nueve
Lilith y Lisa se encontraban en el departamento de la primera, ambas sentadas en su cama con ropa interior por estar listas para grabar un video para aquella aplicación que les otorgaba dinero. Pocas veces la mayor aceptaba tener algo lésbico, no le llamaba mucho la atención. No iba a negarlo, la pasaba bien, hasta mejor que con un hombre podría decir, pero sabía que nunca iba a poder estar en una relación formal con una mujer porque...simplemente no podría estarlo, no tiene motivos muy sólidos para negarse, solo no querría tener una novia, teniendo sexo con su amiga estaba bien, sabían que era algo sin compromisos. Además, ambas estaban lo suficiente quemadas mentalmente como para buscar una relación o que haya lugar para sentimientos entre ellas, a pesar de que Lisa es lesbiana desde su adolescencia. Era pasar un buen rato, generar ganancias en el canal de Lilith, y luego seguir su vida como amigas, ignorando que en algún momento sus vaginas se frotaron entre sí.
Lisa conoció a Lilith cuando la primera se encontraba drogada luego de salir de una discoteca. Tenía una historia retorcida detrás, su hermanastro siete años mayor había abusado sexualmente de ella desde los ocho años, llevándola a pensar que tenía la culpa por aquello, y nunca fue con una terapeuta en sí para tratar su trauma, pero desde que Lilith le dijo "¿de qué podrías tener la culpa? Eras una niña, usabas ropa de niña. No tiene ninguna excusa, solo fue un asqueroso pedófilo." Entendió que realmente ella no era la culpable, no lo andaba provocando, y era hasta el día de hoy que no entendía qué era lo que llamó la atención de Kunpimook para abusar de una niña que utilizaba camisetas de Tom y Jerry junto a unos short de algodón que llegaban hasta casi sus rodillas. Entró en la drogadicción a los 13 años, por la mala junta de tener amigos mayores que la controlaban a su antojo, la convencieron de probar droga y hasta la actualidad no podía soltar la marihuana ni la cocaína, aunque por una parte estaba feliz, había soltado lo más pesado que eran los hongos alucinógenos, el LSD y otras cosas.
Un paso a la vez.
Esos mismos amigos fueron los que aquel día en la discoteca la habían drogado, cuando ella tenía 22 años. Habían abusado de ella en dos ocasiones, estando Lisa drogada, y se los perdonó porque la habían amenazado con que si decía algo la acusarían en la policía de tener sustancias ilícitas. Había escapado de Tailandia, de su hermanastro abusador, para llegar a Corea del Sur y rodearse de los mismos. Esa noche, Lilith la salvó de ser abusada por tercera vez por aquel grupo que decían ser sus amigos, la refugio en su departamento y no la dejó ir hasta que estuviera lo suficientemente lúcida como para no hacer una estupidez. De ahí comenzó su amistad, Lisa vivió por un tiempo en el departamento de Lilith, ya que sus antiguos amigos iban a buscarla al suyo para hacer lo que tenían pensado, porque la trataban como la prostituta del grupo, así que tuvo que cambiar todo para que no la encuentren, hasta su nombre y apellido.
No podía decir que su orientación sexual es debido a los abusos, pero aunque lo niegue, en cierta parte sabía que le gustaban las mujeres porque los hombres la habían dañado desde que era una niña. Obviamente también le gustaban por otros aspectos, no solo por ese, pero no podía explicarlos, y tampoco debía hacerlo. Le gustaban las mujeres y punto. Detestaba los hombres, la penetración, el patriarcado. Todo lo que tenga que ver con hombres ella lo repudiaba. Y no se enamoró de Lilith porque desde un principio ella le aclaró que no era lesbiana, y tampoco buscaba una relación, pero estaba segura que si fueran novias las cosas serían demasiado tóxicas. Su amiga es demasiado independiente, tanto que tarda días en contestarle a Lisa o en mandar un mensaje para anunciar que sigue con vida, y eso a ella le molestaba. Sabía que por poco no le haría un altar a Lilith, porque en pocas palabras fue su salvadora de todo el mundo de mierda que la rodeaba, y lamentablemente aún la sigue, entonces no se puede tener una relación así, seguir con alguien solo porque en algún momento de tu vida te salvó. Y, bueno, el hecho más obvio era que a Lilith no le gustan las mujeres, era imposible tener una relación estable.
Aunque en el sexo eran fantásticas.
