#015 Overcome fear⟩⟩ Attraction IV
J O N G W O O ··· jongho apenas se da cuenta de la realidad, wooyoung está destrozado.
Wooyoung no explicó nada más, sólo se encerró en su habitación en solitario. Se soltó con esfuerzo de los brazos que le sostenían, ya ni siquiera recordaba quién era el que lo hacía, y caminó hasta la habitación que compartía con el maknae.
Wooyoung se caía a pedazos; todos los sueños, las ideas tontas y maravillosas que había tenido en la última semana se esfumaron con unas pocas palabras y sentía que se quería morir. Se sentó en el suelo de la habitación, arrastrando la almohada de plumas de Jongho, abrazándola contra su cuerpo y llorando sobre ella.
Wooyoung estaba enojado, se sentía estafado. Las palabras y acciones bonitas de su novio en esos últimos años no habían valido nada, porque ahora estaba solo, abandonado. Sin embargo, Wooyoung quería tratar de entender: Jongho no estaba listo para ser padre y él no iba a obligarlo, aunque sus frías palabras y el cómo no se tardó ni un instante en pensarlo le rompían el corazón.
Limpiándose las lágrimas y tomando una bocanada de aire, Wooyoung comenzó a juntar sus cosas de esa habitación. Debía irse para no invadir el espacio del menor, de todas formas, probablemente se iría de los dormitorios pronto. Wooyoung hizo su pequeña maleta y salió de la habitación, no sin antes mirar con nostalgia y profunda tristeza lo que había sido su nido por mucho tiempo.
―Woomy ―murmuró Seonghwa apenas Wooyoung cruzó el umbral.
Seonghwa y Yeosang estaban parados en el pasillo hacia rato, tan sólo esperando a que Wooyoung saliera para poder hablar con él; San y Hongjoong habían salido de la casa en búsqueda de Jongho.
―Hyung... ―dijo el menor, sorprendido, bajando la cabeza.
―¿Adónde vas con eso? ―preguntó Yeosang mirando la maleta, anonadado.
Wooyoung se encogió de hombros.
―¿A casa de mis padres? ―casi preguntó, Wooyoung negó con la cabeza―. No sé.
Seonghwa comenzó a negar de igual forma, tomando al menor por el brazo sin ejercer fuerza.
―Woomy, te quedas aquí. ¿No quieres estar en la habitación de Jongho? Bien, vendrás conmigo o con Yeo, pero no te vayas... Por favor.
Los ojos de Wooyoung volvieron a llenarse de lágrimas.
―Voy a ser una molestia aquí ―Wooyoung sollozó negando con la cabeza, pero sin hacer un mínimo de esfuerzo por soltarse del agarre―. ¿De verdad quieren a un gritón hormonal en casa?
―Claro que sí ―dijo Yeosang sin pensarlo siquiera, acercándose más, tomando al menor por el rostro para que le mirara―. Woo, por favor, no te vayas. Vamos a cuidar de ti, nunca vas a estar solo. ―La desesperación en su voz fue en disminución al ver que Wooyoung cedía.
Wooyoung trató de sonreír. Dejó la maleta en manos de Seonghwa y se abrazó al amplio pecho de Yeosang.
―Sólo quiero seguir llorando, me siento muy mal. ―Wooyoung continuó sollozando, aferrándose a Yeosang y temiendo que este le soltara así como Jongho lo hizo―. Esto no fue planeado, pero... ¿él en serio dijo eso? ¿Él quiere abortar a nuestro bebé? Yo... me quiero morir, Sangi.
Yeosang miró con tristeza y rabia a Seonghwa, teniendo que tragarse sus palabras de odio. Seonghwa apartó la mirada, apretando los puños ante lo que acababa de oír; todavía no se creía que Jongho hubiera sido capaz de ser tan frío.
―Vamos a la habitación, necesitas descansar. Esto le puede hacer mal al bebé ―murmuró Yeosang, separándose ligeramente de Wooyoung.
Wooyoung asintió y se dejó conducir por el mayor hasta su habitación.
Seonghwa se quedó en la sala, esperando por la llegada de los demás. Estaba preocupado, aunque estuviera enojado con el maknae, no quería que los demás se sobrepasaran con él. Quizás se merecía unos golpes, pero ellos no eran así. Debían hablar y tratar de arreglar este embrollo.
(...)
Wooyoung estaba dormido en la cama de Yeosang cuando este salió de la habitación. Había costado que el menor cayera dormido, se pasó los últimos treinta minutos temblando en sus brazos y sollozando en tono bajo. Yeosang sentía su corazón roto e impotente, no tenía idea de qué hacer para que Wooyoung se sintiera mejor.
