#024 Yogurt, dimples & sticky fingers II
SanGi² ────── san es un alfa renegado y mingi es un omega tímido con un bebé.
San era una persona fácil de irritar, pero no era un mal tipo. Lo que había sucedido en el tren todavía le tenía con un feo dolor en el pecho, pues jamás se le ocurriría golpear a un Omega (aunque este fuera tan irritante como su querido Wooyoung) y mucho menos a un bebé. El llanto de ese bebito con aroma a menta se quedó grabado en su tímpano y estaba muy abochornado por eso.
―Tengo esos archivos ―murmuró Mingi reconociendo los títulos que San le estaba enseñando en su descargas.
San asintió y guardó su teléfono nuevamente.
―El señor Park envía todo por e-mail ―murmuró San en un tono tranquilo.
Mingi asintió y luego tomó sus cosas nuevamente. Solo tenía una clase más y podría irse a casa, ya que estaba recursando materias, Mingi sólo iría a la universidad los jueves y viernes por tres horas cada día. Era bastante conveniente teniendo en cuenta que Hongjoong apenas tenía siete meses.
―Oye, yo... Lo siento mucho. No- no quise violentarme contigo hoy ―San se apresuró a decir, casi atropellándose con sus palabras―. Creí que Wooyoung, mi irritante mejor amigo, era el que me estaba tocando... Lo siento.
Mingi torció los labios en un gesto incómodo.
―Sí, no te preocupes. Es raro que Joongie toque a las personas, pero quizás le llamaste la atención ―dijo Mingi desviando la mirada a su bebé, quien seguía viendo con el ceñito fruncido al Alfa―. No conoce a muchos Alfas y tú estabas a su lado hoy ―rio bajito.
San sonrió al ver que el Omega relajaba los hombros, dándose cuenta de que San no tenía intenciones de lastimarlo en lo absoluto.
―Wyong me invitó a pasar el receso, ¿vamos? ―Mingi preguntó bajando la mirada a sus pies.
San abrió la boca por un segundo y asintió rápidamente, casi golpeándose en la frente por haber estado tan ensimismado viendo al lindo Omega que no se había dado cuenta del silencio en el que estaban.
―¿Cuál es tu nombre? ―preguntó San tomando las correas de su mochila con algo de nervios.
Mingi le dio un vistazo y luego volvió a mirar hacia el frente. Wooyoung tenía algo de razón, ese chico no parecía dispuesto a golpear a nadie, era demasiado nervioso.
―Me llamo Mingi ―dijo bajito, con ese tono grave que estaba haciendo vibrar el estómago de San. El bebé le sonrió llevando la manito a su rostro―. Y él es Hongjoong, pero le decimos Joongie.
―Qué lindos ―se le escapó―, sus nombres ―tosió.
San divisó a Wooyoung y Yunho a la distancia.
Ambos se acercaron a la parejita que les hacía señas con las manos para ser vistos. Mingi llegó hacia ellos y sentó a Hongjoong en la mesa para descansar sus brazos, como su bebé todavía era muy pequeño y no podía sentarse por su cuenta, rodeó su cuerpito con los brazos y este se apoyó contra él.
―Un carrito te vendría muy bien, Mangi ―señaló Wooyoung acariciando la espalda del pequeño Alfa, quien se giró hacia él al sentir el toque.
―Sí ―Mingi suspiró―. Quizás el mes que viene ya me alcance para comprar uno ―murmuró―. ¿Les importa si le doy pecho? ―preguntó con timidez.
Wooyoung le miró como si esa pregunta fuera absurda y los Alfas lucieron incluso confundidos.
―Qué dices, tú dale ―rio Wooyoung―. Y si algún estúpido te mira mal, se las verá conmigo ―murmuró mirando a los alrededores.
Yunho se rio de la carita enfurecida de su novio y pasó las yemas por su entrecejo.
Amamantar en público no estaba realmente mal visto, pero habían algunas personas que todavía lo veían como algo que se hacía en privado. Mingi no quería molestar, pero tampoco quería dejar a su bebé con hambre.
