COUNTING STARS (Amor)


¡¡¡Hola a tod@s!!! Antes de nada quería deciros que la idea de esta historia no ha salido de una imagen (como suele ser habitual), sino que me la ha dado un libro de ideas llamado "BOOK IDEAS", escrito por @ShawJordan . La imagen de la multimedia también la ha elegido @ShawJordan y la primera frase es suya.

Ah, y otra cosa (tranquil@s, ya acabo). Os recomiendo leer la historia con la canción"Moonlight", de Yiruma, de fondo (os avisaré cuando haya que ponerla). (Es la de la multimedia).   

Espero que os guste


"El brillo de sus ojos era capaz de opacar a la estrella más hermosa"

Narra Leia

–Buff...-suspiré, y di otra vuelta en la cama, tratando de dormirme–. ¡¡Maldito insomnio!! –me desesperé finalmente y salté de la cama de mala leche.

El despertador indicaba que no eran más que las dos de la mañana, pero yo tenía los ojos más abiertos que... que... que algo que tenga los ojos muy abiertos. Empecé a dar vueltas por la habitación, sin saber qué hacer, hasta que vi por la ventana que había una brillante luna llena.

***

Era la primera vez que subía a lo alto del edificio. El tejado era más amplio de lo que me esperaba y como era plano se podía andar por él sin problemas. Detrás había un edificio pegado al mío, más alto y con unas escaleras en uno de los costados.

Me senté en el suelo abrazándome las rodillas, porque hacía más frío del que esperaba. Era mágico. Solo estábamos la Luna, las estrellas y yo.

Porque, ¿no habría nadie más subido en el tejado a las 02:00 am, verdad?

Narra Marc

Estaba tranquilamente mirando al cielo desde lo alto de mi edificio, cuando, de repente, me pareció ver una sombra que se movía en el tejado del bloque de abajo. Me acerqué con cuidado al borde y me di cuenta de que era una chica, también mirando las estrellas. Sonreí inconscientemente, pues me alegraba de que alguien más estuviera disfrutando de aquel cielo nocturno.

Narra Leia

Estuve alrededor de una hora mirando las estrellas antes de que se me empezaran a cerrar los párpados. <<Como me duerma aquí me va a dar una hipotermia>> pensé, así que volví a mi habitación y me metí en la cama, quedándome profundamente dormida.

La noche siguiente, tras varios intentos fallidos de conciliar el sueño, decidí volver a tener una cita con las estrellas. Eso sí, como había aprendido la lección, tiré de las mantas de mi cama y las llevé conmigo. Tumbada y arropada, conté estrellas hasta que el sueño se apoderó de mí.

Narra Marc

<<Al parecer le gustó "contar estrellas">> me dije a mi mismo al ver a la chica regresar.

Narra Leia

Subir a mirar el cielo le estaba haciendo bien a mi insomnio, por lo que empecé a ir todos los días hacia las 02:00 am. Era una sensación increíble el estar ahí arriba mientras el resto de la ciudad dormía.

Dale al PLAY  :) 

Narra Marc

Ya me había acostumbrado a estar acompañado en mis pequeñas salidas nocturnas. Ella aún no sabía que yo estaba allí, observándola tanto como a las pequeñas bolas de fuego que brillaban por encima de nuestras cabezas. Tenía un poco de curiosidad por saber quién era ella y por qué iba. ¿Sería, al igual que yo, que subía por la tranquilidad y la soledad que se respiraba, tratando de escapar del ajetreado día a día? ¿O sería una amante del espacio exterior que quería estar en contacto con los astros? No lo sabía y aquella incertidumbre me decía que me hiciera notar y que hablara con ella. Sin embargo, podía ser que, al descubrir que no estaba sola, se sintiera incómoda y no volviera. No, eso no. Me gustaba su presencia.

Narra Leia

Una noche más subí a mi cita con las estrellas. No obstante, ese día más que el cielo me interesaba el suelo. Quería ver, a vista de pájaro, cómo era la ciudad de noche, cuando estaba iluminada por las farolas y los carteles de neón. Desde mi posición eso se me hacía imposible, por lo que decidí acercarme al bordillo para asomarme. Comencé a caminar y cuando no me quedaban más que unos metros, escuché unos pasos detrás de mí y una voz que me sobresaltó.

