quedaría sin dinero pues en los clubes suben el precio de las bebidas como si hubiera oro en ellas.

Los chicos consiguieron que un grupo de amigas se nos unieran a la fiesta. Eran cuatro de ellas e igualmente nosotros.

Dos de ellos bailaban con su respectiva chica, otro se encontraba sentado enfrente de nosotros besando a su repentina cita. Yo me encontraba conversando, pero no había nada que a ella la detuviera de estar casi encima de mi mientras conversábamos de idioteces.

Cuando menos me la esperé, ella me tomó por el cuello comenzó a besarme desesperadamente. No la detuve, en realidad besaba muy bien. La tomé por la cintura y de igual manera puse mi mano en su cuello, pegándola a mí.

Esto está mal.

No debería seguir, tengo novia, que me ama y la amo, aunque no lo hayamos dicho hoy antes de que se fuera. Separé a la extraña de mí y le pedí disculpas. Ella se mostró confundida y enojada. No podía lidiar con esto ahora, solo me levanté y me fui de ahí, ninguno de mis amigos notó mi ausencia.

Le marqué a Adeline, no respondió, repetí mi acción y, sin respuesta. Demonios, por favor contéstame. Lamento no haber ido al teatro contigo, lamente no haberte dicho que te amaba hoy, lamento haber besado a otra chica por coraje puro.

Fui a mi departamento a ver si ahí se encontraba por pura casualidad, pero nada. Era como si ella nunca hubiera estado aquí. Ni una blusa suya, ni unos tenis, tal vez uno esperaría ver aunque sea su cepillo de dientes, pero no había nada.

Volví a marcarle, pero solo me mandó a buzón.

Me senté en el sofá y pasé mis manos por mi cabello, desesperado. Pero no soltaría ni una lágrima, no puedo, todavía hay esperanza de volver a antes. No lloraría.

***

Al día siguiente, no hubo muchas señales e vida por parte de ella, seguía sin contestar mis llamadas, le mandaba mensajes pero estos solo los dejaba en visto, al menos sabía que estaba bien.

Le marqué a sus amigas, me contestaron que no sabían dónde estaba o que simplemente debería alejarme. Maldita sea, lo más seguro es que se encontrara llorando, triste. Tomé su ausencia como perfecta indirecta de que lo nuestro ya no existía.

Pasé mis manos por mi cara. No, no puedo llorar. Aun cuando la ame demasiado, todavía. Aun cuando extrañe su sonrisa iluminadora y risa rara que lograba contagiarme felicidad. Aun si le ruego por volver, que caiga a sus pies pidiéndole perdón por mis errores, por haberla alejado y no mostrarle lo importante que fue y es para mí. Aun si todo eso pasara, no me permitiría llorar, sería estúpido derramar lagrimas por eso. Yo no lloró, y no comenzaré ahora.

Haría lo que fuera para que Adeline me tomara de vuelta, la promesa que ella necesitara se la haría, le pediría perdón hasta que entienda que la amo. Sin embargo, ella ya se convenció a sí misma que no lo valgo.

No hay nada en mi poder para hacer, es muy tarde.

Intenté esconderlo, mi dolor por haberla perdido pues ahora sé que solo cometí errores. Me reía con mis amigos ante la situación, mientras que en la ducha me destruía por lo mucho que la extrañaba.

Era lo bueno de tomar una ducha, nadie más estaba al rededor, podía llorar perfectamente mientras mis lágrimas se perdían entre el flujo de agua. Y todo eso tan solo para que cuando saliera, continuara con una sonrisa escondiendo que realmente estaba sufriendo.

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No me dio tiempo de revisarlo dos veces, ahí una disculpa.

Este es un poco más largo. Me di cuenta que en los demás son muy cortos y casi sin historia, así que intentaré hacerlos un poco más extensos.

Gracias por leerme ❤️

-Andrea

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