Tony Stark
Título: Las donas deberían ser eternas.
Otro maldito día, otro maldito día en el que salía el sol, por el cual era el motivo para iniciar un nuevo día.
Los rayos de sol se colaban por tu ventana, y más aún que tenias cortinas claras, te recordaste mentalmente que tendrías que sustituirlas por otras de color oscuro.
Diste vuelta sobre la cama, sin nada de ánimos de levantarte. Querías quedarte en esa cama todo el día, y dormir, dormir, comer, ver televisión, leer y dormir otra vez.
Pero como no eras ninguna persona rica o millonaria y vivías al día a base de un empleo al que tenías que asistir el día de hoy, tuviste que levantarte con todo el pesar del mundo.
Antes de hacer algo más, te diste una ducha rápida, eran las 9:20 de la mañana y tu horario de entrada era a las 10:00.
Como casi te quedas dormida en la ducha, una vez terminaste, de manera apresurada te vestiste y peinaste de acuerdo a como el trabajo lo requería: Pelo agarrado y el uniforme de trabajo. Guardaste todas tus cosas en tu bolso, te hiciste un sándwich sencillo para comerlo en el camino y tu café en un termo.
Saliste de casa para tomar el transporte público, así es, lo odiabas, por ello, te encontrabas ahorrando para comprar un auto, te alegraba decir que no te faltaba mucho.
Después de 20 minutos, ya con tu sandwich en el estómago, llegaste a tu trabajo.
Te dedicabas a atender el mostrador de la reconocida tienda Randy's Donuts en Inglewood. Habías tenido mejores empleos, pero sin duda alguna, no era el peor.
Saludaste sin tantas ganas a algunos compañeros y te colocaste en tu lugar de trabajo. Era domingo, por lo que al menos por lo mañana esperabas que no hubiera mucha gente.
Alrededor de unos 30 minutos, ningún cliente llego para tu suerte, no obstante, mientras bostezabas sin reparo, un estruendo fuera de la tienda te hizo abrir con fuerza los ojos.
A través de la entrada observaste a nada más y nada menos que Iron Man.
Quedaste un poco perpleja, era Iron Man. De hecho era Tony Stark con el traje de Iron Man puesto. Había aterrizado como si hubiera librado una enorme batalla, se incorporó y cruzó el umbral de la entrada con el traje.
No tardó en llegar al mostrador donde a ti te correspondía atenderlo.
-Buenos días, bienvenido a Randy's Donuts, ¿que
va a llevar?-Te sorprendiste de lo bien que lograste hablar considerando que estabas en shock.
Jamás imaginabas que Tony Stark vendría a la tienda en tu turno de trabajo. Es decir, él podría comprarse una tienda de donas y tenerla en su mansión para que cuando se le antojara solo tomará una, ahí en la cima de la comodidad.
-Tengo una terrible resaca en este momento y mi amigo se atrevió a tener una pelea conmigo así que pediré un café americano, sin azúcar, cargado, grande y una docena de donas.-Pidio, al mismo tiempo que su máscara bajo, dejando ver su rostro.
Se veía muy mal.
-¿De qué sabor le gustarían las donas?-Preguntaste.
-Escogelas por mi, ¿te parece? Puedo intuir que tienes buenos gustos.-Dijo a la ligera.
En su voz y rostro se notaba la resaca con la que lidiaba, además de cansancio y... ¿Locura?
-Como pida.
Pusiste manos a la obra para preparar el café, y darle su paquete de donas. En menos de 5 minutos ya se lo habías entregado.
-Aquí tiene, son $20 dólares, por favor.
-Aquí tienes.-Te dio $100 dolares.-Quédate con el cambio.
Tu quijada se abrió sin poder evitarlo. Tus ojos parecían salirse de tus cuencas.
-¿Qué? No, espere. Es demasiado, no puedo aceptarlo. Tomé-Enseguida le extendiste tu mano con el cambio correspondiente.
-Consideralo una muy buena propina por el buen servicio y la hermosa gerente.
Apenas y te regaló una sonrisa, pero algo dentro de ti se estremeció, al instante te sentiste como una estúpida, pues obviamente eso le diría a cada chica bonita que se topara.
Él con su pedido en mano salió del lugar y elevó vuelo levantando la tierra.
Todavía seguías anonadada, sin embargo, te pusiste a hacer unos cuantos labores en el trabajo, pero no te quitabas de la cabeza que habías atendido a Tony Stark.
Saliste de la tienda para dejar las bolsas de basura fuera del establecimiento, al elevar un poco la vista, notaste algo inusual en medio del hoyo que la enorme rosquilla tenía. Era una silueta de un hombre, en traje rojo y dorado... Era Tony Stark.
