Doble A
- Estamos aquí para escucharlos. - Dijo Jay con voz pacifica
Me encontraba sentada justo detrás de Jay en una silla de metal que se clavaba en mis muslo pero ni aun así me levantaba.
Jay era el orador o encargado, como gusten decirle, del centro de Alcohólicos Anónimos de la ciudad. Yo fui su aprendiz durante casi un año, el me estuvo enseñando todo lo que se tenia que saber cuando eras orador. Ya que se abriría un segundo centro en la ciudad y yo me encargaría de el.
- ¿Quien quiere comenzar hoy? - admiraba a Jay por la sonrisa que siempre mantenía en su rostro. - No se peleen - Dijo tratando de bromear.
Una mujer de unos cincuenta años levanto la mano y comenzó su historia.
No le preste atención, mejor seguí analizando a los asistentes. Como quisiera poder ayudarlos a todos.
Desde muy pequeña me había quedado claro que lo mio era ayudar a los demás. Estaba tan contenta de poder hacerlo.
Mi mirada se detuvo en una alta figura al fondo del salón. Parecía ser un chico, no podía distinguirlo bien por la poca luz.
Habia muchos lugares vacíos, no tenia porque estar de pie.
Deje mi incomoda silla y me dirigí hacia el chico que se encontraba recargado contra la pared con los brazos cruzados.
- Puedes sentarte donde gustes. - Use la voz mas dulce que poseía.
El chico despego la mirada de el grupo que estaba frente a nosotros y clavo sus ojos esmeralda en mi.
Me examino de pies a cabeza sin pena, se detuvo unos segundos de mas en mi escote y luego sus ojos subieron a los míos.
- Estoy bien aquí. - su voz era desesperantemente lenta.
- Las sesiones suelen ser muy largas - sonreí - Puedes cansarte -
El se enderezo dejándome verlo mejor. Tenia el cabello corto y peinado hacia atrás de forma desordenada. Abrí mis ojos impresionada al ver la cantidad de tatuajes que este chico tenia en sus brazos.
- Olvídalo, ni siquiera debería estar aquí - Se dio media vuelta y camino a la puerta.
Este chico seguro necesitaba ayuda y yo iba a dársela.
- ¿Cual es tu nombre? - lo alcance junto a la puerta.
- Styles - Dijo secamente y se fue del lugar.
Ese chico tenia que volver, era mi trabajo ayudarlo a salir de ese infierno que seguro vivía. Ese era el trabajo que se hacia en Doble A.
- Esta en negación - dijo Jay a mis espaldas.
- Eso parece - Susurre viendo por donde el chico se había ido.
- Tu puedes con el. - puso una mano en mi hombro alentándome.
No hubo rastro de el misterioso Styles por días, por alguna razón sentía la necesidad de protegerlo.
Me encontraba acomodando las sillas para la sesión cuando la puerta del salón se cerro de golpe.
- Comenzaremos en Veinte puedes esperar afuera. - dije luchando contra una de las sillas.
No recibí respuesta pero si el sonido de unas pisada acercándose. Así que levante la vista encontrándome al chico perdido.
- Pense que podría hablar contigo - tomo la silla desplegable que yo intentaba abrir entre sus manos y la abrió sin problema
- Oh...por supuesto. - Respondí con una sonrisa.
- Esto de las sesiones de grupo me parece estúpido. - con sus dedos aparto el cabello de su cara - No quiero que escuchen mis problemas. - negó.
Styles estaba pidiéndome una sesión privada. Y yo no iba a negarsela.
- Si quieres puedes esperar afuera hasta que esta sesión termine - sonreí animada.
El castaño solo dio un asentimiento y camino a la puerta con las manos dentro de sus jeans oscuros.
Le hable a Jay sobre la situación con el chico Styles y el estuvo totalmente de acuerdo con que le diera una sesión privada.
- Ese chico viene por mas que una sesión privada - me codeo y luego guiño un ojo.
- Sigue con tu sesión. - Sonreí dándole un empujón
La mayoría de las personas que venían aquí tenían historias trágicas y tristes. Todo eso se reflejaba en sus rostros.
La sesión avanzo desesperantemente lenta, cada testimonio parecía durar días y parecía que hoy habían asistido mas personas.
Cuando por fin sonó el reloj cucu que había sobre la pared sentí la energía llenar mi cuerpo. Todos salieron de forma lenta poniendo mis nervios de punta.
- No te dejare sola con un desconocido. - Dijo Jay cuando nos quedamos solos.
- El quiere hablar a solas. - le señale la puerta.
No totalmente de acuerdo Jay me dejo sola en el salón de sesiones. Tome asiento y limpie mis manos que sudaban nerviosas.
Sin tocar ni anunciarse Styles entro y con esa actitud de chico malo se sentó frente a mi.
- Comencemos - Sonreí pero como respuesta solo obtuve un gruñido.
Pasaron los minutos y solo nos mirábamos a los ojos. El pensaba que podía engañar a todos con esa mascara de chico rudo pero yo era mas lista.
