#039 I care about you and I like you
YUN SAN ────── Un asesinato en el vecindario acerca a Yunho y a San un poco más de lo que deberían.
Yunho se había mudado al vecindario de San hace apenas dos meses. Justo a la casa vacía junto a la suya. Allí había vivido una familia que se mudó al extranjero, así que era bastante grande y tenía un jardín hermoso. San le había dado una agradable bienvenida en forma de canasta de productos de su cafetería como panes, budines y algunos pasteles pequeños. Habían entablado conversaciones en sus jardines un par de veces, cada uno en el suyo, sólo separados por la cerca baja de madera. Hablaban del clima, que se había puesto más caluroso, de los precios, de las citas prenatales de Yunho, de la huerta de San, hablaban de todo y nada en los diez minutos que salían a tender la ropa.
―Te ves contento hoy ―dijo Yunho asomando la cabeza hacia el jardín de San.
San estaba limpiando la cama elástica.
―Yo siempre estoy contento ―dijo San―. Mis sobrinos vendrán de visita, espero que no te molesten.
―Ah, no te preocupes. Amo cuando vienen, además debo aprender a acostumbrarme al ruido ―comentó Yunho con una risita.
San sonrió aún más, dándole un vistazo a la barriga de Yunho. Era grande.
―¿Cuánto te falta? En meses... ―advirtió San apuntándolo con su trapo―. Eso se ve como si fuera a explotar, sin ofender.
San rió. Era verano, así que había visto el vientre abultado y desnudo de Yunho un par de veces.
―Sólo un mes... y algunos días ―murmuró divertido llevando una mano a su barriga.
―¿Has hecho eso de las sesiones de fotos? ―preguntó San casualmente, limpiando.
―No, aunque me arrepiento un poco. No hice baby shower, ni revelación de sexo o ese tipo de cosas...
―¿Por qué? ―San se agachó para limpiar una de las patas de la cama elástica y evitar la mirada de Yunho.
―Se siente un poco solitario. Quiero decir, tengo a mis padres y eso, pero es extraño si no está él, ya sabes...
―Oh...
San se volvió a incorporar y se mordió el labio, algo apenado. Sabía que Yunho vivía solo, y únicamente había recibido visitas de sus padres y algunos pocos amigos en todo ese tiempo.
―¿Puedo preguntar qué pasó? ¿Por qué no está? ―dijo San, comenzando a jugar nerviosamente con el trapo sucio en su mano. Se conocían hace muy poco, pero siempre conversaban casualmente en el jardín o en la entrada, eran buenos vecinos, aunque San no quería creer que había pasado la raya al preguntar ese tipo de cosas.
Yunho se encogió ligeramente de hombros.
―No éramos pareja... De hecho, sólo me ayudó a tener al bebé... Pero éramos muy buenos amigos. ―Yunho carraspeó y desvió la mirada un momento―. No pude decirle del embarazo cuando pasó, ni siquiera yo lo sabía. Él estaba esquiando y quedó atrapado en la nieve, lo encontramos dos días después... Fue realmente difícil despedirse de él, pero la familia de Jongho es encantadora conmigo y me ayudan a sobrellevarlo.
San boqueó un poco y luego se disculpó por su reacción. No se esperaba algo así, pero debía haberlo asumido por las miradas al cielo que Yunho a veces daba, medio perdido en sus pensamientos.
―¿Y puedo preguntar por qué cojeas? ―dijo Yunho rápidamente cambiando de tema.
No habían hablado de ello, pero hasta un niño notaría que San no caminaba bien.
―Eso es ―San abultó los labios, pues nunca sabía cómo decirlo―, era policía.
―Oh, en un principio creí que tenías problemas legales cuando veía a esos policías en tu casa, pero al ver que eran tan amables pensé que eran tus amigos ―dijo Yunho con algo de emoción.
―Sí, esos son Wooyoung y Yeosang, eran mis compañeros de unidad, bueno, yo tenía a Mingi, pero él casi no me visita... Creo que todavía se siente culpable ―San tomó una pequeña bocanada de aire―. Recibí una bala por él y eso me dejó fuera, aunque tengo mi pensión y abrí una cafetería, mis sobrinos me visitan todo el tiempo, mis amigos son agradables, tengo un buen jardín, una buena casa, soy joven, la vida es bella.
Yunho se rió de lo último.
―¿Así que recibiste una bala por tu compañero?
―Síp, y Hongjoong hyung me hubiera matado si algo le pasaba a su amado de todas formas. ―San dejó el trapo sobre su hombro―. En realidad no lo pensé, estábamos encubierto, sabíamos que era peligroso, pero cuando lo apuntaron con el arma, simplemente actué, y no me arrepiento. La vida de policía es intensa, pero estoy tranquilo ahora. Me gusta cómo están las cosas. Espero que Mingi lo entienda algún día.
