San & Wooyoung
La curiosidad es peligrosa, te lleva a experimentar, investigar y practicar cosas por el simple hecho de tener la experiencia. Podría dejarte completamente indefenso tanto física como mentalmente en cualquier tipo de situaciones, arriesgarte por mera curiosidad ha sido la perdición de muchas personas.
Pero todo lo oscuro tiene su lado luminoso, la curiosidad ha llevado a un sinfín de descubrimientos increíbles para la humanidad; si ciertos hermanos no hubiesen sentido curiosidad por volar como aves hoy en día no tendríamos aviones. La curiosidad ha impulsado a miles de científicos para dar respuestas a las mayores preguntas del ser humano, la curiosidad nos ha hecho descubrir nuevas especies cada día y magníficos fósiles que también sacian nuestras mentes curiosas sobre cómo era el mundo hace millones de años.
Siendo curiosos tres jóvenes idols se involucraron en una relación un tanto diferente al resto. Muchos no se atreverían a intentarlo sin importar cuán interesados estuviesen en eso, la presión de la sociedad es un costo que no muchos están dispuestos a tomar, pero luego de tener el apoyo total de sus compañeros de grupos nada más importaba.
Y esa tarde la curiosidad de uno los llevaría a una experiencia digna de recordar por ellos en un buen tiempo.
Disfrutando su día de descanso los chicos en su mayoría se encontraban durmiendo para tener energía e ir en la noche a la cena que saldría del bolsillo del líder, no por decisión propia, claro. Pero varios se encontraban con bastante energía o realmente sin ganas de dormir, por supuesto que solo los menores.
Cuando el timbre sonó un muy emocionado Wooyoung salió en carrera a la puerta ya sabiendo quien estaría al otro lado de esta. Ni siquiera la dejó entrar ni saludarlo pues con la misma velocidad se tiró sobre ella abrazándola, la extrañaba aún cuando solo hace dos días se habían visto en un programa de música.
—Luces muy entusiasmado, gae —lo llamó risueña por su apodo de cariño una vez que la soltó y la invitó a pasar. Wooyoung la veía intensamente con una gran sonrisa inclusive cuando solo estaba quitándose los zapatos dejándolos a un lado de los demás—. ¿Por qué tanto silencio?
—Mingi y Jongho ven una película, los demás duermen.
Sin muchas explicaciones comenzó a caminar a la habitación donde estaría San sin darle siquiera mucho tiempo de saludar a los dos chicos sentados en el sofá con completa atención en la pantalla.
No por nada se había ganado el apodo de gae, Wooyoung era hiperactivo, entusiasmado y juguetón como un cachorro y también amaba tener la atención de su “dueño” en él todo el tiempo. Y luego estaba Sanie…
—Hola, goyang-i —saludó agudizando la voz para llamar su atención ya que jugaba algún juego en su computadora, aunque al escucharla no dudó en girar la cabeza dándole una pequeña sonrisa para pausar el juego.
Él, al contrario de Wooyoung era más calmado, actuando casi antipático para muchas personas, gélido como un gato al cual no le importa tu presencia, solo que él la mayor parte del tiempo era ese tipo de gatito que en realidad ama obtener caricias y afecto.
Alejando de sí la laptop abrió exageradamente los brazos exigiendo en completo silencio su respectivo abrazo a lo que ella no dudó en acercarse con una sonrisa a zambullirse entre sus brazos siendo apretujada, no pensaba soltarla en un buen rato. Algo en lo que estos dos chicos se parecen mucho es en lo exageradamente que aman a la chica y aman mostrar su afecto, de muchas maneras.
—Ya, la abrazas mucho, suéltala —se quejó puchereando y jalando de la sudadera de la fémina.
Riendo se separó de él sentándose en el borde de la cama acomodando de nuevo la prenda y al ver el escrito en esta tela recordó una pregunta que tenía para hacerles, aunque el silencio no duró pues el menor emocionado se puso a preguntarles sobre su día haciendo que en lugar de plantear su duda empezó a contar su aburrido día yendo a la agencia para tomar lecciones de canto, luego hacer pruebas de vestuario para el siguiente show y hacer prácticamente nada.
