Rossewood

-- ¿Las galletas de animalitos están hechas de animalitos de verdad? - me pregunto Allyn abriendo su mochila de princesas.
- No, porque las de vaca no saben a hamburguesa - le respondí totalmente segura.
- Tienes razón - sonrió y llevo una a su boca - Oh no - Dijo con la galleta triturada aun en su boca - Harry - señalo con su dedo y ambas suspiramos.
- Si no nos movemos, no nos vera - le susurre pero ya era tarde.

El diabólico niño cubierto de tierra y hojas se detuvo frente a nosotras con las manos en la espalda.

- Encontré a tu hermana gemela, ___ - sonrió mostrando los hoyuelos de su mejilla.
- Largo de aquí - le di un empujón pero se movió solamente un centímetro.
- Dile hola - extendió frente a mí la cosa más asquerosa sobre la tierra.
- ¡Aleja esa rana de mi! - grite presa del pánico
- Dale un beso - dijo riendo.

Harry abrió su mano y sin ningún esfuerzo el Anfibio salto en mi dirección provocando que cayera de espalda al suelo.

Abrí los ojos exaltada y con la respiración agitada, lleve mis manos a mi cara asegurándome de que había sido solo un sueño.

- Aun puedo sentir su babosa existencia sobre mi - le dije al gato que descansaba en mis pies. - Demonios, es tarde - murmure al ver el reloj.

Harry Styles había sido mi mayor pesadilla cuando era una niña pero para mi suerte, sus padres se habían divorciado al iniciar la secundaria y el junto con su madre se habían ido de la ciudad. Desde entonces el sol brillaba todos los días.

- Llega tarde, Señorita Beckett - Me recrimino Ada, la asistente del director.
- El buen café es difícil de hacer - sonreí y deje sobre su escritorio un muffin. - Para ti - guiñe un ojo y ella rio en respuesta.
- Deja de jugar, la reunión de personal está por comenzar - se puso de pie mostrando su enorme barriga de embarazada.
- Me voy - acaricie su barriga y salí de la oficina lo mas rápido que pude.

La sala de reuniones no estaba muy lejos solo a unos cuantos metros así que disminuí mi ritmo al andar.
A la distancia, junto a la puerta de mi destino se encontraba un chico de cabello alborotado, el cual estaba mirándome. Le sonreí en mi intento de lucir coqueta y el respondió de la misma manera.

- Buenos días - lo salude al pasar a su lado.
- Buenos días - respondió.

Una vez dentro de la sala de reuniones camine en silencio a mi lugar, el Director Styles me miraba y negó reprochándome mi retraso, oh si, Ahora trabajo para el padre del niño monstruo.

- Con la señorita Beckett aquí podemos iniciar - Se puso de pie.

Odiaba las reuniones de los lunes, solo hablábamos del menú de la cafetería y de lo que era mejor para los demonios, digo, los niños.

- Me gustaría presentarles a nuestro nuevo integrante - dijo el señor Styles abriendo la puerta.

Mi sonrisa se ensancho al escuchar que el chico con el que había fantaseado de la forma más para adultos posible la ultima hora seria parte del directivo

- Mi hijo, Harry - lo invito a entrar y un par de botas negras hicieron su aparición.

Mis pulmones se quedaron sin aire y sentí la bilis subir por mi garganta, ese nombre lo cambiaba todo. Esas piernas dejaron de ser perfectas, esas manos dejaron de ser sensuales y esa sonrisa dejo de ser sexy.
El niño de las ranas había vuelto, dentro de un cuerpo de infarto.

- Harry suplirá al profesor Wills mientras se recupera de su lesión - sonrió con orgullo de su hijo.

Harry tenía la vista clavada en mí, sabia quien era y eso me asustaba.

- Eso es todo, vuelvan a su trabajo - asintió cogiendo algunos papeles de la mesa.

Los maestros salieron poco a poco, yo aun no podía moverme. No quería moverme y enfrentar mi realidad.

- Mmh - un ronco ronroneo salió de la garganta de aquel chico - Que tenemos aquí - camino en mi dirección - ___ Beckett, La pubertad hizo bien su trabajo - sonrió examinándome de pies a cabeza. - nunca imagine que una escuela pudiera tener una consejera así de linda - sonrió de costado marcando el hoyuelo en su mejilla.
- Sigues siendo el mismo, Harry - hice una mueca de disgusto.
- No, nena - negó y sus rulos se movieron con el - Ahora soy peor - rio y camino alejándose de mi.

