siete

Habían pasado unos días desde la llegada de esa nota, la cual Lilith quizá no le tomó la importancia que se merecía, es decir, alguien había dejado una nota en su departamento amenazando con acabar con su vida, pero ella no sabía qué enemigos podía tener, quiénes la odiaban tanto como para cometer homicidio, y aunque era una pobre diabla que no tenía dónde caerse muerta, porque en caso de que alguien la asesine nadie se presentaría al funeral, es más, hasta dudaba de tener un entierro digno y posiblemente terminaba siendo muestras para las prácticas de los futuros médicos forenses. Gracias a que su edificio tenía la puerta principal sin seguro alguno, cualquiera podía entrar, así que no podía decir que era alguno de sus vecinos o alguien del exterior, y eso la frustraba, no tenía opciones, posibles sospechosos, por lo que prefirió guardar el papel en un cajón y olvidarse de su existencia.

Luego, no habían muchas cosas para destacar acerca de su semana, era su misma vida aburrida de siempre. Levantarse, trabajar, ordenar su departamento, grabar, dormir, y al día siguiente la misma rutina monótona. Le hubiera gustado tener algo que la saque de ese ciclo infinito que tenía hace ya años, hace rato dejó de ir a discotecas o el estudio, por ende no disfrutaba su vida, vivía más para trabajar que para otra cosa. Si lo pensaba con atención, hace años no tenía un día emocionante, un día en el que se despierte alegre porque sabía que era su cumpleaños, tenía una cita, iría al cine, o alguna de todas esas cosas. También suponía que se debía a que estaba sola, su única amiga, Lisa, tenía una tienda de tatuajes y piercings, y ella de igual la manera vivía una rutina que consistía en trabajar, pero por lo menos podía hacer lo que disfrutaba, y no se aburría, en caso de que suceda, teñía su propia piel con tinta. Pero luego, ir al cine, a un parque de diversiones o a una discoteca sin compañía le parecía aburrido, para hacer eso sola prefería quedarse en su departamento, no gastaría el dinero que derrocharía en una salida.

Aunque, nuevamente, era horrible estar tan sola.

Y últimamente sus días estaban plagados de ese adolescente de cabellos naranjas, no le había tomado cariño, obvio no, pero por lo menos ya recordaba su nombre y apellido. JiMin la perseguía como un cachorro, le pedía disculpas cuando en algunas tardes no podía estar con ella debido a su entrenamiento de fútbol, o cuando debía estudiar, aunque a Lilith no le importaba, si JiMin aparecía o no en su campo visual daba igual, no sentía cariño por él como para preocuparse si de la nada dejaba de visitarla, es más, se esperaba que en cualquier momento tenga esa reacción. No era por dar lástima, pero todos se alejaban de ella, tarde o temprano, quizá porque se daban cuenta de lo tóxica que era su vida y preferían alejarse antes de terminar como ella, quizá ahí cuadraría un poco más del porqué su única amiga tiene una vida similar a la suya, llena de soledad, drogas e intentos de escapar de la realidad, cansada de buscar una felicidad que no existe, que parecía que nunca llegaría a la vida de ellas. Por eso las personas "normales" se alejaban de ella, un chico estudioso, una chica amigable, una mujer con hijos, o un hombre enamorado de su pareja. Nunca permanecían mucho tiempo cerca de Lilith.

Solo JiMin permanecía cerca de ella.

Noona, por favor. Se lo ruego.⎯ juntó sus manos frente a ella, como si estuviera rezándole a algún dios o algo así. Lilith rodó los ojos mientras lo esquivaba. Su vecino había ingresado de contrabando a su departamento nuevamente, pero no lo echó, tal vez porque ese día se sentía más sola de lo habitual y no le molestaba tanto tener su presencia dando vueltas, aunque con sus insistencias comenzaba a cansarla.

