trece

⎯ ¿Ser uno de mis hombres? ¿En serio eso es lo que quieres?

JiMin asiente de manera efusiva, casi pidiéndoselo de rodillas. Lilith suspira antes de acercarse y tomarlo por las mejillas, tragando saliva y pensando con claridad lo que estaba a punto de hacer, pero ella misma sabía que si lo pensaba demasiado se arrepentiría, así que junta sus labios con los del menor, iniciando un beso que comenzó lento, hasta que es Lilith quien decide comenzar a elevar la temperatura de la situación, no le gustaban las cosas lentas, mucho menos cuando parecían ir por el lado romántico, y eso era lo bueno de tener ella el control de la situación. La mayor avanza, dirigiéndose hacia la cama, donde es ella quien cae y JiMin queda parado entre sus piernas, luego de que el beso se haya roto. El menor traga saliva al verla sentada en la cama, sobrepasando un poco la altura de su cabeza, no era muy alto tampoco, y quería avanzar en la situación, pero no sabía para qué lado dirigirse.

⎯ ¿Quieres que te dé una segunda oportunidad sobre lo de hace unos días?⎯ propone ella con las manos detrás de su cuerpo, sosteniéndose mientras JiMin la mira con atención, como si fuera la mejor obra de arte del mundo. Eso la incomodaba un poco a Lilith, era extraño que alguien pudiera verla de esa forma cuando ella se sentía como la peor persona, y alguien poco interesante, pero ahí estaba él, admirándola.

⎯ ¿Darle sexo oral?⎯ pregunta con timidez. Lilith levanta su dedo índice, comenzando a verle el lado divertido a la situación.

⎯ Primera regla; se habla sucio en la cama, nada de términos biológicos o cosas que te enseñen en la escuela.⎯ JiMin asiente, concentrado como si estuviera estudiando para un examen.⎯ Ahora me chuparás el coño, meterás la cabeza entre mis piernas y vas a lamer mi humedad, ¿entiendes?

⎯ S-sí, Noona...

Hace lo que ella le indica, recostándose boca abajo sobre la cama mientras Lilith tiene la espalda reposada en el respaldar, con las piernas abiertas y sin ropa de la cintura para abajo. JiMin comenzó por su cuenta, besando sutilmente su abdomen bajo, cada vez yendo más en la dirección de su parte íntima, volviendo a repetir lo de la vez anterior; sacar su lengua y pasándola por toda la vagina húmeda de Lilith, quien se retuerce en la cama con un suspiro ahogado. Él repite sus acciones unas cuantas veces, con los ojos abiertos mirando sus expresiones, y estremeciéndose cuando el contacto visual es duradero. La mano de Lilith lo sorprende en su mandíbula, llevándolo un poco hacia arriba, precisamente donde estaba aquella bolita de nervios que la hacía perder la cabeza.

⎯ Lame ahí, está el clítoris y harás que llegue más rápido al orgasmo.⎯ explica todavía sosteniéndole la mandíbula, la cual era fuerte y marcada a pesar de sus rellenas mejillas.⎯ Hazlo rápido, y succiona suave, sino me dolerá.

⎯ Entendido, Noona.

JiMin siguió sus órdenes, manteniendo los ojos en ella, en sus expresiones, y cuando finalmente tocó aquello que Lilith tanto ansiaba, notó su boca abriéndose para gemir. Él se apegó a aquella parte, moviendo su lengua con rapidez, ladeando apenas la cabeza, mientras hacía una leve presión. De vez en cuando intercalaba con mínimas succiones entre sus rellenos labios, perdido en los gestos de ella y en la forma en la que lo sujetaba por el cabello, jalándolo y a veces manteniéndolo quieto para que sea ella quien mueva sus caderas, manteniendo el ritmo que buscaba. JiMin estuvo unos largos minutos, tantos que su garganta comenzaba a sentirse seca, además de la mandíbula un poco cansada, pero lo compensaba el verla de esa manera. Con mucho atrevimiento, subió sus manos para quitarle la camiseta corta, revelando sus pequeños pechos, y elevó uno de sus brazos para tocarlo, sin tener mucha idea de cómo, hasta que Lilith llevó su propia mano al que quedaba libre, apretando su pezón y estirándolo con suavidad, por lo que hizo lo mismo, además de apretar todo el seno en sí.

