Doble A II

Punto de vista de Harry.

- Hermano, mira como salto - Dijo Molly saltando a mi alrededor.
- Si, lo haces genial - dije sin prestarle atención.

Odiaba que mamá y papá me creyeran la niñera de Molly. Hoy tenia una fiesta a la que no iba a poder asistir por estar cuidándola.
Compre una botella del alcohol mas barato que había en el supermercado para pasar el tiempo. Ya comenzaba a sentirme mareado.

- Creo que ya es hora de irnos - me sostuve de un árbol para no caer. - Molly - entrecerré los ojos tratando de enfocar la vista.

La botella vacía cayo de mis manos al suelo lleno de nieve cuando vi un agujero en el lago congelado donde sobresalían las pequeñas manos de mi hermana.
Por mas que trate de correr a ayudarla el suelo se movía y las cosas a mi al rededor daban vueltas. Cuando llegue ahí ya era tarde.

Abrí los ojos con la respiración agitada y el sudor empapándome, había soñado con eso otra vez. No podía mas con eso.

- Buenos días. - salude a mis padres que charlaban animadamente.

Cuando me vieron entrar al comedor sus sonrisas se esfumaron y la charla seso, odiaba que hicieran eso.

- Buenos días. - respondió mi madre segundos después.

Se miraron entre si y siguieron comiendo pero esta vez en silencio.

- No quiero arruinar su día tan temprano - murmure tomando las llaves de mi auto.

El sol dio directo en mi rostro cuando salí de la casa, ya ni siquiera me daba resaca y el olor a alcohol ya era parte de mi.
Subí a mi auto y lo encendí pero en el limpia para brisas había un volante azul así que lo tome y lo arrugue.

- Creo que es de mala educación no leerlos - Me dije a mi mismo mientras bebia una cerveza que habia dejado en mi auto ayer.

Lo desdoble y rei al leer como titulo "Alcohólicos Anónimos", termine el resto de la cerveza y abrí el folleto.

- Puedes sentarte donde gustes - dijo una chica a mi lado.

Habia llegado a la sala de Doble A sin pensarlo, solo conduje y por alguna razón me detuve aquí. Todos aquí tenían los rostros mas tristes de el mundo, ¿Así me veía yo?
Le preste atención a la chica sonriente a mi lado, era hermosa y juro que quise golpearme por ni siquiera haberme duchado esta mañana.

- Estoy bien aquí - susurre deseando esconder mi característico aroma a ron.
- Las sesiones suelen ser muy largas - Sonrió - Puedes cansarte -

No te pongas nervioso, Harry. Es solo una oradora, se preocupa por todos, tu no eres especial.

- Olvídalo, ni siquiera debería estar aquí - Susurre y camine lo mas rápido que pude a la salida.
- ¿Cual es tu nombre? - troto hasta alcanzarme.
- Styles - le respondí secamente y salí de ahí.

Al salir al estacionamiento aun sentía mi corazón latir como si acabara de correr un maratón. Esa chica era hermosa.

- No iras - me dije a mi mismo frente al espejo - Esa chica no se fijaría en ti ni en un millón de años -

Paso casi una semana y no había vuelto a poner un pie en ese lugar pero moría por hacerlo. Me sentía como cuando no podía salir a beber.
Quería ir pero no quería exponer mis problemas frente a un grupo de fracasados con problemas. Quería hablar a solas con ella.
Tome un suéter negro del armario y me lo coloque, cubría justo todos los moretones en mis brazos que yo mismo me había provocado.
Al llegar al edificio mis manos sudaban y el corazón me latía con fuerza, no quería arruinarlo. La chica a la que buscaba estaba sola en la habitación donde la había conocido, pensé que no me había escuchado hasta que hablo.

- Comenzaremos en veinte puedes esperar afuera. - dijo sin mirarme mientras luchaba con una silla desplegable

Una parte de mi me pedía que diera media vuelta y saliera de ahí. Pero la otra parte sabia que necesitaba ayuda.

- Pense que podría hablar contigo - tome la silla desplegable y la abrí.
- Oh...por supuesto. - Respondió con una sonrisa
- Esto de las sesiones de grupo me parece estúpido. - acomode el cabello que caía por mi frente - No quiero que escuchen mis problemas. - negué.

