dos

Lilith rodó los ojos con eso, hace unas noches atrás JiMin la sorprendió en la calle, ella estaba esperando a un conocido pero él apareció de la nada, asustándola. No hablaron mucho, en realidad, Lilith nunca habla mucho con su vecino que casi la acosa las 24 horas del día, pero ese día le respondió unas cuantas cosas, hasta que no soportó más su voz y lo terminó callando con un beso en la boca, lo cual sorprendió a Park, pero quedó encantado con ese choque de labios. Ni siquiera fue un beso realmente largo, solo un pico que duró unos cinco segundos hasta que ella se alejó y levantó de los escalones que conducían a la entrada de su deteriorado edificio. A decir verdad, no se sentía culpable por haberle dado un beso, porque no sumó ni restó en su vida, no se quedó pensando en eso toda la noche, y tampoco iba tan en contra de la ley sobre menores de edad, pero seguramente él estaba emocionado como una niña con su primer beso.

Que era verdad. JiMin estuvo toda la noche pensando en ese beso, quedando encantado y maravillado, esperando que suceda muchas veces más, pero nunca se la encontraba a su vecina de nuevo, y esto era porque ella trabajaba, tanto en un lugar físico como desde su casa, por ende se la pasaba ocupada, y estaba más que justificado, había sido la exiliada de su familia y del país después de varios sucesos en su vida en Canadá, donde es proveniente ella originalmente, solo que ahora vivía en Corea del Sur. No contó con que su barato alquiler vendría incluido un molesto vecino de 15 años que le rogaba por otro beso, le hablaba siempre, y la invitaba a sus partidos de fútbol cuando ella no tenía el mínimo interés, ni en hacer todo eso, ni en JiMin, no solo porque era un niño, sino también porque le caía bastante mal. Era molesto en serio. Muchas veces lo encontró mirando por la ventana de su habitación, que para mala suerte de Lilith, y buena de JiMin, daba con la ventana del departamento de ella, así que en las de una ocasión lo vió husmeando.

⎯ Fue solo un beso.⎯ rueda los ojos, pidiéndole a cualquier ángel o dios que pueda escuchar su mente para que la persona a la cual esperaba se apure en llegar, pero al parecer, la vida la odiaba mucho e iba a tener que soportar a ese mocoso del cual ni se acordaba el nombre.

⎯ Pero...quiero otro, me gustó mucho ese.⎯ mencionó con las mejillas sonrojadas. De verdad quería otro beso de Lilith, había sido su primer beso en general y eso le hacía tener más curiosidad por ella, quería saber qué se sentía un beso más íntimo, de esos que veía a los alumnos más grandes darse detrás del árbol de la plaza en frente de la escuela.

⎯ No podemos seguir haciendo eso.⎯ respondió mientras llevaba el cigarro a su boca, inhalando la nicotina. JiMin puso una mueca triste al escuchar su corta respuesta, además de verla fumar, no le gustaba que Lilith consuma cigarrillo, afectaba a los pulmones y en un futuro podía tener cáncer de pulmón, Park no quería eso. Aunque se veía bastante sexy haciéndolo.

⎯ ¿Por qué no?

⎯ Porque si alguien se entera iré a la cárcel.⎯ dijo bajando su torso, al estar con tacones quedaba más alta de lo que de por sí ya era, pero quería ignorar su altura, solo le recordaba al gran futuro de modelo que hubiera podido tener y lo perdió por los dos hombres más desgraciados de su vida. JiMin no era muy alto tampoco, y cuando vió que ella bajó el torso miró su pecho sin contenerse; no tenía las tetas muy grandes, era delgada de por sí, así que estaban acorde a su cuerpo. Recordó que en una ocasión la pilló haciendo topless en la privacidad de su departamento mientras él la espiaba por su ventana, tenía los pezones amarronados y empinados esa vez, no sabría muy bien qué hacer con ellos, pero le gustaría disfrutarlos. Todo de Lilith quería disfrutar.⎯ Y no quieres que Noona vaya a la cárcel, ¿Verdad?

⎯ No, obvio que no.⎯ negó al instante con la cabeza, lo último que deseaba en el mundo era eso. Fuera de sus traumas, y búsqueda de amor por todas partes, sabía la gran diferencia de edad que tenían, que ante la ley estaba mal y Lilith salía perdiendo, pero nunca sería capaz de denunciarla por algo así, de herirla de alguna forma.

⎯ Entonces olvídate de lo que hicimos.⎯ se enderezó mientras miraba nuevamente la calle, sin ver el auto del hombre que vendría.⎯ Búscate una niña de tu edad o algo así, no lo sé.

⎯ Pero yo la quiero a usted.