Unos minutos más tarde, Lilith arqueó su espalda a la par que sus ojos se mantenían cerrados, disfrutando cada mínima caricia que la lengua de JiMin hacía, y sintiendo que la presión en su vientre bajo se hacía cada vez más intensa.

⎯ Me voy a venir.

Él no mencionó palabra alguna, sabía que era el momento de dar todo de sí, aún sí durante esos veinte minutos lo estuvo haciendo, ahora se aferró más a la intimidad de ella, continuando con las lamidas y succiones, improvisando en cerrar su boca alrededor del clítoris y mover su lengua dentro, creando una especie de jaula de calor que la hizo llegar al éxtasis. Lilith respiró con dificultad mientras mantenía los ojos cerrados, con la mano sobre su vientre plano, y todavía sufriendo los pequeños espasmos que el orgasmo había dejado en ella.

⎯ ¿Lo he hecho bien?⎯ preguntó subiendo, manteniendo su cuerpo entre las piernas de ella pero esta vez con la cabeza enterrada en su cuello, buscando refugio. Lilith sintió la erección de JiMin golpeando directamente con su centro, y supo que debía devolverle el favor.

⎯ Mejor que la vez anterior.⎯ se limitó a responder. Su cuerpo estaba sudado y repentinamente cansado, pero eso no le impidió poner las manos en la cintura vestida de JiMin, con la intención de tumbarlo a su lado en la cama.⎯ ¿Te ayudo con eso?

⎯ Hágame lo que quiera, Noona. Estoy a su merced, soy completamente suyo.

Dichas esas palabras, se recostó al lado de ella, viendo como Lilith lo desnudaba para quedar iguales. Sintió su erección golpeando la parte baja de su abdomen, y un escalofrío cuando la mano de ella lo envolvió, con ese simple movimiento podía sentir que estaba por acabar, pero respiró profundo y mordió su labio inferior, pidiendo aguantar, aunque sea, más de diez minutos. Los labios de Lilith lo sorprendieron en el costado de su cuello, pero no puso objeciones, al contrario, llevó la cabeza hacia el lado contrario para que ella pudiera besar con mayor libertad, haciéndolo apretar los dedos de sus pies cuando llegaba cerca de su oreja, era una parte demasiado sensible.

⎯ Pareces masoquista volviendo a mí a pesar de lo mal que te trato.⎯ murmuro en su cuello, y aunque JiMin estaba de acuerdo, pensando que debía tener algunos problemas como para que le guste aquello, no lo pensó demasiado por la mano de ella que comenzó a subir y bajar con lentitud, haciendo una ligera presión que le llevaba los ojos hacia atrás por el placer.

⎯ Hágame sentir bien, por favor.

Lilith continúa con el movimiento de su mano, subiendo y bajando con parsimonia, a la par que besaba el cuello de JiMin, escuchando sus gemidos demasiado cerca. Su mano restante está acariciando el muslo de él, con algunos vellos castaños, y gracias a las largas uñas JiMin sufría de escalofríos que iban directo a su polla erecta. Abrió los ojos solo para ver la escena; le parecía perfecta la forma en la que su mano lo tomaba, con las largas uñas en color naranja, y se había quitado exclusivamente aquel anillo que siempre llevaba, solo para no lastimarlo. Las venas de su miembro se notaban más cuando ella aumentaba la velocidad, y su cabeza ya se encontraba rojiza, soltando pequeñas gotas blanquecinas del pre semen que ayudaban a que el movimiento de la mano de Lilith sea más fluido. JiMin suspiró cuando la mano que acariciaba su pierna lo dejó en paz, por algún motivo, eso le ponía los pelos de punta, en el buen sentido, pero tampoco mejoró cuando Lilith se levantó de su lugar para llevar esa mano a sus testículos, masajeándolos con cuidado.