Aunque a cualquiera le habría aburrido y fastidiado escuchar eso, los dos la miraban atentamente como si fuera lo más interesante del mundo, les fascinaba escucharla sea lo que ella estuviera diciendo.
Tan concentrados que tardaron en procesar cuando ella quiso ahora saber lo que habían hecho.
—Nada. —Esta fue la respuesta de los dos, exactamente al mismo tiempo.
Y es que verdaderamente no habían hecho casi nada desde que despertaron, no más que comer y ver algo. San sabía que si se ponía a contar todo acerca del juego que acababa de empezar no solo ella lo escucharía atentamente, pero llegaría al punto donde se emocionaría y acabaría jugando de nuevo sin prestarle atención a los otros dos.
Pero entonces ambos vieron como el otro comenzaba a relatar la increíble película que había visto con los chicos, muy emocionado contando cada detalle desde el suelo, que prácticamente lo mismo ya que la cama es a nivel de piso.
Empezaron a hacerse preguntas sobre esta película, preguntas hipotéticas sobre la temática de la ciencia ficción de la película, un gran debate sobre en qué planeta del sistema solar les gustaría vivir. Aunque con cada pregunta se iban alejando cada vez más del tema principal.
Ahí se dio cuenta que tenía el momento perfecto para saciar su curiosidad.
— ¿Alguno de ustedes sabe dar un beso francés? —cuestionó creando un pequeño silencio.
— ¿Francés? Pero somos coreanos. —Ella no pudo evitar soltar una carcajada ante su inocencia o torpeza.
—Dios, mejor cállate —le dijo San tratando de no reír pero luego se quedó con el ceño semi fruncido para mirarla—. ¿Por qué lo preguntas?
Tratando de olvidar la vergüenza que sintió por la anterior conversación con sus amigas y comenzó a contarles cómo la conversación se había ido en la dirección de los besos y cuándo ella inocentemente había dicho que no tenía idea de lo que un beso francés era justo luego de que le preguntaran si había dado alguno en su vida.
San no podía evitar sonreír viéndola hablar, era un lado de ella que jamás había presenciado: su versión más inocente y curiosa. Pero a diferencia Wooyoung realmente no sabía que decirle, estaba tal vez peor que ella sin saber de lo que hablaba, ¿se darían cuenta si sacaba su celular y lo googleaba?
—Y entonces no me creyeron cuando les dije que nunca había dado uno —concluyó bajó las dos atentas miradas y con rapidez el menor dijo que él tampoco.
—Yo si —dijo sin mucha emoción haciendo que lo miraran extrañados para apresuradamente decir o más bien preguntar cuando, donde, con quien y principalmente como fue—. Creo que fue en mi primer año, mis amigos me obligaron a jugar con ellos verdad o reto y se unieron los de último, fue con una noona.
Ninguno de los dos sabía bien que decir, era una historia nueva la cual no se esperaban, de verdad no se imaginaban a San del tipo que le gustaría una noona, aunque en realidad en ningún momento afirmó que así fuera. Por un segundo en la mente de Wooyoung pasó la imagen de un preadolescente San torpe y algo nerd siendo besado por una chica mayor.
La carcajada salió sin esperarlo.
Pero entre bromas la palabra “Enséñame” los dejó a todos en silencio, los dos la miraban fijamente creyendo que habían no lo habían escuchado sino imaginado.
— ¿Yo? —preguntó aún torpemente señalándose a si mismo recibiendo un asentimiento de la chica—. ¿En serio?
—No, no, no, ¿por qué tienes que hacerlo tú? —se quejó de inmediato San.
Estos dos se enfrascaron en una discusión sobre el porqué San podía y no debía enseñarle a besar a su novia. Conversación algo más “seria” en un tono extremadamente infantil por parte de ambos cosa que le hizo por completo imposible a la chica no reír viéndolos hasta que los detuvo sentándose entre ellos.
