Taemin (SHINee)
La chica nunca se había sentido tan nerviosa, bueno, al menos no desde su audición para la agencia, sin embargo había logrado su meta y se había convertido en una trainee en SM Entertaiment. Pero ahora una nueva prueba había surgido: integrarse a SMRookies.
Había sido escogida de entre otras tantas chicas para ser la nueva integrante de este grupo pre-debut, no obstante no sería tan fácil. Si hasta el momento había pensado que los directivos de la agencia habían sido jueces duros, pues ni se imaginaba como serían sus artistas, uno de sus artistas.
Ese día, sin dar detalle alguno, la enviaron a una de las salas de prácticas que ella nunca había usado por una simple y llana razón: era donde practicaban los idols de la agencia, los trainees ni pensaban en acercarse a estas. Había llegado bien temprano a la sala con los nervios de punta creando en su mente una serie de terribles escenarios en cual en la mayoría de estas ella terminaba siendo echada de SM.
No obstante se detuvo al pensar en su madre, esta la regañaría si supiera todos sus tontos pensamientos y golpearía su hombro hasta que dejara sus tonterías. Nada saldría mal, además, todos sus sunbaes eran muy amables, ¿cómo podrían tratarla mal?
—Llegas tarde —fue lo primero que escuchó cuando abrió la puerta. Aún con la confusión se inclinó frente a su sunbae de Shinee.
¿Llegar tarde?
—Ah, sunbaenim, pero me dijeron que llegara a las 9:00 am —dijo adentrándose a la sala como un cervatillo asustado, esto mientras sacaba su celular del bolsillo para encenderlo y mostrar la hora—. Aún falta media hora para eso...
—Sigues llegando tarde, debiste estar aquí a las 8:00 am. Ahora dejemos de perder tiempo y muéstrame tu baile.
[Más temprano esa mañana]
El dormitorio temporal de los chicos se encontraba bastante silencioso, quizás debido a que no habían pasado ni ocho horas desde que llegaron de la agencia al estar ensayando para la nueva canción, Jopping. Estaban completamente exhaustos, por lo que la mayoría se encontraban durmiendo.
A excepción de Taemin.
Por el pasillo venía caminando un somnoliento Baekhyun quien se sobresaltó al ver al bailarín sentado en uno de los taburetes de la cocina, tenía una taza de café en su mano y una expresión de "quiero dormir".
—Dios, casi me da un infarto —masculla al pasar a su lado—. Pareces un zombie.
—Tengo sueño —confiesa antes de tomar un sorbo del café.
—Entonces deja de tomar café y vuelve a dormir —indicó acercándose al refrigerador de donde sacó el envase de la leche.
—No puedo, tengo que ir a la agencia —esta frase se ganó la confundida mirada del mayor. Apenas si llegaron, ¿por qué volvería?—. Me asignaron a evaluar a una trainee para ser una nueva SMRookie y cambiaron el primer día para hoy dentro de dos horas.
Un golpe sobresaltó aún más al mayor quien incluso soltó una exclamación antes de ver cómo Taemin había simplemente dejado caer su cabeza contra la mesa, soltando un lastimero "auch". Llevó una mano a su pecho mascullando como lo terminaría asesinando algún día.
—Ella tan solo tiene 17 años, no sé en qué momento me convertí en un niñero —se lamentó mientras lloriqueaba.
—Es tan solo una niña —susurró luego de alejar el vaso de su boca—. No puedes ser tan malo con ella.
Con esto Taemin levantó su cabeza para observarlo con una mirada gélida—. Yo quiero dormir. Si yo sufro, ella sufrirá conmigo.
[Un poco después del encuentro]
La joven trainee jadeaba con cansancio luego de repetir por octava vez la intensa coreografía de Everybody, ni siquiera sabía porqué había terminado bailando esa en específico pero lo que si sabía es que el mayor paraba la canción ante el más mínimo error para ponerla desde el principio haciendo que ella tuviera que repetirla sin ningún tipo de descanso de por medio.
Pero esta vez si lo lograría, escuchaba ya la última parte de la canción, tan solo una secuencia más y la terminaría... Hasta que la música se detuvo abruptamente.
—Otra vez —dijo de nuevo.
Solo que lo único que recibió de regreso fue un gran quejido de la chica quien casi se desplomó sobre sus rodillas sentándose en el suelo. Su respiración agitada casi asusta al cantante, hasta que recordó su misión en todo el entrenamiento.
—¿Te vencerás tan fácil? ¿Así piensas ser una idol? —preguntó poniéndose de pie frente a ella—. ¿Eso es todo lo que tienes para dar?
—No —masculló con la mirada pegada en el suelo, sentía rabia consigo misma.
—No te escucho —asegura logrando hacerla estallar.
—¡No!
—Entonces ponte de pie y sigue bailando, tienes quince —anunció dándole una nueva esperanza, ¡al menos podría beber— segundos, apresúrate.
