Natasha Romanoff

Título: Una nueva vida.
Maratón 3/7

Eres perteneciente a la KGB, has sido entrenada duramente día y noche, desde hace 5 años, sabias manejar distintas armas a la perfección y tenias habilidades sorprendentes que fuiste desarrollando en todo ese tiempo, volviendote la mejor de ese lugar. Lograste destacarte de las demás, y eso te honraba, pues no habia sido nada fácil llegar a donde te encuentras ahora.

Gracias a tu posición, te dieron una misión, muy riesgosa, pero confiaron en ti para llevarla a cabo con éxito. Te asombraste demasiado cuando supiste de que trataba, no pudiste creerlo, y quedaste estatica por un minuto. Te habian pedido rastrear, para asi encontrar y matar a Natasha Romanoff, la misma que habia sido parte de la KGB hace ya varios años, la que hoy, en el presente, era una Vengadora.

Una pizca de orgullo broto dentro de ti misma, pero eras consciente de que se debia tener una gran responsabilidad, tenias que ser discreta y muy cuidadosa. Aceptaste aquella misión.

Te tomo mucho tiempo, seguirle el rastro a esa pelirroja, pues una vez que lo conseguias, volvia a desaparecer, era difícil, y ya lo sabías, estabas mentalizada. Hasta que lo lograste, por una semana entera, supiste exactamente donde estaba ella, a todas horas, una sonrisa pinto tu rostro y supiste que ese era el momento, no podias esperar más, tenías que ir justo a donde se encontraba ella. El sábado, por la mañana, estuviste pegada a tu computador, observandola, y buscando el momento indicado para aparecer y atacar. Tus ojos ya se habían puesto rojos, pero no te importo, tomaste un poco de tu café, y el tiempo continuó pasando. Durante toda la mañana, la espía rusa se mantuvo dentro del complejo, con sus compañeros, entrenando, desayunando y duchandose. Hablaba con sus amigos, tuvo una pequeña charla con Stark.

Necesitabas que saliera, no era buena idea atacar en el complejo, sería idiota. Sonreiste cuando viste como salía de ahí, completamente sola. Sabías que esa era tu oportunidad, seguiste observandola unos minutos, para ver donde se dirigía. Tomo un auto y condujo directo a una cafetería de New York, cerca del Central Park. Perfecto.

Sin dejar perder más tiempo, tomaste lo necesario y rápidamente fuiste a donde la mujer se encontraba. Estabas nerviosa, no ibas a mentir, no sabías si podrías lograrlo, ella era Natasha Romanoff. Iba a ser tarea difícil, tus manos sudaban, lo sentías a través del volante mientras manejabas. La cafetería se alzó frente a ti, siendo un poco brusca te estacionaste.

Entraste a la cafetería, percibiendo aquel olor a granos de café y pan, un olor agradable. Una campana sonó arriba de ti, anunciando que entrabas. Metiste las manos a tus bolsillos de tu chaqueta lila, luciendo normal y totalmente serena, tomaste asiento justo al lado de ella. La pelirroja no se inmuto para nada, viendola por el rabillo del ojo, notaste como se llevaba su taza blanca de latte a la boca.

-Muy buenas tardes. ¿Que desea ordenar?-Una amable mesera, se coloco frente a ti, separandolas una barra de madera, que dividía el area de clientes y trabajadores.

Guiaste a tus ojos a explorar algo del menú, pediste lo primero que viste, no es como si fueras a tomartelo de todos modos.

-Café expresso, solamente.-Respondiste.

La rubia mesera y de cara dulce, asintió y dio vuelta para preparar o pasar a quien lo hacia lo que habias pedido. Tu mente se fue a otro lado, mientras esperabas, Natasha Romanoff, tu blanco, estaba a un lado tuyo, tomando bebida caliente en una tarde fria y con mucho viento. Estabas evitando que el miedo te consumiera, obviamente no podias atacar ahí, era un lugar público.