Yeosang fue hacia la sala. Todos estaban en silencio. Jongho estaba sentado en el sillón con la cabeza baja, las manos juntas entre sus rodillas. Mingi acariciaba ligeramente su espalda, pero además de él, todos se veían enojados.
Yeosang enfureció. Se acercó a pasos firmes y se paró frente a Jongho, estuvo tentado a gritarle, a abofetearlo si era necesario, pero no pudo. Sintió una profunda tristeza por su mejor amigo y su voz se amortiguó contra su garganta.
Hongjoong notó el titubeo en sus acciones.
―Ya hablé con él. ―Hongjoong murmuró con seriedad.
Jongho tembló al escuchar la voz de Hongjoong.
―Hyu... Hyung ―Jongho alzó la mirada, avergonzado de ver a Yeosang a la cara―, ¿cómo está Woo...?
Yeosang soltó una risita incrédula, y toda la rabia que acumuló en las últimas horas salió a flote.
―¿Tienes el descaro de preguntar por él? ―Yeosang empujó al menor por el hombro, haciendo que este chocara su espalda contra el sillón―. ¿Tienes una idea de lo que dijiste? Ni siquiera lo pensaste, ni por un segundo, ¿tan terrible te parecía la idea?
La voz de Yeosang se cortó y, sin darse cuenta, alzó la voz, estaba rabioso. San se paró a su lado, tomó la mano que había estado empujando constantemente a Jongho y lo detuvo.
Jongho no dijo nada, se dejó empujar. Ni siquiera volvió a alzar la mirada. Se sentía regañado como un niño pequeño.
―¿Qué clase de mierda eres? ―Yeosang gruñó indignado―. Le rompiste el corazón, yo te confié a Wooyoung, a mi mejor amigo.
San apartó aún más a Yeosang cuando este intentó acercarse nuevamente a Jongho para golpearlo, sus ojos estaban inyectados en sangre.
Hongjoong estuvo a punto de poner orden, pero una figura menuda llamó su atención. Los ojos hinchados de Wooyoung le rompieron el corazón y se mordió la lengua para no intervenir.
Wooyoung, parado en el marco de la puerta, miró hacia todos en la sala. Sus ojos decaídos fueron de Yeosang a Jongho, y luego hacia su propio vientre que apenas y estaba abultado. Wooyoung no tenía más de cuatro meses, probablemente, pero en ningún momento pensó en la idea de abortar, y para Jongho fue tan fácil decir eso, que le hacía sentir enfermo.
―Ya déjalo, Yeosang. ―Wooyoung alzó su voz, ronca y quebrada―. Ni siquiera vale la pena.
Jongho volteó hacia él inmediatamente. Sus ojos húmedos recorrieron la figura diminuta de Wooyoung y se detuvo en la zona de su vientre. Su pecho dolió al darse cuenta de lo que había provocado.
―Woo. ―San soltó a Yeosang y corrió hasta Wooyoung, rodeando la cintura del menor.
―Voy a dejar unas cosas en claro. ―Wooyoung limpió sus mejillas con las mangas de su abrigo―. Dejen en paz a Jongho. ―Wooyoung no quería que marginaran a Jongho, así que dijo lo que ya había estado pensando―. A partir de hoy, él y yo terminamos, y todos, todos, vamos a fingir que este bebé es sólo mío. Nadie tiene que mencionar la paternidad de Jongho, porque él no será responsable de nosotros.
―Wooyoung... ―Seonghwa alzó la voz y se levantó de su lugar, pero fue interrumpido por el menor.
―¿Pueden hacerme caso? ―exclamó alzando aún más su voz.
Todos se sobresaltaron y fueron obligados a asentir. Wooyoung volvió a la habitación de Yeosang, con San siguiéndole los pasos.
(...)
Cuarenta minutos antes.
Jongho estaba parado fuera del edificio, lo miraba fijamente, con los pies pegados en el asfalto. No se atrevía a ingresar a la casa después de lo que había sucedido. Cada vez que Jongho pestañeaba podía ver la carita destrozada y decepcionada de Wooyoung, haciéndole sentir la persona más horrible del mundo.
El pánico lo consumió. Apenas había cumplido veinticuatro años y no se sentía listo para tener familia, por lo que sugerir un aborto fue lo primero que pasó por su cabeza. Ahora sus manos temblaban, apenas dándose cuenta de la dimensión de sus palabras.