– ¡Hey! ¡Espera! No hagas ninguna locura.

Narra Marc

Esa noche la misteriosa chica volvió a subir. Sin embargo, en vez de tumbarse en el suelo, como solía hacer, vi que se dirigía, con paso decidido, hacia el extremo del tejado. Me daba miedo lo que pudiera estar a punto de hacer, por lo que, sin pensármelo dos veces, bajé las escaleras que separaban su tejado del mío y corrí detrás de ella.

– ¡Hey! ¡Espera! No hagas ninguna locura –le grité.

Ella me miró con cara de extrañeza, pero al menos conseguí que se alejara un poco del borde y que dirigiera su atención hacia mí.

–Espera, espera. La vida es demasiado bonita como para tirarla por la borda –saqué mi faceta poeta, para ver si le hacía cambiar de idea.

–Tranquilo, no pretendía saltar –me contestó ella aclarando el malentendido, lo que me calmó y me avergonzó a la vez–. Solo quería asomarme por las vistas.

–Ah... ya... vale –dije rascándome la cabeza–. Pues, entonces, lo siento.

–No pasa nada –y me sonrió con una mirada cautivadora.

Narra Leia

Ese chico que había aparecido de la nada me sorprendió bastante, pero parecía una buena persona.

–Soy Leia –me presenté al ver que se había quedado un poco cortado.

–Yo Marc –su voz era muy agradable.

La luna iluminaba parte de su rostro, dejando a la vista sus cálidos ojos marrones. Era extraño, pues aunque no le había visto antes, sentía una conexión inexplicable entre los dos. Y estaba segura de que él también la notaba.

Narra Marc

El corazón me latía rápido. Ella estaba ahí delante, frente a mí, produciéndome una sensación que nunca antes había sentido.

– ¿Te gusta estar aquí arriba? –le pregunté, muy nervioso.

–Sí, mucho. Además me ayuda a dormir –hizo una pausa mirándome fijamente. Después me devolvió la pregunta–. ¿Y a ti?

–Para mí es...como decirlo...mi pequeño momento. Ese momento en el que escapo del ajetreo del día a día, de todos los problemas y las preocupaciones, y me dedico solamente a mirar las estrellas.

–Que poético –sonrió.

–Supongo –hizo que me ruborizara.

Narra Leia

Me gustaba la forma de ser de Marc. Parecía algo tímido pero a la vez profundo. Sentía que quería tenerle cerca, conocerle mejor; había algo en él que me atraía mucho. Le invité a tumbarse conmigo, deseando que aceptara.

Narra Marc

-Ven, hay sitio para los dos –dijo ella tumbándose en una manta que había tendida en el suelo.

Me acerque y me tumbé a su lado. Era un momento único. No sabía por qué, no sabía cómo, pero sí sabía que Leia era aquella persona con la que quería mirar las estrellas el resto de mi vida. Sabía que era ella. Entonces dejé volar al corazón. Delicadamente acerque mi mano a la suya. La acaricié, y ella me agarró fuerte mientras me miraba a los ojos.

Narra Leia

Estábamos tumbados en el tejado del edificio, con nuestras manos entrelazadas, mirándonos. En ese instante desapareció todo mi alrededor. Solo estábamos la Luna, las estrellas, Marc y yo. Con su mano libre me acarició el cabello, y noté un cosquilleo dentro de mí. Despacio, me acerqué hasta que pude notar su respiración.

Narra Marc

Nuestros labios casi se rozaban. Los dos a la vez, cerramos los ojos y rompimos la distancia que nos separaba. Aquel beso fue como tocar las estrellas.

Narra Leia

Nos quedamos abrazados el uno al otro, mirando al oscuro cielo adornado lucecitas brillantes. Hacía frio, pero sentía dentro de mí el calor más intenso.

–Una estrella fugaz. Pide un deseo.

–Es curioso.

– ¿El qué?

–El que esa estrella cumpliera mi deseo incluso antes de aparecer.

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