#038 More than just friends and a baby on the way

YUN HWA ────── Yunho le dio la clave de su casa a Seonghwa, porque ahora que son "más que amigos" las sorpresas matutinas son excelentes, pero sólo vienen los problemas...

Seonghwa llegó a casa de Yunho a las nueve de la noche para preparar la cena y tener una agradable noche de películas todos juntos, cuando Yunho regresara a las diez. Los gemelos se entretuvieron viendo la televisión los primeros treinta minutos y luego exigieron otra cosa, entonces, como Seonghwa estaba cortando los vegetales, les dio sus cuadernos para colorear y sus diversos crayones y plumones ―regalos de Yunho.

Seongmin y Seongjae aplaudieron emocionados y comenzaron a colorear. Seonghwa volvió a la cocina y los miraba de vez en cuando, sin embargo, en algún punto se entretuvo demasiado con la carne y olvidó mirar a los niños. Cuando se dio cuenta de que había pasado un rato y no podía escucharlos, salió de la cocina. Vio el cuaderno de Seongmin, una página donde se mostraba un auto, lo había pintado de color azul. Vio el otro cuaderno, también un auto, rosa. No vio a los niños, pero la puerta del garaje estaba abierta.

―¿Niños? ―preguntó Seonghwa mientras se acercaba. Escuchó las risillas de los niños y sonrió, tal vez sólo estaban viendo las nuevas plantas de Yunho que decoraban el pie del ventanal que daba hacia el balcón.

―¡Mamá! ―gritó Seongmin―. ¡Pintamos el auto!

Seonghwa volteó hacia la voz y encontró a su hijo con las mejillas azules y, oh.

Seongmin y Seongjae estaban junto al auto de Yunho, pintándolo con plumón. Seonghwa jadeó completamente horrorizado y corrió a la cocina a por un trapo húmedo. En todo el trayecto estaba rezando que los plumones fueran a base de agua, pero no sabía si tenía tanta suerte. Volvió al garaje y alejó cuidadosamente a los niños, pidiéndoles que se quedaran sentaditos en el escalón.

Con desesperación, Seonghwa comenzó a pasar el trapo por las puertas pintadas, pero el rosa y el azul no salían ni aunque fregara con fuerza. Sus ojos comenzaron a humedecerse al no saber qué hacer así que simplemente dejó el trapo en el suelo y cerró los ojos.

―¿Mami? ―preguntó Seongjae.

―¿Qué pasa, bebé?

―Quedó lindo, ¿por qué lo limpias? ―preguntó inocentemente, ladeando la cabeza.

¿Lindo? Claro, para un niño de tres años y medio era lindo, para Seonghwa, era el fin. Yunho se molestaría muchísimo con él, sobre todo porque ni siquiera le había avisado que estarían ahí. Él sólo quería sorprender a Yunho con una noche familiar, ya que ahora eran "más que amigos" (aunque Yunho no especificó exactamente qué eran).

―Es que a Yunho le gusta el blanco, no le gustan estos colores, amor ―dijo Seonghwa limpiándose las lágrimas y tratando de hacer sus ejercicios de respiración.

Seonghwa entendía la lógica de sus hijos, el auto era blanco, y ellos pintaban dibujos en blanco. Tenía sentido. El asunto era que a Yunho no le gustaría eso.

Seonghwa tomó a los niños en brazos y fueron nuevamente a la sala. Los dejó sobre el sofá y acarició las marcas de plumón de sus mejillas, recibiendo gestos risueños.

―¿Qué quieren hacer ahora, bebés?

―Pintar ―dijo Seongjae.

Seonghwa asintió y les señaló la pequeña mesa de café en la que habían estado pintando anteriormente.

―Pero sólo sus cuadernos, ¿está bien?

―¡Sí, mamá! ―dijeron al mismo tiempo.

Seonghwa volvió a la cocina. Ya no había nada que hacer con el auto, estaba todo pintado. Sólo debían enviarlo a que le arreglen la pintura y listo, él se encargaría de los gastos, sólo esperaba que Yunho se lo tomara con calma. Yunho era muy bueno con los niños y no se quejaba cuando la niñera cancelaba a última hora y tenían que llevarlos a sus citas.

Yunho era el primero con el que salía desde la muerte de su esposo hace tres años.

La puerta de entrada sonó poco después y Seonghwa se tensó por un momento. Dejó el tenedor con el que estaba acomodando la carne sobre los platos y caminó hasta la entrada.

―Bienvenido a casa, Yunho-ya.

―Oh... ―Yunho frunció el ceño, claramente no se lo esperaba―. ¡Hola! Los niños también están aquí ―señaló en un murmullo―, ¡hola a ustedes también!

―¡Yunho! ¡Hola! ―gritaron los gemelos desde sus lugares en la mesita.

―Vinimos a prepararte la cena y si quieres, pasar una noche de películas... ―dijo Seonghwa atropellándose con sus palabras―. Eh, es una noche agradable, me encanta la primavera y este clima es perfecto.