Arrugó las sábanas debajo suyo, hacia su mayor esfuerzo para no acabar en ese mismo instante, a pesar de que ella se lo ponía difícil. Sus gemidos aumentaban el volumen cuando ella lo hacía con la velocidad, sintiendo su piel moviéndose al compás, y la ligera presión en sus bolas cargadas de semen lo hacían arquear ligeramente la espalda. No sabía cómo hacía todo aquello, y tampoco quería saber de dónde lo aprendió porque se prendería fuego por los celos, pero agradecía que Lilith supiera manejarlo tan bien. La presión en su vientre bajo, tan reconocida, comenzaba a hacer aparición, así que mordió su labio inferior con fuerza, como si eso lo haría retenerse un poco más. De igual manera, sus caderas hablaban por él, embistiendo la mano de ella con fuerza, buscando llegar al punto más alto de su excitación, pero a su vez negándose a llegar.

Hasta que Lilith ayudó.

⎯ Yo sé que quieres venirte, ¿qué te lo impide?⎯ preguntó con su voz suave, era casi como un susurro que solo ellos dos podían oír.⎯ Deja tu semen en mi mano, anda.

⎯ A-aún no, Noona.⎯ gimió en negación, pero fue absurdo porque sintió la lengua de ella paseándose unas veces por su polla, y con eso no fue capaz de soportarlo más, acabando justo en el momento que ella decidió alejarse luego de sentir como se movía ligeramente.

Se recuesta a su lado en la cama, limpiando su mano con unos pañuelos descartables, y mirando el techo mientras pensaba en lo extraño que era el cuerpo humano como para reaccionar de esa forma a pesar de que JiMin no le atraía sexualmente, su zona íntima se había lubricado, lo había recibido bien, y hasta había llegado al orgasmo. Evitó todo ese tiempo pensar en el hecho de que estaba con un menor de edad, así que cuando el recuerdo llegó a su mente sus vellos se erizaron, sintiendo que habían hecho algo mal y debían remediarlo, aunque no podían, todavía no existían las máquinas del tiempo, por desgracia.

Suelta un suspiro y se coloca la ropa, entre todo el movimiento y demás no se percató de que podía haberse vestido luego de que JiMin haya terminado su parte, y la descolocaba un poco pensar que la calentura pensaba por ella, aún si había sido algo pequeño darse cuenta de que permaneció desnuda en todo momento, pensó que podía llegar a otro nivel, a...normalizar lo que estaban haciendo, que su cuerpo y mente caliente creyeran que no estaba tan mal lo que hacían. Simplemente se volvió a colocar las bragas que permanecían algo húmedas, generándole una sensación de incomodidad en su parte íntima, se colocó una camiseta grande y un short de algodón, debía bañarse, y cuando se acercó para prender un cigarrillo aprovechó para ver la hora en el teléfono, tenía que alistar el bolso porque en tres horas salía el avión, y prefería estar un rato antes en el aeropuerto, eso de que los vuelos se atrasaban o adelantaban era cierto, y lo último que quería era perderlo.

El humo salió por su boca mientras tomaba un bolso grande, con el mismo que había llegado a Corea del Sur, con sus pocas pertenencias que había tenido tiempo para tomar antes de que sean sus propios padres quienes querían entregarla a la policía. Siempre juzgó eso, no solo por un tema de que sus progenitores claramente no la querían, no sabían si por ser la hija del medio o simplemente porque no surgió el amor con ella, pero se suponía que los padres siempre cuidan de sus hijos, hasta en algo tan enfermo como ocultar sus crímenes. Tal vez vió muchas películas y soñó con tener unos padres que escondían el crimen que el hijo cometía con tal de que no vaya a la cárcel, pero su vida había sido distinta, para sus padres, que Lilith vaya a la cárcel era una bendición, la quitaban del camino con un motivo justo.