Lilith rodó los ojos con eso. Las películas habían popularizado y romantizado de más a los hombres intensos y decididos a tener a la protagonista. No vivían en una película, en la vida real los hombres así eran insoportables, más cuando la mujer quería irse de la relación y el hombre seguía aferrándose a ella, terminaban sintiéndose para la mierda ellas por dañar a una persona, que quizá sí quería todo con ella, pero la intensidad superó los límites. Sin contar los que eran manipuladores, diciéndoles que jamás encontrarían a alguien como ellos cuando en el mundo habían 10.000 tipos de hombres exactamente iguales, y que igual, si la mujer quiere terminar por algo es, porque no quiere estar con una persona tan insoportable. Y JiMin, lamentablemente, entraba en esa categoría, de hombre que jamás dejaría ir a su pareja sin importar cuánto daño haya, cuántas lágrimas hayan derrochado el uno por el otro, él nunca iba a irse porque mantenía viva la ilusión de ser el hombre ideal para su mujer.

Y Lilith no quería ser esa mujer para JiMin.

Además de que estaba jodidamente mal, ¿Es que él no lo veía? Podía entender que por la edad tendía a fantasear con personas imposibles de obtener, a ella le sucedió con famosos, profesores, o algún hombre que se cruzaba por la calle, pero nunca insistía, no sobrepasaba los límites. Porque sabía que estaba mal la diferencia de edad. Lilith no sabía nada sobre JiMin, con decir que ni recordaba su nombre aún siendo vecinos desde hace más de tres años, así que no podía saber si su madre era una buena o mala persona, pero, ¿En serio no se daba cuenta de que su hijo quería involucrarse con una mayor de edad? Fuera de los problemas en su vida, de los riesgos que circulaban en la vida de Lilith, lo más impresionante era la edad, y el hecho de que aunque ella lo tratara cortante, él seguía insistiendo. No era solo un saludo normal entre vecinos, era ir de la nada a preguntarle su color favorito, encontraba la oportunidad perfecta para verla en la vereda e iba a preguntar cosas que no tenían sentido, ¿Por qué mierda JiMin salía a las cinco de la mañana un domingo, donde Lilith fumaba un cigarro tranquila en la vereda, a preguntarle qué cantantes le gustaban?

Era demasiado raro.

⎯ Y yo no quiero estar en la cárcel.⎯ contestó finalmente, tirando la colilla del cigarro al suelo para después pisarlo con su zapato.⎯ Ve a buscar a alguien de tu edad...eh...¿Cómo te llamabas?

⎯ JiMin, Park JiMin.

⎯ Eso. Ve a buscar a alguien de tu edad, JiMin.

Lo escuchó suspirar y ella miró al frente, encontrándose con una vieja que veía todo por la ventana. Lilith no se llevaba bien con sus vecinos, posiblemente porque fumaba cigarrillos en la acera y el olor llegaba a ciertos lugares, porque veían autos estacionar frente al edificio de ella, o porque en una ocasión la vieron casi desnuda follando con un amigo en su auto, pero a ella no podía importarle menos. Sintió un beso en su mejilla, no tenía muchas, resaltaban más sus pómulos que otra cosa, pero sintió el toque cálido de los labios de...JiMin, y eso la hizo voltear a verlo.

⎯ Recuerde mi apellido, Noona, porque algún día lo va a tener.⎯ dijo mientras se dirigía a su casa.

Lilith rodó los ojos, murmurando un leve "idiota" al verlo irse. Había entendido la referencia, el pequeño mocoso quería casarse con ella, aún cuando se llevaban 11 años de diferencia. Ella dejó de creer en toda esa mierda del amor desde que su último novio fue un hijo de puta con ella y casi la manda a la cárcel por algo que nunca tuvo la culpa, fue partícipe, porque era consciente de lo que sucedía en la casa de John, pero ella no inició con eso. Su ex novio, y uno de los tantos motivos del porqué tuvo que escapar de Canadá, era un narcotraficante, y ella se enteró de esto tres años después de iniciar una relación. Se habían conocido en una discoteca, bailaron juntos, se llevaron bien, y ese mismo día terminaron en un motel, sin pensar que las cosas entre ellos iba a volverse más seria, porque si Lilith sabía que no sería algo de una sola noche se hubiera guardado un poco más de tiempo.

Estuvieron dos meses hablando, saliendo, y demás, hasta hacerse pareja oficial. La familia de Lilith lo adoró, era un hombre trabajador, respetuoso, trataba bien a la única niña de la familia, y le había prometido un matrimonio para cuando lleguen a los cinco años de noviazgo, lástima que terminaron en el cuarto. En ese tiempo, Lilith era una chica dulce, adoraba estudiar la carrera de diseño de indumentaria, presentándose a castings para ser modelo, y trabajando en algunas ocasiones para posar con perfumes o maquillaje de no muy alto presupuesto, tenía un gran futuro en la industria del modelaje, pero aún así, quería tener una carrera universitaria, al igual que sus dos hermanos; Leonel, el mayor, y Lake, el menor. Parecía irónico que sus padres se habían dado el lujo de que entre los tres hermanos sus iniciales sean la letra L, y además de ellos, sus progenitores también la tenían en sus nombres; Lilian y Lissandro. Parecían la familia de la letra L o algo así.

