once

Lilith era tan, pero tan, desconfiada, que en ese momento algo le advirtió que no debía aceptar la propuesta de JiMin, pero ignoró aquello, nunca fue de confiar en eso de que los presentimientos eran por algo, que el cuerpo sabía avisar cuando algo no iba bien, así que no le tomó importancia, pudo haber cometido un gran error como también podía agradecérselo años más adelante, cuando una fotografía suya esté pegada en una pared de Nueva York y sus padres quieran morirse porque ella se volvió famosa. De igual manera, sentía que el trato era muy poco, lo que ella debía dar era una miseria a cambio de que JiMin, o su padre más bien, la haga famosa. Por ahí dicen "cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía",  y Lilith desconfiaba, ¿en serio solo debía darle sexo para hacerla famosa en el mundo del modelaje?

Sabía que, en realidad, para alcanzar la fama debía depender más del público y de ella misma, JiMin solo le iba a dar la oportunidad de mostrarse ante una de las marcas más famosas de ropa, de ahí en adelante no dependía de él si se volvía famosa o no. Puede que ella sea mala posando para las fotografías, que no tenga el cuerpo que la agencia requería, o que el público la deteste por no ser una mujer hegemónica blanca con cabello lacio, también existía la posibilidad de que alguien sepa sobre su pasado y decida arruinar su carrera en ascenso, pensó en esa posibilidad, y la verdad que querer ser famosa mundialmente mientras la policía de su país la buscaba era absurdo, solo les estaba haciendo más fácil el trabajo de encontrarla, pero pensó que, cuando ya sea famosa y tenga sus cientos de millones de dólares, podía pagarles por su silencio y fin del cuento. Seguía su vida normal, haciendo lo que siempre deseó pero nunca consiguió.

Y también pensó que JiMin estaba muy desesperado por una muestra de su amor, o tan siquiera un acercamiento, como para pedirle simplemente sexo a cambio de darle una audición en la agencia de su padre. También estaba la posibilidad de que él nada más quiera aprender sobre ese ámbito, estar listo para cuando esté con otra mujer, y de alguna manera, Lilith hubiera deseado que alguien también le haya propuesto lo mismo cuando era joven, en vez de lamentarse estaría agradeciendo por su primera vez que fue un desastre porque ella no sabía hacer nada, y al parecer el chico con el que estuvo tampoco. Pero de igual manera, sabía que JiMin no la quería solo por sexo o para aprender, era la forma más rápida de conseguir algo de ella, eso es verdad, y seguramente por esa razón propuso eso a cambio de lo que él le daría, pero el menor estaba enamorado de Lilith, y ella lo sabía, no disfrutaba de aquello, tampoco se lamentaba, simplemente no sentía nada y no le interesaba tampoco mucho romperle el corazón. JiMin es pequeño, iba a crecer y encontrar el amor en una mujer más apta para él, tanto en edad como en personalidad, porque realmente ella misma se preguntaba qué tan masoquista era Park como para enamorarse de alguien que lo mandaba a la mierda siempre que lo veía.

⎯ ¿Cómo sé que no me estás mintiendo?⎯ interrogó con una ceja en lo alto, tal vez JiMin inventó todo eso solamente para saber lo que se sentía tener sexo. La ilusionó nada más para un rato de placer.

⎯ Puedes ver en la página oficial de Calvin Klein Korean, hay una historia destacada donde dicen que buscan modelos mayores de dieciocho años.⎯ contestó al instante, su padre la noche anterior había llamado al equipo de marketing de la agencia para que suban aquel anuncio, y según sabia, muchas personas habían mandado sus fotografías, aunque también debían ir al edificio que se encontraba en el centro de la ciudad.⎯ Si quieres puedes hablar con mi padre también, la próxima semana te llevaré a la oficina.

⎯ No puedo la próxima semana.⎯ contestó jugando con el agua de la bañera, le parecía extraña la situación de que estaba hablando con JiMin ella estando prácticamente desnuda, siendo cubierta solo por las burbujas que poco a poco comenzarían a desvanecerse.