Ese día JiMin había ido empeñado con la idea de darse algo más que un beso, o por lo menos uno de esos, pero de los que incluían lengua, gemidos y toques desesperados que terminaban en la cama. Por razones que Lilith ya ni siquiera tenía ganas de aclarar, porque era repetir un mismo monólogo que ambos se sabían de memoria pero él se negaba a aceptar, lo estaba rechazando. Realmente, ella no entendía qué es lo que tenía para que JiMin esté tan interesado en su persona, no se encontraba nada atractivo fuera de lo físico, y si esa hubiera sido la razón, una atracción puramente carnal, quitarse las ganas en la cama y luego un "hasta nunca", él tenía que haberse rendido hace tiempo. Cualquier persona que solo busca bajar su calentura no le importa follar con cualquier persona, y si JiMin iba con esas intenciones, después de los constantes rechazos de Lilith, debería simplemente irse a buscar otra chica, preferentemente de su edad, y listo, calentura apagada, Lilith tranquila, y JiMin contento sexualmente.

Pero él no la quería solo por el sexo.

Es decir, sí, y a su vez no. Sus imaginaciones juntos por lo general se iban por el lado sexual, imaginándose besos y poses muy básicas por su nulo conocimiento, escuchar sus gemidos y desear que ella le pida dejar su semen dentro para tener hijos, que ambos sean adictos al otro y no puedan mantenerse las manos fuera ni por un solo minuto. Pero a su vez, sabía que no quería solo eso. No se imaginaba teniendo sexo constantemente, por más que fuera algo placentero, en algún punto se le haría aburrido, monótono, y por esa razón también se imaginaba algo que iba más allá de eso. Crecer juntos, superar problemas como una pareja, verla vestida de blanco, conocer a sus familiares de los que nunca habla, hacerle el café por las mañanas y despertarla con un beso mientras le decía apodos amorosos. También le gustaría acompañarla en sus problemas, en esos que se debe tragar a menudo, limpiar sus lágrimas cuando pueda soltarlos y abrazarla para hacerla sentirse acompañada. Se podía decir que debido a su edad, y sus hormonas, era entendible que en sus pensamientos siempre se manifieste algo sexual, pero JiMin no la quería solo de esa forma, le gustaría demostrárselo, pero Lilith parecía tan negada al amor que debía avanzar por otro lado, uno en el que se veía más cómoda y abierta; en el sexo.

¿El problema? JiMin no sabe de sexo.

⎯ ¿Cuántas veces te lo debo repetir? La respuesta sigue siendo un no.⎯ contestó seria, buscando entre sus muebles alguna caja de cigarro. El día anterior había pagado el alquiler y no tenía dinero para comprarse tabaco, ni siquiera para comer, debía conformarse con los fideos que tenía en su alacena hace meses, ni siquiera podía alivianarlos con algo de aceite, mantequilla o una salsa. Que horrible era ser pobre.

⎯ ¿Entonces quiere salir?⎯ propuso, escuchando el suspiro de ella.⎯ Podemos ir a un centro comercial, he escuchado que a las chicas de mi curso les gusta ir allí; comer en el Mc Donald's, ver ropa, y caminar tomados de la mano.⎯ levanta sus hombros, no le veía mucho sentido dar vueltas y vueltas a la misma estructura, pero si a Lilith la hacía feliz él la iba a complacer.⎯ ¿Quiere tener una cita conmigo?

⎯ ¿Escuchaste lo que dijiste?⎯ le preguntó y él frunció el ceño confundido, sin saber a qué iba esa pregunta tan confusa. Ella se dió la vuelta para explicar, estaba malhumorada por no tener cigarros, eso significaba calmar su ansiedad de otra manera.⎯ A las chicas de tu curso les gusta eso. Yo no soy una chica de tu curso.

⎯ Oh...⎯ vaciló, dándose cuenta que la había cagado.⎯ lo siento, Noona. No era mi intención ponerla celosa.

La mayor lo mira incrédula, pensando que los hombres cada ves venían más estúpidos. ¿Ella celosa? ¿Por chicas que le llevaban 10 años de diferencia? Sí, claro. Claramente no había dicho aquello con esa intención, jamás iba a ponerse celosa por una comparación de esa manera tan tonta e infantil, JiMin no tuvo novias como para saber qué hacer con una mujer, y justamente, se trataba de una mujer, no una niña. Y una mujer sin dinero, por lo que ir a un centro comercial para simplemente ver cosas imposibles de comprar, en vez de alegrarla o considerar eso una buena cita, la amargaba demasiado, le recordaba la escasez de dinero en su vida.

