#035 The meat is burning!

WOO HWA ────── Wooyoung no entiende coreano, así que no sabe lo que sus hijos le están diciendo con tanta desesperación.

Wooyoung y Seonghwa han estado casados durante seis meses. Se conocieron en un viaje hace tres años, Wooyoung había querido conectar con sus raíces, pero no le gustó mucho la cultura coreana, aunque se enamoró perdidamente de un barista. Volvió a Argentina, el país donde creció, y pasó dos meses hasta que Seonghwa pudo viajar para estar con él otra vez. Fue toda una odisea.

Seonghwa era padre soltero de dos niños pequeños, y aunque conocían muy bien a Wooyoung y lo amaban, no podían comunicarse con él, ya que no sabían español. Wooyoung entendía algunas palabras sueltas del coreano y los niños directamente no sabían decir nada en español, eran demasiado pequeños, apenas habían cumplido cuatro años.

Ahora estaban viviendo juntos en Argentina, se habían mudado a la casa que Wooyoung heredó de sus padres. Y sólo habían pasado dos meses desde que los niños vivían con ellos, todavía era difícil entenderlos.

―Iré a comprar las bebidas y la ensalada ―dijo Seonghwa, besando la mejilla de Wooyoung al mismo tiempo que le acariciaba la barriga, luego se giró a los niños―. 내 아이들아, 나와 함께 갈래?

Wooyoung frunció la nariz.

―Les pregunté si querían acompañarme ―dijo Seonghwa sobre su mejilla, riendo al ver cómo su esposo lucía tan confundido.

―우리는 원하지 않습니다! 우영이랑 놀자...

Seonghwa asintió.

―¿Qué fue lo que dijo Jiyong? ―murmuró Wooyoung, mirando al bebé con una sonrisa.

―Se quiere quedar a jugar contigo.

―Pero dile que no puedo jugar, estoy cocinando ―dijo Wooyoung con un puchero.

Estaban en el jardín, asando la carne. Seonghwa había estado jugando con los niños mientras Wooyoung asaba, pero ya era hora de preparar la ensalada y cuando fue a revisar, los tomates estaban feos, así que tenía que salir a comprar más.

―너희 아버지는 바쁘시다 ―le dijo Seonghwa al más pequeño de los gemelos, el mayor sólo jugaba con su avión sin prestarles atención―. Ya le dije, bebé ―besó la mejilla de Wooyoung otra vez.

―상관없어, 난 아빠랑 같이 있을 거야 ―dijo Jiyong, alzando su manito como saludo.

―Que se queda contigo igual, dice. Está bien, ya me voy ―Seonghwa le dio una última caricia al vientre hinchado de su esposo―. 금방 돌아올게, 얘들아 ―le dijo a los niños, agitando su mano.

Seonghwa se fue y Wooyoung mantuvo la vista en los niños por un momento, Jiyong le sonrió en grande y luego volvió toda su atención a su hermano mayor. Daehan era mucho más tímido, siempre siendo arrastrado por su hermanito a todas partes.

Estaban en vacaciones. Los niños serían inscriptos al jardín de infantes el año siguiente y tal vez allí aprenderían mejor el idioma, ya que los intentos de Seonghwa de enseñarles no eran muy buenos. Las clases apenas comenzaban en marzo.

Wooyoung se inclinó al sentir una patada y dejó el tenedor parrillero sobre la pequeña mesa móvil a su costado, donde estaban sus cubiertos y la tabla de picar. Se mantuvo inclinado por un rato hasta que los dolores se detuvieron, masajeó su vientre hablándole en tono suave a su bebé para que dejara de torturarlo. Estaba seguro de que ese bebé sería el próximo Messi de este país.

―아빠?

Wooyoung entendió eso. Se giró hacia Jiyong y negó con la cabeza, regalándole una sonrisa. Que los bebés le dijeran papá era como una hermosa caricia al alma, estaba muy feliz de tenerlos en su vida.