Y no había que mal interpretarlo, no por eso significaba que ella hubiera tenido todo el derecho de ir y romper todas las leyes que existan, debería haber merecido su castigo, prohibirle salir o alguna idiotez así, pero no darle la espalda como lo hicieron, menos tratarla de la forma en la que la trataron. La familia Lennox tiene dinero hasta la raya del maldito trasero, era tan sencillo como que su padre le dé una buena cantidad de billetes verdes a policías, abogados y jueces corruptos, Lilith ahora seguiría viviendo en su país de nacimiento, estudiando su carrera, o tal vez se hubiera ido a otra ciudad para que los rumores no la persigan, pero con el apoyo de sus padres. Era mucho pedir que sus padres la quieran, que algún familiar además de su hermano mayor y su abuelo la haya defendido, y ayudado de alguna manera. Todos prefirieron ignorarla, hacer como si nunca hubiera existido en su árbol genealógico, y dejar que se muera de hambre en un país desconocido.

Una puta mierda.

⎯ De esto nada a nadie, recuerda.⎯ advirtió señalándolo con su dedo, el cigarrillo estaba entre sus labios hinchados por todos los besos anteriormente dados.

JiMin seguía acostado en la cama, se había colocado el bóxer cuando la vió prender el cigarro, porque sentía que el ambiente se haría algo incómodo si él continuara desnudo. Tomó aire viéndola tomar ropa y guardarla en el bolso, parecía que para ella lo que habían hecho no influenció en nada, y le dolía eso, pero era la verdad; Lilith estaba con él para tener la audición en Calvin Klein Korean, no porque lo ame, porque lo desee, lo hacía por compromiso y porque era lo que debía dar para cumplir su sueño. También recordó que él no era el primer hombre que ella tocaba, no marcaba la diferencia después de haber tocado y chupado tantas pollas, dentro de poco, cuando llegaría otro hombre a su vida, JiMin solo iba a ser su delito, no más que eso, y lo mínimo que él esperaba, era ser su crimen favorito. No pedía más que eso, no cuando todo apuntaba a que Lilith jamás lo iba a amar. La iba a seguir amando, iba a seguir intentando hasta el último momento, aún si dejaba su corazón roto en el medio.

⎯ Lo sé, Noona.⎯ le aseguró, levantándose de la cama para buscar su ropa. Tenía la intención de que ella le diga de tomar una ducha juntos, pero sabía que no sucedería, y preguntarle sería agregar una cosa más a la lista de lo que hicieron hoy, porque sabía que no iba a quedarse simplemente en una ducha. Iba a tenerle paciencia, si Lilith no quería hacer algo más lo entendía, no iba a obligarla en lo absoluto.⎯ Soy como un cofre cerrado, lo juro.

⎯ Bien.⎯ asintió expulsando el humo por la nariz. JiMin se quedó perdido en aquella acción que tantas veces la vió hacer, le seguía pareciendo muy atractiva.⎯ Vete que debo alistar mis cosas.

⎯ ¿Sus cosas? ¿Saldrá del país, Noona?

⎯ Sí, asuntos familiares.⎯ suspiró silenciosamente, si fuera por ella, no iría, pero no iba a darle el gusto a sus padres de seguir felices, así que aparecería solo para volver a arruinarles las vidas. Lilith nació en esa familia para ello, para arruinarlos, destrozarlos, y por eso iría a Canadá.

Ya quería ver la cara de su madre al verla allí.