⎯ No me refiero a esa estupidez, sino a que estás hablando de lo que les gusta a niñas de tu edad, adolescentes, aptas para ti. A mí, y a cualquier mujer mayor, le gustan otros planes que no sea ir a dar vueltas en un centro comercial.⎯ aclara, él asiente mordiendo su labio inferior, pensando en cómo remediar su error, o mejor dicho, investigar qué cosas le gustan a ella. A las mujeres grandes.

Observó como se sentaba en una silla de su mesa pequeña, era redonda y tenía otra silla igual frente a la suya, no tenía muchos muebles en su departamento. Lilith cruzó una pierna por encima de la otra mientras movía con ansiedad su pie, por un segundo una idea se pasó por su cabeza, la de usar a JiMin para que le dé dinero para unos cigarros, pero no podía hacer eso, era un niño, no tenía derecho alguno a sacarle dinero por una adicción suya. Respiró profundo contando los días para saber cuándo iba a cobrar, quizá ya tenía ganancias en su cuenta bancaria por los videos subidos días atrás, pero no podía asegurarse de eso adelante de Park, no quería que él supiera lo que hacía, suficiente humillación tenía con que él visite su pobre departamento. Mientras tanto, JiMin la miraba con atención, llevaba un vestido negro básico, suelto de la cintura para abajo y sin brasier, pero sus pezones no se marcaban. En los pies llevaba unas botas cortas hasta sus tobillos, pero al tener unas medias largas que sobrepasaban sus rodillas daban la ilusión de que tenía un calzado de caña alta, al estilo de las bucaneras que usaban famosas como Ariana Grande. Se veía guapa, y por su atuendo parecía que iba a salir, estaba en lo cierto, se suponía que Lisa la llevaría a comer, pero su amiga no había mandado ni un mísero mensaje y estaba comenzando a considerar la idea de ponerse descalza y algo más cómodo.

⎯ Está bien si no quiere salir, pero Noona, hablo en serio cuando le digo que soy capaz de hacer lo que sea por un poco de su cariño.⎯ rogó, y fuera de que ella se sienta halagada, se sentía una mierda por tener a alguien queriéndola de una manera tan pura y ella estando tan intoxicada. No por eso iba a darle la oportunidad, obvio no, pero le daba lástima que JiMin le ruegue de esa manera.⎯ Recibiré el cariño que usted crea conveniente que me merezco. Prometo hacer lo que sea para recibir algo de su parte.

Suspiró mientras lo veía, estaba parado frente a ella con sus ojos brillosos por el amor que le tenía, y Lilith se sentía extraña, nadie la había mirado de esa forma, ni el patán que años atrás decía ser su novio. De igual manera, sabía que todos tenían un límite, que las palabras de él no eran tan literal, si ella le pedía que coma mierda o se trague vomito ajeno era obvio que JiMin iba a negarse, podía amarla mucho pero eso...era un jodido asco. Una idea se cruzó por su cabeza, quizá de esa manera él entendería que no es no, que debía dejar de insistir porque nunca tendrían algo. Así que una sonrisa se deslizó por su rostro, llamando la atención del menor.

⎯ ¿Lo que sea?

⎯ Lo que sea.⎯ afirmó rápidamente con su cabeza. Ella soltó una pequeña risita nasal, era obvio que iba a negarse a lo que le pediría, esperaba que le grite lo loca que estaba y después se marche de su departamento para nunca más volver.

⎯ Lame la suela de mi zapato.⎯ ordenó levantando una de sus piernas, dejando aquella parte de su bota a la vista. JiMin observó la parte del calzado que tocaba el suelo cada que daba un paso, estaba de un tono más claro por la suciedad que habrá pisado a lo largo del tiempo que utilizó esas botas, hasta habían minúsculos pelos caídos de algún animal. La mayor sonrió, estaba más que segura de que JiMin la iba a detestar de por vida, y no le molestaba aquello, una persona más o una menos que la odie realmente no generaba cambios en ella.⎯ Si lo haces bien, irás a lavarte la lengua, y te prometo darte el permiso de que me chupes el coño.