Yunho se puso sus pantuflas y se acercó a él después de dejar colgado su abrigo. Le dio un pico en los labios y le sonrió, pero a Seonghwa no le gustó mucho eso.

―Comí con Hongjoong y Yeosang, ellos me trajeron también, bebimos un poco ―dijo Yunho arrastrando un poco su voz, parecía adormilado más que borracho―. Pero aprecio mucho el gesto, podemos comerlo recalentado después.

―Oh, bueno, está bien.

―Estoy muy cansado ―señaló Yunho.

Y esa era una invitación para irse. Seonghwa se dio un golpe imaginario en la frente y se mordió la lengua para no maldecir su propia estupidez. Si hubiera avisado primero, sabría que Yunho había salido y comería afuera.

―Antes de irme...

Sería un shock que Yunho viera su auto malogrado al día siguiente, así que tenía que avisarle. El menor no estaba ebrio, así que lo recordaría si le decía, además, Seonghwa necesitaba disculparse por lo que habían hecho sus hijos.

―¿Mm?

―Ven al garaje ―dijo Seonghwa arrugando la nariz, Yunho lo siguió―. Los niños creyeron que tu auto se vería bonito si estaba pintado... Lo siento muchísimo, ¡pero no es la gran cosa! Yo pagaré la pintura, así que no tienes que preocuparte por eso.

Yunho tomó aire por un largo segundo y se quedó callado, sólo viendo lo que estaba frente a sus ojos. Seonghwa comenzaba a preocuparse cada vez más.

―No fui en mi auto al trabajo porque no encendía, Serim derramó café sobre el teclado de mi laptop y me quedé encerrado en el ascensor como una hora. Hoy no es mi día ―enumeró Yunho endureciendo su voz a medida que alargaba su monólogo―. Llego a casa creyendo que tal vez tendré un poco de paz y veo esto... Dios mío, debí haberme tomado el día hoy.

―Y- Yunho, no es... Son niños, no lo hicieron con maldad... Lo siento mucho.

―Seonghwa, no te di la clave para que vinieras e hicieras estas estupideces, no las necesito. Te la di para que fuera más fácil cuando tenemos nuestras citas aquí y- ―dijo alzando la voz―. No, yo... Vete antes de que diga algo realmente malo o maldiga a tus hijos, en serio.

Seonghwa deformó su rostro en un gesto doloroso, pero asintió a las palabras ajenas y comenzó a juntar sus cosas y las de los niños.

―"Tus hijos" antes dijiste...

―Olvídate de eso.

Seonghwa asintió rápidamente, se colgó el bolso al hombro y tomó a los niños en brazos.

―Lo siento por empeorar tu día ―murmuró Seonghwa con la voz quebrada antes de abandonar la casa ajena.

Yunho rodó los ojos y suspiró pesadamente cuando escuchó que la puerta se cerraba. Los chicos lo habían sacado a comer y a beber por haber tenido un día de mierda y él llegó a casa borracho y se desquitó con Seonghwa, la última persona con la que debería haberse molestado. Se tomó dos vasos de agua y miró los platos que había preparado el mayor, se veían deliciosos en verdad. Cuando se sintió menos mareado, tomó su teléfono y marcó el número de Seonghwa, pero finalmente decidió no llamar.

Yunho esperaría a calmarse y lo llamaría al día siguiente. Ni siquiera había visto el auto de Seonghwa afuera, así que tal vez el mayor se iría en taxi o cogería un Uber. Suspirando de nuevo, Yunho salió al exterior de la casa y miró hacia ambas direcciones de la calle. Había pasado un rato, así que era una obviedad que ya no estuvieran cerca. Volvió al interior de la casa y se tiró sobre su sillón, vio en la mesa ratona un crayón olvidado.

Ellos pueden ser nuestros hijos si tú quieres, digo, si todo sigue tan bien como hasta ahora.

Él le había dicho eso. Y mandó todo al demonio por un par de rayones en su auto.

(...)

Yunho se despertó con dolor de cabeza y se tomó una pastilla, pero se quedó en cama por un largo rato. Luego, como si tuviera quince años otra vez, llamó a su mejor amigo por ayuda.

Reconocía que no había actuado de la mejor manera y sólo podía rescatar que le pidió espacio a Seonghwa antes de que se pusiera peor. Yunho no era una persona violenta, pero cuando estaba molesto se notaba en su cara y sus palabras no eran las más dulces.

Carajo, amigo, eso fue heavy.

―Princesa, ayúdame.

Pues levanta ese culo de la cama y ve a su casa, pídele perdón y dile que no importa. Son niños, por el amor a Dios, y ese auto miserable ni siquiera te arranca a veces. ¿Por qué te molestaste tanto?

―No lo sé... Sólo tuve un día de mierda.

Yo estuve en ese ascensor contigo y nos la pasamos jugando naipes.

―Serim arruinó mi laptop.

Tienes una black card, puedes comprarte la más cara del mercado.

Yunho suspiró pesadamente.

―Tal vez necesito que alguien me sacuda, ven y hazlo. No sé por qué estaba tan irritado... Y Seonghwa es tan bueno, cocinó algo delicioso para nosotros y le dije que los niños...