Sintió un sabor amargo bajar por su garganta al recordar que iría a su lugar de nacimiento, no por ganas, sino porque su abuelo ahora estaba enterado bajo tierra. Tendría que ver a sus padres, a su hermano menor que lo último que compartieron fueron palabras de odio, y seguramente iban a estar las hipócritas de sus tías que ocultaban los maltratos que sus maridos les hacían solo para mantener las apariencias, soportando ser engañadas y tratadas para la mierda con tal de estar viviendo en una mansión con los muebles más costosos del mercado. Lilith no quería aferrarse a esa asquerosa vida, pero sabía que sería su destino cuando su madre comenzó a buscarle marido al día siguiente de que tuvo su primer período, es decir, a los catorce años. Por una parte agradecía haber escapado de ahí, de esa familia y ambiente tan tóxico, pero por otro lado, ahora no estaría teniendo la vida tan de mierda que tiene. No es vida comer una vez por día porque no le alcanzaba el dinero. No es vida subir videos pornográficos para conseguir unos dólares más. No es vida escapar de la policía. Lo que tiene no es vida.

⎯ ¿Por qué?⎯ preguntó intrigado, pensando que Lilith escaparía de él, que ella en secreto tenía una vida como la de cuentos de hadas, escapando con su más grande amor para poder ser felices juntos.

Y él no permitiría que sea feliz con otro hombre.

⎯ Estaré ocupada con asuntos familiares.⎯ resumió.

Con una mano echó a JiMin del baño para poder salir y cambiarse, el agua ya se empezaba a enfriar y lo último que quería era un resfriado, sin contar que tampoco era muy bueno mantener una conversación de negocios mientras ella estaba desnuda y él intentaba no comérsela con la mirada, aunque fallaba, y Lilith se daba cuenta de eso. Cuando él salió, envolvió su cuerpo en la toalla blanca, secando su rostro con una más pequeña y la misma la envolvió en su cabello, al ser enrulado necesitaba un proceso más extenso de lavado y secado, así que debía secárselo antes de que se esponje. Hizo todo el proceso mientras mantenía la puerta del baño cerrada y la toalla rodeando su cuerpo, de vez en cuando miraba a través de la puerta para asegurarse de que JiMin no estaba robando algo, pero la tranquilizaba ver que cada cierto tiempo que ella miraba él estaba sentado en una silla con el teléfono en sus manos, en la misma posición, con la misma mueca neutra.

Seguía resultándole confusa toda la situación, preguntándose por qué JiMin podía sentir atracción por alguien como ella, porque la misma Lilith se negaba a decir que alguien podía amarla. La opción que más acertada le parecía era que él no la conoce bien, sus demonios internos, lo que viene arrastrando desde hace años. En realidad, JiMin no conoce nada de Lilith porque ella se niega a hablar sobre si misma, no sabía su cumpleaños, color favorito o los artistas que le gustaron cuando era más joven. Lilith estaba segura de que él estaba enamorado de la idea que tenía de ella, quizá tenía el mismo complejo que todas las protagonistas de historias con un chico tóxico, pensando que ellas podían cambiarlos y hacerlos una mejor persona, tal vez JiMin pensaba que podía lograr ese cambio en Lilith, pero si no lo consiguió ella misma a pesar de poner todo su esfuerzo, ¿qué le hacía creer que él, un niño de quince años, podía cambiarle la vida?

Sí, era más probable que caiga dinero del cielo.

Y sí, se tiraba abajo a ella misma, pero después de lo de John, que cambió tanto, dudaba que alguien pudiera amarla. Nadie que esté bien de la cabeza y sepa ponerse como prioridad iba a estar detrás de una mujer que ignoraba a todos, quien sabía que nunca iba a poder ser amada por lo que es, sino por su cuerpo y por lo que podía dar con el mismo. Muy en el fondo, muy pero muy en el fondo, todavía quedaba un poco de esa chica tonta que confiaba ciegamente en las personas, la que soñaba con una boda perfecta, hijos y una familia adorable, ahora lo que más podía imaginar era que terminaría siendo una madre soltera en caso de que suceda un descuido, y ni siquiera, porque abortaría, como ya lo hizo una vez. Pero después todo ese cuento de amor y rosas había quedado en el pasado, tan escondido que nadie podría hacerla cambiar de opinión. Entonces sí, pensaba que JiMin estaba mal psicológicamente, sus hormonas hablaban por él, o tenía el complejo de ser el superhéroe en la vida de Lilith.

Salió del baño ya vestida con ropa cómoda, estaba entre su casa y no pensaba salir lo que restaba del día, esperaba que su hermano la llame para darle información sobre el viaje y la próxima semana. Prendió un cigarro mientras JiMin la seguía con sus ojos, apenas la vio salir del baño bloqueó su teléfono para poner toda su atención en ella, y eso la intimidaba un poco a Lilith, además de que el silencio entre ellos era muy incómodo, por lo que prefirió hablar de algo.