⎯ No tengo ni puta idea de quién me está mandando toda esta mierda.⎯ habló Lilith.
En sus manos estaban los papeles que aparecían misteriosamente debajo de su puerta, parecía que hasta era a propósito, porque tenían cuatro días de diferencia entre sí, se preguntaba si dentro de otros cuatro días llegaría otro papel, y qué diría esa vez. Nada le apuntaba quién podía ser, si era algún familiar, un vecino, o hasta el molesto de JiMin entró entre sus posibilidades, pensando que de esa forma la estaba asustando y buscaría refugio en sus brazos. Pero luego de pensarlo, era absurdo, ¿qué persona de 26 años se refugiaría con un niño de 15? Ella podría defenderse mejor sola que con JiMin, así que él quedaba descartado. Pero entonces, ¿quién podía ser?
Le asustaba pensar que podía ser alguien de su pasado, su ex novio más específicamente. Ese hombre no tenía pinta de dejarla en paz, parecía ser un acosador que nunca la dejaba ir, aunque ahora por cuestiones de distancia, idioma, y que Lilith no tiene redes sociales, no podía contactarla de ninguna manera. Seguía estando entre sus posibilidades, hasta que algo no le demuestre lo contrario él sería su primer sospechoso. Lisa sabía de él, se sabía la historia completa luego de una charla a altas horas de la madrugada acompañadas con cervezas, es la única persona en Corea que sabía sobre su pasado, y juró nunca decir nada, no solo por su lealtad a su amiga, sino que sabía que ella tenía todas las de perder al tener droga en su departamento y llevándola en sus bolsillos cuando salía de su lugar seguro. Si ella hablaba, Lilith también, y la mayor tenía pruebas, era cuestión de darles su dirección y que tiren la débil puerta abajo para que encuentren todo lo que esconde y es ilegal pero tan adictivo.
⎯ ¿Tu madre?⎯ consultó llevando el porro a su boca, tragando el contenido que tanto la calmaba, para después soplar la nube de humo espesa. El departamento de su amiga tenía una mezcla de olor de marihuana y cigarrillo, detestable para cualquiera, aliviador para ellas.
⎯ Ni siquiera se acuerda de que tiene una hija.⎯ negó con la cabeza ante su suposición, aunque en un momento también pensó en ella. No quería comunicarle a su hermano porque sabía que era para hacer problema, no la habían amenazado de una manera tan explícita decir verdad, lo más fuerte había sido el "hay que sacarte del camino" y podía ser de muchas maneras, no solo por un asesinato.⎯ No tengo idea de quién puede ser.
⎯ ¿Algún pretendiente que hayas ignorado?⎯ supuso, la mayor levantó los hombros porque ya no sabía para qué lado disparar a decir verdad, era confuso, extraño. Nadie se había interesado en ella en todos los años que estaba viviendo en ese departamento, ¿por qué lo harían ahora? Además, con algo tan...íntimo. Sabía que tenía una mala cara todo el tiempo, pero eso no aseguraba ser una persona tóxica, debía ser alguien que la conozca, que sepa de su vida.
Y eso era lo peor.
⎯ No importa, en algún momento lo descubriré.⎯ le restó importancia guardando las notas en un cajón de su mueble, no quería seguir hablando de ese tema, suficiente tenía con no poder dormir en paz por pensar que alguien podría entrar a su departamento. Es decir, si JiMin pudo que es un adolescente, ¿qué le asegura que un loco no podría?⎯ ¿Estas lista?
⎯ Yo siempre.
Lisa sonrió y apagó el porro para después guardarlo donde tenía los demás ya armados junto al mechero, mientras tanto Lilith colocaba su teléfono en el mejor ángulo posible a la cama, aunque sus rostros no se verían, por eso era que debía colocar cinta transparente sobre las sábanas para saber el límite en el que tenían que llegar para no ser reconocidas. Lisa se lavaba los dientes y lengua porque a su amiga no le gustaba el sabor a marihuana, a pesar de que los besos no se veían bien porque se grababan de la barbilla para abajo, parecía que a algunos les gustaba escuchar el sonido baboso de los mismos, aunque a Lilith no le gustaba, pero bueno, de algún lugar debía comer, ¿verdad?