Hongjoong miró a su mami desabrochando su camisa y dio unos pequeños saltitos con emoción. Estiró sus manitos hacia él esperando a que fuera cargado en brazos para poder comer cómodamente.
San sonrió ante la carita tan entusiasmada de Joongie. El bebé le había estado mirando todo el tiempo con el ceñito fruncido, como si estuviera molesto con él, por lo que era la primera vez que le veía con una carita tan feliz.
San desvió la mirada cuando Mingi sacó su pecho, pues no debería estarle mirando y se enfocó en el frente donde Yunho le sonreía con picardía. Yunho codeó a su novio y le señaló a San como si en silencio pudiera decirle algo. Wooyoung frunció el ceño y levantó su puño como si fuera a pegarle.
San se exaltó. ¿Ahora porqué era amenazado? ¡No hizo nada!
―¿Cómo volverás a casa, Mangi? ¿En tren? ―preguntó Wooyoung dándole un mordisco a su comida.
―Jongho vendrá por mí, a esta hora ya salió del trabajo.
San mordió su manzana y giró la cabeza hacia Mingi nuevamente, como la camisa estaba abierta, dejaba ver todo su cuello. San frunció ligeramente el ceño al encontrarse buscando una marca, misma que no estaba por ningún lado.
―¿Es tu Alfa? ―San preguntó, esperando que su pregunta pasara como mera curiosidad.
Mingi negó con la cabeza, ni siquiera afectado por ello. San se sintió aliviado de no haberlo incomodado.
―Nope. No tengo Alfa, o Beta, ni perro que me ladre ―Mingi rio y su caja torácica se sacudió ligeramente, haciendo reír a todos en la mesa―. Jongho es mi hermanito. Vivo con él, me ayuda desde que me quedé solo.
Wooyoung recordó a un pelirrojo que siempre llevaba a Mingi a la colsulta en un Jeep azul. En su momento creyó que era su novio, pero nunca le preguntó más allá de su nombre.
San pegó un pequeño salto cuando su pie fue pateado y miró a Wooyoung como si estuviera loco.
―¿Con “solo” te refieres al papá de Joongie? ―preguntó Wooyoung frunciendo el ceño nuevamente, de repente odiaba a todos los Alfas en la tierra.
―A él y a mis padres ―Mingi arrugó la nariz y San detuvo su mano de pellizcarla―. No les agradó que fuera madre soltero, así que me echaron de casa cuando decidí quedarme con Joongie.
―Qué gente tan horrible.
Wooyoung soltó un sonido de disgusto y miró a su novio de arriba a abajo.
Yunho abrió sus ojitos con sorpresa y San se rio de él.
―No pienses cosas raras, nunca voy a dejarte ―dijo Yunho tomando la mejilla de su novio con sus dedos en pinzas―. Aunque estés gruñón, mamón y llorón ―enumeró acercándose para darle un beso en la nariz.
Wooyoung mordió su labio inferior y se volvió gelatina cuando sintió los suaves labios de su novio contra los suyos, soltando una risilla encantada que hizo a Yunho reír también.
―Agh, demasiada azúcar ―San fingió una arcada.
Mingi se rio de la situación y bajó la mirada para ver la carita de su bebé. Hongjoong comía lentamente, casi a nada de dormirse.
(...)
Pasaron un par de semanas. Wooyoung había cumplido años y sus padres le obsequiaron una motocicleta, por lo que iba a la universidad con su novio en ella. San no estaba incómodo en el camino, pues se sentaba junto a Mingi y conversaban en un ambiente, si se quiere, más íntimo, sin las patadas de Wooyoung y las miradas pícaras de Yunho.
Hongjoong había cumplido un mes más, por lo que ya tenía ocho meses, y no se había quedado sin obsequios de sus nuevos «amigos». San le había dado un pequeño unicornio de felpa al que Hongjoong se había aferrado con mucho amor y no soltaba ni para dormir. Yunho y Wooyoung, por otro lado, le habían obsequiado ropa... que Mingi sólo se la pondría para estar en casa.