Podía saborear un sentimiento desagradable, asqueroso; Jongho se sentía terrible. Le había dicho al amor de su vida que debían interrumpir el embarazo, así como si nada, como si fuera un hombre desalmado, como si le importaran una mierda los sentimientos y la decisión de Wooyoung.
Wooyoung había expresado lo feliz que estaba y él lo había tirado de su nube, arruinándolo todo. Ahora, con la cabeza fría, la idea de tener un hijo ni siquiera le parecía terrible, la fantasía de ver a Wooyoung con su bebé en brazos atacó cada parte de su mente, convirtiéndolo en una masa de caramelo. Jongho ni siquiera supo cómo demonios se le ocurrió que decir tal cosa era una buena idea.
Su sonrisa temblorosa murió en su rostro cuando vio que Hongjoong y San salían del edificio. Ambos se veían preocupados y, apenas verle, caminaron hacia él inmediatamente. Jongho titubeó, dando un paso atrás. Hongjoong estaba serio, pero San lucía furioso.
―Jongho. ―San lo sujetó con fuerza del brazo apenas llegar frente a él, con su voz profunda y ligeramente cantarina.
Jongho tembló, y no precisamente debido al miedo. Él sabía que todo lo que le dijeran se lo tenía más que merecido, y si querían golpearlo, tampoco se quejaría.
―San. ―Hongjoong apretó el brazo de San―. No hagamos un alboroto en la calle.
Los tres subieron al edificio. Encerrados en el elevador, en un incómodo silencio, Jongho se movía nerviosamente. Jongho quería preguntar cómo estaba Wooyoung, pero no se atrevía a hacerlo, era demasiado descaro. Sus manos picaban, temblorosas, quería arrancarse la piel con las uñas, volver el tiempo atrás, cambiar las cosas.
Jongho se había equivocado en grande y no sabía cómo remediarlo.
Llegaron a su piso. Todos los miembros, exceptuando a Wooyoung y Yeosang estaban en el pasillo. Jongho se sintió intimidado, algunos estaban preocupados y otros lucían más molestos.
El maknae no se sentía capaz de abrir la boca.
―Jongho, no somos tus padres para regañarte ―Hongjoong titubeó antes de continuar, todos los pares de ojos estaban en él―. Tienes tus razones para no querer tener hijos, pero haberle dicho eso a Wooyoung fue demasiado. ¿En qué pensabas? ¿Creíste que lo mejor era sacartelo de encima como si la decisión de Wooyoung no importara?
Jongho mordió su labio inferior con fuerza.
―Hyung...
―Yo te diría que te hicieras responsable. Te obligaría, te arrastraría al altar para que no dejes en vergüenza a Woo ―dijo San interrumpiendo a Jongho, siseando con molestia―. Pero primero muerto que dejar que te acerques de nuevo a él.
Seonghwa tuvo que apretar sus manos alrededor de sus propios brazos para no saltar a favor de Jongho. Desaprobaba totalmente lo que había hecho, pero a sus ojos seguía siendo un niño y no quería que lo atosigaran. Sin embargo, Jongho debía madurar, debía aceptar el peso de sus acciones. Si había embarazado a su novio, lo que debía hacer era apoyarlo.
―Jongho... ―San trató de tranquilizarse y bajó el tono de su voz―. Hubiera sido mejor terminar con él que sugerir el aborto. A Wooyoung le dolió mucho que hayas dicho eso.
Jongho sintió sus ojos llenarse de lágrimas y parpadeó varias veces, tratando de alejar esa molesta humedad.
―Yo... s... soy un tipo inmaduro e idiota, no llevé la noticia de la mejor manera... me merezco todo tipo de insulto. Lo siento. Lo siento. ―La voz de Jongho se quebró y se inclinó ofreciendo unas disculpas sinceras―. No debí decir eso, me retracto completamente. La idea del aborto se fue de mi cabeza tan rápido como llegó. Q... quiero arreglar las cosas con Woo, quiero estar en esto.
San le miró con incredulidad. Seonghwa sonrió aliviado al oír aquello, las expresiones de los demás fueron difíciles de leer. Todos estaban sorprendidos.
―No te dejaré.
Jongho se incorporó, con angustia carcomiendo su pecho. Miró al mayor con duda.
―San, eso no es asunto tuyo ―interrumpió Seonghwa―. Wooyoung decide...
―Entonces ―San miró a Jongho por última vez, con odio― espero que Wooyoung no te perdone.
San ingresó a la casa dejando al resto en el pasillo.
Jongho miró a sus hyungs con tristeza.
(...)
