#022 Innocent or not ⟩⟩ II

2 C H O I M I N ────── ¿Por qué los preservativos tienen sabores? Jongho no tenía idea.

Jongho abrió los ojos como pudo y volteó la cara hacia la ventana, donde las cortinas se hallaban corridas y la luz del sol iluminaba toda la blanca habitación. Nadie estaba en la cama con él, pero suponía que debía ser temprano aún.

―Hyung... ―llamó Jongho en un tono perezoso.

Mingi se asomó por el umbral del baño y le sonrió haciendo desaparecer sus lindos ojos marrones.

―Es temprano, Ho. Duerme un rato más ―murmuró Mingi segundos después, secando su rostro con una toalla.

Jongho negó con la cabeza y se sentó en la cama, estirando sus brazos hacia el mayor para que este se acercara a él.

―¿Adónde irás, hyung? ―Jongho preguntó tomándolo de la cintura cuando Mingi hubo gateado sobre la cama para llegar a él.

―Sólo prepararé el desayuno.

―¿Y vestido así de lindo?

Mingi soltó una risilla y tomó la cara ajena entre sus manos para besar esos lindos labios abultados.

―Siempre me visto lindo.

―Uh, nadie dijo que no ―coqueteó apretando las caderas del mayor.

Jongho amaba apretarlos suavemente y ver cómo sus miradas cambiaban drásticamente. No era un experto en emociones, pero estaba casi seguro de que ellos lo deseaban tanto como él lo hacía.

―¿Y Sani?

―Está en el otro baño ―señaló Mingi―. Está mal del estómago, pero no te preocupes, le haré un tesito para eso.

Jongho arrugó la nariz y la frotó contra la ajena antes de separarse de él con pocos ánimos. Mingi era realmente dulce y Jongho quería quedarse allí sólo tocando su naricita hasta dormirse de nuevo.

―¿Tengo que levantarme? ¿No puedo dormir hasta Navidad?

Mingi rio y pellizcó su estómago sin causarle daño. Jongho dejó salir una risa.

―Tienes que ir a la universidad, niño caprichoso.

Jongho volvió a quejarse, esta vez contra la almohada. Mingi palmeó su trasero y se levantó, yéndose a la cocina para comenzar a hacer el desayuno.

Jongho miró la puerta abierta y suspiró profundamente. Estaba feliz, sentía plenitud. Por fin después de tanto tiempo estaba allí, en ese departamento, con ellos dos, y dormían en la misma cama y despertaba todas las mañanas sabiendo que estaba ahí. Jongho se sentía en el paraíso.

Se levantó con el ánimo renovado y se dirigió al baño para asearse.

Le esperaban buenos días.

(...)

―¿Cuál es la agenda de la semana?

Jongho mordió su tortilla y recargó el mentón en su palma, viéndoles a ambos con sus ojitos soñadores. La semana pasada habían estado ocupados y esperaba tener más días libres esta vez.

―No mucho, ya que San y tú salen antes hoy, diviértanse un poco. Luego no se olviden de pasar por mí ―Mingi dijo lo último haciendo un puchero.

San se rio bajito recordando ese día donde se había ido de la universidad sin Mingi. El menor le llamó muy preocupado y San se rio todo el camino por su estupidez. Por fortuna, algunos amigos se quedaron con Mingi y él no tuvo que esperar solo.

―Jamás me olvidaré de ti de nuevo, amor.

Jongho rio más fuerte, pues las memorias de un Mingi enojado y ofendido llegaron a él. Mingi le había llamado esa noche y le había dicho lo mal novio que había sido el mayor, que lo había olvidado y se había ido solo en el auto. Jongho sabía que Mingi estaba jugando con su desplante, pero se le hizo la cosita más adorable del mundo.

―Más te vale, Choi San.

―No me llames así ―el mayor se quejó abultando sus labios, pues odiaba que le llamasen por su nombre completo.

―Es tu nombre, ¿cómo quieres que te llame?

―“Mi amor”

Mingi hizo una mueca.

―Honey, pégale ―Mingi le pidió al menor.

―¡Oye! ―San comenzó a reír cuando Jongho levantó su puño como una amenaza (ya que estaba seguro de que el menor no lo lastimaría).

Luego del desayuno, los tres prepararon sus cosas y se dirigieron a la universidad. San era el encargado de conducir aunque el auto fuera de Mingi, ya que el más alto se ponía nervioso si tenía que manejar en la ciudad.

Jongho se inclinó y dejó un beso en los labios de Mingi y otro en los de San antes de salir del auto y correr por las escaleras, ya que estaba llegando tarde a su primera clase del día. Mingi rio bajito al verle huir y miró a San de regreso.