Wooyoung jadeó al sentir otro fuerte dolor en su vientre bajo, pero esta vez no era una patada. Aquello intensificó sus ganas de ir al baño, así que, mirando la carne por última vez, se giró sobre sus talones. Pasó por al lado de los niños (que de todas formas estaban bastante lejos de la parrilla y los separaba la piscina) dándoles una caricia en la cabeza a cada uno y entró a la casa. Wooyoung llegó al baño sintiendo que su pene lo traicionaba y soltaba algunas gotas de orina, abrió la puerta corrediza con fuerza y se levantó el vestido rápidamente.

―Uh, casi ―murmuró Wooyoung, riéndose con algo de dolor.

Sintió una punzada en la espalda y otra en el vientre, lo que hizo que jadeara y se retorciera. Estos dolores eran constantes últimamente y debía estar acostumbrado, pero jamás podría acostumbrarse al dolor. Ni siquiera quería imaginar lo que sería cuando diera a luz en un mes y medio. Seonghwa le había contado cómo fue parir a los gemelos, fue extremadamente doloroso (sus palabras) y jamás pasaría por eso otra vez (sus palabras). No era para nada alentador.

Wooyoung miró por el pasillo, viendo el reflejo de los niños por la puerta ventanal, todavía sentados en el suelo con sus juguetes. Volvió a bajarse el vestido y estaba a punto de regresar, pero se dobló sobre sus rodillas y tuvo que agarrarse de la pared para no caer de frente. Las lágrimas comenzaron a acumularse abundantemente en sus ojos y los cerró con fuerza, apretando la mandíbula para no jadear y alertar a los niños.

Se mantuvo en la misma posición por un rato, esperando a que el dolor se fuera solo. Luego de dos minutos, escuchó pasos apresurados que llegaban hasta el baño y alzó la mirada. Daehan y Jiyong tenían las caritas asustadas y sus pequeños ojitos bien abiertos.

―아빠, 고기가 타고 있어요!

―불! 불!

―¿Eh? ―Wooyoung sólo pudo fruncir el ceño, intentó levantarse, pero apenas enderezar la columna hizo que doliera―. No les entiendo, mis amores.

―고기! 불타요! ―Jiyong señaló hacia afuera y Wooyoung miró donde apuntaba su dedo.

Bueno, había algo afuera que los había asustado.

Wooyoung los tomó en brazos y les dio palmaditas en la espalda para que se tranquilizaran. En momentos como este le hubiera gustado aprender coreano en su niñez, cuando sus padres argentinos le dijeron que había sido adoptado (qué sorpresa).

Daehan empezó a tirar de su dedo, instándolo a seguirlo hacia afuera. Wooyoung gateó unos pasos y finalmente se levantó, caminando inclinado y con la mano libre en su vientre pesado. Fue entonces que lo vio, fuego. La parrilla se estaba incendiando. La carne estaba en llamas. Wooyoung jadeó sorprendido y soltó la mano de Daehan, devolviéndose unos pocos pasos para tomar el matafuegos que estaba colgado al lado del ventanal.

Daehan y Jiyong corrieron al lado de Wooyoung cuando dejó el matafuegos en el suelo y Wooyoung abrazó a los niños protectoramente, sintiéndose apenado y un poco tonto. Si bien el fuego no era la gran cosa, solo una pequeña llama, lo había asustado muchísimo. No le hubiera pasado nada a los niños ni aunque estuvieran al lado de la parrilla, pero aún así se sintió fatal.

Wooyoung comenzó a llorar desconsoladamente, escondiendo la cara en el cuello de Daehan. Jiyong se separó de ellos y comenzó a acariciar la espalda de Wooyoung con su pequeña manito. Daehan no sabía qué hacer.

Wooyoung escuchó un ruido detrás de él y luego, unos pasos rápidos, entonces sintió un cuerpo más grande abrazarlo por la espalda. Seonghwa acunó su cuerpo más pequeño, besando su cabeza y su sien.