Estaba de más decir que sus palabras no eran verdad, era solo para que JiMin la mande a la mierda por pensar que era un esclavo sexual o algo así, además de un idiota por creer que haría algo tan asqueroso como eso a cambio de darle sexo oral. ¿Cuál era el problema de todo eso? De que la recompensa por hacer algo tan asqueroso le resultaba jodidamente atractiva y caliente a Park. Observó nuevamente la suela e hizo una mueca de asco, asegurándole a ella que no se atrevería, pero se sorprendió cuando lo vio caer sobre sus rodillas, sacando la rosada lengua de sus pomposos labios, dirigiéndola a la suela de uno de sus zapatos para pasarla, cerrando sus ojos con fuerza al sentir tanto asco. Lilith no pudo soportarlo y movió su pierna, quitándola del rostro de él, aún impactada porque había cumplido lo que le dijo, hasta unas arcadas aparecieron en su garganta cuando vió la suciedad en la húmeda lengua de JiMin.

El menor se levanta del suelo y se dirige al grifo de agua, limpiando su músculo bucal al instante, mientras ella todavía está sorprendida detrás suyo, pensando que JiMin había perdido la cabeza por completo. Quería correr, huir, escapar, y era extraño porque no era ella quien se había dejado en total vergüenza por hacer algo tan denigrante por un mínimo contacto sexual, pero de igual manera se sentía la peor persona, alguien horrible por haberle hecho ese juego, sintiéndose tan segura de que él no lo cumpliría. Lo había hecho humillarse delante suyo, y no se sentía poderosa, se sentía culpable, había hecho que un adolescente lama las suelas de sus zapatos que podían tener todo tipo de gérmenes, ¿qué les aseguraban que ahora no tenía alguna enfermedad? ¿Un virus entrando en su cuerpo para atacarlo? Lo único que le faltaba a su historial era asesinato de un menor de edad. Pero entonces, volviendo al tema anterior, ¿qué debía hacer ahora? ¿Pedir disculpas y decirle que todo había sido un juego? No, definitivamente JiMin le partiría una botella en la cabeza, si era capaz de lamer la suela de su zapato, ¿de qué más podía ser capaz por ella?

Joder, en serio era muy humillante para ella.

JiMin se acercó a ella luego de limpiarse bien la boca, por pasar tantas veces su mano sus labios estaban algo hinchados y rojizos, dándole un aspecto más caliente, pero Lilith no podía pensar eso porque ella era mayor, y JiMin menor. Lo observó acercarse a pasos lentos, con sus mejillas sonrojadas, esperaba su recompensa, una que ella no quería darle, pero él tampoco sabía cómo comenzar, nunca había hecho eso, solo sabía que quería hacerla sentir bien.

⎯ JiMin, estaba jugando.⎯ habló Lilith, llamándolo por su nombre después de tanto tiempo. Los ojos de él se abrieron con sorpresa, hasta que desvió la mirada cuando sentía que se estaban cargando de lágrimas por la vergüenza y porque ella no quería estar con él.⎯ No pensé que lo harías.

Noona, yo...⎯ sollozó, Lilith respiró profundo al ver su labio inferior temblando, aunque miraba en otra dirección se daba cuenta de sus ganas de llorar. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que realmente se sintió culpable por hacer algo, y ahora se sentía así. JiMin despertaba sentimientos muertos en ella.⎯ l-lo hice...

⎯ Lo sé, no tenías que hacerlo.⎯ contestó con culpabilidad. Presionó sus dientes entre sí cuando vió la primera lágrima bajando del ojo izquierdo de él, quien la limpió al instante pero no funcionó porque más empezaron a caer. Suspiró y soltó una palabra que no decía hace tanto tiempo:⎯ Perdóname, en serio.

⎯ Y-yo solo quiero hacerla sentir bien, Noona.⎯ soltó otro sollozo, ablandando el corazón tan duro de ella, no lo suficiente como para darle todo lo que él pretendía tener, pero quizá...lo que le había dicho sí.

⎯ Está bien, hazlo.

Él limpió sus lágrimas, volviendo a verla, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz, y todavía tenía los orbes brillantes con lágrimas acumuladas, pero le sonrió y se acercó a ella, sin saber qué hacer. Lilith suspiró, se sentía una depravada, una pedófila, como lo que más deseó destruir en este mundo se sentía, pero ver la sonrisa agradecida de JiMin la calmó tan solo un poco, muy poco. Su mente le gritaba que estaba loca, que no debían interesarle esas lágrimas y echarlo de su departamento, pero no podía, algo se lo impedía, no sabía bien qué era. Metió las manos debajo de la falda de su vestido, tomando los costados de su ropa interior y bajándola hasta sus tobillos, obteniendo la atención de JiMin por esa prenda tan delgada y de color negro, como el resto de su ropa. La miró esperando órdenes, y algo dentro de ella se removió, no sabía interpretar qué era, pero sintió asco de sí misma cuando su parte íntima se humedeció por ser la que manejaba la situación.