⎯ Oh...⎯ asintió despacio, quería saber más, no que se quede solo en eso de "asuntos familiares", pero Lilith parecía más cerrada que el culo de una jodida muñeca de porcelana.⎯ espero que le vaya bien.⎯ dijo, acercándose para besarle la mejilla, tomándola por sorpresa. La mayor quedó estática en su lugar ante tal beso tierno, no dijo palabra alguna, y JiMin sonrió con eso, pensando que a ella le faltaba amor, que con eso iba a ablandarse y ser una chica más del montón que soñaba con tener una vida feliz, de cuento de hadas.⎯ Luego me cuenta.

Ni siquiera llegó a recriminarle algo, o decirle que jamás le contaría algo tan intimo, porque seguía atónita por ese beso. Era irónico que se sienta de esa forma cuando se habían besado en la boca, y mucho más que eso, pero un beso en la mejilla era algo tan...íntimo, tierno, digno de una pareja, que la hizo sentir extraña, quería esconderse y no hablar nunca más con él, más que nada porque su mente comenzó a divagar, recordándole cuando era John quien la saludaba de esa manera tan romántica. A veces, muy pocas veces, deseaba tener novio, uno amoroso que la entienda y sepa leerla a pesar de que ella no diga las cosas, que con solo verla sepa lo que sucedía, pero sabía que eso nunca iba a llegar, y prefería resignarse, ya no iba a esperar sentada a tener ese amor que la vida no le otorgaba por sus pecados, porque no era digna de ser amada.

Dejó de pensar en esas cosas que ella consideraba estúpidas y terminó de guardar su ropa, dejando una muda afuera al igual que ropa interior. Hacía frío afuera por estar en invierno, pero sabía que lo más probable era que en el avión haya un ambiente cálido por el aire acondicionado, y no quería morirse de calor por ir abrigada, así que optó por dejar fuera una camiseta mangas cortas, sin brasier debajo, un pantalón de algodón cómodo en color blanco, zapatillas deportivas, y una sudadera grande negra, que parecía gris por tantos lavados. Acomodó su departamento también, colocando las sábanas en el cesto de la ropa sucia, cerrando muy bien las ventanas y asegurándose de esconder el dinero que tenía guardado junto a sus papeles legales, no sabía lo que podía suceder en su ausencia, aún si era una semana, cualquier ladrón podía entrar y arruinarle aun más la vida de mierda que ya tiene.

Cuando terminó de bañarse y alistarse tomó su celular, mandándole mensajes a su hermano sobre que ya estaba por salir al aeropuerto y le avisaría al momento de subir al avión, él la iba a estar esperando allá, así que podía quedarse tranquila de que tenía traslado y lugar para quedarse, que sería en la casa de su hermano mayor. Sus ojos se pusieron agudos cuando un mensaje diciendo "cuídate mucho, te amo Lili" llegó de parte de Leonel, él siempre había sido el hermano que la quería, quien la defendía y cuidaba de los chicos, mientras Lake la vendía en los recreos por un paquete de papas fritas, Lilith todavía recuerda que su primer beso, el cual fue forzado por un niño menor que ella, había sido porque su hermano menor le vendió a su amigo de, en ese entonces, once años un beso de su hermana de trece a cambio de una bolsa entera de golosinas. Lake nunca la quiso, no sabía el porqué, y aunque durante años se torturó con eso, ahora no podía hacer nada. Ya no le importaba.

Colgó el bolso sobre su hombro y salió cerrando la puerta con llave, rezando que nadie ingrese a robar sus pocas pertenencias, a Canadá se llevaba lo justo y necesario a decir verdad, estaría nada más una semana, y allá hacía calor en estas épocas, por lo que también debería comparar algo en las tiendas, si es que el dinero le alcanza. Se aseguró de que tenga cigarros en la caja de los mismos y salió prendiendo uno, posiblemente antes de los 40 años iban a detectarle cáncer de pulmón por fumar al rededor de cinco a nueve cigarros por día, pero no le interesaba, mientras más rápido muriera mejor para ella, se ahorraría muchos problemas, y sus padres, junto a Lake, bailarían sobre su tumba. Por lo menos esperaba tener un funeral decente, quería tener un ataúd rojo si era posible, y que en su lápida diga "los estaré persiguiendo desde el infierno, malditos hijos de perra", o alguna frase tétrica que asuste a los que iban al cementerio. Sería gracioso divertirse desde el infierno, desde su hogar, si se basaba por su nombre.