―Nos vemos en el descanso ―susurró dándole un rápido beso en sus finos labios.

―Espera.

―¿Qué? ―inquirió Mingi apunto de abrir la puerta para salir.

―Despídete bien ―San alzó una ceja y tomó el mentón de Mingi, atrayéndolo nuevamente a él para tomar sus labios en un beso más profundo―. Mgh...

―¿Te has puesto caliente por un beso? ―preguntó Mingi completamente sorprendido.

San se quejó como un infante y asintió lentamente.

―No nos hemos tocado desde que llegó Honey. Extraño mucho sentirte ―susurró San.

Mingi se quedó en silencio por unos segundos.

―No... ¿no crees que ya sea momento de pasar de nivel con Ho? ―preguntó sintiéndose tímido por hablar de eso fuera de la universidad―. No hemos ido más allá de los besos y hasta Jongho debe de sentir que estamos atascados.

―¿A qué te refieres?

―Oh, vamos, Sani. Jongho ya creció, no hay nada de malo en hacerlo con él.

San suspiró y asintió. El menor tenía razón, no podían seguir fingiendo que el sexo no existía en su relación.

―No me malinterpretes, quiero hacerlo con Jongho, pero no sé cómo... Él todavía es inocente y... ¿Y si lo asustamos?

―¿Asustarlo? Es sexo gay, no la casa embrujada.

San comenzó a reír.

―¿Crees que él ya sepa algo? Es decir, nunca llegamos a intimar antes de que se fuera... ¿Y si estuvo con alguien más? Le dijimos que era libre, ¿qué tal si...?

―Piensas demasiado, Sani ―Mingi tomó de las mejillas a San, pues este estaba poniéndose mal―. Estoy seguro de que se ha aprendido el Kamasutra al derecho y al revés. ―Mingi rio, pues de hecho imaginaba perfectamente a Jongho leyéndose ese tipo de cosas―. Sani, ¿qué te parece si hoy lo intentamos? Avanzaremos hasta donde Ho nos permita.

San mordió su labio inferior, algo mortificado.

―Está bien, está bien. Tenemos los preservativos de uva todavía ―rio nerviosamente.

Mingi rio bajito y le apretó la mejilla con sus dedos en pinza antes de bajarse del auto. San ingresó al estacionamiento y Mingi subió las escaleras de la universidad tranquilamente, importándole poco si entraba tarde.

(...)

Jongho terminó de ducharse y, mientras secaba su cabello, fue hasta la cocina. Mingi todavía estaba limpiando los desastres de su pequeña fiesta ―privada― y San estaba tirado sobre el sofá tratando de recuperarse de la botella de soju que se bajó él solito.

―Eres débil, hyung.

―Y tú eres tan fuerte ―San se quejó con un gemido ahogado―, el soju no te hizo nada.

―No bebí mucho y ni siquiera tiene tanto alcohol.

Mingi se rio y terminó de secar sus manos una vez acabado de limpiar. Se acercó a ambos Choi y le pidió a Jongho que levantase a San para ir a la habitación.

―Sani, te hará daño dormir en el sofá ―dijo Mingi suavemente―. A la cama.

―No, no, no voy a dormir ―dijo San quejándose de nuevo, soltándose de los brazos de Jongho―. Hoy vamos a follar.

Jongho abrió la boca sorprendido y a Mingi se le subieron los colores.

―No digas cosas vergonzosas así como así ―le reprendió el más alto, dándole una nalgada.

San rio bajito.

―No son cosas vergonzosas, es la verdad. Vamos, Ho, hoy es nuestro debut como trío.

Mingi rio nerviosamente. No entendía cómo al mayor se le ocurrió beber tanto.

Con la ayuda de Jongho, ambos llevaron al mayor hasta la cama y comenzaron a quitarle la ropa, ya que este dormía en boxers. Jongho mordió su labio inferior al ver el cuerpo de San tan cerca y con tanta iluminación. Su cintura pequeña y su pecho amplio sólo hicieron que su boca se secara.

―¿A qué se refería con el debut? Ni que fuéramos idols ―preguntó Jongho haciéndose el tonto, claro que lo sabía y no podía estar más ansioso por hacerlo.

Mingi se puso colorado.

―Debutar... No sé, está borracho.

―No estoy borracho ―San se quejó y se sentó, lucía realmente lindo con sus mejillas rojas y la mirada dilatada.

―Hyungie...

―Gi, Honey... ¿Por qué no dejamos de hacernos los idiotas y hacemos lo que queremos hacer? ―preguntó gateando hacia atrás para acomodarse en el centro de la cama―. Nadie nos dirá que está mal.