―Quizá sólo necesita tiempo.
―Ha pasado un año...
―Bueno, tal vez necesite más... ―rió Yunho, peinando su flequillo detrás de su oreja, San se quedó mirando la acción―. Y eh, no sabía que tenías una cafetería ―dijo acomodando su postura.
San se dio cuenta de que llevaban mucho tiempo hablando, quizá un poco más de lo usual.
―Sí, sabes, mi pensión no es realmente buena y como tenía muy buenos ahorros... La abrí hace unos seis meses y va bastante bien. ―San le sonrió algo atontado―. La canasta que te obsequié, los panes eran de ahí.
Yunho abrió la boca sorprendido.
―Eran deliciosos ―murmuró.
―Puedes ir cuando quieras. Invita la casa la primera vez ―San señaló divertido, aunque sólo le había hecho esa propuesta a él.
―¿Dónde queda?
―¿Viste la florería que está en la avenida, en el primer semáforo? Justo enfrente.
Yunho sonrió encantado.
―¡Queda cerca! Iré con mi hermano menor la próxima vez que me visite.
―Eso es genial. ―San no podía estar más feliz, pero luego notó la incomodidad persistente en Yunho―. Deberías entrar o sentarte, se te ve fatigado ya.
―Oh, sí. Mis pies me están matando. Están muy hinchados ―murmuró Yunho haciendo un puchero―. Pero ya voy a entrar, tengo un par de cosas que hacer ―dijo señalando hacia la casa con el pulgar.
San le sonrió nuevamente y se despidieron. La cama elástica ya estaba completamente limpia así que San también entró a la casa.
(...)
Era viernes por la noche, San ya había terminado de cenar y estaba viendo la televisión algo aburrido, jugó solitario por un rato y luego decidió poner el partido de fútbol. Poco después, subió las escaleras hasta su habitación y se puso su pijama. Miró por la ventana, viendo que la habitación de Yunho tenía las luces apagadas. Se dio cuenta de que se había hecho tarde, Yunho debía estar dormido ya. San bostezó y se subió a la cama.
Cerró los ojos y rápidamente se durmió.
San despertó abruptamente al escuchar la alarma vecinal activarse, encendió la luz de noche y se sentó en la cama algo confundido. Jamás habían activado la alarma vecinal, así que algo debía estar pasando. Era un barrio seguro, ni siquiera habían robado una sola vez. Rápidamente recordó la existencia de Yunho y se levantó como una flecha, miró por la ventana y las luces estaban encendidas. Tomó su teléfono, sus llaves y salió corriendo escaleras abajo tan rápido como sus tontas piernas se lo permitían.
Su teléfono comenzó a sonar y San vio que se trataba de Yeosang.
―¡Sanah!
Era Wooyoung.
―¿Qué pasó? ¿Vienen ustedes?
―Sí, allá vamos. La alarma se activó a cuatro casas de la tuya, ¿estás bien, verdad?
―Sí, sí. Yo estoy bien. ―San se apresuró a abrir la puerta y mirar hacia afuera antes de salir―. Me informan cuando sepan más.
―Como usted mande ―rió Wooyoung para luego cortar la llamada.
Las luces reflectantes estaban encendidas iluminando las calles casi como si fuera de día y la alarma seguía sonando. San miró con preocupación por todas direcciones, pero no podía ver nada fuera de lo normal. Poco después de un minuto, vio a un hombre salir de la casa de su vecina y correr rápidamente. San no podía ver más que su ropa oscura y una gorra con visera negra.
San se bajó del porche y caminó hasta la casa de Yunho. Vio al mayor asomado por la ventana de su puerta.
―¡Yunho-ssi! ¿Estás bien? ―preguntó San lleno de preocupación.
Sabía que él no había activado la alarma, claramente, pero no podía evitar preocuparse por él.
―Sí, sí, ¿sabes qué pasó? ―Yunho le abrió la puerta.
―Mis compañeros me dijeron que fue la señora Shin. Espero que esté bien...
―Oh, ella es una mujer sola ―dijo Yunho con pena.
―Sí... ―San suspiró―. Han habido robos en el otro vecindario, tal vez fue algo como eso.
Por la ventana de la puerta vieron que algunos vecinos salían de sus casas.
―Mm. Es peligroso que salgan ―comentó Yunho―. Incluso tú viniste hasta aquí.
San soltó un resoplido.
―Llámame loco, pero lo primero en lo que pensé fue en ti cuando escuché la alarma.
―¿En mí? ―Yunho se puso tímido.
―Claro, me preocupo por ti... ―dijo San, haciendo un puchero―. Estás embarazado y estás solo.