Cuando la escenografía estuvo lista, y Lisa también, ella la tomó por la cintura, generalmente era Lilith quien dirigía la situación por una cuestión de gustos, pero con su amiga no podía, suponía que era por no estar acostumbrada al sexo lésbico, así que simplemente se dejaba guiar. Un beso caliente inicio entre ellas, con eso ya podían sentir la temperatura subir en sus cuerpos, el choque de sus lenguas y las pequeñas mordidas de Lisa sobre los labios de Lilith eran delicadas, pero no perdía ese toque de lujuria. De alguna manera, sabía excitarla más rápido que cualquier otra persona. También suponía que eso se debía a que una mujer sabe bastante bien lo que a otra le gusta, eso debía tener mucho que ver, o solamente era por el morbo de estar con una mujer, quién sabe. Lo que importaba en ese momento era que su zona íntima ya se estaba lubricando y la cámara las grababa mientras Lisa le tocaba el trasero con una de sus manos.
Su cuerpo fue recostado en la cama, sintiendo el relieve de la cinta debajo de su nuca, así que se encontraban en la posición perfecta para que sus rostros no sean vistos. Abrió las piernas a medida que Lisa se metía entre ellas, acariciando con sus manos la piel expuesta de ella, sacándole suspiros y luego gemidos cuando amasó sus pechos sin dejar de besarla. Lilith arqueó la espalda gimiendo, algo que le gustaba de estar con Lisa era que con ella no fingía los gemidos como con la mayoría de hombres que estaban con ella para cumplir el morbo de grabar un video pornográfico, que eran los mismos que acababan y la dejaban a ella a mitad de camino, y era insoportable esa sensación. Lisa besó su cuello del lado que solo podría verse su cabello rubio y lacio, mientras la mano derecha se metía entre sus piernas, acariciando la zona íntima de su amiga por encima de la tela con lentitud, escuchando los gemidos de la mayor mientras levantaba su pelvis para que haga algo más que solo eso.
Estaba tan concentrada en su placer que lo demás continuó de manera espontánea, le era algo complicado seguirle el ritmo a Lisa que ya tenía experiencia con otras mujeres, hacía lo que podía, pero ambas disfrutaban mientras la cámara seguía grabando. Con ella era sencillo llegar a un orgasmo real, también se debía a que antes de su primera vez juntas habían tenido una charla para saber con exactitud qué le gustaba a la otra, además de que su primer encuentro no fue grabado, para preguntarse en el transcurso si tal cosa le gustaba a la otra o no. Por ejemplo, Lilith sabía que Lisa odiaba la penetración de todo tipo, ni siquiera dedos, por ende lo respetaba y no pasaba ese límite que ella pedía. Y Lisa sabía que a Lilith le gustaba lo rápido, por ende cuando hacía movimientos lentos era más para su juego previo y una pequeña tortura que lograba mojarla más. Era importante hablar durante el sexo.
Y por estar tan concentradas en ellas, en lo que sucedía en su habitación que parecía estar prendida fuego por el calor, JiMin estaba con la boca abierta desde su habitación, con las cortinas abiertas y apreciando el espectáculo que recibía, aunque sabía que no era para él, pero su retorcida mente, y sus hormonas, quisieron creer que Lilith dejó las cortinas abiertas a propósito para que la vea y calentarlo, si se permitía llegar más allá en su fantasía, su amada lo hacía para buscar un castigo que luego él le daría. Obviamente nada de eso era cierto, la realidad era que Lilith se olvidó de cerrar las cortinas después de fumar, pues las había dejado abiertas junto a la ventana para que el olor no se concentrara en su departamento, no le gustaba tanto, a pesar de vivir fumando cigarro. La fantasía de JiMin se caería si supiera la verdad, pero en este momento solo dos cosas pasaban por su cabeza; lo caliente que se veía esa escena, y si Lilith lo rechazaba porque era lesbiana.
Eso podía dejarlo tranquilo, por una parte, porque entendía sus motivos para no aceptarlo, ya que todo este tiempo se quería convencer a sí mismo que eso de la diferencia de edad era más una excusa que otra cosa, porque el día que le regaló un oral no le interesó los 11 años de diferencia que se llevan. Aunque, por otra parte, JiMin estaba alegre de saber que sus lágrimas manipuladoras sirvieron para conseguir lo que deseaba. Si Lilith era lesbiana no sabría qué hacer, porque no quería darse por vencido con ella. Entendía que la orientación sexual no se elige, sino muchas personas no estarían llorando y viviendo años en el closet por miedo, pero él se creía con la capacidad de hacerla cambiar de opinión solo con su amor, con lo que podía entregarle, aunque con su edad no podía darle más que un papel con un dibujo. Era humillante saber que ni siquiera podía llevarla a un restaurante.