⎯ Y esto del... sexo juntos, ¿tiene alguna norma?

Estaba de más decir que sentía asco por ella misma por estar sexualmente con un menor de edad, parecía que los delitos la perseguían, pero si quería cumplir su sueño, el único que le quedaba, o mínimamente empezar a vivir de una forma decente, ese era el precio que tenía que pagar. En realidad su mayor problema en todo esto era la ley, porque seguía siendo sexo, era cuestión de cerrar los ojos y pensar que estaba con un hombre de su misma edad o hasta más grande, aún si algunas cosas obvias demostrarían que estaba con un niño. No lo hacía por placer, a ella jamás se le hubiera cruzado por la cabeza estar con un menor, y si ahora aceptaba tener sexo era porque es algo a lo que está acostumbrada, además de que lo que venía a cambio la tentaba muchísimo. Prefería pensar que nadie iba a enterarse de lo que sucedía entre ellos, que JiMin le diga a su futura novia que su primera vez la había tenido con alguien de su misma edad, y que aprendió por el porno o cualquier excusa que utilicen los adolescentes ahora. Lo único que Lilith tenía que hacer era enseñarle, a cambio JiMin iba a darle lo que ella más deseaba; cerrar la boca de todos los que la menospreciaron y se burlaron de sus sueños.

Sonaba tan cursi cuando hablaba de sueños.

⎯ Solo disfrutar.⎯ levantó sus hombros, era el objetivo principal, luego si surgía un romance, como él esperaba y ansiaba, era cosa que terminaría fluyendo, si metían las manos en el asunto no saldría bien.

⎯ ¿Ni siquiera usar preservativos?⎯ pregunta mientras el humo sale de su boca, JiMin queda embobado por esa acción tan dañina para su cuerpo, pero se veía jodidamente caliente cuando lo hacía.

Él pasa la lengua por sus labios, pensando esa pregunta. Según sabía, era mucho mejor sin el profiláctico de por medio, se podía sentir mejor al ser carne con carne, pero sabía los riesgos que corría aquello, no solo un embarazo, sino también una enfermedad de transmisión sexual, y aunque no le guste decirlo, había visto muchos hombres entrar y salir del departamento de Lilith, no sabía si todos se cuidaban, por ende podía contagiarle algo. De igual manera, supo que estaba muy enamorado (o simplemente perdió la cabeza) como para pensar que no había problema en si ella le contagiaba algo, porque por lo menos estarían juntos, se sentirían al 100%, sin pensar en cómo podía afectar aquello su vida.

⎯ Por mí no.⎯ confesó tranquilo, Lilith se ahogó con el humo ante eso. Obviamente se lo preguntaba para saber si él tenía un mínimo de la educación sexual integral que supuestamente daban ahora en las escuelas, pero parecía que no.⎯ No tengo problema con tener bebés juntos, aunque pensé que querías esperar más tiempo.

Lilith nuevamente sentía ese mal presentimiento en ella, esa señal que le advertía que debía correr de ahí, escaparse de JiMin, aún si había dicho algo que no era exactamente peligroso para ella, querer tener hijos cuando se llevaban tantos años de diferencia era una locura. Ella no quiere tener hijos con la vida que tiene actualmente, estaban fuera del mapa, de su idea de vida, ni siquiera podía cuidarse a ella misma no iba a poder hacerlo con un bebé. Tomaba anticonceptivos, de igual manera eso no impedía del todo que la fecundación suceda, por lo que siempre prefería asegurarse con preservativo también, y el hombre que se queje de eso era echado de su casa en ese mismo instante. Ya abortó una vez, no lo haría dos veces, y sucedió cuando estaba en una relación formal, con el hombre que pensó que duraría toda su vida, obviamente también recurriría al aborto si queda accidentalmente embarazada de JiMin.

Era enfermo pensar en tan siquiera tener hijos juntos.

⎯ JiMin, obviamente no vamos a tener bebés, por el amor de Dios.⎯ suspiró masajeando su frente, uno de sus rulos caían frente a la misma pero ella lo colocó detrás de su oreja para ver al menor que estaba con un puchero en sus labios. Ni siquiera había sucedido algo y él ya se había imaginado que tenían hijos juntos y escapaban de ahí para ser felices. Debería dejar de ver tantas películas de romance.⎯ Eres un niño y pretendes cuidar otro.