Al parecer no se había ido, permanecía sentado ahí muy cómodamente, comiendo las donas que le vendiste y unos lentes de sol cubriendo sus ojos. A pesar de lo extraño de la situación se veía jodidamente sensual.
Un señor con un atuendo sumamente caluroso para el clima que estaba haciendo se posicionó de la nada a tu lado.
-¡Señor! ¡Tengo que pedirle que baje de la doña, señor!-Gritó con fuerza en dirección hacia Tony. Tu te sobresaltaste.
Reparaste en que el hombre tenía un parche en el ojo.
De acuerdo, tu día se estaba tornando de locos. ¿Estabas perdiendo la chaveta quizá?
-¿Te puedo pedir dos cafés americanos medianos?-Está vez se dirigió a ti.
Tu sin poder decir palabra, solo asentiste y como un rayo saliste disparada a prepararlos. El hombre entró detrás de ti y se sentó en una de las mesas que tenía el lugar.
En menos de 5 minutos le llevaste los cafés a la mesa.
-¿Se le ofrece algo más?
-Por el momento no, gracias. Solo quiero que ese infeliz bajé de esa dona ahora mismo-Se quejo mientras bebía de su café.
-Puedo volver a llamarlo, si usted quiere-Te ofreciste, no supiste de donde vino la amabilidad.
-Como prefiera, señorita. Se lo agradecería, pero si no le hace caso, no hay problema. Ya lo haré bajar al desgraciado.
Asentiste de nueva cuenta y decidiste hacerlo sin importar el resultado. Saliste del lugar y volteaste a ver a la dona, era un poco difícil ya que el sol daba con fuerza en esa dirección.
-¡Señor, el...-No sabias como llamar al individuo que estaba dentro tomando el café-El hombre de negro en verdad necesita hablar con usted! ¡Si baja de la dona, se lo agradeceré!
Él se llevó un último trozo de dona a la boca, terminó de masticarlo para luego descender y acabar pisando tierra.
De verdad creías que no te haría caso.
-Que quedé claro que solo bajé porque extrañamente adore las donas que escogiste. Me las termine todas. La de maple es mi favorita.-Soltó.
Comenzabas a pensar que jamás podías adivinar lo que saldría de su boca, resultaba inesperado.
Te limitaste a sonreir de forma tímida y ambos entraron a la tienda.
-¿Quiere algo más, señor Stark?-Preguntaste.
-Por el momento estoy bien, gracias, preciosa.
-Bien, me retiro.
Te alejaste para ir al mostrador mientras él se sentó frente al hombre de tez oscura con su parche cubriendole un ojo.
Durante los siguientes 15 minutos no pudiste evitar escuchar partes de la conversación que ambos hombres estaban teniendo, en ocasiones parecía ser más una discusión.
Tenias solo ciertas partes de la charla que parecía ser un rompecabezas. Por lo que alcanzaste a oir, Tony estaba muriendo, no se encontraba sano, tenía una especie de Tetris en su cuello, el hombre (que se llamaba Nick) lo regañó como niño pequeño porque solo cometía idiotez tras idiotez, luego llegó una mujer con un cuerpo bastante atlético, cabello rizado pelirrojo y una especie de traje de espía.
Nunca había visto una escena igual.
-He probado cada combinación que reemplacé el paladio-Escuchaste que le dijo Stark a Nick un poco cansado.
-Pues vine a decirte que te faltó otra combinación-Aquello sonó como una especie de motivación.
No pudiste escuchar más, ya que los dos bajaron la voz. Solo notaste que Nick y Natasha se levantaron y se fueron, dejando a Tony ahí.
Lo viste de reojo, como suponías, tenía cara de muerto.
Te mordiste una uña pensando si debías acercarte a él o no.
Fuiste a donde tenían las donas, con una respectiva servilleta tomaste una de Maple y se la llevaste a la mesa.
-No pedí otra dona, querida-Se veía confundido.
-Lo sé. Esta va por mi cuenta, no te ves muy bien. Así que espero esto ayude un poco.-Explicaste con una pequeña sonrisa.
No esperaste a que te respondiera, regresaste a tu lugar de trabajo y te dispusiste a atender a la gente que llegaba a la tienda. Ahora con una sonrisa.
Minutos después, Tony se puso frente al mostrador.
-Gracias.
-Es un placer, señor Stark.
-Dime Tony-Habló con suavidad y mostró una sonrisa.-Y a partir de ahora seré cliente frecuente.
-Mejor para mi, más venta.-Guiñaste el ojo.
-Hasta luego, preciosa.
Él salió de la tienda y emprendió vuelo.
A partir de ese día ibas a trabajar con mayor ánimo y ganas, esperando a que él fuera a la tienda y pudieras atenderlo. Sabias que si iba, sería un día increíble.
Tenias que decir que ya se veía mucho mejor, su rostro y estado de ánimo no era nada comparado al día en que lo conociste.
