Mino (WINNER)

Se veía especialmente bella, bueno, ella en realidad siempre luce como una diosa en cualquier lugar donde esté.

Un vestido negro y blanco en forma de falda y blusa, algo tan simple solo alguien como ella podría hacerlo lucir como un vestido de dos millones de dólares. Tan simple que lo único que lo acompañaba además de los bastante altos zapatos era una gargantilla de encaje que rodeaba su cuello con un pequeño colgante en el frente.

Parecía una gatita con su delicado collar de diamantes.

—La estas mirando mucho —hubiera pasado inadvertida la advertencia de uno de los muchachos de no ser porque habían tantas personas alrededor de nosotros.

Traté de apartar mi mirada de ella sabiendo que más de una persona en el club tendría sus ojos, y sus cámaras, en mí. Lo último que necesitaba ahora era otro estúpido escándalo.

Al principio parecía una buena idea asistir a este club para celebrar el cumpleaños de Tablo pero ahora viendo que estoy tan cerca de ella sin la posibilidad de siquiera mirara se siente como una verdadera tortura. Es como ponerle una cerveza en frente a un alcohólico reformado, simplemente no se hace.

Ella es esa droga a la que soy adicto y aunque lo intente no logro sacarla de mi cabeza.

Sin quererlo, y hablo en serio, vi cuando las cinco chicas subían una escalera varios metros frente a nosotros pero mi sangre hirvió cuando vi a uno de los sujetos que las acompañaban sujetando toda su cintura, casi reclamándola como suya ante todos los presentes del lugar.

—Relájate y toma algo —dijo llegando de repente Bobby a nosotros con una bandeja con tragos entregándome uno especialmente a mí—. Mejor toma dos o estarás amargado toda la noche.

— ¿Por qué vino ese —comencé a preguntar haciendo una pausa para tomar de un trago el contenido del vaso— imbécil?

Me tomé la otra bebida cuando otro de ellos aseguró que tenía todo el derecho de acompañar a su “novia” a una fiesta. Bah, puras estupideces y más nada.

Sin embargo no pude seguirme quejando e insultando debido a que el cumpleañero acompañado de otros varios artistas llegó con nosotros, con algunos tragos más encima, incitándonos a todos a disfrutar, tomar y bailar.

Claro que a mis amigos no había que decirles dos veces que se fueran a divertirse, como alma que se lleva el diablo todos desaparecieron de mi vista en menos de lo que me di cuenta.

—Te harás un anciano esperando que ella se fije en ti —Jinwoo aseguraba con tan tranquilidad que un poco de risa.

Una sonrisa ladina apareció en mi rostro al escucharlo decir eso y sin preguntar tomé su vaso acabándome el contenido en dos tragos.

—Ella está mucho más interesada en mí que en el idiota de Sehun —afirmé regresándole el vaso completamente vacío el cual dejó sobre la barra y en nada fue retirado por unas manos rápidas.

—Es su novio, pero si tú lo dices. —Soltó una risa tomándome por el hombro para dejarme debajo de este mientras con su otra mano señalaba a la multitud que se encontraba en la pista de baile— Hay cientos de chicas solteras aquí y tú te centras en una que tiene novio.

Realmente ninguna de sus palabras logró desanimarme ni un poco, es más solo lograba animarme más a cometer una verdadera locura. Porque mejor que nadie sé que YG me asesinará si me meto entre esos dos.

Con mucho ahínco me había dicho que si hacía que ellos terminaran y arruinaba su plan de “unir” YG y SM, plan que también involucraba a Kai y Jennie, iba a, y lo digo con sus mismas palabras, “sacarme el alma a golpes”.

Sonaba bastante divertido intentarlo de igual forma.

— ¿Crees que si…

—Hyun Suk nim va a matarte pero allá tú —dijo sin dejarme siquiera terminar lo que me dio risa. ¿Tan predecible soy?

Mi mirada de repente se dirigió a la misma escalera por donde habían subido para ver a los dos integrantes de Exo bajar y dirigirse a la barra. Ese era mi momento.

Tomando uno de los nuevos tragos que habían traído para nosotros y escuchando un último regaño de Jinwoo caminé casualmente por dichos escalones y, al llegar arriba, solo me bastó una rápida búsqueda para encontrar mi objetivo.

Tan preciosa sentada junto a las chicas.

— ¡Mino, ven! —reí ante el exagerado llamado de Jisoo pero obedecí, no me perdería estar cerca de ella—. ¡Holaa~!

—Ya se ha tomado tres rondas, ignórala —dijo riendo Rosé mientras yo me posicioné entre ella y, ah, mi bella princesa.

Me incluyeron en su conversación del ambiente y vibra del club, uno bastante nuevo, a lo que solo a veces hablaba pues ellas parloteaban bastante rápido. Al parecer Jisoo no era la única que había bebido.

Pero al estar callado pude fijarme más fácilmente de un pequeño detalle, algo que para cualquiera hubiese pasado desapercibido. Vi como la rubia no paraba de girar la cabeza una y otra vez con intervalos de un minuto para fijar su mirada en el principio de las escaleras.

Solté una risa al darme cuenta de la razón.

Acerqué con disimulo mi cabeza a un lado de la suya mientras no me miraba para que mi boca quedara junto a su oído.

—No te preocupes por tu novio, preciosa, ¿o acaso le tienes miedo? —pregunté sonriendo al ver como los vellos de su cuello se erizaban y ella se sobresaltó al escucharme tan cerca.

—Me asustaste, tonto —se quejó golpeando uno de los brazos que había dejado caer alrededor de sus hombros—. Y eso no es cierto.