JiMin detestó no haber nacido once años antes, aunque sabía que eso podía cambiar demasiadas cosas; no sería mejor amigo de NamJoon, no jugaría con el equipo de fútbol que tiene ahora, y posiblemente no conocería a Lilith porque no soportaría vivir hasta los 26 años con sus padres solo para conocer a su vecina. Aún así, le encantaría tener la edad de ella, todo sería más fácil, quizá en este momento ya estarían con su primer bebé en brazos, viviendo juntos, y hablando planes de casamiento, no sabía, y lamentablemente tampoco podía saberlo porque no podía llevar el tiempo atrás para hacer que sus padres lo tengan antes, aunque ni siquiera se conocían para la época en la que JiMin quería nacer. Quizá hasta sería mejor viajar al pasado, podría buscar otros padres, unos que lo amen, y poder convencerlos de comprar la misma casa en la que él vive actualmente para poder cruzarse con Lilith en el camino.
Aunque los viajes en el tiempo nunca salen bien.
Casi se ahoga con el agua que estaba bebiendo cuando ve que la rubia mete su rostro entre las piernas de Lilith y ella la toma por el cabello, arqueando la espalda y abriendo su boca para gemir. Por obvias razones de la distancia no podía saber si lo estaba disfrutando en serio, tampoco podía ver detalles de su cuerpo, algo que lo molestaba, porque él nada más había podido ver su zona íntima y por debajo del vestido negro que llevaba el otro día, pero lo demás no pudo apreciarlo. Sintió una pizca, en realidad una avalancha, de celos en su interior. Detestaba saber que aquella rubia de nombre desconocido podía tener a Lilith y él no. Se preguntó también si ella tenía su misma edad o era menor a su amada, se torturaba bastante seguido con eso de llevarse once años de diferencia a pesar de que parecía que no le tomaba la real importancia. Odiaba llevarse tantos años con ella, porque sabía que de la única manera que se vea normal sería cuando ambos tengan más de treinta años, y odiaba aún más saber que no falta mucho para que Lilith los cumpliera mientras él no estaba ni cerca de los veinte.
Maldito 2008. Comenzaba a odiar ese año.
Estaba demasiado metido en sus pensamientos de furia, tanto que cuando vió que ellas dejaron de tocarse y comenzaban a ponerse la ropa interior se alivió, era como darle un respiro a él, que le vuelva el oxígeno a los pulmones. Le confundió saber que no se había excitado, según había escuchado de sus compañeros, dos mujeres teniendo sexo era muy caliente, pero a él lo enfureció más que otra cosa. Lilith debía ser de él, iba a hacer todo lo que esté en sus manos. Obviamente nada extremo como secuestrarla o asesinar a quien se le acercara, todo legal, enamorarla de la manera convencional y hacerle entender que unos años no eran problema para que vivieran su amor, podrían haber otras cuestiones, como discusiones a futuro, pero iban a solucionarlo. Eso es lo que hace una pareja que se ama, ¿verdad?
Bebió agua de su botella y se dió la vuelta, dejando de ver la ventana, pero al instante se le cayó el agua al suelo cuando vió a su madre detrás suyo, con los ojos demasiado abiertos por lo que había visto a través de la ventana de su hijo, asqueada por la escena. Antes de que JiMin pudiera decir algo, la mayor cerró la puerta de madera con fuerza, tanto que una correntada de viento voló los cabellos naranjas de él. Escuchó sus pasos furiosos bajando por las escaleras y luego saliendo de la casa, intentó seguirla pero su padre lo había regañado cuando llegó al suelo de abajo, parándose frente a él y actuando como el padre sobreprotector que nunca fue.
⎯ No debes espiar a la vecina, eso está mal.⎯ comentó con los brazos cruzados frente a su hijo que estaba perdiendo los estribos. Por su cabeza pasaba la situación de su madre y Lilith discutiendo, con golpes incluidos. Si aquello pasaba nunca la aceptaría como nuera.
⎯ ¡Muévete, papá!