Pero era mas facil seguir a la rusa desde esa cafetería.

-Aqui tiene.-La mesera volvió, con tu pedido en manos.

Pagaste lo que debías y le diste un sorbo, calentando inmediatamente tu garganta, necesitabas armar o comenzar una conversación con Romanoff, viste un reloj en su muñeca, sonreiste.

-Disculpa, ¿podrias regalarme tu hora?-Si, era un inicio algo pobre y ridículo, pero podría funcionar.

Por primera vez, ella te miró, te examinó de pies a cabeza con sus ojos penetrantes color verde, no podias negar que poseia una belleza increíble.

-15 minutos para las cinco.-Contestó, su voz sonó normal.

-Gracias.-Murmuraste, con una sonrisa amable.

De acuerdo, eso no habia resultado, te reprendiste mentalmente por tu intento equívoco. Tenias que improvisar. En ese momento, Natasha se puso de pie y comenzó a salir de aquella cafetería, dejaste que se adelantara, cuando viste que abría la puerta de su coche, fue cuando te moviste y naturalmente hiciste lo mismo, tendrías que seguirle, de forma sigilosa. Subiste a tu auto, ella ya habia avanzando.
Te mantuviste manejando unos 30 minutos, sospechabas que ella tal vez estaba dudando de ti, o que habias sido descubierta, y no era algo tan descabellado, era Natasha Romanoff, tu solo eras una de las mejores mujeres de la KGB, la verdad, no habia comparación.

No ibas justo detras de ella, te desviabas o atrasabas un poco, y empezaste a confundirte mucho cuando en el camino dejaban de aparecer edificios, había mas terreno con césped y tierra que otra cosa. Fue hasta ese instante que comprendiste, ella te habia tendido una trampa, claro estaba que fracasaste, te descubrió, tomaste con fuerza el volante y pisaste el pedal, subiendo la velocidad, ya daba igual que te viera, puesto que te habia atrapado, y solo con una mirada, te guió hasta las afueras de la ciudad.

Con tu auto, tocaste la parte trasera del suyo, provocando tal vez, un buen latigazo en la pelirroja, moviste el volante hacia la izquierda, despegandote y poniendote a la altura de su auto, quedando a su lado. Ambas cruzaron miradas, ambas desafiantes. Romanoff alzo su mano, mientras que con la otra controlaba el auto, una pistola apareció, no tardó nada en disparar, y una bala salió volando directo hacia ti, con una velocidad y fuerza espléndida. Te agachaste, esquivandola por suerte, la bala atravesó el vidrio del asiento del copiloto, haciedo un pequeño hoyo y algunas grietas.

Moviste bruscamente tu auto hacia con ella, provocando un choque entre ambos automóviles, sacaste también tu arma y lanzaste dos disparos, aprovechando que ella llevaba sus vidrios abajo, estos resonaron en la atmósfera; la vengadora logró esquivarlos, en eso, para tu sorpresa, perdió el contro del volante y debido a que continuabas ejerciendo un empuje con tu carro, ella terminó saliendose del carril, su auto dio un par de vueltas, claramente sin control. Terminando al final, volcado, con el techo en el suelo, te asombraste en demasía. Frenaste, fue tan repentino, que hasta solto un chillido ensordecedor.

Tus botas con tacón resonaron en el cemento al bajar de tu vehículo, armada y preparada te acercaste hacia la mujer rusa, que seguía sin verse. Poniendo tu arma en alto, entre tus manos, observaste el interior del auto, que ya tenia ciertas llamas de fuego cerca, frunciste el ceño, nadie estaba ahí, eso queria decir que...