Ella acepto verme en privado, me sentía nervioso tenia que aceptarlo.
Los minutos que espere parecían ser días, no sabia como sentirme. Desde la muerte de Molly nunca nadie había querido escucharme, solo me juzgaban y sabia que esta chica no lo haría.

- Comencemos - Dijo cuando estuve sentado frente a ella.

Me costo abrirme con ella pero poco a poco lo logre, no falte absolutamente a ninguna de nuestras sesiones, siempre que terminaba sentía un peso menos y ya no sentía esa constante presión en mi pecho. Al fin luego de años me sentía bien y estaba convencido de que podría ser feliz. Y quería ser feliz con la chica que había estado ahí para mi en mis pequeños logros y recaídas durante la rehabilitación.

- Estaba pensando que podríamos ir a cenar mañana - Dijo sacándome de mis pensamientos.

Sentí mi corazón latir de prisa al verla sonreír pidiéndome salir.

- Me gustaría - asentí tratando de ocultar mi infantil emoción. - Antes de irme quiero darte las gracias. - lentamente sentí los músculos de mi rostro formar una sonrisa. - Gracias por todo lo que hiciste por mi. - ya con un pie de fuera me gire a verla - Adiós. - sonreí y me fui.

La sonrisa en mi rostro se borro poco a poco, no sabia porque sentía como si fuera la ultima vez que la vería.

- ¡Mamá! ¡Papá! - entre a mi hogar con una singular energía. - Necesito hablar con ustedes - Sonreí

Ambos me miraban sin expresión en su rostro cuando los hice tomar asiento en el sillón.

- Mañana es mi graduación de alcohólicos anónimos y quiero que estén ahí - Les sonreí esperando su respuesta.

Mis padres se miraron entre si y luego mamá se puso de pie.

- ¿Crees que es algo que se tiene que festejar? - camino hacia mi haciéndome retroceder.
- ¿No te da pena que tu única graduación sea de alcohólicos anónimos? - mi padre se unió.
- Pense que estarían orgullosos de mi. - murmure mirando nervioso al suelo.
- Después de lo que le hiciste a nuestra hija no podemos estar orgullosos de ti. - Mamá tomo la mano de mi padre y ambos salieron de la sala.

Las lagrimas comenzaron a picar en mis ojos cuando me dejaron solo en la habitación. Ellos tenían tanta razón, yo no podía hacer sentir orgulloso a nadie.
Después de que tome las llaves de mi auto no recuerdo gran cosa de esa noche, solo se que no volví a casa y estaba tan ebrio que ni siquiera recordaba mi nombre.
Conduje en silencio por la carretera hasta el lago, me detuve frente a el y le di un trago a la botella que tenia de compañera.

- Lo siento mucho, ___ - cerré los ojos y me recosté en mi asiento.

Me sentía fatal, había decepcionado a la única persona que creyó en mi al recaer. No soportaba la idea de volver a ese edificio y ver en sus ojos la decepción.
Volví a encender mi auto y deje que siguiera avanzando lentamente al lago. El agua comenzaba a entrar de manera lenta pero no me importaba, yo aun tenia media botella.
cerré los ojos y deje que poco a poco el sueño me venciera. Solo deseando que ___ pudiera perdonarme.

- ___ - abrí los ojos de golpe pero la luz cegadora me hizo cerrarlos de nuevo
- Bienvenido de nuevo, chico - dijo una voz masculina a mi lado.

Mi vista se fue adaptando poco a poco, un grupo de paramedicos me rodeaban en lo supuse era una ambulancia. Mi pecho y garganta dolían de una manera brutal, tenia frió y podía sentir la ropa pegarse a mi cuerpo por el agua.
Los recuerdos llegaron a mi memoria con lentitud, había estado tan cerca de la muerte pero la vida me dio una oportunidad mas. La cual no iba a desaprovechar.

- Harry - Susurro débilmente una voz en la puerta haciendo girar a todos en su dirección.

Me apoye sobre mis codos para observar justo a quien quería ver. Sus ojos estaban brillantes por las lagrimas y estaba pálida pero aun así seguía hermosa.

Holaaa! Perdón por no haber actualizado el sábado tuve algunos problemas pero aquí estamos.

Las extrañe!

Pregunta random!

A) encontrar al amor de tu vida
B) ganar la lotería

Besoooos

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