⎯ Yo sé que estás en la edad de que todo te activa las hormonas, pero hazme caso, no debes caer ante una mujer con bonitas piernas.⎯ aconsejó, recibiendo una mirada atónita de JiMin. ¿Acaso ahora iba a actuar como el padre que lo ayudaba con sus conquistas y eran demasiado cercanos? Pff, ni siquiera fue a su primer partido de fútbol.⎯ O terminarás como tu madre y yo.
⎯ ¿Con una vida de mierda?
Mientras por otra parte, la madre de JiMin estaba golpeando la puerta de su mal educada vecina, casi que la tiraba al suelo por la fuerza que aplicaba. A los segundos Lilith abrió la puerta, utilizando una bata roja abierta mientras dejaba ver su ropa interior en color negro, su hombro con chupetones y la piel apenas sudada. Entre sus dedos llevaba un cigarrillo y miraba a la madre de JiMin con una ceja levantada, desde que vivía en ese edificio esa mujer le caía mal, demasiado, en el supermercado la empujaba o ni siquiera tenía la educación de devolverle el saludo, en una ocasión hasta le robó el puesto en la fila para pagar. No se hablaba con ella, sabía que era la madre del molesto mini acosador que tenía solo porque vivían en la misma casa y por escuchar los gritos contra su marido;
"¡Ese idiota que tengo como hijo es tu culpa por no saber ponerte un maldito condón!". Sí, ni sus padres habían sido tan crueles con ella como los señores Park con su hijo que cruzaba por la adolescencia y tenía las emociones revolucionadas. Lilith lo trataba mal, pero por lo menos de a poco se iba ablandando con él, aunque eso también le generaba miedo.
⎯ Si vas a hacer asquerosidades por lo menos procura cerrar las cortinas, mi hijo no tiene porqué ver lo que ustedes hacen.⎯ dijo con veneno en su boca, viendo que la punta del cigarro que Lilith fumaba se prendía por estar inhalando. Por un segundo extrañó consumir la nicotina, antes de estar embarazada fumaba, e incluso fumó a escondidas cuando JiMin estaba en su vientre, con la esperanza de sufrir un aborto espontáneo, pero no sucedió. Su mirada localizó a Lisa detrás, que usaba sus bragas nada más, mostrando los pequeños pechos como si nada, y una sonrisa divertida por la mujer que fue a reclamarles.⎯ Degeneradas.
⎯ Hola, buenas tardes, ¿cómo está?⎯ habló con ironía.⎯ ¿No le enseñaron a ser educada, señora?
⎯ Me importa una mierda la educación. Tú y...esa mujer hicieron actos indecorosos mientras mi hijo veía.⎯ se quejó nuevamente. Lilith debía darle la razón, fue algo muy mal educado hacerlo con las cortinas abiertas, pero realmente no se habían dado cuenta. Y tuvieron suerte de que fue JiMin quien las vió y no más personas, ¿quién sabe y podían terminar siendo denunciadas ante la policía?
⎯ ¿Actos indecorosos?⎯ soltó burlona, viendo el entrecejo arrugado de la señora.⎯ ¿Le preguntó a su hijo a quien va a rogarle para que le enseñe a chupar un puto coño? Antes de venir a joderme el día a mí procure actuar como una buena madre.
La mamá de JiMin cruzó los brazos mientras abría la boca atónita, no podía creer que alguien que podía ser su hermana, porque realmente Lilith y ella se llevaban muy pocos años de diferencia, estaba acusándola de ser mala madre. Sabía que lo era, pero en vez de mejorar se justificaba con que fue obligada a tenerlo, a casarse con alguien que se suponía sería para pasar una noche de diversión y nada más. Nada justificaba haber sido una pésima madre con su único hijo.
⎯ ¿Una degenerada como tú va a venir a explicarme cómo ser madre?⎯ cuestionó y la menor soltó el humo por la boca antes de sonreír.
⎯ No, me importa una mierda como es usted de madre, pero cuide más a su hijo, es él quien ingresa a mi departamento cuando le da la gana porque usted no lo cuida.
⎯ JiMin jamás haría eso, tú lo estás obligando.⎯ negó, sentía imposible que su hijo haga algo como eso, pero cuando pensaba que no lo conocía lo suficiente, no podía jurar que él haga o no esas cosas, pero obviamente no iba a dejarse en evidencia de la madre ausente que era.⎯ Te denunciaré.
⎯ Si usted me denuncia no me quedara de otra que hacer lo mismo, ¿en serio con alguien de la edad de su hijo va a tener sexo?
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