Su mandíbula casi cae al suelo viendo como lucía tan tranquilo observándola desde el estéreo, ¿acaso no veía que estaba a punto de desfallecer? Tal vez sería entendible si solo fuera el baile, pero no contaba el calentamiento previo que le hizo realizar el cual consistía en una larga serie de saltos de tijera y algunas flexiones como castigo por "llegar tarde".
¿De verdad todos los idols debían hacer tanto antes de debutar?
Estaba bien, lo haría, se había prometido a sí misma el romper sus propios límites si esto conllevaba a lograr su meta, sin embargo nunca se dejaría vencer sin dar una buena pelea.
—Sunbaenim, ¿por qué no baila usted también? Digo, para demostrar como un idol de verdad presenta su propia canción —propuso luego de ponerse de pie.
—Tsk, ¿crees que voy a caer en esa psicología barata? —cuestiona rodando los ojos al detener la canción ya que esta seguía andando y ella a penas se ponía en su lugar.
—Oh, no se preocupe, tan solo pensé que un idol siempre estaría listo para representar de la mejor manera su música —dijo con un tono inocente mientras tomaba posición en el suelo—. Pero al parecer sunbaenim tan solo es perezoso.
Luego de su frase la sala se quedó en silencio. ¿¡Perezoso él!? ¡Pero si había estado toda la noche practicando una nueva canción!
Inhaló hondo para no ponerse a gritar.
—¿Perezoso? Niña, cuando tú estabas durmiendo con tranquilidad en tu camita anoche, yo estaba en esta misma sala practicando toda la noche —aseguró dejando su lugar para acercarse a ella.
—Se equivoca, sunbaenim —dice mirándola desde abajo—. No fui a casa anoche, me quedé toda la noche ensayando una coreografía.
Tal confesión logró paralizarlo, tragó saliva mientras lo procesaba. Era tan solo una niña, ¿cómo podían dejarla pasar toda la noche sola en la agencia? ¡Debía descansar, dormir y crecer! Dios, sentía ganas de dejar su práctica y enviarla a su casa.
Suspirando dio media vuelta para encender la música y caminar hasta ponerse a su lado.
—Seguiré observándote, hazlo bien —fue lo único que dijo dejándola algo asombrada de que de verdad fuera a bailar con ella.
Ella mentiría si dijera que no estaba nerviosa, hasta el momento se había controlado en tenerlo a tan solo metros de distancia ya que enfocaba su mente en bailar bien, pero ahora estaban a tan solo un metro de distancia, bailando uno al lado del otro. Sentía que en cualquier momento podría desmayarse.
Y en menos de lo que se pudo dar cuenta, la música se había detenido, la música y la coreografía se habían terminado. Era la primera vez que lograba bailarla hasta el final, por lo que volteó a verlo con una sonrisa para encontrarlo con la respiración sorprendentemente tranquila mientras despejaba su frente del cabello que se pegaba a esta.
—¿Qué? Es mi canción, claro que lo haría bien —aseguró con un tono de arrogancia fingido que hizo reír a la chica.
[Unas semanas después]
El chico yacía sentado entre algunos de los coreógrafos y directivos de la agencia, además de algunos de sus compañeros de otros grupos. Estaban viendo las audiciones de algunos chicos y chicas que eran las opciones para ser nuevos integrantes de SMRookies, ya habían pasado al menos 20 de estos jóvenes y él, aunque no lo fuera a confesar, estaba ansioso por ver a su "discípula" como empezó a decirle para fastidiarla.
Con tan solo unas pocas semanas trabajando con ella había logrado encariñarse con la chica, la había conocido mejor y había comprendido lo difícil que era ser un trainee en estos tiempos, pues si bien no fue nada fácil cuando él y sus compañeros lo fueron, sin embargo no se esperaba cómo debía ser para una niña el estar alejada de su familia para cumplir un sueño de poder debutar, lo que tampoco era seguro todo el tiempo. Pero no sentía pena o lástima por ella, ni mucho menos, esto tan solo lo impulsaba a exigirle aún más, ser más duro con ella.
Y ahí estaba el resultado.
Se enderezó en su asiento cuando la chica salió por un costado de la tarima improvisada que habían hecho para las pruebas. Tan solo asintió cuando Kai a su lado le preguntó si esa era la chica a la que le había ayudado, había cierta expectativa en él también, los maestros se miden por el éxito de sus aprendices.
Casi ni escuchaba lo que hablaba con el coreógrafo mientras le preguntaba cosas básicas como su nombre y el tiempo que tenía en la agencia. Él en realidad se encontraba concentrado viendo lo nerviosa que se encontraba, una clara diferencia de lo enérgica que siempre actuaba en sus prácticas. Sentía que quería ponerse de pie y acercarse a ella para abrazarla.
Aunque todo se le olvidó cuando la chica empezó a bailar, como siempre, se le iba el mundo observándola. Miraba con detenimiento cada pequeño movimiento, fijándose que cada mínimo ángulo estuviera bien.