Pero volviendo a John y como le arruinó la vida, él se tenía muy guardado el hecho de vender sustancias ilegales a las espaldas de todas las personas, mandándolas con su primo de confianza que recibía parte del dinero, además de una dosis de heroína por ser drogadicto. Lilith fumó marihuana por primera vez con su novio, pensó que había comprado y armado los porros por curiosidad a probar, y ahora se sentía una estúpida por notar que él no había tocido, no le había picado la garganta, ni sus ojos se pusieron llorosos, como sucede la primera vez que se prueba marihuana, no, John había estado muy normal. Además de que con el tiempo su relación se volvió tóxica, si bien empezó de una forma rosa, preciosa, con mucho amor y ternura, terminó en chantaje emocional, discusiones, llantos, gritos, y pidiéndose muchas oportunidades, en la cual Lilith nunca terminaba de cumplir las expectativas de John, y más teniendo en cuenta que ella tenía solo 19 años mientras él empezaba los 23. Una niña no podía darle lo mismo que una mujer adulta, no solo referente al sexo, sino a ser su cómplice en el narcotrafico, robarle a sus padres para darle dinero a él, entre otras cosas horribles que nunca quiso hacer, y por eso John terminó arruinándole la vida.

La acusó de vender drogas.

La policía investigó la casa de Lilith, en la cual vivía todavía con sus padres y hermano menor, mientras ella no estaba. Encontraron bolsas de cocaína, hojas de marihuana, y muchas pastillas de las cuales ella no tenía idea. Con eso, la poca confianza que su familia le tenía se fue por el caño, ya no la querían, la echaron de casa y empezó a ser una prófuga de la policía. Fue a pedirle ayuda a su novio, pero su corazón se rompió cuando lo escuchó hablando con la policía en la puerta de su casa, con un tono lastimero diciendo "yo no sabía que Lili tenía esas cosas en su casa...me parecía extraño verla algunos días como pérdida, pero nunca pensé algo así de ella." y tiempo después, ató cabos, John la había inculpado por...nadie sabía el porqué, pero le arruinó su vida, y tuvo que viajar sola a los 19 años al país más lejano posible; Corea del Sur. Sus padres no sabían su paradero, solo su hermano mayor, quien era el único familiar que todavía la amaba, y era abogado, estaba estudiando su caso a escondidas para mostrar su inocencia, pero haber escapado incrementaba las sospechas, y estaba seguro que pasaría, por lo menos, diez años en la cárcel.

Luego de eso dejó de creer en el amor, y no quería parecer como una chica cliché de cuentos adolescentes, porque no era así, en lo suyo se implicaron drogas, injusticia, escapes, odio por parte de su familia, y terminó de arruinar su futuro. Quizá Lilith estaba destinada a tener una vida de mierda solo por tener el nombre de la mujer de Lucifer, pero desde antes de lo de John también venía arrastrando un problema, el cual nadie sabía. En sus años de carrera universitaria, en el primero, más específicamente, tenía un profesor que siempre la desaprobaba por algún motivo, la trataba mal delante de toda la clase, no le importaba gritarle que era una inútil y no iba a tener futuro en la industria de la moda de ninguna manera, y ya estaba en la universidad, no podía recurrir a sus padres y que éstos vayan a hablar con una directora, porque se suponía que era adulta y de ahí en adelante tenía que arreglar sus problemas sola, entonces lo hizo, intentó solucionar el problema.

Le pidió un poco de su tiempo al profesor, a solas, y le preguntó por su repentino odio, teniendo una corta respuesta que en primera instancia la asqueó: "te detesto porque, después de tantos años ejerciendo mi trabajo, eres la primera mujer que me vuelve loco y quiero llevarme a casa". Luego de eso, ella le pidió disculpas como si tuviera que hacerlo, cuando no tenía la culpa de nada, solo era su profesor siendo un pedófilo y fijándose en su alumna, desaprobándola y haciéndole la vida imposible solo para llamar la atención de ella. Semanas después, Lilith habló de nuevo con él, diciendo que haría lo que sea para aprobar, y con ello solo comenzó la pesadilla. A cambio de aprobar un examen debía chuparle el pene. A cambio de un buen trato tenía que permitirle que le chupe el coño. A cambio de aprobar la materia por un cuatrimestre debían follar. A cambio de aprobar la materia en todo el año, más los beneficios anteriores, debía tener sexo anal con él.