Era miércoles y alrededor de las cinco horas, él entro al lugar. Esta ocasión portaba un bello y costoso traje.
-Hola, preciosa. ¿Cómo estás?-Te saludó. Habían desarrollado una especie de amistad con confianza de por medio.
-Bien, ¿y tu? Te veo mucho mejor. ¿Lo de siempre?
-Si, preciosa, por favor.-Respondió y comenzaste a preparar su pedido común: Una dona de Maple y un café americano.-Sin duda estoy mejor. Cuando me conociste no estaba en mi mejor día.
Diste media vuelta y le entregaste su dona y el respectivo café. Te pagó con $13 dólares.
-Bueno, te diré que ese día me diste $80 dólares de más, ahora solo es lo justo. Creo que prefiero al Tony del primer día.-Te quejaste juguetonamente.
-Ya veo. Ya veo. ¿Entonces prefieres una buena propina a que te invite a una linda y elegante cena?-Alzó una ceja.
Tuviste que detener tu risa cuando lo escuchaste decir eso. Volviste a quedar perpleja.
-¿Qué? ¿Tu quieres invitarme a cenar?-No podías creerlo.
-Así es, pero si prefieres una propina pues...-Estaba sacando su cartera.
-Sabes que solo te estoy tomando el pelo.-Negaste sonriendo.-No puedo creer que me estés invitando.
-Bueno, si quieres podemos ir a la competencia de tienda de donas y comer algunas. Tu elige.
Soltaste una carcajada.
-No hay mejores donas qué las Randy's Donuts.
-Vaya que si.-Dijo mientras mordía su dona con un gusto tremendo.-Las donas deberían ser eternas.
Reíste. Ese hombre te hacia reír tanto y eso resultaba tan atractivo.
-¿Entonces qué dices? ¿O cometerás el error de rechazarme?
Rodaste los ojos con una sonrisa pintada en tu cara. Era todo un narcisista.
-Sería un placer salir contigo, además, creo que te lo debo. Desde que vienes a comprar donas casi a diario mi jefe me da bonos extras por la cantidad de donas que te vendo.
-La que debería invitarme a cenar eres tu por lo que veo.-Bromeó.-¿Estás disponible el sábado a las ocho?
-Claro.
-Paso por ti a esa hora.-Acordó. Tu estuviste de acuerdo.-Debo irme, preciosa. ¡Gracias!
Hizo algo después de agredecerte qué no había hecho antes, te dio un beso en la mejilla que te hizo sentir maravillosa... El rubor se hizo presente en tus mejillas.
-Ten un buen día, Tony. Recuerda no hacer estupideces como es tu costumbre.-Te despediste de la forma habitual, conservando tu sonrisa y sonrojo en las mejillas.
-Cariño, esa es la historia de mi vida.-Gritó por detrás con picardia mientras salía del lugar.
Negaste con la cabeza sin quitar la sonrisa de tu rostro. No querías aceptarlo pero estabas comenzando a desarrollar sentimientos por ese hombre.
Comenzaste a limpiar tu área del mostrador y a acomodar las cosas de ahí, cuando reparaste en un paquete que parecía ser comida. Frunciste el ceño y abriste la charola. Te sorprendió ver un waffle con frutos rojos, miel y crema batida. Al verlo se te hizo agua la boca al instante.
Dentro había una nota pegada en la tapa de la charola.
«Hey, preciosa, recordé lo mucho que adoras los waffles. Una vez lo mencionaste, y también dijiste que no eras fanática de las donas. Lo cual es irónico ya qué trabajas en un lugar que vende donas. En fin... Como sé que no has desayunado, te traje el desayuno. Disfrútalo y esperaré con ansias nuestra cita.
Un beso, Tony».
Un brillo en tus ojos apareció por arte de magia y la sonrisa que ya tenías se ensancho mucho más. No supiste en que momento dejó eso ahí, ese hombre era toda una caja de sorpresas. La nota desprendía su olor, mirándola con cariño la guardaste en el bolsillo de tu pantalón.
-Gracias, Tony.-Agradeciste al aire, aunque él no pudiera escucharte.
Por el resto del día la sonrisa no se borró de tu rostro.
············································
¡Dos Imaginas seguidos! No saben que gusto me da. Estoy trabajando en ser constante y traerles lo más pronto Imaginas.
Y es que vaya... Me motivaron aún más al ver como recibieron los anteriores Imaginas que publiqué. No puedo creerlo, no saben cuánto les agradezco el apoyo. 💚
Así que por el momento traigo estos dos, trataré en no tardar en actualizar.
No sé porque esta idea se me vino a la cabeza, solo paso y me dije, ¿por qué no? JAJA. Espero que les guste.
Repórtense los fanáticos de las donas. 🙊
¡Gracias por leer! 🐍
Ale 🐍💚
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