Esta corta "historia" está inspirada por una imagen, pero no por una imagen cualquiera. Está inspirada por la imagen que ha provocado el SARS-CoV-2 en todo el planeta.  

Quiero dedicar estas palabras a todas las personas que han sufrido la pandemia de la COVID-19.

Una nueva época, una nueva etapa.

Salir a la calle y no ver rostros, ver medias caras.

En unos pocos meses, un cambio que no habíamos imaginado jamás.

Temer por nuestro paradero, pensar en cómo algo tan pequeño ha cambiado el mundo entero.

Algunos resguardados en casa, otros luchando contra la amenaza, pero todos con la misma esperanza.

Agobiarnos, derrumbarnos, apoyarnos y aplaudirnos. Sentimientos compartidos incluso con los desconocidos.

Despedidas inesperadas, desgarradoras.

Momentos de desconcierto, de miedo a lo incierto.

Huellas en nuestras vidas, huellas en la historia, huellas en la memoria.

Buscar la resiliencia entre el dolor, recobrar la fuerza.

Aprender a sonreír con la mirada. Aprender a abrazar con las palabras.

Sentir que formamos una unión, latir como un solo corazón.

No olvidar lo sucedido y superarlo estando separados, pero unidos.