Solo reí apoyando la barbilla sobre su cabeza, sabía que este acto no levantaría sospechas ni siquiera si nos fotografiaban, todo el mundo sabe que nosotros somos muy buenos amigos.

Entonces le presté un poco de atención a Jennie quien con curiosidad preguntaba sobre el resto de los chicos y su paradero, el cual era completamente desconocido para mí, y entonces me dispuse a escucharla quejarse de que hace unos días Hoon se había bebido un refresco que ella había dejado en la mesa, o algo así.

En cambio, mi mente no estaba en su relato pues estaba algo más concentrado en llevar mis manos con delicadeza de sus hombros a su cintura donde la rodeé sin ganas de soltarla cuando una de sus manos las interceptó tratando de separarme. Pero con disimulo susurré que actuara tranquila o ellas se darían cuenta.

Para el momento en que llegué a su cadera tenía que apoyar mi barbilla sobre su hombro a la vez que con dificultad explicaba los ingredientes que llevaba la bebida que todas ellas bebía a la vez. Tenía que controlarme de no sonreír cuando, al momento de meter las manos bajo la falda de su atuendo, sentí como su piel suave se ponía de gallina ante el toque y al fin llegué a la delicada tela, al parecer de seda, de su ropa interior la cual sujeté de cada lado con un dedo.

—Con razón unnie está así, con esa cantidad de vodka que tiene —comentó como si nada “acomodándose” en la silla aunque en realidad facilitaba mi trabajo de bajar su ropa interior hasta sus muslos.

Era una increíble actriz ocultando lo que sucedía.

—No culpes a la bebida, culpa las nulas habilidades de Jisoo para soportar el alcohol —dije burlándome haciendo que Lisa soltara una carcajada viendo el ceño de repente fruncido de la nombrada.

Mi trabajo estaba casi completo cuando la prenda estaba en sus rodillas por lo que me incorporé poniéndome ahora a su lado con el codo sobre el hombro de Rosé, vi que sintió pánico cuando aludí a irme y, asombrándome de nuevo con su asombrosa rapidez para pensar, puso entonces una expresión de dolor a la vez que estiraba su mano por su pierna.

—Ah~, tus tacones están matándome, Lisa —se lamentó asegurando que estaban muy apretados para ella.

Sin pensarlo tanto me ofrecí para aflojarlos y antes de que pudiera subir la pierna yo puse una rodilla en el suelo simulando que hacía algo con su zapato con una mano mientras la otra delicadamente subía por su pierna hasta dar con la suave tela la cual tomé y bajé cerrando mi puño con la prenda adentro completamente escondida.

Para sorpresa mía cuando me levanté ya no eran solo cinco personas en la mesa.

—Oh, hola —saludó alegremente Sehun. Já, se lo creyeron, en realidad fue Kai. El otro solo me dio una mirada entre molestia y… Bueno, solo molestia—. No te había visto.

—Los zapatos de la enana estaban apretados y como sus bracitos de macarrón no llegan me ofrecí a ayudarla.

Con rapidez y antes de que cualquiera dijera algo me despedí con simpleza y con una sonrisa y la mano aún empuñada metida en el bolsillo de la chaqueta me fui lejos de ellos.

Mi sonrisa de satisfacción sorprendió a Yoon y Hoon quienes estaban sentados en la barra, al parecer recién llegaban ahí pues estaban sudados e hiperventilando. Puedo decir con toda seguridad que Jinwoo ya les había contado.

—Sigues vivo pero sonríes, no entiendo —dijo el menor cuando yo pedía un vaso de whiskey.

—Él no hizo nada y solo trata de confundirnos —aseguró el otro golpeando mi hombro esperando que yo confesara pero lo ignoré con la misma sonrisa, más amplia esta vez—. Estás raro, detente.

—Solo me parece divertido algo que estoy a punto de hacer —dije sin muchas explicaciones tomando de la bebida mientras sacaba el celular buscando la primera conversación de la lista. Mi mujer.

“¿Sabes? Los dolores de cabeza llegan de repente y son imposibles de refutar, son excusas muy buenas para abandonar alguna situación.

Pd: El camaro negro te espera afuera”

Me despedí por un momento de los chicos para dirigirme a la salida del lugar sintiendo como el aparato vibraba en el bolsillo, sonreí levemente sabiendo que fuera lo que dijera ese mensaje ella no podría soportar las ganas de salir.

Con tranquilidad caminé por el estacionamiento privado, y vacio de personas, hasta mi auto. Disfrutaba de la fresca brisa apoyado en la puerta y sintiéndome un adolescente con las hormonas alborotadas saqué por fin la mano de mi bolsillo sosteniendo aún la, ahora podía verla, prenda de seda y encaje negro, solté una pequeña risa antes de llevarla cerca de mi nariz y darle una leve olfateada.

Sin embargo la guardé cuando de la puerta vi salir a una pequeña figura a la cual reconocí de inmediato por su atuendo bicolor. Esa era mi chica, inocentemente rebelde.

—Pensé que…

—Cállate antes de que me arrepienta —gruñó arrancándome una mueca de satisfacción cuando sin más se acercó a mí para ambos fundirnos en un profundo beso yo aún apoyado en el auto.

A cualquiera le parecería imprudente la forma en que ambos mandamos al diablo los problemas que tendríamos si alguien, quien sea llegara a vernos. Pero era por completo irresistible, deseábamos tanto al otro que nada más importaba en ese momento.

Ahh, realmente me gustó este, espero que a ustedes también ;)

Y recuerden que los pedidos están completamente abiertos ya sea por privado o en comentarios. Del o los idols que quieran, de la o las idols que prefieran, o del grupo que más quieran.  

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