Disfrutemos El Ahora.
♪Bryan♪
Imagina...
Estás en el auropuerto, las lágrimas corren por tus mejillas mientras esperas a que el avión llegue y puedas irte a otro lugar, todo te recuerda a él, hasta tú café favorito ya no sabe igual.
—Vuelo 502, con dirección a Toronto, Canadá, se encuentra retrasado —ruedas los ojos molesta y más lágrimas empiezan a salir de tus ojos, te apresuras a secarlas.
Revisas el tablero y efectivamente, tu vuelo se ha retrasado y llegará 2 horas más tarde. El rugido de tu estómago te interrumpe y decides recorrer el aeropuerto en busca de algo para saciar tu hambre.
Encuentras un pequeño local que vende cosas veganas y no dudas ni un segundo para entrar, estás a punto de pedir tu orden cuando un pitido proveniente de tu celular te interrumpe, te disculpas con la cajera y sales para ver el remitente de la llamada.
(Reproducir canción).
Bryan...
Se lee en la pantalla, niegas con la cabeza, estás... estabas a punto de tomar un vuelo a Toronto para poner punto final al capítulo que escribías con él.
En un momento de valentía respondes la llamada.
—¿Qué quieres? —le reprochas al móvil.
—Yo... quiero decirte que lo lamento, lamento haber gritado todo eso y... —al escuchar su voz las lágrimas acuden otra vez a tus ojos.
—Bryan... yo...
—¿En dónde estás? —pregunta alarmado.
—En el aeropuerto —respondes.
—¿Te irás? —la tristeza que acompaña sus palabras te quema.
—Lo único que me ataba a Francia se ha ido —respondes sencilla.
—Podemos hacer que vuelva, te seguiré, a donde quiera que vayas iré —promete.
—Estoy a punto de abordar —mientes—. Cuídate Bry.
—No, T/N...
—Gracias —alcanzas a decir antes de derrumbarte.
Mentirías si dijeras que se han acabado las lágrimas, pero lo conoces desde hace años y cortarlo de tu vida de un momento para otro será difícil...
Entras de nuevo al local y la chica te mira con una mirada de comprensión, te regala un café y te recomienda una tarta de frutos, a lo que tú aceptas, pagas y sales a una pequeña terraza que tiene el local.
Respiras el aire fresco, sacas tus audífonos de tu mochila y los conectas al móvil.
La voz de Shawn Mendes llena tus oídos.
Por un momento desearías tener a Bryan a tu lado para que te cantara esta canción al oído mientras creía que estabas dormida.
Han pasado al menos treinta minutos cuando sientes una presencia detrás tuyo, pero no haces demasiado caso, hasta que sientes una mano en tu hombro, por reflejo te apartas y lo que ves frente a ti te deja sin aliento.
—Bryan... —susurras viendo al castaño a los ojos.
—Te dije que no te dejaría ir, te dije que te buscaría en cualquier lugar que estuvieras, te seguiría... —susurra muy cerca de tus labios y tú niegas.
—¿Qué me asegura que no volverá a pasar? —le susurras viendo esos ojos color miel que te vuelven loca.
—No puedo asegurar nada, tal vez mañana yo me enoje contigo y tu conmigo, disfrutemos el ahora.
—Disfrutemos el ahora —repites y juntas sus labios en un dulce beso.
****
¿Me creen cuando les digo que lo acabo de terminar de escribir?
No es tan largo, pero está lindo.
Bueno, ahora sí, nos vemos hasta que me llegue la inspiración otra vez.
Ciao.
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