Sentiste arder tu mejilla antes de siquiera poder reaccionar, otro puño de parte de la pelirroja se instalo en tu estómago, por suerte no logro sacarte el aire, mierda, tenias que evitar esos golpes, abriste los ojos justo a tiempo para rechazar una patada, con fuerza, tomaste su pie, Natasha se sorprendió, y con ese mismo pie arremetió con mas fuerza, sin embargo, persististe, antes de que hiciera algo para zafarse de tu agarre, la soltaste sin delicadeza alguna y dando una vuelta, al mismo tiempo que saltabas, le diste una patada que la hizo aterrizar unos centimetros más lejos.

La ojiverde no cayó por completo, no esperaste a que fuera directo a ti, con tu pistola, lanzaste unos cuantos disparos, todos los esquivó, para tu mala suerte. Guardaste la pistola y corriste hacia ella, comenzaste dando varios golpes, o tratando de, la mayoría no la golpeaban, no obstante, estabas dandole pelea, y pocas veces te arremetía ella con un golpe. Ya un hilo de sangre escurria de su frente y estaba llena de polvo, su pantalón rasgado de la rodilla derecha.

No pudiste evitar el golpe fuerte que atesto en tu nariz, sería mentira decir que no te la rompió, pero no perdiste tiempo en llorar o revisar, ni siquiera en sentir el dolor, alzaste tu rodilla lo suficiente para darle un fuerte golpe en el estomago, aunque te costo una fuerte patada en las costillas, caiste de rodillas, te fallaron, pero aprovechaste para abalanzarte contra ella y tumbarla también, ahora llevabas la ventaja por el simple hecho de que estabas arriba de ella, sentías como movia sus pies frenéticamente tratando de golpearte, sus manos no se estaban quietas, tomaste su cabeza y a pesar de que se resistió, lograste golpearla contra el pavimento, se aturdio un instante, eso era seguro. De tu bota, sacaste una navaja, que colocaste en su cuello, ejerciendo suficiente presión para hacerle saber que se si se movía, ella sola se haría daño, pero no lo suficiente para hacerle un corte.

-Quieta.-Ordenaste, tu voz salio ronca.

Seguías a horcajadas sobre su estómago, ella no se movió, ahora tenias que aprovechar eso, ibas a hacer tu siguiente movimiento, cuando ella te tomó de la muñeca y de un segundo a otro, ahora el papel se habia invertido, tu estabas abajo y ella arriba, tu propia navaja sobre tu cuello, haciendo advertencia y una pistola presionando tu frente. Joder, iba todo en buen camino, ¿cómo carajos había sido tan rápida?

-Debería matarte, pero no desaprovechare la exquisita oportunidad de interrogarte.-Dijo, con su típico tono de voz que usa cuando habla con un enemigo, tan sereno, sin preocupación alguna.-Ahora te levantaras, y no intentes nada, si aprecias tu vida, claro.

Se quitó de encima tuyo, obedeciste a sus ordenes mientras trabajabas lo más rapido posible para salir de esa y darle la vuelta a la jugada, continuabas sintiendo el frío metal de la navaja, pero ahora la pistola ya no estaba sobre tu frente, pero seguia cerca de ti. Respiraste hondo y balanceaste tu brazo de forma veloz, la palma impacto fuertemente en su brazo, el cual sostenía la navaja, esta salió volando y lograste zafarte por fin. No esperaste nada más, fuiste rápida y poniendo en práctica algunas de tus habilidades y entrenamientos, lograste subir hasta los hombros de la vengadora, tus piernas estaban cruzadas sobre el cuello de la mujer, ejercias cierta presion, no duraste mucho, pues ella logro darte un golpe en el mentón con su cabeza, provocando que quitaras cierta fuerza de ambas piernas, eso Natasha lo aprovechó y te lanzó, quitandote de encima de ella. No caiste lejos, desde el suelo diste una vuelta estirando un pie, golpeando los dos de Romanoff, haciendo que cayera, sacaste tu pistola que habias guardado anteriormente y te pusiste de pie, quedando frente a frente con la espia.

Tanto ella, como tu se apuntaban con el arma, cualquiera podia disparar en cualquier momento.