―아빠는 왜 울어요? ―preguntó Seonghwa, viendo a los más pequeños. Quería saber por qué Wooyoung estaba llorando.

―고기가 불타버렸어요! ―dijo Daehan, señalando hacia atrás.

Al escuchar a Wooyoung llorar en el suelo y ver a los niños abrazados, Seonghwa corrió inmediatamente hacia ellos y no vio lo que estaba pasando alrededor, se había preocupado muchísimo. Seonghwa notó el matafuegos detrás de Jiyong y luego miró hacia arriba. La parrilla estaba envuelta en una película blanca.

―Cariño, no llores, sólo es comida. Todo está bien ―dijo Seonghwa dulcemente, besando constantemente la sien de Wooyoung.

―Pero los niños ―jadeó Wooyoung.

Seonghwa miró a sus hijos y los vio completamente bien, sólo un poco preocupados.

―No les pasó nada.

Wooyoung volvió a bajar la cabeza.

―Me dieron como calambres y fui al baño... ―dijo Wooyoung tratando de explicarse―. Los dejé solos un momento y luego la carne se prendió fuego...

―¿Calambres? ―preguntó Seonghwa, inspeccionando a su esposo una vez más―. ¿Todavía te duele?

Wooyoung negó.

―아빠가 많이 상처받았어 ―dijo Jiyong, en un tono bajo.

Seonghwa suspiró.

―Jiji dijo que estabas muy adolorido, ¿estás seguro de que ahora estás bien?

Wooyoung no estaba seguro. La adrenalina del momento hizo que todo el dolor desapareciera, pero ahora que estaba volviendo a la normalidad, el dolor también regresó. Se encontró negando con la cabeza, algo apenado.

―Tal vez debamos ir al hospital.

―Es domingo, casi al mediodía...

―¿Y? ―Seonghwa suspiró―. Arriba, ¿puedes pararte?

Wooyoung lo intentó, pero terminó negando con un puchero.

―Bien, yo te cargo ―Seonghwa sonrió y tomó a su esposo en brazos―. 얘들아 병원에 가자.

Le avisó a los niños que irían al hospital y ellos asintieron, agarrándose de las manos para caminar detrás de sus padres hacia el auto del menor.

Los gemelos se subieron a sus asientos para niños en la parte de atrás, Seonghwa dejó a su esposo en el asiento del pasajero y le puso el cinturón, dejó un beso en su mejilla y cerró la puerta.

Wooyoung miró a los niños por el espejo retrovisor mientras Seonghwa les abrochaba los cinturones. Se veían más tranquilos. Al menos no los había traumatizado de por vida.

―¿Estás bien? ―preguntó Seonghwa, subiéndose al auto y encendiendo el motor.

―Más o menos...

―Lo siento por haber tardado tanto ―murmuró Seonghwa, besando la mano de Wooyoung.

Wooyoung negó con la cabeza.

―Tal vez debamos comprar algo de comida rápida al volver ―dijo Wooyoung, tratando de cambiar de tema. Ellos nunca compraban ese tipo de comida, les gustaba hacer todo en casa.

―No, creo que hay algo de carne, puedo hacer unos espaguetis.

Wooyoung asintió. Bufó y se cruzó de brazos, arrugando la cara al sentir una patada.

―¿Otro calambre?

―No, es Minnie pateando.

Seonghwa sonrió en grande y estiró la mano para acariciar levemente el vientre de Wooyoung.

―Todo estará bien, cariño ―murmuró.

Wooyoung asintió, algo triste y apenado. No le gustaba sentirse así, pero con Seonghwa a su lado, sabía que todo estaría bien.

11/08/2024

Supongamos, SUPONGAMOS, que lo que está en coreano está bien escrito... Si no se entendió algo, lo traduciré en los comentarios, pero creo que todo se tradujo ☝️

Tengo pensado otro os que capaz suba hoy también en este libro 🤩🤩🤩

Mañana vuelvo a clases, me quiero morir

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