Salió del edificio mientras buscaba el mechero en su bolsillo, pero antes de poder tomarlo escuchó una voz detrás de ella;

⎯ ¿Por qué no se pone un abrigo?

Volteó para ver a JiMin, quien tenía el entrecejo fruncido y sus ojos estaban pegados en los pechos de Lilith. Ella bajó la mirada y allí se notaban sus pezones cual dos timbres por el frío que hacía, tenía la sudadera en la mano, iba a colocársela después de prender el cigarrillo, pero eso no era lo importante ahora, sino que el niño le estaba reclamando por andar mostrando su cuerpo. Teóricamente no lo mostraba, y era normal que se le marquen los pezones porque...pues, los tenía, como cualquier persona. Comprendía que a algunos les incomodaba eso, pero era tan fácil como no ver, ignorarlo, porque nadie tenía derecho sobre otra persona para controlar la vestimenta ajena.

⎯ ¿Perdona?⎯ soltó incrédula, lo último que le faltaba era que JiMin ahora se crea un novio obsesivo, o un padre controlador, y le diga qué debía ponerse y qué no.

La realidad era que Lilith tenía pocos brasieres, los contaba con los dedos de sus manos, porque siempre fue de tener pechos pequeños por su descendencia, y le incomodaba la ropa interior de la parte de arriba, por eso prefería no usarla. Obviamente en lugares como instituciones escolares, trabajo, y un lugar en el que tenía que verse presentable estaba obligada a utilizar brasier, no iba a la universidad sin el, a menos que sea invierno y esté más que segura de que sus pezones no iban a marcarse. Era más por una cuestión de respeto, pero si iba a salir a comprar, estaba afuera de su departamento fumando, o en este caso que estaría horas en un avión con el cuerpo incómodo, estaba en su derecho de no utilizar una prenda que no le agradaba del todo.

⎯ Que tiene que cubrirse, se le notan los pezones.⎯ explicó sin un mínimo de tacto. JiMin se sentía furioso porque él apenas los había podido ver al desnudo, le había costado convencerla de quitarse las prendas de arriba, pero para ir por la calle no tenía problema alguno en que esa parte se notara. No era lo mismo que ir desnuda, obvio no, ni siquiera se trasparentaba la tela, pero igual lo hacía sentirse celoso.⎯ Muchos hombres la verán.

Ella soltó una risa sin gracia mientras tomaba el cigarro entre sus labios, el cual no había llegado a prender. Se acercó a JiMin antes de bajar un poco su torso, como si le estuviera recalcando una vez más que era menor que ella, y por ende, no tenía derecho a reclamarle cuando supuestamente no existía nada entre ellos. Sonrió de una manera maliciosa, que hirió el corazón de JiMin, pero aún así él no se mostraba nervioso o con miedo.

⎯ Lo que estamos haciendo es por un contrato, tú ganas y yo igual, pero no somos nada.⎯ le volvió a dejar en claro, como si JiMin no fuera consciente de eso. Miró su cuerpo de arriba a abajo, llevaba el cabello húmedo, por lo que asumía que se había tomado una ducha, su ropa era distinta, y sus mejillas estaban sonrojadas por el frío.⎯ No te sientas con el derecho de mandar sobre mí porque no eres nada más que mi vecino, y la persona que me ayudará a llegar a la fama.

Lilith se endereza, aún manteniendo esa sonrisa en su rostro, notando que JiMin se enojaba cada vez más. Se da la vuelta y esta vez sí llega a prender su cigarro, pero antes de poder dar más de tres pasos él vuelve a hablar, y la hace quedarse estática en su lugar.

⎯ Si das un paso más con esa ropa olvídate de ser modelo, Lilith.

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