-Baja el arma.-Te ordenó, con mirada fulminante.

Claro esta que hiciste caso omiso a su orden, te quedaste inmóvil, en la misma posición. Regulando tu respiración.

-Yo se quien eres, formas parte de la KGB, nos has causado algunos problemas.-Ella volvió a hablar, sin mover un dedo, sentias que en cualquier momento dispararía.-Debo reconocer que me has entretenido, pero te falta mucho todavía, querida.

Soltaste un gruñido, estabas enfadada y las ganas de asesinarla sobraban. Un ruido sonoro se escucho, viste como la bala salía del cañon de la pistola de la ojiverde, para tu suerte, solo habia disparado para asustarte, pues impacto a un lado tuyo. Cuando volviste tu rostro, comprendiste que fue una distracción, Natasha dio una marometa impulsandose únicamente con sus pies, que impactaron en tu cuerpo, golpeandote, debido a eso dejaste caer el arma. Intentó darte una palmada pero tomaste su brazo con fuerza y lo doblaste, la acercaste a ti, inmovilizandola de cierta forma. Te golpeó la espinilla, y te dolió como los mil demonios, la soltaste y te golpeó en la nuca con su pistola, caiste al suelo haciendo el intento, usando todas tus fuerzas que te quedaban para no desmayarte.

Se hinco, para poder ver tu cara contra el sucio suelo.

-Empecemos otra vez, ¿si?-Pudiste percibir su voz, mientras sentias el dolor extendiéndose por todo tu cuerpo.-¿Que pretendes conmigo?

No ibas a responderle, ni loca, permaneciste callada, agotando la poca paciencia que la rusa poseía. Ella soltó un suspiro.

-No quiero hacerte más daño, tienes una cara bonita.-Te confundiste un poco ante su comentario.-Asi que habla.

-Me asignaron una misión.-Fue lo único que dijiste, aún desde el suelo, no querías levantarte o mover un dedo.

-¿Sin apoyo de alguien mas?-Preguntó, alzando una ceja.

-¿Ves a otra persona aquí?-Tu tono fue de digno sarcasmo e ironía.

-Eso fue estúpido por parte de la KGB.-Habló más para ella misma.-No necesito preguntarte de que va esa misión, es obvio.

Hace unos días te senias orgullosa por todo lo que habias logrado conseguir, en lo que te habias convertido, en la mejor, pero ahora, ese orgullo se transformó en desilusión, la realidad te golpeó, la misma Natasha te hizo ver, que te faltaba mucho, y estabas lejos de ser la mejor.

-¿Porqué te mandaron a ti?-Volvió a cuestionarte. Tampoco respondiste, solo parpadeabas.-Eres la mejor ahí, ¿cierto?

-La palabra "mejor" no me representa.-Escupiste, con desdén.

-Si, eres la mejor en ese lugar. Eso explica tus habilidades en pelea, no eres mala.-Romanoff se puso de pie y tu aprovechaste para sentarte, no intentaste nada.-Estas cometiendo un error, te lo digo por experiencia.

Sus penetrantes ojos verdes te miraron, ella tenia una mirada profunda que llegaba a intimidar, y así, se la mantuviste.

-¿Quisieras ser mejor de lo que eres ahora?-La espía soltó la pregunta de repente, mirando hacia un punto en la nada.

¿A que venía eso? Tu frunciste el ceño.

-¿Que estas insinuando?

-Eres un peón de la KGB, y debes saber que todo lo que se lleva a cabo ahí, es manipulación y homicidio. Es terrible. Tu formas parte de eso.-Auch, eso habia dolido de cierta forma.-Pero, existe una posibilidad de cambiarlo.

-Ve al grano, Romanoff.-Dijiste, ya fastidiada de tantos rodeos.

-¿Quisieras unirte a SHIELD?-Te ofreció, de una manera tan normal, que asustaba.