Y Lilith lo hizo.

Era algo que se arrepentía hasta la actualidad, se daba asco a ella misma saber que llegó tan bajo por hacer sentir orgullosos a sus padres, para que la vean igual a como veían a Leonel, con orgullo y admiración. Las cosas se podían solucionar más fáciles si llevaba su teléfono y grababa la conversación, lo iban a detener, por ende echar de la escuela, llegaría un nuevo profesor y trabajo listo. Pero dado a que estamos en una sociedad en la que la culpa siempre la tiene la mujer, si no es por usar ropa corta es por el tono de voz, si no es por el tono de voz es por la mirada, si no es por la mirada es por las palabras, y así un bucle infinito en el que al final el hombre salía ganando. Entonces prefirió ahorrarse todo eso, llorar mientras tenía sexo con su profesor, sintiéndose culpable por serle infiel a John desde los primeros meses de relación hasta los últimos, solo para aprobar. Solo para que sus padres estén orgullosos. ¿Y al final? La terminaron detestando, exiliándola del país, dándole dinero para un pasaje junto a un "desaparece de nuestras vidas. Desde hoy dejas de tener el apellido Lennox. Ya no somos tu familia".

Eso no la destrozó tanto como esperaba, pero dolió.

Ahora debía trabajar diez horas como entrenadora personal en un gimnasio, en el que no le pagaban lo suficiente a decir verdad, y por las tarde grababa videos que luego le dejaban dinero. No era la vida que esperaba, obvio que no, ella quería ser una famosa modelo, y si ese plan fallaba, el plan b era ser diseñadora de indumentaria, pero también se vió fallado, aunque no sabía cuánto más hubiera durado con ese profesor aprobándole las asignaturas, porque además parecía ser una larva con ella, no se le despegaba nunca, no importaba cuántas veces intentó cambiarse de cátedra para no estar con ese profesor, cuántas veces le pidió que ya no siguieran, porque él siempre iba a estar ahí, amenazandola con hacerla perder la carrera. Era horrible vivir con ese miedo, de esa forma, aprobaba, sí, ¿pero a qué costo? Tampoco era vida, ni estaba bien, tener sexo con un hombre con esposa que no lo satisfacía lo suficiente e iba con ella, que tenía la misma edad que su hijo.

Dejó de pensar en su trágico pasado cuando un auto se plantó frente a ella. Rodó los ojos mirando al hombre salir de ahí, uno que los presentó su amiga y estuvo de acuerdo en ayudarla para grabar videos pornográficos. Tenía algunos sola, no iba a mentir, habían veces que esos eran los que más generaban dinero, pero de vez en cuando subía alguno con un hombre, un pene de goma no era lo mismo que uno de verdad. Observó su enorme altura, musculoso, y con tatuajes en las manos, solo sabía su nombre, además de cosas básicas como edad, gustos sexuales, y si tenía pareja, que por suerte, no era el caso. El hombre se acercó a ella y la tomó fuerte por la cintura para plantarle un intenso beso en los labios, venía caliente después de haber visto las fotografías desnudas que ella le mandó para que vaya a su departamento, necesitaba dinero para pagar el alquiler a fin de mes, y el pago en su trabajo oficial se había atrasado. Correspondió el beso tomándolo por sus bíceps, chocando las lenguas y gimiendo cuando la mano de él bajó a su trasero mediano, levantándole el vestido y pegándole una nalgada. No le molestaba aquello, en realidad, Lilith ya sentía indiferente las cosas en el sexo después de lo sucedido con su profesor, que cumplió todo tipo de fetiches extraños con él, hasta orinarle encima.

⎯ ¿Te perdiste en el camino que tardaste tanto?⎯ preguntó separándose de sus labios, sintiendo que los ásperos dedos de él acariciaban su culo por debajo del vestido.

⎯ No, me hice una paja antes de venir para durar más.⎯ respondió y ella sonrió, agradecía el pequeño detalle, Lilith tenía buena resistencia a sus orgasmos, duraba bastante, y no había nada más frustrante que un hombre que se viniera en menos de diez minutos. Tampoco pedía mucho, veinte o veinticinco minutos estaban bien, ella podía arreglárselas tocándose a sí misma al final.⎯ Las fotos que me mandaste son...simplemente espectaculares.

⎯ Genial, vamos adentro.

⎯ Espera, alguien nos está mirando.⎯ la detuvo, mirando en dirección a la ventana de JiMin, quien asesinaba con la vista al hombre que besó a Lilith de esa forma, él quería hacerlo así.⎯ Joder, da miedo. ¿Es tu hermanito o algo así?

⎯ Es el entrometido de mi vecino, no le tomes importancia.

⎯ ¿Qué tal si lo unimos y grabamos un trío? Estoy seguro que el muchacho aceptará.

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