―Es incómodo que no hayan rampas ―dijo Mingi llegando a las escaleras con San a su lado.
Por fin le había comprado el carrito a su bebé, pero subir los veinte escalones sería una tortura.
―¿Cómo hago? ―Mingi pensó en voz alta, pues no tenía la fuerza para arrastrar el carrito cuesta arriba, y mucho menos se arriesgaría a lastimar a Joongie.
San frunció los labios alzando ambas cejas. ¿Es que acaso Mingi se había olvidado de que estaba con él?
―Toma a Joongie en brazos, yo llevaré el carrito.
Mingi volteó a verle y, por la forma en la que lo hizo, San se preocupó por su cuello.
―¿En serio?
―Claro, pensé que era obvio ―dijo San tomando a Hongjoong para pasarlo a los brazos de Mingi.
Mingi sostuvo a su bebé en shock por unos segundos y sólo siguió a San cuando él ya hubo subido un par de escalones. Las manitos pegajosas de Hongjoong se posaron en las mejillas de su mami, preocupado por su estado.
Hongjoong se removió quejándose suavemente y Mingi por fin le miró.
―¿Y tú porqué tienes las manos pegajosas?
San tomó la manito del pequeño Alfa y la olisqueó.
―Huele a manzana.
―Oh, sí, Jongho le estaba dando puré de manzana. Olvidó limpiarle las manitas.
San rio y buscó las toallitas húmedas en el bolso de Hongjoong con dibujos de unicornios para luego limpiarlas con mucho cuidado. Mingi tarde se percató de lo antento que era San con él y su bebé, siempre lo acompañaba y hacía ese tipo de cosas que confundían a Mingi; es decir, Wooyoung y Yunho eran amables también, pero San era distinto.
―No eres tan renegón.
San detuvo sus movimientos y miró a Mingi sin entender, pues el murmullo que había soltado fue demasiado bajo.
―¿Mh?
Mingi sonrió.
―Dije gracias ―murmuró, más alto esta vez.
(...)
Mingi estaba en el baño y San se quedó con Hongjoong esperando afuera. El bebé le miraba atentamente con sus enormes ojitos negros, ya no le fruncía el ceño o le hacía pucheros, ahora sonreía un poco más y hasta estiraba sus manitas para ser cargado por él, aunque rápidamente se arrepentía y volvía a los brazos de su mamá.
―¿Qué me ves? ―San le preguntó haciendo un puchero, fingiendo demencia―. ¿Tienes hambre?
Hongjoong pegó unas pataditas y San se rio bajito.
―¿Quieres venir conmigo? ―preguntó estirando los brazos hacia él.
Hongjoong tardó varios segundos en estirar sus bracitos. San mordió su labio y, enternecido, se apresuró a cargar a Hongjoong con cuidado.
―Omamama ―alargó Hongjoong señalando el baño con su dedito.
―Así es, cachorrito, mami está en el baño. Hay que esperar aquí.
San entretuvo a Joongie por unos minutos más hasta que Mingi salió del baño secándose las manos con la ropa. La primera escena que vio al salir, fue a su bebito riendo y a San fingiendo ser atacado por el unicornio.
Mingi se detuvo a unos pasos y soltó una risa genuina, completamente encantado.
(...)
―Ya deja de pegarme, maldito gnomo ―San gruñó y chilló cuando Wooyoung le pellizcó el brazo.
―¡Estoy molesto contigo!
San se exasperó. Wooyoung venía tratándolo extraño desde hace un tiempo y comenzaba a hartarse de que le pegara cada vez que estaba con Mingi.
―¿Por qué? ¿Qué te hice?
Wooyoung arrugó la nariz.
―No a mí. ¡A Mingi! ―señaló con obviedad y su rostro se puso rojo, San no estaba seguro si estaba enojado o enfurecido―. Ok, San. Escucha bien.
San suspiró y cruzó los brazos sobre su pecho. Wooyoung se sentó correctamente en su cama y abrazó una almohada contra su pecho. Yunho despegó la mirada de su juego al darse cuenta de que la conversación comenzaría a ponerse seria.
