Eras miserable. Por mucho que estuvieras agradecida con Tony por invitarte, seguías siendo completamente tímida y estabas completamente incomoda. Siempre habías evadido las multitudes y las reuniones sociales, te había tomado cada onza de valor aceptar la oferta de Steve de presentarte a la iniciativa Vengadores. Aun así, amabas el trabajo que hacías con Tony y lo respetabas demasiado como para rechazar su invitación.

Sentada en la punta de una de las sillas de playa, observaste a los Vengadores chapotear y divertirse en la piscina azul. Honestamente no podías creer que esos tontuelos eran los grandes y poderosos Vengadores. Clint estaba tratando de explicarle a Thor lo que era una pelota inflable de playa, Steve estaba sentado junto a las cornetas del reproductor de música con una cara horrorizada mientras escuchaba una canción de rap llena de groserías, Natasha y Bruce estaban flirteando sin vergüenza, y Pietro estaba persiguiendo a Wanda en el agua con una sonrisa gigante en su rostro. Le echaste un vistazo al bar que estaba cerca de la piscina y viste a Tony tratando con ansias hacer que Visión probara una bebida de apariencia exótica.

Descansaste tu codo en tu rodilla y tu barbilla en la palma de tu mano, suspirando. Claro, se veía divertido y todo, pero no era lo tuyo. Y tu sabias que Tony lo sabía, solo pensaste que él estaba tratando de sacarte de tu zona de confort. O del laboratorio, considerando que parecías pasar ahí cada momento de vigilia.

—¿No es realmente tu tipo de reunión? —Steve se dejó caer junto a ti en la silla de playa reclinable.

—¿Qué te hace creerlo? —Dijiste con una sonrisa débil. Habías estado más cómoda junto a Steve que con mucho de los otros, simplemente porque había sido él quien te ofreció el trabajo, y te visitaba regularmente en el laboratorio para ver como estabas.

—Estas deprimida. O simplemente estas siendo asocial. Una de dos —suspirando, tomaste del refresco que descansaba a tus pies.

—No conozco a muchos de los que están aquí, al menos no en realidad —el Capitán puso su mano en tu hombro y sonrió.

—No hay problema, no voy a empujarte fuera de tu zona de confort. Tony podrá hacerlo, pero yo no —asentiste con alivio, te preocupaba que te hiciera entrar en la piscina.

—Gracias.

Steve se despidió y marcho hacia donde Clint y Thor estaban jugando con la pelota inflable. Todos parecían demasiado cómodos los unos con los otros, y aquí te encontrabas, ni siquiera eras capaz de meterte en la piscina. Era en tiempos como estos que te cuestionabas por qué siquiera querías trabajar con ellos; no eras para nada como ellos. Ellos eran todo orgullo y valor y tú solo eras callada y tímida. Inteligente, si, ¿pero una heroína? No.

—¡Hey! —Una voz con acento grito en tu dirección.

Levantaste tu cabeza y tu cabello cayó sobre tu rostro. Sonrojándote ligeramente, lo apartaste de tus ojos para ver a un Vengador de cabello plateado, conocido como Pietro Maximoff, mirando directamente hacia a ti desde la orilla de la piscina.

Su hermana, Wanda, ahora se encontraba hablando con Visión en la otra orilla de la piscina con una gran sonrisa en su rostro.

—¿Si? —Dijiste tranquilamente, sin saber con seguridad porque te estaba hablando. ¿Habías hecho algo mal?

—¿Cuál es tu nombre? —Pregunto, moviendo su cabeza hacia un lado inquisitivamente.

Respondiste tu nombre con voz un poco más alta.

—¡Ah! —Pietro sonrió—. Tu trabajas en el laboratorio con Tony y Bruce, ¿no?

Por alguna razón, el que él supiera quien eras te hizo sentir algo cálido en el pecho. Tu solo asentiste en silencio, tratando de luchar contra el rubor que estaba subiendo por tu cuello.

—¿Por qué no te acercas? —Pregunto, haciendo un gesto para que te cercaras—. Es incomodo tener una conversación contigo tan lejos.

Tomaste un profundo respiro y deseaste que te tragara la tierra. Estabas teniendo una conversación con Pietro Maximoff, el Vengador más rápido y bromista. Seguido escuchabas de él haciendo bromas en la Torre de los Vengadores pero nunca habías logrado verlas desde el laboratorio. Los gemelos casi nunca iban al laboratorio, y cuando lo hacían no era por más de un minuto o dos, así que no te habías familiarizado con ninguno de ellos.