—Wow, ella es muy buena. —No dijo nada ante la frase de su amigo. Claro que esa buena, él le había enseñado.
[Unos cuantos momentos después]
La chica corrió eufórica al bajar de la tarima luego de haber sido aceptada, la emoción explotaba de su cuerpo por lo que no dudó en correr hacia su mayor cuando lo vio ahí parado hasta quedar de pie frente a él.
—¡Lo logré, sunbaenim! —exclamó incluso dando varios brinquitos en su lugar.
Sin embargo este seguía inmutable, cosa que hizo que ella se detuviera confundida para verlo a la espera de que dijera algo. ¿Acaso no estaba feliz por ella?
—¿Lo lograste? ¿Qué lograste? —pregunta cruzando sus brazos—. Porque hasta donde yo tenía entendido tu meta era debutar, ¿ya no es así?
Con rapidez y con la mirada pegada a sus zapatos, movió su cabeza de un lado a otro. No esperaba un sermón justo después de un momento tan exageradamente feliz, tan solo quería que se emocionara junto a ella, no era mucho pedir.
No, no permitiría que la entristeciera.
—Pero entré a SMRookies y eso ya es un paso menos —dijo alzando de nuevo la cabeza.
—¿Entonces ya dejarás de trabajar? ¿Dejarás de esforzarte? Esto es solo un nuevo paso, no tu meta.
—Lo sé —contestó con un poco de rudeza, que cuando se dio cuenta tan solo mordió su lengua bajando la cabeza a la vez que se disculpaba—. ¿No está contento?
Suspiró desdoblando sus brazos mientras seguía mirándola a los ojos, le gustaba observándola ya que esta nunca desviaba su mirada como esperaba que lo hiciera. Solo que traía su consecuencia y es que se le hacía en extremo difícil dejar de mirarla, parecía como si sus ojos lo atraparan.
"¡Es una niña!" Se gritó a sí mismo antes de sacudir la cabeza.
—Estaré contento cuando por fin debutes —confiesa dando un par de palmadas sobre su cabeza antes de alejarse, dejándola completamente sola y muy confundida.
[Más o menos 3 años después]
Las personas entraban y salían del camerino de las nuevas idols, era justo su primera presentación en un show musical por lo que todo el mundo estaba muy atareado, el único que caminaba con tranquilidad era un idol que ni siquiera debía estar en el programa ese día.
Este chico inclinaba leve su cabeza ante las personas que iban pasando por ahí mientras sujetaba con firmeza el ramo con una de sus manos. Entonces llegó a la puerta con el nombre de Lounar en ella, la cual tocó dos veces antes de ver como una de las estilistas, ya conocida por él, salió por esta.
—Oh, ya la llamo —dijo y sin más se adentró de nuevo en el salón.
¿Tan obvio era?
No se pudo poner a pensar más en eso ya que en menos de unos segundos apareció la bella chica por la puerta entreabierta.
Le fue no imposible el mantener su boca cerrada, era mucho para él. Su cabello ahora largo y rubio, su increíble maquillaje recién hecho y el maravilloso vestuario que le habían puesto. Siempre había sido sumamente hermosa, pero ahora se veía despampanante.
—Taemin sunbaenim —su llamado fue lo que lo devolvió a la realidad.
Sin decirle nada extendió hacia ella el ramo de flores, el cual le había tomado bastante tiempo en elegir.
La chica intercalaba su mirada entre el ramo y él, pero al darse cuenta de que no recibiría explicación alguna optó por aceptar las flores las cuales se puso a ver con detenimiento poniéndole una pequeña sonrisa en los labios.
—Estoy orgulloso de ti —soltó de la nada obteniendo su mirada brillante sobre él—. Muy orgulloso.
—Gracias —susurra bajando la mirada, principalmente para ocultar su sonrojo.
Su corazón latía demasiado rápido, experimentaba muchas cosas al mismo tiempo y estaba a punto de volverse loca. No lo había visto desde que tiñeron de nuevo su cabello de negro, por alguna razón lucía más alto y sin contar lo mucho que extrañaba oír su voz siendo dirigida hacia ella.
Lo extrañaba por lo que no se contuvo al momento de enrollar sus brazos al rededor de su torso, abrazándolo mientras enterraba su rostro en su pecho.
Mientras el corazón de la chica latía como loco, el de Taemin acababa de detenerse por completo. ¿¡Cómo se suponía que debía reaccionar!? Alguien debería escribir un manual que te diga como actuar cuando te acercas a la persona que te gusta. Esperen...
—¿Está contento ahora? —preguntó con suma emoción al separarse de él, a lo que Taemin no pudo evitar soltar una risita mientras asentía.
—Bastante contento —aseguro sonriente.
Ahora tan solo esperaría a que su contrato le permitiera tener citas, y nada le impediría salir con su pequeña. El que ella se enterara de sus sentimientos ya era una historia completamente diferente, pero ya se las ingeniaría.
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