Robert Downey Jr
Título: La hija de mi amigo.
Alerta: Smut (Sexo).
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La chica arreglaba su vestido para la reunión de trabajo que su padre tendría en un par de minutos, al fin la presentaría a la chica con sus colegas de trabajo y amigos como la siguiente en la línea para seguir el legado de su padre. Ya con sus 25 años estaba lista para ser la mujer empresaria que su padre siempre soñó que sería. A pesar de tener tan corta edad estaba con todos los ánimos para ello.
Con su maquillaje sencillo y un vestido negro formal bajó con su familia, quién ya tenían algunos invitados ahí esperando. Un hombre llamó su atención; corte juvenil para ser un adulto empresario también, barba de candado, algo bajo de altura, pero muy guapo y apuesto a sus ojos. Su padre la llamó para presentarla a aquel hombre que si le había robado unos suspiros. Cuando se acercó le dió una sonrisa a su padre y luego al señor a su lado.
-Hija quiero que conozcas a un viejo amigo de la infancia; Robert ella es mi hija y adoración TN, hija él es Robert Downey Jr amigo y socio ahora de la empresa.
-Un gusto señor Downey Jr.
Le dió la mano sonando lo más profesional que pudo sonar que los sorprendió a los dos hombres ahí. Este tomó su mano y la estrechó suavemente.
-Dime Robert, o Rob para los amigos.
Dejó un beso en su mano sin dejar de verla que la hizo sonreír.
Su padre iba a decir algo hasta que la voz de su esposa los hizo voltear.
-¡La cena está servida!
-¡Perfecto!, Robert adelante.
Dijo el hombre caminando por donde se había ido su esposa, el nombrado miró a la chica a su lado y le hizo un ademán algo gracioso al parecer de la chica.
-¿Vamos señorita?
-Por supuesto caballero.
Sonrieron y ambos se fueron al comedor, se sentaron uno al lado del otro con sonrisas cómplices y así su padre inició una plática amena con sus colegas mientras todos comían gustosos. De vez en cuando sus dedos se rozaban accidentalmente y se miraban con una sonrisa disculpándose.
(...)
La gente estaba regada por toda la casa, algunos ya pasados de copas riendo y contando las anécdotas de los viejos tiempos. La chica miraba todo desde la puerta del patio como su padre reía a gritos por efecto del alcohol, su madre acompañándolo a su lado un poco más sobria que él pero aún así con alcohol en su organismo.
-Parece que es de familia festejar a lo grande.
Sonrió y volteó a ver a su acompañante de la cena quien veía todo divertido.
-Si lo dice por el alcohol, déjeme decirle que no he tomado más que dos copas de champagne.
-¿En serio?, creí que por ser hija de mis mejores amigos tendría los mismos hábitos o costumbres.
-Se equivoca señor Downey... Yo soy muy diferente a ellos.
Lo miró fijamente recalcando la palabra "muy" que hizo que el hombre se estremeciera un poco y fijara sus ojos en los labios de la chica.
-Le dije señorita, que me puede decir Robert.
Esta sonrió por el efecto que estaba logrando en él y se acercó lentamente.
-Lo sé... Pero prefiero decirle señor Downey.
Susurró lo último en su oído haciendo al hombre tragar duro.
-Recuerda que eres la hija de mi amigo...
-¿Y?... ¿No siente la adrenalina de lo prohibido?
El hombre cerró sus ojos suspirando, claro que la sentía pero en un lugar en específico.
-Vas a volverme loco.
-Ay señor Downey... Eso es justo lo que quiero hacer.
Susurró sonriendo y subió por las escaleras hacia su habitación bajo la atenta mirada del hombre con un bulto en su pantalón. Maldiciendo por lo bajo la siguió rápidamente, entró a su habitación y cerró con seguro la puerta. Volteó a verla quien la miraba con una sonrisa.
-Creí que no vendría...
-Tú lo dijiste... Siento la adrenalina correr por mis venas justo ahora.
La tomó de la cintura pegándola a él y su bulto sacándole un jadeo a la chica, sonrió y pasó sus brazos por su cuello rozando sus labios.
-Si sabe que dentro de una semana usted será mi socio ¿no?
-Podemos empezar desde ahora preciosa.
La cargó de los muslos y apretando un poco su trasero la pegó a la pared. La chica sonrió y tomó su rostro entre sus manos besándolo ferozmente, mordiendo y jalando su labio de la excitación.
Robert subió el vestido de la chica a su cintura y de un movimiento rompió las bragas de esta sacándole un puchero en forma de queja. Bajó sus besos a su cuello dando leves lamidas en él, la chica hizo a un lado su cabeza dándole más espacio mientras soltaba gemidos que la callaba la música de abajo. Frotó su erección contra la chica pegándola más a la pared, la chica gemía mientras jalaba el cabello del hombre. En un rápido movimiento lo ayudó a sacar su erección, con una sonrisa maliciosa el hombre lo alineó hasta que entró lentamente en la chica, quién apretó sus hombros gimiendo alto.
Entre besos empezaron las embestidas, ambos gimiendo y jadeando en la boca del otro, algunos gemidos eran altos pero para su suerte todos estaban ocupados en la fiesta bebiendo y riendo que no oían como ellos se unían en uno solo. Pronto sus embestidas fueron más fuertes que solo sus cuerpos chocar se escuchaban a sus oídos junto con sus gemidos.
-¡Señor Downey!
-Mierda preciosa.
Maldijo apretando su trasero, la chica tembló en los brazos de él justo cuando llegaba al clímax gimiendo su nombre. Este salió de ella y llegó en su vientre gruñendo excitado. La bajó con cuidado aún pegándola a la pared, la chica tomó un poco del líquido entre sus dedos y lo saboreó sin dejar de verlo fijamente, él suspiró viéndola con total lujuria.
-Dios mío preciosa...
Esta sonrió y arregló su ropa para luego besarlo apasionadamente, se separó lentamente jalando el labio del contrario entre sus dientes coqueta.
-Creo que lo veré la próxima semana en mi oficina.
-Oh créeme, así será.
Le guiñó el ojo sonriendo haciéndola sonreír también, se dieron un último beso feroz y se terminó de arreglar su ropa para salir de la habitación de la chica. Esta se quedó pensando en que ese hombre la iba a poner de cabeza su mundo y sonrió más al ver sus pequeñas bragas rotas en el suelo. Mientras Robert subió a su auto y condujo a su casa con una sonrisa en su rostro, ya ansiaba que fuera la siguiente semana para poder volver a verla y volver a comerla a besos, sin duda esa niña lo volvería loco pero eso a él no le importaba, poco a poco ambos comenzarían una conexión que si bien ella era la hija de su amigo de la infancia no podía evitar sentir esa atracción hacia ella desde el primer momento que la vio. Sólo rogaba porque pasara el tiempo rápido para volver a ver a la hija de su amigo.
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Honestamente para ser Smut creo que me quedó kk :'v pero bueno, prometo mejorar un poco.
Gracias a Sra_Torres18 por la idea de este Imagina, espero que te haya gustado (ya sé que no sugeriste smut pero pensé que sería un toque especial ;v)
Voten, comenten y agreguen el libro a sus listas de lectura.
Siganme.
Las quiere muchísimo, su escritora 😏
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