Los tres estaban pasando el rato en casa de Wooyoung y unos golpes que comenzaron como broma comenzaron a doler cada vez más.
Wooyoung suspiró.
―Mangi se atiende con mi mamá, lo conocí hace más de un año, cuando estaba esperando a Hongjoong. ―Señaló recordando con una pequeña sonrisa a un recién nacido con los pulmones fuertes y la carita llena de manchitas rojas―. Me pareció raro que un Omega en cinta no tuviera una marca, pero no le pregunté, en vez de eso, comencé a hablar con él. Se veía solo y algo triste... San, no te hagas el ciego, sé que te das cuenta de cómo te mira.
San se removió en su silla cuando el tono de Wooyoung bajó a uno triste y preocupado.
―Te ves adorable jugando con Joongie, pero San... Tú siempre dijiste que no soportabas la idea de tener hijos, y... quiero que sepas que estás ilusionando a Mingi con tu ―Wooyoung dudó, no sabía cómo nombrar lo que San estaba haciendo― actitud. Si no vas a ir en serio con ellos, deja de ser... como su padre. ¿Tienes una idea de cómo se sentiría Joongie si lo dejas?
San sintió la cara roja y su lobo gruñó molesto. Le hería que Wooyoung creyera eso de él, pero no podía culparlo. Era el instinto Omega hablando y San no le había dado razones para confiar en él en ese aspecto.
Wooyoung tenía razón, en parte. En el pasado, San había dicho que los hijos eran lo último en sus prioridades, pero en ese entonces no había conocido a los Song, su idea sobre una familia había cambiado completamente. Joongie era su bebé, ¿o no? Su lobo quería reclamarlo como su cachorro, quería reclamar a su familia.
San tomó una bocanada de aire y se tranquilizó.
―Sé que estás preocupado, Woonie, pero confía en mí. ―San pasó la mano por su cara―. Estos últimos meses con ellos... es como si mi lobo y yo... ―No sabía cómo explicarlo―. No estoy jugando a la casita.
Wooyoung esperaba que lo dijera en serio.
(...)
―¿Puede comer esto?
Mingi miró lo que San tenía en la mano. Ambos estaban en clases, pero el profesor Park estaba teniendo un retraso de ya diez minutos.
―Sí, pero dáselo con cuidado, olvidé traerle ropa extra ―dijo con una sonrisa que hizo que San se quedara embobado por unos segundos.
Joongie estaba sentado en el regazo de Mingi y San estaba inclinado frente a ellos, dándole a Joongie pequeñas cucharadas de yogurt firme. Era la primera vez del pequeño Alfa comiendo eso, pero le estaba encantando.
―¡Wow! ¡Le gustó mucho! ―exclamó San con emoción al ver el pote vacío.
Joongie tomó el potecito cuando ya no hubo más e hizo un pucherito.
―Aw, mi vida, mañana te traeré más ―dijo San dándole un besito en la mejilla.
Mingi limpió las mejillitas de Hongjoong con su toallita y San lo tomó en brazos para dar unos pasos con él mientras Mingi descansaba los brazos.
―Sani...
Mingi lo llamó en un tono bajo, pero seguro.
San volteó hacia él inmediatamente. Hongjoong apoyó su mejilla en la mejilla de San y la frotó varias veces antes de dejarle un besito en un hoyuelo, causándole una risita a San.
―Alguien está muy mimoso.
Hongjoong dio un saltito.
―¡Aghrhhr! ―soltó en un gritito, volviendo a acercarse a la cara de San, esta vez para morderlo.
―¡Auch!
Mingi se levantó y se acercó a ambos, sobando la espaldita de Hongjoong con cariño cuando soltó la mejilla de San.
―Mi amor, ¿por qué mordiste a Sani?
Hongjoong saltó y apuntó a San con sus deditos.
―¡Papapapapa!
03102022
apapapa
🥺🥺🥺🥺 qué bonito es mi joongito; hongie ya tiene unos 10 meses en el último tramo del os 🥺
gigi y sani están enamoradisimos vea q si
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top