Resultaba dolorosamente irónico que dos personas las cuales habían sido enemigos por muchos años dentro de Hogwarts se encontraran tan rotas y pérdidas. Lo más irónico no era eso, sino que nunca creyeron que compartirian el mismo dolor y menos aún que mostrara su lado más vulnerable con el otro.

Ahí estaban, luego de la gran guerra mágica las cosas cambiaron y tanto Hermione como Draco seguían profundamente heridos. Sentían un enorme vacío dentro de ellos... El cual no parecía llenarse con nada.

¿Quizá la solución a ello era olvidar el pasado?

Después de un mal día, Hermione se encontró en su camino al ex mortifago Draco Malfoy, detuvo su andar. Lo examinó por unos minutos, viendo en él algo muy similar que ella también poseía: Dolor. Aflicción. Soledad.

No pudo describir con claridad lo que sintió al mirarlo... Fue como si algo la atrajera a saludarlo para iniciar una conversación amistosa o una en la cual ambos se desahogaran... Sentía la ardua necesidad de ser un refugio para él y viceversa.

¿Por qué? ¿Por qué con él? De tantas personas que había en la faz de la tierra...

No supo de dónde tomó la determinación de acercarse a él, de cumplir con aquel rebelde impulso que le pedía su corazón. Silenció a su mente ese momento. Ella llegó a su lado.

—Probablemente soy la última persona con la que quieres hablar... Pero hola.—Su voz carecía de valor, era más... Quebradiza, como si reflejara en realidad todo su sentir.

Y sus ojos, que decir de sus ojos, éstos a un paso lento, iniciaron a llenarse de lágrimas. No quería mostrar su faceta más real a Draco Malfoy, pero le estaba resultando imposible.

Hermione se esperaba una risotada de su parte, alguna burla o cierta mirada indiferente o de desprecio, típica de Malfoy pero su respuesta la sorprendió sobremanera:

—No... Tú eres la única con la que quiero hablar...

Ale 🐍💚