Las mejillas de Yunho se pusieron coloradas al igual que las puntas de sus orejas.
―Pensé que tal vez habías entrado en labor de parto o te habías asustado o algo, pasaron muchos pensamientos por mi mente en unos segundos.
―No activaría la alarma por eso ―dijo Yunho, golpeando suavemente el hombro de San.
San sonrió al sentir las manos ajenas en la frágil tela de su pijama.
―Quién sabe. El botón de pánico es para emergencias.
Ambos resoplaron y poco después llegaron las patrullas y una ambulancia. Luego de un rato, San salió cuando vio la patrulla de Wooyoung y Yeosang, Yunho lo siguió.
―¿Hiciste eso en tres días? ―preguntó Wooyoung apuntando el vientre de Yunho.
Yunho se puso más rojo que antes y San golpeó a Wooyoung en la frente. No se veían hace tres días, pero todos allí sabían que solo estaba jugando.
―¿Qué fue lo que pasó? ―preguntó San algo alterado―. ¿Por qué vino la policía forense?
―Se metieron a robar, pero parece que la señora Shin se despertó ―dijo Yeosang―. Llegó a activar la alarma y llamar a emergencias, pero desafortunadamente el ladrón la asesinó... La apuñaló.
―Wow, robo con asesinato... Hace mucho que no pasaba algo como eso por aquí ―dijo San.
―Creí que este era el barrio más seguro ―murmuró Yunho.
―Y lo es, pero ya ves, tal vez sea un caso aislado ―dijo Wooyoung, viendo a toda su unidad trabajar, sólo se separaron un momento para hablar con San―. Los otros robos sólo han sido robos, nadie ha salido herido... Y no sabemos mucho por ahora, tenemos que revisar las cámaras y todo eso. Por suerte la señora Shin tiene las suyas también.
Yunho asintió, pero ya no se sentía seguro allí, y menos viviendo solo. Estaba conmocionado por el asesinato de su vecina, pero también estaba muy asustado por su propia seguridad.
―Yo vi al tipo que salió corriendo... ―dijo San.
―Eso es genial ―dijo Yeosang―. Tendrás que venir con nosotros.
―Sí, sí, les diré lo que vi.
San miró a Yunho por un momento y algo que picaba en su pecho hizo que tuviera que rascarlo.
(...)
Por la mañana, habían al menos tres móviles de canales de noticias informando sobre el hecho y Yunho miraba todo lo que sucedía por su ventana. Vio a algunos de sus vecinos dar declaraciones, pero él no se atrevía a salir y hacer algo como eso. San lo vio en su ventana y se acercó a él, le dijo que estaría atascado en la estación, así que llegaría a eso de las diez de la mañana, que si quería podía pasar a verlo al salir.
Yunho le dijo gustosamente que sí. Yunho se preparó el desayuno y esperó, vio televisión, jugó Valorant por un rato y cuando San tocó su puerta, Yunho sintió que algo se movía en su interior, y no eran las patadas de su bebé.
―¿Estás bien? Te vi muy preocupado hoy ―dijo San como saludo, entrando a la casa.
―Me estresan los móviles ―dijo Yunho.
San asintió.
―Uno intentó hablar conmigo, pero huí. No quiero dar más declaraciones ―murmuró San, dejando sus zapatos en la entrada.
Yunho se encogió ligeramente de hombros.
―¿Quieres desayunar o algo? Lo siento, yo ya lo hice, tenía mucha ansiedad y me dio hambre ―dijo Yunho rápidamente.
San rió bajito.
―No te preocupes, tomé café y algunas donas en la estación.
―Eso no es desayuno ―murmuró Yunho, cruzándose de brazos.
―Era lo que había y me rugían las tripas ―rió San.
Yunho rió también.
―¿Quieres jugar Valorant? Estaba en eso hace un momento.
San se emocionó y asintió con la cabeza rápidamente.
(...)
El bebé nació un mes después, cuando San y Yunho tenían una cita para cenar un sábado a las siete. San no sabía qué hacer, ya que básicamente Yunho expulsó a su bebé como si fuera nada y San se encontró con una pequeña criatura en brazos y a un Yunho completamente en shock, despatarrado en su sillón.
―Dame tips para parir así ―exclamó San emocionado, meciendo al niño lloroso en sus brazos.
Yunho todavía los miraba con los ojos bien abiertos.
―¡Eso ni siquiera dolió! ―gritó Yunho.
Yunho se sentó en su sofá, rompió fuente, abrió las piernas y su bebé salió. Por suerte llevaba un vestido corto y bonito, y no jeans.
―Creo que debemos ir al hospital ―dijo San pocos segundos después de admirar al bebé―. ¿Cómo... se llama?
Yunho dudó por un momento.
―¿Jongsuk?
