Bienvenida, princesa II
Segunda Parte de Bienvenida, Princesa
- Solo tienes que vigilar que no se alejen mucho - dijo Harry al llevarme con un grupo de vacas.
- ¿Estas consiente de que no se cuidar ni de mi misma? - le respondí con la mirada clavada en un pequeño becerro.
- Lo estoy - Me sonrió de forma arrogante y camino alejándose de mi.
- ¿Tu que harás? - me gire para verlo alejarse.
- Quizás tomar una limonada y leer el periódico - dijo cuando ya estaba a varios metros de distancia.
Ahora estaba sola con un grupo de vacas y sin ninguna idea de que hacer.
Solo sabia una cosa, no debes golpearlas o intentaran matarte.
- ¡Princesa! - corrí hasta colocarme frente a ella. - El granjero loco dijo que no debías alejarte mucho - trate de lucir autoritaria
Solo recibí un bufido por parte de la hamburguesa gigante y una mirada de "Que demonios quieres?"
La vaca se dio media vuelta dándome una bofetada con su cola, que ruda.
- Ten cuidado - fruncí el ceño y retrocedí unos pasos tropezando con un algo grande.
El mugido que escuche al caer con mi trasero al suelo me indico que había tropezado con una de las vacas. La cual ahora me veía molesta.
- No me mires así - me levante sacudiendo mi ropa pero el animal me regreso al suelo con un empujón - Deja de hacer eso - golpee el suelo con mis puños
Una carcajada a la distancia atrajo mi atención, el dueño de dicha carcajada era Harry. Estaba haciendo justo lo que me dijo, sentado bajo un árbol bebiendo limonada acompañado de un periódico.
Me levante aun mas molesta y camine en su dirección.
- ¿No dijiste que la granja no mantenía holgazanes? - arranque el periódico de sus manos.
Esta mañana después de que me negué a hacerle algo mas que un plato de cereal, el me dijo que no mantenía holgazanes y ahora el se encontraba sin hacer nada solo burlándose de mi.
- Puedo permitírmelo de vez en cuando - sonrió marcando el arrogante hoyuelo de su mejilla.
- Bien - tome el vaso de cristal de su mano y le di un largo trago. - Tendrás que mantener dos - le entregue el vaso vació.
- Tendrás que hacerme otra - remojo sus rosados labios con la lengua y dejo el vaso en el suelo.
- Obligarme - en mi ataque de rebeldía mande lejos el vaso con una patada.
Harry se levanto de golpe, estaba tan cerca que nuestros pechos chocaban. Me obligue a retroceder hasta que mi espalda topo con el tronco de un árbol y entonces el me acorralo.
- Mi padre me envió para ser disciplinada no para ser tu sirvienta - dije retándolo.
Con brusquedad me tomo por la nuca y con el mismo tacto estampo sus labios con los míos tomándome totalmente por sorpresa.
Me beso de forma ruda y sin ninguna pizca de ternura, se lo correspondí de la misma forma, mordiendo su labio inferior con mis dientes en el proceso.
- Ve a hacerme una limonada, ahora - su aliento caliente chocaba contra mis labios hormigueantes. - Y luego te veré en el gallinero - se alejo de mi dejándome con las piernas totalmente inestables.
Me detuve frente al gallinero y lleve mi dedo indice a mis labios, aun podía sentir los suyos ahí.
Abrace mas a mi el frió vaso de limonada y empuje la puerta de madera.
Me quede helada al ver el desastre ante mis ojos, las plumas volaban por los aires y el ruido que provocaban las gallinas era casi ensordecedor.
- Al fin llegas - dijo Harry con fingida felicidad y camino hacia mi con una escoba en la mano.
Su sonrisa se ensancho al ver el vaso en mis manos.
- ¿Para mi? Ni debiste - arrebato el vaso de mis manos y le dio un largo trago.
- ¿Por que me besaste? - salieron atropelladamente las palabras de mi boca.
Harry levanto una de sus castañas cejas y se limpio la boca con la manga de su camiseta, luego hablo.
- Es la mejor forma de callar a las mujeres, bonita - me entrego la escoba
- No te atrevas a hacerlo de nuevo, me das asco - dije tratando de convencerme mas a mi que a el.
El me miro con arrogancia mordiendo su labio inferior, sabia que estaba mintiendo, el sabia que ninguna mujer podía encontrarlo asqueroso.
- Bien - dijo finalmente - Limpia toda la porquería que hay en el suelo - señalo con su indice - No te metas con los pollos o te sacaran los ojos - soltó una pequeña carcajada.
- ¿Con porquería te refieres a ti también? - sonreí gustosa de retarlo.
- ¿Te mueres por otro beso, cierto? - respondió con la seriedad en su rostro.
Después de entregarme mas cosas para limpiar el gallinero se fue, ¿Que tan difícil podía ser?
- No puedo - susurre agotada luego de un par de horas.
Me deslice hasta el suelo y recargue mi cabeza en la pared.
Habia sido un caos, la porquería del suelo no saldría ni siquiera usando ácido, había recibido múltiples picotazos por parte de las gallinas mientras trataba de limpiar sus "nidos" y ni hablar de mi falta de fuerza para mover el comedero.
Los músculos de todo mi cuerpo gritaban con cualquier movimiento. Mire mis manos, dolían por las pequeñas lesiones y ampollas en ellas.
Las ganas de llorar me atenazaban la garganta pero no iba a permitirle a ese vaquero hacerme llorar.
- Tardaste demasiado - dijo Harry al verme entrar.