Pase saliva sonoramente cuando lo vi salir, ahora entendía porque el día estaba tan gris y frio, el había vuelto. Mi trabajo seria difícil.

- ___ - Ada entre abrió la puerta de mi oficina. - Tenemos otras chicas mas - hizo una pequeña mueca.

Desde que Harry había llegado a la escuela todos los días venían chicas a mi oficina por su culpa, no entendía el amor de estas chicas por el.

- ¿Otra historia para +18? - suspire cogiendo el par de hojas que Ada me ofrecía.

Al menos cuatro veces habían llegado a mis manos una historia con las fantasías pervertidas de estas niñas con el profesor Styles.
Y no era lo único que hacia resaltar al señor Styles, sus bromas hacia mí en el comedor de profesores estaban volviéndome loca.

- Extraño aconsejar chicos deprimidos - gruñí por lo bajo recargándome en mi silla giratoria.

Di un largo suspiro y me puse de pie decidida a afrontar a Harry. No dejaría que enloqueciera a mis chicas.
Con paso firme anduve por los pasillos de la secundaria Rossewood, mi destino era la cancha de futbol.

- ¡Styles! - grite cuando mis pies tocaron el pasto.

El castaño ni se inmuto y siguió gritándoles a los chicos en el juego.

- ¡Conozco bebés que lo harían mejor! - grito tirando de sus rulos con molestia.
- ¡Styles! - volví a gritar y lo tome del brazo girándolo bruscamente.
- Oh, hola Beckett - sonrió pero siguió con la mirada clavada en el juego.
- Tienes que detener esto - chasquee los dedos frente a él para que me mirara.
- Se que son malos pero no es para tanto - clavo sus ojos verdes en los míos.

Se me entrecorto la respiración cuando conectamos miradas, bajo el sol sus ojos verdes eran mucho más claros.

- Me refiero a la revolución de hormonas que causas en las niñas de esta escuela - cerré los puños controlando la rabia que me daba el que me mirara como si estuviera loca.
- Son solo niñas, deja que pase la novedad - aparto los rizos de su frente y sonrió resaltando sus hoyuelos.

Internamente me regañe por dejar que esa sonrisa me provocara sentimientos extraños.

- Estoy harta de aconsejar chicas enamoradas de ti - cruce los brazos molesta.
- Entonces renuncia - se encogió de hombros despreocupado - No es mi culpa hacer tan bien mi trabajo que ya tenga admiradoras - sonrió arrogante.
- ¿Hacer bien tu trabajo? - reí falsamente y di un paso acortando la distancia - No sabía que correr de un lado para otro comportándote como adolescente era un trabajo - dije fingiendo sorpresa.
- ¿Y beber café en una silla giratoria todo el día, si lo es? - esta vez el dio un paso hacia mí y nuestras narices casi se tocaban.
- Mi trabajo es lo que mantiene esta escuela de pie - susurre y mire por el rabillo del ojo que nos rodeaban un grupo de estudiantes
- No me hagas reír, Beckett - sonrió con arrogancia de nuevo - Eres más sexy así de cerca - su sonrisa se hizo más grande.
- En esta escuela solo hay lugar para uno de nosotros - di un par de pasos atrás alejándome de esa energía que emanaba de él.
- No seas dramática, ___ - dijo con diversión.
- Estas desquiciándome, Styles -fruncí el ceño - No por ser el hijo del director creas que no pateare tu trasero fuera de mi escuela - lo señale con mi dedo índice.
- Me muero por verlo - sonrió una vez más.
- Lo harás - me di media vuelta y camine de la misma forma airada a como entre.

Cruce la cancha entre los silbidos y gritos de los chicos de tercer año que habían presenciado todo. El entrenador Styles tenía los días contados en Rossewood.

Hello hello! Al fin actualizo!

¿Team Styles o Team ___? Jajajaja esperen la segunda parte!

Gracias por leer, las amo!♥

Pregunta randommmmm

A) Parque de diversiones con Niall (vomitaras en sus zapatos)
B) ir al cine con Louis (derramaras queso de nachos en su pantalon)
C) Salir a donde sea con Liam (Al final la abuela Cheryl te golpeara por robarle a su hombre)

Hasta luego! Besos!

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