Sí, escuché esa parte.

Mingi bostezó sonoramente.

Compra flores, algunos chicos amamos las flores de disculpa ―dijo Mingi―. Una vez me compraste rosas por olvidar nuestra cita al acuario y dejarme plantado como dos horas. Si hubiéramos estado saliendo, igual te hubiera perdonado porque tus miradas de cachorro apaleado son adorables, intenta eso.

Yunho se sentó en su cama.

―Flores y disculpas. ¿Así de cliché?

―¿Por qué haces que lo cliché suene malo? Hazlo y cállate.

―Está bien, está bien, gracias, adiós y te amo.

Yo igual, suerte.

Yunho se levantó de su cama.

(...)

Yunho se detuvo en la primera florería que encontró y consiguió las flores más bonitas que había visto jamás. Subió a su auto sintiendo que su corazón se aceleraba, ya que ahora tocaba la parte más difícil: ir hasta la casa de Seonghwa.

Yunho condujo diez minutos hasta que llegó al vecindario del mayor. Se dio cuenta de que no estaba respirando cuando comenzó a sentir cierta presión en el pecho y finalmente dejó que el aire entrara a sus pulmones. Vio la casa de Seonghwa y a Seonghwa en el jardín delantero regando sus plantas. Los niños corrían y jugaban con su golden retriever. Yunho estacionó una casa antes y se bajó de su auto, apretó el ramo de flores en su mano y tomó una bocanada de aire.

―¡Seonghwa! ―llamó Yunho en un tono alto, pero tranquilo. Seonghwa se dio la vuelta y lo miró con sorpresa, rápidamente, el mayor corrió a cerrar la llave y dejó la manguera en el suelo, se secó las manos con los pantalones y volvió a mirarlo, bastante confundido.

―Yunho...

―Antes que nada y primero que todo... Vine a disculparme... ―Yunho caminó hasta la entrada y apoyó una mano en la puerta de la cerca―. Lo siento mucho. Mucho. Mucho. No sé por qué me desquité contigo, eres literalmente la persona más increíble que he conocido y por favor no le digas a Mingi que te dije eso. Hiciste algo muy lindo ayer y yo sólo fui malo. No quise decir lo que dije, nada de eso salió de mi corazón, lo juro. ―Yunho parpadeó varias veces sorprendido de que las lágrimas lo estuvieran traicionando―. Sé que sonó cruel, pero amo a los niños y no me importa si rayan mi auto o si lo destrozan, ellos son como mis hijos, lo han sido desde el primer día.

―Yunho...

―Por favor, perdóname.

―Yunho...

―Juro que no volverá a pasar lo de ayer.

―Estoy esperando un bebé.

El rostro de Yunho se puso pálido. Seonghwa arrugó la nariz.

―No te culpo por lo que pasó ayer, estabas en tu derecho de molestarte... ―Seonghwa se tragó su miedo y decidió soltarlo todo ahora. Había decidido contárselo ayer en su noche de películas, pero las cosas no fueron como estaban planeadas―, pero vamos a tener un bebé ahora y no sé cómo vas a manejarlo.

Yunho miró sus flores y de repente eran la cosa más interesante del mundo.

―Puedo hacer esto solo, Yunho. Lo he hecho antes ―dijo Seonghwa al ver la poca reacción del menor, y señaló con la cabeza a los gemelos.

Yunho entonces reaccionó.

―No, no, no. ―Yunho abrió la puerta e ingresó al jardín de Seonghwa―. Estoy un poco sorprendido, es todo. Es que, claramente no lo esperaba... Yo, ¡está bien! Wow, un bebé. Eso es genial, aunque un poco aterrador, pero genial. Sé cómo son los niños, aunque un poco más grandes ―dijo apuntando a los gemelos que los veían con algo de curiosidad―, vas a tener que enseñarme a cambiar pañales y preparar biberones y esas cosas...

Seonghwa parpadeó varias veces.

―¿Lo dices en serio? Ni siquiera somos novios... ―murmuró.

Yunho boqueó.

―Creí que más que amigos significaba novios o... Lo siento, a veces olvido que eres mayor que yo ―rió.

―¡S- sólo cinco años!

Yunho echó a reír.

―¡Vamos a tener un bebé! ―gritó Yunho, acercándose los pocos pasos que los separaban para tomar a Seonghwa de la cintura y abrazarlo con algo de fuerza.

Seonghwa comenzó a reír por las cosquillas.

―¿Estás feliz?

―¡Claro que estoy feliz! ―Yunho comenzó a besar las mejillas de Seonghwa―. ¿Y sabes quiénes estarán felices también? Mis padres, llevan pidiéndome un nieto hace cinco años.

Los gemelos comenzaron a saltar y a gritar de felicidad al ver que su mami estaba tan feliz, y entonces, volvieron a jugar con su perro, como si nada hubiera pasado.

15/09/2024

Espero que les haya gustado!!!

Les gusta el yunhwa, no es pregunta

Qué ship les gustaría que siga? Si es pregunta

Creo que igualmente sigue un yeogi, besitos

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