—Entiéndelo, soy el único que sabe cómo hacerlo, ¿cómo piensas hacerlo tú? —le preguntó por fin dejándolo callado—. No pienso besarte a ti.
Viendo como Wooyoung hacia una mueca con una expresión de desagrado optó por hacer lo que mejor hacía, molestarlos.
— ¿Por qué el “Iugh”? No sé si se han dado cuenta pero cuando beso a cualquiera de los dos y luego beso al otro es prácticamente como si ustedes se besaran —aseguró y rió al ver como ahora los dos se quejaban y se negaban a eso.
[…]
Luego de algunas pequeñas discusiones y peleas bobas, que solo terminaron cuando ella le prometió a Wooyoung enseñarle luego, ahora este se encontraba sentado con su celular tratando de ignorar lo que los otros hacían mientras estos estaban uno frente al otro sentados en el centro de la cama.
San tenía que ser fuerte para no echarse a reír de ternura al verla de esa forma, algo nerviosa pero entusiasmada, como una niña a punto de subir a la montaña rusa. Con voz calma decía los pasos mientras al mismo tiempo lo hacía para calmarla, la sintió estremecerse un poco cuando con uno de sus dedos separó sus labios.
Todo lo hacía con sumo cuidado y lentitud cosa que la hacía sentirse cada vez más ansiosa y ahora un poco nerviosa hasta que ambos pares de labios se juntaron. Si bien hasta ese momento los besos que había compartido con los chicos no pasaban de pequeños picos se sentía demasiado cómoda con el beso hasta que se separó con rapidez ante el primer movimiento haciéndolo reír con fuerza.
— ¡Asco! ¡Sentí tu lengua! —ante su exclamación San seguía riendo y también le sacó una gran risa a Wooyoung quien sin siquiera verlos con tan solo escuchar la frase se echó a reír.
—Eso es un beso francés, jagi —se mofó aún riendo levemente—. Y ni siquiera lo hicimos bien, ven acá.
Viendo como trataba de escapar con rapidez le dijo al otro que la atrapara y por primera vez en la vida Wooyoung hizo caso soltando el celular en el suelo para enrollar sus brazos alrededor del torso de la chica dejándola sin escapatoria jalándola de nuevo frente a San quien trataba de tomar sus brazos. Al ser dos contra uno en pocos segundos el menor se encontraba con ella sentada, si a eso podría llamarse estar sentada, sobre sus piernas mientras el otro trataba de sostener sus brazos para que no se soltara del agarre de Wooyoung.
Pero entonces cuando sostuvo una de sus manos y ella la liberó esta, por la fuerza que llevaba, fue a parar únicamente al rostro del otro chico quien exageradamente se dejó caer hacia atrás con el golpe cubriéndose el rostro con las manos dejando en shock a la chica que luego se deshizo en disculpas abrazándolo y tratando de descubrir su rostro.
—Lo siento, lo siento, lo siento —decía una y otra vez riendo más que todo por el nerviosismo una vez que logró quitar sus manos para darle un pequeño beso en su ahora roja nariz.
— ¿Sabes? No le veo nada malo a estos besos por ahora, jagi —murmuró para luego darle una patada en el hombro al chico que a su lado se reía de su desgracia, golpe que solo lo hizo reír más.
Espero que les haya gustado, especialmente a alguna Atiny por aquí o a cualquiera realmente. Es, realmente que escribo algo así por lo que no soy toda una experta en el tema, pero solo no pude evitar escribir sobre estos dos a la vez siendo una de las tantas ideas que se me quedó en la mente luego de imaginarla en una noche de aburrimiento.
Si les gustó esta nueva “temática” y les gustaría otra parecida solo díganme en mensaje o comentario los nombres y la dinámica (comedia, romance, etc) y yo encantada la escribiré.
¡Hasta luego, bellezas!
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