- Por favor, no me hables - susurre demasiado cansada como para discutir - Solo quiero dormir una siesta - arrastre mis pies hacia los escalones
- ¿Siesta? - dijo riendo a mis espaldas. - Tendremos invitados esta noche y tu vas a atendernos - por el tono de su voz supe que estaba sonriendo.
Me gire y los músculos de mis piernas protestaron por eso.
- No puedo estar parada un segundo mas - susurre
- Recuerda porque estas aquí - acorto la distancia entre nosotros
- Déjame dormir un poco aun que sea - suspire resignada.
El castaño llevo una de sus ásperas manos hasta mi mejilla y limpio algo de suciedad que tenia en ella. Me estremecí por la acción y aparte mis ojos de los suyos.
- No - dijo tajante y se alejo en dirección a la cocina.
Una hora mas tarde baje las escaleras lista para la cena. La ducha solo me había hecho sentir mas destruida.
- los que vendrán a cenar son mis amigos, no me avergüences - escuche la voz de Harry desde la cocina.
- ¿Quien me crees? Tengo mas modales que tu - rodee los ojos y entre a la cocina. Me quede petrificada con lo que encontré.
Harry se giro a verme, iba vestido con un pantalón negro y una camisa de botones blanca perfectamente planchada, no llevaba sombrero y su corto cabello estaba peinado hacia atrás.
- ¿Que? - humedeció sus labios al verme
- Nada - aparte la mirada.
Este hombre era definitivamente muy atractivo.
- Cenaremos y beberemos, tu te quedaras sentada y ayudando en lo que se necesite. - susurro Harry cuando todos sus invitados estaban sentados a la mesa.
- Como tu sirvienta - le respondí en un susurro.
- No, porque a ti te puedo arrancar ese lindo vestido y llevarte a mi habitación sin ser demandado por acoso laboral - sonrió y se enderezo en su lugar.
Fingí una arcada asegurándome de que Harry me mirara.
- trae otra botella de vino, princesa - me sonrió con fingida amabilidad.
Me puse de pie y fui en busca de la botella.
Abrí algunos cajones buscándolo hasta que unas manos en mi cintura me impidieron seguir moviéndome.
- Saca tus asquerosas manos de mi, granjero - me gire molesta lista para encontrarme con la sonrisa arrogante de Harry pero el no estaba ahí.
- Tranquila, solo quiero conversar - era uno de los amigos de Harry, el cual estaba muy pasado de copas.
- Podemos hacerlo sin estar tan cerca - con ambas manos en su pecho trate de apartarlo.
- Cariño, no es para tanto - sonrió y acerco su rostro al mio.
- Ni siquiera lo pienses, Niall - dijo la dura voz de Harry
El chico...¿Niall? Se alejo de mi en ese momento, le tenia miedo a Styles.
- ¿Cuantas veces te golpee en el pasado por tocar mi propiedad? - se interpuso entre Niall y yo, luciendo autoritario.
Quise protestar pero el estaba defendiéndome de un chico ebrio así que solo me escondí detrás de su amplia espalda.
Los ojos azules del chico buscaron los míos y salio a toda prisa de la cocina.
- ¿Tu propiedad? - lo mire cruzando los brazos.
- Si, mía - sonrió acorralándome contra la barra.
Le sostuve la mirada demostrándole que esta vez no me intimidaba.
Se inclino lentamente hacia mi y se detuvo solamente cuando nuestras narices se tocaban. Sus ojos brillaban por el alcohol que había ingerido.
Entre abrí mis labios para responder pero el uso la oportunidad para unir nuestros labios, su boca sabia al vino de la cena. Me estremecí entera al sentir su cálida lengua rozar la mía. Si que sabia besar.
- Tu padre te llamara esta noche - susurro rompiendo la conexión de nuestros labios.
- Dijiste que no había señal - respondí algo mareada por el beso.
- Mentí - sonrió mordiendo su labio inferior y se dio media vuelta.
Cuando la cena termino y habíamos terminado de limpiar el desastre que se formo, el teléfono en la oficina de Harry sonó.
- Es para ti - sonrió señalando el teléfono
Con mucha emoción descolgué el auricular y me senté en la silla giratoria del escritorio.
- Hola, Princesa - dijo la voz de mi padre.
- Jamas vuelvas a llamarme así, por favor - reí cuando llego a mi el recuerdo de la vaca favorita de Harry
- ¿Que tal la granja?, ¿Harry es bueno contigo? - sabia que Harry no tenia compasión conmigo.
Mire en dirección a la puerta abierta de la oficina por donde a la distancia se podía observar a Harry desabotonando distraidamente su camisa dejando al descubierto su musculosa y amplia espalda.
- ¿___? - me llamo mi padre trayéndome a la realidad.
- No puedo quejarme - sonreí jugando con el cable que unía el auricular a la otra parte del teléfono.
- Espero aprendas tu lección con esto - suspiro agotado mi padre.
Humedecí mis labios, los cuales aun sabían a vino por el beso que Harry y yo habíamos compartido.
En la puerta de la oficina estaba un algo ebrio Harry con el torso descubierto, pies descalzos y un par de ojos oscurecidos de lujuria.
- Oh papá, no tienes ni idea - le sonreí al chico frente a mi. - Estoy aprendiendo mi lección definitivamente -
Hola bebésssss se que desaparecí dos semanas, lo siento :(
Sus te odio's del imagina anterior me dolieron :c mentira, yo se que me aman.
¿Como tomaron la muerte de Jay? Yo aun no lo creo.
Preguntaaaas random
A) this town
B) just hold on
Besoos
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