Te estaba dando esa oportunidad a ti, a una asesina que habia sido entrenada para cumplir todo aquello que tenia planeado la KGB, a una mujer que habia matado a varias personas y hecho cosas horribles que serían mejor no contar. ¿Iba en serio?

-Me estas tomando el pelo, es una trampa. Y no caeré en ella.-Contestaste, perspicaz. Debía de haber gato encerrado en esa oferta tan tentadora.

-¿Porqué piensas que es una trampa?

Rodaste los ojos sin poder evitarlo, viste que la mujer componía una sonrisa ladina, de esas que la caracterizaban.

-Por favor, ¿quién le ofrecería algo asi a una asesina que lleva sangre en las manos de varias personas y los recuerdos adheridos a la mente?

-Alguien que alguna vez, fue exactamente igual, querida.-Buscaste sus ojos en ese instante, pero ella no estaba mirandote.-Entonces, ¿que dices?

No era una decisión en la que necesitaras tiempo, la respuesta era más fácil de lo que parecía, solo tenías que hacerle caso a lo que decía tu corazón y no tu mente, pues estos dos, estaban sumergidos en una gran disputa.

Lanzaste un largo suspiro, dejando atrás todo, sería bueno que fuera asi de fácil.

-Acepto.

Natasha sonrió, y extendió su mano hacia ti, la miraste unos segundos con un poco de desconfianza, pero la tomaste y te ayudó a ponerte de pie. Su sonrisa seguía ahí, y sin duda, era bellísima.

-Sigueme.-Ella comenzó a caminar directo a tu auto.-Necesito que me lleves ya que dejaste inservible mi medio de transporte.

Sonreiste ante eso, y te pusiste a lado suyo, ambas entraron, dejaste manejar a la pelirroja, pues ella sólo sabía a donde se dirigían.

-¿A donde me llevarás?-Preguntaste, llena de curiosidad.

-Al complejo.-Respondió, simplemente, con su mirada fija al frente.

El miedo y los nervios ante empezar literalmente una vida nueva, se apoderaron de tu mente y cuerpo, no podías dejar de pensar en que tal vez, habría consecuencias graves por dejar la KGB, así como así. Tal vez te buscarían y te torturarian, ellos eran capaces de todo. Además, ¿como te recibirían los amigos de la chica que iba al volante? Eran los mismísimos Vengadores.

Ante tanto que traias en mente, no te percataste de que Romanoff te había volteado a ver, tu expresión era de completa inquietud y preocupación.

-Tranquilizate. Estas torturandote tu sola, y no sirve de nada. Te aseguro, que no pasará nada malo.-Ella rompió el silencio, al igual que tus negativos pensamientos.

-¿Como estas tan segura?-La miraste.

-Porque lo sé.-Dio vuelta en el camino y se detuvo cuando la luz roja lo indicó.-Créeme, estas haciendo lo correcto, a partir de ahora.

Guardaste silencio, no tenías mucho que decir, en realidad, no era que hubieras dicho mucho. Pasaron los minutos, y pronto, viste alzarse frente a ti el gran complejo de los Vengadores. El auto se detuvo, y tu querías detener el tiempo.

-Desde este momento, me encargaré de entrenarte y ayudarte en lo que pueda.-Dijo Natasha, regalandote una leve sonrisa.

No supiste porque, pero devolviste la sonrisa, aunque también fue pequeña, pero las palabras de Natasha te habían inducido algo de seguridad, algo cálido, confianza.

Saliste del auto, dispuesta y lista para comenzar una nueva vida, acompañada de la guía de la gran Vengadora.

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Hola nuevamente queridas. :'3
Espero se encuentren bien, este es el primer Imagina de mujerxmujer, espero les guste. Y quisiera saber, si les gustaría una segunda parte, porque podría hacerla.

¡Le deseo a todas un muy feliz año Nuevo!

¡Gracias por leer! 🐍 Las veré mañana.

Ale 💚🐍

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