⎯ Arrodíllate.

Abrió sus piernas, colocando una sobre la mesa mientras la otra estaba en el suelo, y JiMin no pudo evitar mirar su centro húmedo, casi brillante, sintiendo que lo llamaba. Miró a Lilith y ella tenía sus ojos oscuros sobre él, por lo que no lo pensó y hundió su rostro allí, haciendo lo que su instinto le decía, pues la mayor no le había dado órdenes ni enseñado cómo hacerlo. Sacó la lengua de su boca para pasarla de manera superficial por el lugar, sintiendo que ella tuvo un escalofrío, así que con eso se sintió más seguro para repetirlo tres veces más, pareciendo un perro saludando a los humanos, solo que más delicado, y con intenciones totalmente distintas. Sabía de la existencia del clítoris de las mujeres, se lo estaban enseñando ese año en educación sexual, y aunque en la clase era muy incómodo ahora agradecía saber que se encontraba en la zona alta de la vagina, aunque le costó demasiado identificarlo, al final no era mentira cuando escuchaba a los chicos de cursos mayores quejarse de aquel nervio tan oculto.

Terminó pasando la lengua por donde le apetecía, llevándose sus fluidos y escuchando los bajos suspiros, cosa que no sabía si estaba bien o mal, pero prefería confiar en su instinto y continuar haciendo lo suyo. Lilith, por su parte, se daba cuenta de lo inexperto que era JiMin, y tampoco pretendía mucho, sabía que nunca lo había hecho, pero luego de unos minutos comenzaba a sentirse irritada por no estar lubricada y que él quiera continuar. Aún así, llevó la cabeza hacia atrás cuando, pocas veces, la punta de la húmeda lengua de JiMin tocaba su clítoris, no quería aceptar que esa milésima de segundos se sentía perfecta, pues lo demás era muy superficial, como si estuviera haciéndole un oral para conformarla, aunque sabía que no era la verdad, en todo caso, era ella quien se dejaba para conformarlo. Sujetó sus propios muslos cuando sintió nuevamente la lengua de él en su clítoris, queriendo pedirle que se quede ahí más tiempo, pero a su vez su cabeza le bajaba toda la calentura al recordarle que estaba sometiendo a un menor de edad a hacer eso.

No era violación, pero ella se sentía una violadora.

⎯ ¿Así lo hago bien, Noona?⎯ preguntó desde su lugar, mirando las expresiones de ella, aunque no podía apreciarla mucho porque tenía la cabeza hacia atrás, evitando ver quién era la persona entre sus piernas.

El niño entre sus piernas, mejor dicho.

⎯ Deberías ver porno para saber cómo hacerlo, o practicar con una chica.⎯ contestó con voz neutra desde su lugar, él hizo un puchero mientras se alejaba un poco, tocando sus piernas para llamar la atención de la mayor. Cuando Lilith enderezó su cabeza bajó su vestido, no podía ver que estaba sin ropa interior, que acababa de recibir sexo oral, se sentía asqueada por utilizar a un menor.⎯ Una de tu edad.

⎯ Explíqueme, por favor.⎯ pidió, ignorando por completo sus palabras. Con sus manos tocó los muslos de ella, dejando caricias suaves.⎯ Dígame cómo satisfacerla, se lo suplico.

⎯ Eres muy pequeño para hacer cosas así, JiMin.⎯ regañó, como si fuera alguien de autoridad en la vida de él, aunque escuchó su suspiro deprimido. Sin contar de que era irónico que le diga esas palabras mientras seguía con las piernas encima de sus hombros, sin ropa interior, y a la merced de él si quería volver a hundirse entre sus muslos.⎯ En serio te digo, vete a hacer cosas de tu edad, no deberías estar pidiéndome que te enseñe a chupar un coño.

⎯ Pero yo quiero aprender, quiero hacerlo con usted. Noona se lo suplico.

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