Tenia ojeras y sus ojos verdosos suplicaban ayuda. Algo parecía estar torturándolo.
- ¿Porque estas aquí? - trate de romper el hielo pero el seguía callado.
Styles golpeteaba el suelo con su zapato mientras veía fijamente a algún lugar de la habitación.
El día de hoy llevaba un gran suéter negro que lo cubría entero, lo cual era extraño porque estábamos a mas de 40 grados y el parecía no notarlo.
- No voy a forzarte a nada, Styles pero me gustaría hablar un poco. - trate de llamar su atención.
- Harry - murmuro un nombre. - Mi nombre es Harry. -
- Okay, Harry - sonreí por la sensación de su nombre en mi boca (imagínate su otra cosa en tu boca, ahvea:v) - Si haz venido a alcohólicos anónimos es porque eres uno, ¿Cierto? - el chico solo asintió. - Entonces porque no empezamos por eso. - me removí en mi incomoda silla.
De la mesa que estaba junto a mi, tome uno de los folletos que le dábamos a todos los recién llegados. Eran nuestros famoso doce pasos.
- El primer paso es admitir que tienes un problema. - tome una de sus frías manos y deje el folleto en ella.
- Tengo un problema. - murmuro con la mirada fija en el folleto.
La sesión con Harry me había dejado algo inquieta. Parecía un chico perdido y triste, el cual se culpaba de la muerte de su hermanita. Una muerte terrible.
Toda la noche di vueltas en mi cama sin poder sacarme de la cabeza sus ojos verdes y expresión triste. Quería verlo de nuevo.
- Mañana es tu graduación, Harry. - le sonreí emocionada.
- No la llames así - puso los ojos en blanco.
La recuperación de Harry no fue rápida. Fueron meses enteros de estar a su lado y sostenerlo en sus momentos mas difíciles, en sus recaídas. Incluso llegue a limpiar lagrimas de su hermoso rostro.
Jay se oponía a la relación que llevaba con Harry, el decía que me estaba involucrando demasiado pero no podía evitarlo, yo quería formar parte de su vida.
- Estaba pensando que podríamos ir a cenar mañana - Dijo sonriendo con timidez.
- Me gustaría - asintió y se puso de pie. - Antes de irme quiero darte las gracias. - poco a poco una sonrisa ilumino su rostro. La sonrisa mas hermosa que había existido. - Gracias por todo lo que hiciste por mi. - ya con un pie de fuera se giro a verme. - Adiós. - sonrió una ultima vez y se fue dejándome sola.
Sentí algo revolotear en mi pecho cuando se fue. Era una sensación extraña. Moría por verlo mañana.
- Tu graduado no llego, ___ - dijo Jay junto a mi.
No respondí, no podía despegar la vista de la ventana frente a mi. Harry no había llegado a la ceremonia. Y por lo visto tampoco a la cita que habíamos acordado.
Sentí la cálida mano de Jay sobre mi hombro tratando de reconfortarme.
- ¿Eres ___? - una suave voz se escucho a mi espalda.
Me di media vuelta y ahí estaba una policía con su gorra entre sus manos. Camine hacia ella con confusión.
- Si, soy yo. - escondí las manos en mis jeans por la ansiedad.
- Tendrás que acompañarme - su mirada se paseo por la habitación.
Seguí a la oficial hasta su auto, no decía ni una sola palabra. Tenia un mal presentimiento de todo esto.
Condujo en silencio hasta el lago que estaba a las afueras de la ciudad y todo comenzó a cobrar sentido. Nos detuvimos lentamente y por mi ventana pude observar como un grupo de maquinas sacaban del agua un auto. El auto de Harry.
- Lo siento mucho. - dijo al fin la oficial. - El pidió que te llamáramos. -
Estaba congelada en mi lugar, no podía creer que Harry lo había hecho, porque estaba segura de que no era una casualidad que su auto cayera al mismo lago donde hace un par de años había perdido a su hermana.
El se culpaba por haber bebido demasiado aquel día y no haber vigilado a la pequeña, y hoy había acabado con la culpa que guardo tanto tiempo.
- ¡Harry! - grite esperando una respuesta que no recibí.
Sentí las lagrimas cálidas bajar por mis mejillas mientras mas me acercaba a la zona que rodeaba una cinta amarilla.
Lentamente las personas que se habían reunido abrieron un pequeño sendero dejándome ver como los paramedicos se lo llevaban.
No pude evitarlo y solloce aun mas. Habia aprendido mi lección de la peor manera. No había que involucrarse demasiado, si tan solo te hubiera escuchado Jay.
Hola chiks ♥ ¿Les gusto? (8
Sabian que a veces entro a sus perfiles y leo sus historias? No voto ni comento porque es mi pequeño secreto. :v
Preguntas randooooom
A) Ser novia de uno de los chicos pero nadie se puede enterar
B) ser novia de uno de los chicos, todos lo saben pero no puedes besarlo.
Besoooos!!!
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