Luego de una pequeña pausa te cercaste a la orilla de la piscina y te arrodillaste con tu trasero descansando sobre tus talones. Pietro camino hacia a ti y descanso sus manos a cada lado de tus piernas.

—Me siento mal —dijo, su acento era más pronunciado de cerca—, ni siquiera he hecho un esfuerzo en presentarme a... bueno, nadie, en realidad. A menos de que ellos se presenten primero, no llego a conocerlos.

Tragaste saliva y pusiste tus dedos sobre tus rodillas.

—Ya veo.

—¿Ya conociste Wanda? —Pregunto. Era obvio para ti desde el principio que los Maximoff eran más cercanos que cualquier otro par de hermanos que hubieras visto.

—No en realidad —respondiste. ¿Qué tanto tardaría antes de que se aburriera de hablar contigo? No era como si fueras el centro de la fiesta ni nada. De hecho, te sentías como si fueras la cosa menos interesante ahí. No tenías historias de batalla que contar ni poderes que mostrar... solo tú.

Sus ojos azul eléctrico se lanzaron hacia donde su hermana se encontraba y frunció el ceño.

—Debería estar feliz porque Wanda está haciendo amigos, pero...

Observaste a Visión sonreírle y apretar su brazo mientras le decía algo.

—...Sera mejor que deje sus rojos dedos para él —gruño Pietro y no pudiste evitar soltar una risita.

Pietro miro hacia a ti con una sonrisa y una expresión mucho más suave.

—¿Qué es gracioso?

Mordiste tu labio y te frenaste de sonreír tanto.

—La manera en que sales de ti para proteger a tu hermana es muy dulce.

—¿Dulce?

—Sí —sobaste tus brazos con nerviosismo—. Un hermano que se preocupe así por su hermana es muy grato, demuestra lo mucho que se necesitan.

Pietro bajo su cabeza y rio, mostrando sus perfectamente alineados y blancos dientes.

—Para alguien a quien no le gusta hablar mucho, tienes una buena habilidad para las palabras.

Una risita nerviosa se escapó de tus agrietados labios y sentiste las suaves puntas de sus dedos apartar los mechones de cabello que habían caído sobre tu rostro. Tu corazón se detuvo y tu respiración se pauso. Todo este sentimiento, este tipo de interacciones... eran extrañas para ti. Pero, oh Dios, se sentía perfecto.

Eso fue hasta que alguien te saco del trance.

Escuchaste la fuerte voz de Tony gritar.

—¡Consíganse un habitación! —Y entonces caíste a la piscina.

Pietro, con sus rápidos reflejos, movió sus brazos y te atrapo cuando colisionaste con el agua, y pronto los dos estuvieron bajo el agua, sus brazos y piernas enredados juntos. Estuviste repentinamente agradecida de haberte puesto el traje de baño y no haber solo ido a la fiesta con ropa normal.

Cuando resurgieron, viste a Tony riendo a un lado de la piscina y a Steve dándote una pequeña sonrisa. El resto de los Vengadores habían detenido lo que estaban haciendo para ver que había sido ese gran chapoteo. Todos ellos, incluyendo a Wanda, les estaban sonriendo.

Una mezcla de vergüenza y enfado hacia Tony cruzo por tu cara y la de Pietro.

—Tony, voy a matarte —estrechaste tus ojos hacia él y su risa lentamente comenzó a parar.

—Estoy contigo —dijo Pietro, y repentinamente ustedes dos estuvieron fuera de la piscina persiguiendo a Tony, y eventualmente, gracias a la velocidad de Pietro, fueron capaces de atraparlo y hundirlo hasta el fondo con todo y ropa.

Nunca te habías sentido tan feliz o cómoda. El resto del grupo había retomado lo que estaban haciendo, murmurando que Tony había tenido lo que se merecía.

Sonriendo, te sentaste en el borde de la piscina con tus pies colgando en el agua. En una fracción de segundo, una estela plateada y azul vino y se sentó junto a ti. Pietro se sentó de una forma similar a la tuya, excepto que su torso estaba hacia a ti. Algo acerca de su sonrisa, sus brillantes ojos y su cabello como la nieve hizo que tu estomago saltara y que tu corazón golpeara en tu pecho.

—Me preguntaba si Stark está dispuesto a dejarte salir del laboratorio... ¿Tal vez te gustaría que saliéramos alguna vez?