๛CAPÍTULO 11

          Estaba feliz por haber conocido a Robin —quién me protegió de Lui—, a Pamela —hermana de mi bully—, pero sobre todo a Mia, la niña más linda y más amable que he conocido. Me hizo sentir seguro y como en casa desde el día que la conocí. Y a pesar del dolor que le causé, estuvo conmigo y me perdonó. En verdad, era una buena amiga y eso significa que por fin podré compartir más de mi chocolate favorito. ¡Sí!

          Pero, también tenía miedo, mucho miedo. Pensé que si el director lo castigaba y lo encontraba culpable de algo, desaparecería el temor que siento por él, pero ahora veo que no. Esa mirada que nos dio, bueno, que me dio más a mí, hizo que detuviera mi corazón por un segundo. Sabía que había empezado recién el juego y que él iba a ser el primero en jugar la partida, y que su venganza sería peor que la mía. Pero, también, una parte de mí se sentía culpable por traicionarlo.

          «Los amigos son leales y nosotros somos amigos, Theo.»

          Había roto mi promesa y ese sentimiento de culpa no me gustaba para nada. Debería estar feliz porque recibiría su castigo, pero no sentía nada de eso solo culpa y más culpa. Acaso, ¿era un mal amigo? Si así era con Lui, tal vez lo sería con ellos... No, no, no, no digas eso Theo, eres un niño bueno y no te gustaría ver tristes a tus amigos. ¡Theo, vas a compartir tu chocolate favorito con tus amigos y no vas a estar solo!

          «Estoy muy orgulloso de ti, hijo, por cumplir uno de tus objetivos

          Ya cumplí mi objetivo y debía estar feliz por ello, pero no. Todavía en mi mente estaba loa mirada de Lui sobre mí. Y aparte del rencor y enojo que se podía percibir de él, sabía que también se sentía traicionado...

          —Lo siento, Lui, por traicionarte. —Empecé a llorar. Sentía como mis lágrimas embarraba mi cara. Me limpié con mi ropa, pero seguía llorando como si me hubieran golpeado—. Soy culpable de traicionarte, por favor, perdóname.

          Mis lágrimas no se detenían al igual que mis susurros sin sentido. Era un mal amigo, en verdad, un mal amigo y no merecía un amigo.

          —Lui, si te vas a vengar, por favor, no les hagas daño, ellos no tienen la culpa solo yo...

          Fue lo último que dije antes de dejar de llorar y empezar a tranquilizarme mientras contaba mis dedos o cada cosa que veía. Mi mamá se estaba demorando, pero era usual en ella y era mejor, necesitaba que me pasara todo este lloriqueo, no quería hacerla preocupar.

          Respiré de manera agitada varias veces hasta tranquilizarme. Me alegré al ver que ya no parecía que estaba llorando o triste.

          —Theo, ¿estás bien?

          Escuché a lo lejos a Mia preguntar. Me paralicé por un momento para después voltear a verla y sonreír.

          —Sí, Mia, estoy bien.

          O al menos eso intentaba. No quería hacerla preocupar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top