๛CAPÍTULO 4
Theo se estaba demorando más de lo normal. Vi a Lui entrando al salón con una sonrisa plasmada en su rostro y se agrandó más al verme. Desvié la mirada, no quería verlo a los ojos y me sentía muy incómoda por ello.
—Mia, ¿por qué me dejas sola siempre?
Escuché la queja de mi amiga detrás mío.
—Lo siento mucho por dejarte, Pam, pero le estaba ayudando a mi nuevo amigo Theo con su dibujo. Su familia es muy linda, ¿sabías?
—¡Yo también quiero ser amiga de Theo!
Reí ante su comentario. Claro, ella también podía ser su amiga y eso alegraría mucho más a Theo, y ya no sentiría solo. Sí, Pamela debía ser su amiga. Busqué por el salón a Theo, pero todavía no regresaba del baño. Vi a Lui fastidiando a un compañero, se veía tranquilo como si nada hubiera pasado, pero yo sabía que no era así.
Me acerqué hacia él.
—Lui, ¿dónde está Theo? —pregunté.
Él me miró asustado y confundido.
—¿Theo?
Asentí.
—Ah, sí. Lo dejé en el baño, dijo que no necesitaba ayuda con las manchas de pintura.
Dudé si era cierto lo que decía, tenía la manía de mentir, según las palabras de Pamela.
—Está bien, gracias Lui.
—Espera, Mia. —Me agarró del brazo—. Mira, te dibujé. ¿Te gusta?
En sus manos estaba el dibujo de una niña con un vestido rojo con flores blancas y amarillas. La niña tenía sujetado el cabello justo como lo tenía yo. Era yo y era muy raro que Lui me dibujara.
—Gracias por el dibujo, Lui, está bien.
Me fui antes de que dijera algo más. Era un mentiroso, le iba a crecer la nariz por mentiroso... Era un horrible mentiroso.
Regresé de nuevo a mi lugar y presté atención a lo que decía la profesora. Estaba impaciente, muy impaciente por saber de Theo, todavía no regresaba del baño. Algo había pasado y Lui lo sabía también. Empecé a morderme las uñas, no regresaba Theo.
—Si no apareces Theo en diez segundos, te buscaré. Me harás salir del salón sin el permiso de la profesora —susurré.
Empecé a contar en mi cabeza hasta diez. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho... Vi a Theo entrar. Su ropa estaba mojada al igual que su cabello y cara. La profesora se acercó a él y le preguntó que había pasado y él solo respondió que trató de quitar las manchas de pintura.
—Siéntate, Theo. Voy a traerte una toalla, te puedes enfermar.
La profesora salió del aula hacia la enfermería; ahí es cuando aproveché en hacerle un interrogatorio a Theo.
—Theo, ¿por qué te demoraste del baño? ¿Hiciste del dos?
Esperaba ver una sonrisa por parte de él, pero él solo se alejó de mí. Traté de acercarme más a él, pero él más se alejaba. No sabía si él era así con todos sus amigos nuevos, pero no me gustaba que se alejara de mí. ¿Había hecho algo malo? Pamela decía que era algo fría, pero no fui con él fría, ¿o sí?
—Theo, ¿pasó algo?
Él no me respondió.
—Theo...
—No pasó nada, ¿si? —respondió de manera rápida—. Todo está bien.
¿Por qué actuaba así? Estaba actuando muy seco conmigo y de la nada. Tal vez el baño tenía magia negra o algo, o tal vez era el tonto y horrible de Lui. No me estaba gustando como se estaba comportando conmigo.
—Mia, es mejor que atiendas las clases, no quiero que te llamen la atención. Yo estoy bien, ¿si? No te preocupes —dijo.
Lo último que dijo me calmó un poco. Su preocupación por mí fue lo más lindo que me pasó hoy. Le sonreí y le abracé. Él se quedó petrificado y solo sentí su respiración agitada en mi cuello, pero con delicadeza me apartó de su lado y me llevó a mi sitio.
—Presta atención, por favor.
—Está bien, está bien, pero todavía no llega la profesora.
Él solo sonrió. Todo se veía normal y tranquilo, tal vez solo fueron mis pensamientos que jugaban conmigo.
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