Wooyoung estaba recostado sobre el pecho de San, sentía fuertes dolores en el estómago y los suaves masajes de San le lograban calmar un poco.
Ya habían pasado dos días desde que terminó con Jongho y Wooyoung sentía que no podría hacerlo, pero se refugiaba en brazos de Yeosang y San. Ambos habían dicho que siempre estarían para él, que le ayudarían en todo lo que estuviera a su disposición. Wooyoung se sentía afortunado de tenerlos.
Sean, el mánager, había llegado hacia pocos minutos. Él ya estaba al tanto de la situación y había hablado con la agencia, ahora Wooyoung debía fingir un matrimonio.
―Hyung, ya te dije que tomaras alguno de mis anillos como referencia... Creo que soy talla veinte, o veintiuno. ―Wooyoung removía la mano inquieto, pues el mánager estaba probando anillos en su dedo.
―Niño, deja la mano quieta. ―Sean se rio enternecido por la actitud infantil del más pequeño.
―Hyung, explícame de nuevo. ―Wooyoung hizo pucheros―. ¿No se dará cuenta nadie?
Jongho comía su almuerzo en silencio, escuchando la conversación de Wooyoung con el mánager. A Jongho le hubiera gustado estar en el lugar de San, reconfortar al mayor, acariciar su estómago y besar su coronilla con cariño, sin embargo, el otro Choi era quien ocupaba ese lugar.
―Tranquilo. ¿Has conocido alguna vez a algún esposo o esposa de un idol? ―preguntó Sean, retóricamente―. A no ser que sea famoso, esas cosas se mantienen en privado. Tu esposo de mentira jamás saldrá a la luz.
Wooyoung mordió su labio inferior.
―Pero me siento tonto mintiéndole a la gente.
Sean suspiró y despeinó los flequillos del menor.
―Niño, esto es para que la gente no se llene la boca hablando de ti. A nadie le hará gracia que seas un padre soltero, y queremos protegerte de toda esa basura ―dijo cariñosamente―. Con un esposo, aunque sea de mentira, la gente estará más feliz. Verán tu anillo y...
Wooyoung miró a San haciendo pucheros. El mayor le comprendía y tampoco estaba muy feliz con esa boda falsa, pero no quería que la gente hablara mal de él.
Sean se quedó en silencio.
―Tranquilo, Woo. No te están casando con un extraño. ―San besó su frente y descansó la mejilla en la zona que sus labios tocaron―. Todavía estoy enojado porque no me dejaron ser tu esposo.
Sean le miró como si estuviera loco.
―Eso podría ser perjudicial. Ya lo hablamos, chicos. Ni se les ocurra decir eso a los fans.
Jongho bajó la mirada a su plato. Una boda, si tan sólo pudiera casarse con Wooyoung, él sería la persona más feliz del mundo.
Si no lo hubiera arruinado, si no lo hubiera arruinado. Jongho se martirizaba todo el tiempo. Ahora todo el mundo ignoraba el hecho de que él era el padre de ese bebé, todos hicieron caso a la petición de Wooyoung inmediatamente.
―Está bien, está bien ―Wooyoung se dejó caer sobre el pecho de San nuevamente y se rio al recordar lo que les dijo a sus padres cuando mencionó el detalle de su embarazo―. Le dije a mis papás que fui a un bar... Mi mamá se enojó mucho.
―¿No les dijiste quien...? ―San bajó la voz tras darle un vistazo a Jongho.
El maknae miraba su plato con los ojos abiertos en sorpresa.
―Nah, les dije que terminé con él hace rato. ―Wooyoung miró a Jongho con malicia.
Sean suspiró.
―Mañana vendré con la alianza. El lunes se dará la noticia de tu embarazo, tu descanso, la boda, y... ¿qué más era? ―Sean tamborileó sus dedos sobre la mesa.
Wooyoung soltó una risita.
―Nada más, hyung. Oigan, después de un año o más o menos, podemos matar al esposo ―Wooyoung abrió los ojos con sorpresa ante su propia idea―. Es decir, tuvo un accidente de tránsito y se murió. Y taran, Wooyoung viudo.
San rio escandalosamente mientras que el mánager negaba con la cabeza y mordía su labio inferior, dejando el caso como perdido.
Jongho se levantó de la cocina y se marchó a su habitación. Jongho no sólo se sentía un idiota, sino también el mayor desgraciado en la tierra.
30112021
aaaa en -50 minutos es mi cumpleaños, ya tendré 20
bueno, me convencieron de no matar al baby y tratareeee tratareee de hacer un final donde jong y woo se queden juntos ♥
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