⎯ Confíe en mí, Noona. La haré sentir bien.⎯ prometió con una mirada esperanzada, que ella haya aceptado tener relaciones ya era un paso enorme, y JiMin no pensaba desaprovecharlo. Se suponía que ella iba a enseñarle todo, pero no estaba mal aprender por otros lados también, ¿no?

⎯ Si tu madre se entera de que estás aquí me asesinará.⎯ dijo llevando el cigarro a sus labios, sus manos habían comenzado a temblar por algún motivo, tal vez era por el miedo de ser llevada a la cárcel, ¿cómo escaparía si sucede una segunda vez? Lo del narcotráfico, donde John la traicionó y mintió sobre ella, su hermano podía mostrar su inocencia en el caso, pero si alguien se enteraba que estuvo con un menor de edad, y JiMin lo confirmaba...era el fin para ella.⎯ Vete a casa.

⎯ ¿Aceptará mi propuesta?⎯ consultó mientras se levantaba, teniendo el teléfono en su mano y acomodando los cabellos naranjas que caían sobre su frente. Lilith no contestó, en lugar de eso le dió la última calada al cigarrillo antes de aplastarlo contra el cenicero que tenía sobre la mesada y tirarlo a la basura.

⎯ Lo pensaré, mañana te digo la respuesta definitiva.

JiMin asintió mientras se acercaba a darle un beso en la mejilla, con las suyas sonrojadas salió del departamento, y la mayor suspiró. Si con solo un beso en la mejilla se sonrojaba, ¿cómo harían para tener sexo? Parecía ser un ángel caído del cielo, alguien tan bueno y puro que le daba pena corromper, porque eso era lo que sentía al hacer aquello con JiMin; corromperlo, arrastrarlo a su infierno. Y no iba solo por algo del sexo, porque en algún momento de su vida lo iba a tener, y ciertamente no era algo malo, se transformaba en algo negativo cuando era con ella. El sexo sin sentimientos era algo muy difícil de tener, y no se preocupaba por los suyos, sino por los de él, porque no quería lidiar con reclamos adolescentes cuando solo los unía el sexo. De solo pensar que podía armarle una escena de celos por verla con otro hombre, porque obviamente seguiría subiendo videos a la página ilegal, le dolía la cabeza. No estaba para soportar eso.

Lo peor de toda la situación, fuera de la ilegalidad, podía ser que no resulte totalmente satisfecha, y es que tampoco iría con muchas expectativas, porque estaba con un niño virgen que seguramente nunca vió unas tetas su vida. No esperaba tener un orgasmo desgarrador cuando él no sabía mucho, y ciertamente si se quedaba con las ganas era tan fácil como tomar uno de los tantos juguetes que compró para subir su contenido a la página pornográfica, o arreglársela con sus propias manos, a veces los hombres estaban fuera del plan cuando sabía que tampoco lograban satisfacerla como ella lo deseaba. No era muy exigente en realidad, lo único que quería era llegar al clímax, pasarla bien, no estaba pidiendo que la traten como en un libro erótico que mojaba las bragas de solo leerlo, sino...lo normal, no pedía mucho, pero de igual manera los hombres no se lo daban. Tal vez, si es que existía algo bueno de todo este enredo con JiMin, era que podía moldearlo a sus necesidades, enseñarle para hacerla venir.

De igual manera, seguía siendo algo terrible.

Suspiró tirándose a la cama, nunca experimentó ser la que maneja la situación, o muy poco, pero en sí tener a alguien como sumiso jamás sucedió en su vida, y de cierta forma le daba morbo que JiMin esté dispuesto a cumplir ese rol con tal de estar con ella. No llegaría a algo tan grave como golpes, cortes y llantos, pero...ser la que manejaba el ambiente no le sonaba tan mal, dominarlo, poder controlarlo a su antojo porque él se dejaba y a ella tal vez le gustaba más eso que ser controlada. No estaba mal experimentar, de todas formas, ella era la "experta" entre los dos, de alguna u otra manera iba a ser ella la que dé las órdenes y diga qué hacer o no hacer, así que el rol de dominante ya lo tenía desde antes de empezar. Una corriente viajó hasta su entrepierna al imaginarse siendo ella la que podía jugar a ser la maestra y JiMin su alumno. Tal vez no estaba tan mal aceptar su propuesta.

¿Qué era lo peor que podía pasar?

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