Mingi desvió la mirada hacia Jongho y retuvo la respiración por todo el rato en que nadie dijo nada.

―¿Por qué no se quitan la ropa y suben a la cama también? ―preguntó San, estirándose para tomar la botella de agua del escritorio junto a la cama, tomó un gran sorbo y les sonrió con coquetería.

Mingi rodó los ojos y al final hizo caso, comenzó a quitarse la ropa lentamente ante la mirada atenta de los Choi. Sus pezones se endurecieron inmediatamente por la temperatura en la habitación y se sintió un poco cohibido, aunque no era la primera vez que se desnudaba enfrente de Jongho.

Jongho sólo se quitó la chaqueta y subió a la cama gateando sobre ella hasta llegar a San, quien le recibió con una sonrisa y ambas piernas abiertas. La mano de San bajó por su propio pecho sensualmente y se detuvo en el elástico de su ropa interior, haciendo que Jongho mordiera sus labios.

Mingi fue a buscar los preservativos y el lubricante en un cajón de la cómoda, bajó la luz hasta que la habitación quedó en penumbras y luego volvió a la cama, viendo con una sonrisa que los Choi comenzaron a besarse y a tocarse sin pena.

―Hyungie...

El jadeo de Jongho hizo que Mingi suspirara. Las manos de Jongho recorrieron el cuerpo de San detenidamente, admirando su belleza y la suavidad de su piel.

―¿Estás seguro de esto, Ho? ―preguntó Mingi antes de pasarle el lubricante a San.

Jongho tardó varios segundos en despegar su mirada del pecho de San y miró a Mingi con una expresión que hablaba por sí sola.

―Hyung, he sobrevivido a pajas por más de un año, deseando estar en esta misma cama para follármelos sin descansar un sólo segundo.

Mingi jadeó e instantáneamente se puso duro.

―Eso fue muy caliente, Ho ―alargó San, tomando el mentón del menor para acercarlo a él y besarlo nuevamente.

―Demasiado ―concordó Mingi, acercándose a ellos hasta que su pecho desnudo tocó el brazo de Jongho y sus labios se perdieron en el cuello del menor.

Jongho suspiró y miró la mano de Mingi, tenía la cajita morada que el mayor había comprado la semana pasada.

―¿Son preservativos? ―Jongho preguntó tímido de repente.

Mingi le entregó uno de ellos a Jongho mientras asentía.

―Ah, sí, son de uva.

¿Uva? Jongho frunció el ceño.

―¿Sabor a uva? ―preguntó el menor de los tres para cerciorarse de que había escuchado bien.

―Sí, lo son. ―Mingi lo tomó de su mano nuevamente y se lo abrió―. ¿No te gusta la uva?

Jongho dudó y su expresión se deformó en completa confusión. ¿Por qué querrían usar preservativos sabor a uva?

Jongho soltó una risilla.

―¿Por qué tienen sabor? ―miró a San desde arriba y ladeó la cabeza ligeramente, tomando los glúteos de San con ambas manos―. Es decir... ¿para qué? No hay papilas gustativas en el trasero ―rio y cuando los vio sorprendidos por su acotación, abrió sus ojos de la impresión―. ¿O sí?

Mingi comenzó a reír con fuerza y poco después le siguió San. Jongho sintió sus mejillas calientes y les miró esperando a que dejaran de reírse para preguntarles porqué lo hacían.

―Claro que no hay papilas gustativas en el trasero, Ho. Pobres de nosotros al ir al baño sino ―Mingi rio más fuerte.

San se sacudió por las risas y Jongho comenzó a hacerlo también.

―Entonces, ¿para qué? oh... ―Jongho rio aún más fuerte al darse cuenta de la función de aquellos preservativos y enterró la cara en el vientre de San para ocultarse―. ¡Los que yo compré no tenían sabor! ―se quejó.

Mingi comenzó a recomponerse de la risa y acarició la nuca de Jongho para que este se levantara de su escondite.

―Eres muy dulce, Ho ―susurró Mingi.

―¿Soy tan dulce que quiero follármelos a ambos como un enfermo? ―preguntó Jongho haciendo un puchero.

San mordió su labio inferior y rodeó la cintura de Jongho con sus piernas. Mingi abrió su boquita con sorpresa.

―Oh, cariño, dilo de nuevo ―San rogó meneándose contra la pelvis del menor―. Di que quieres follarnos otra vez.

04082022

El q sigue es el último (roguemos porque lo sea)😂😂 si hay faltas las corregiré mañana sisi

Recuerden pasarse por el honghwa que subí hace poquito 😚

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