―¿Me lo dices o me lo preguntas? ―rió San―. ¿Jeong Jongsuk? Es un buen nombre. ¿Puedes pararte?
Yunho intentó mover sus caderas y alzarlas, pero jadeó un poco.
―Creo que sí...
San negó.
―Mejor llamemos a una ambulancia, no puedo cargarte hasta el auto ―dijo San algo apenado―. ¿Quieres cortar su cordón umbilical?
Yunho jadeó otra vez.
―Oh, Dios. Finalmente nació ―dijo casi aterrado.
―¡Sí, felicidades, mamá!
San acompañó a Yunho al hospital y ambos vieron con ternura al pequeño Jongsuk por horas. Había pasado sólo un mes desde que ellos se habían acercado un poco más, pero San se había enamorado completamente de Yunho.
(...)
―¡Mira, se para solito!
San aplaudió emocionado al ver que Jongsuk se paraba sobre sus dos piernas sin ningún tipo de ayuda.
Yunho dejó rápidamente el pollo que estaba cortando a un lado y llegó a la sala para ver a su bebé hacer su primer gran hazaña.
―¡Ese es mi bebé! ―exclamó Yunho―. ¡Mamá aprendió a caminar al año, tú serás como mamá!
San se rió de su entusiasmo.
―Sólo tiene once meses, pero tal vez te gane.
Habían pasado once largos meses desde el nacimiento de Jongsuk, pero San no había hecho ningún movimiento. Estaba un poco asustado, no conocía los sentimientos de Yunho, no sabía si lo aceptaría, si lo querría tanto como él lo quería. La diferencia de edad era de sólo tres años, pero Yunho estaba en otra etapa de su vida y San no estaba seguro de encajar ahí. O si Yunho le dejaría encajar. Se hicieron amigos con la excusa de que San lo cuidaría, Yunho se sentía más seguro a su lado, pero esa era su relación. No había más.
―¿Tendremos nuestra cita nocturna hoy? ―preguntó Yunho distraídamente.
―Síp, Mingi accedió a cuidar de Jongsuk, ya te lo dije más temprano.
―¿Ah, sí? ―Yunho frunció el ceño―. Lo olvidé.
San se rió y continuó jugando con Jongsuk hasta que el almuerzo estuviera listo.
(...)
Yunho se había pedido el postre y San bebía una copa de vino blanco al final de la velada. Solían tener citas regularmente y siempre eran noches divertidas y llenas de conversaciones tontas.
Yunho dejó la cuchara de su postre junto al plato y apoyó ambos codos sobre la mesa para mirar a San fijamente.
―Sani...
―¿Mm?
―Tú y yo... No sé cómo decir esto, pero quiero hacerlo fácil... ¿Quieres salir conmigo? Bueno, sé que siempre salimos juntos, pero me refiero a ―Yunho se atoró con sus palabras―, salir como, novios, una pareja. Eres increíble conmigo y con Jongsuk y realmente amo la forma en que lo nuestro funciona, si es que está funcionando... ¿O solo yo estoy en esta página...? No sé lo que piensas, casi no hemos hablado de nosotros, pero... ¿Es porque tengo a Jongsuk? Puedo entenderlo si es por eso...
San abrió la boca y boqueó como un bagre luego de la sorpresa inicial, rápidamente tomó la mano temblorosa de Yunho y la apretó suavemente, aunque se ofendió un poco por la última parte.
―¿Qué, qué? No. Para nada. Amo a Jongsuk, es como mi hijo también, ¡yo estuve ahí cuando nació! ―dijo San rápidamente―. Oye ―bajó el tono de su voz―, amo estar contigo. Al principio estaba preocupado porque me gustabas mucho, y no sabía qué hacer.
Yunho alzó las cejas con incredulidad.
―¿Te gustaba, todo panzón e hinchado?
―Dios, me gustarías hasta calvo ―dramatizó San―. No me importaba nada de eso, sólo quería estar contigo... Por eso cuando pasó lo de la señora Shin te pregunté si querrías mi compañía. Quería que te sintieras tranquilo, también me preocupaba la salud del bebé... Ya sabes.
Yunho se sintió tan conmovido que se le escaparon un par de lágrimas.
―Oh, no llores ―murmuró San, pasando los pulgares por las grandes mejillas ajenas.
―Entonces, ¿te gusto?
―Te amo ―dijo San, rodando los ojos con diversión.
―Carajo, yo también ―Yunho se rió entre lágrimas.
―Entonces hagamos algo al respecto ―San sonrió mientras se acercaba a él y unía sus labios en un beso tierno.
―Me encantaría.
18/09/2024
TERMINÉEEEEEEE
Ahora sí, un woosang o un yeogi lo que venga primero
Perdón por matar al Jongho
Besos muac muac
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top